na Tom en cuanto cruza por la puerta
eden observar los fragmentos de cristal es
ras, pero, Tom podía intuir que el señor Alexander había presionado una copa de vino vacía con tan
itado segundos atrás, mientras él
or Alexander, así que corrió hasta la ofici
forma en la que empuñaba su mano sana, le hizo
de su superior, el muchacho corrió en búsqueda del botiquín de
ra atendido por él en completo silencio. Él no se atrevería a preguntarle e
aciencia. Tomó los implementos de curación y se marchó, dejando atrás a un taciturno señor Alexander
── ✦ ─
ces: resopló, se removió en su asiento, se puso de pi
rado, furioso y
a bilis acumulándose en su estómago gracias al espectácul
perfecta representación gráfica del
nsiderando que en esta ocasión, er
n de cabello oscuro -y hermosas curvas- que trabajaba al o
cababa de pa
ás de dos semanas; era desvestida y acariciada por un superior de
la follaban contra el escritorio- le impidieron apartar la vista, y en su lugar, observó el vaivén de sus he
a una vez más, y maldijo su falta de determinac
si tení
e se la está folland
más sencillo señalar el
cuán importante era no involu
eniente como ese le restara
uya, ahora m
o disfrutaría tanto, que olvidaría el nombre de cu