omo muestra de cariño. Incluso sus familiares y amigos cercanos le hacían lo mismo todo el ti
ea de que si se encontraba con una persona l
randes ojos negros, sonrió. La boca de ese chico era muy diferente a la de su padr
ería hacer? Tenía tantos deseos de morderle la boca que, al final, no pudo contenerse. Lent
ía. Estaba tan asombrado, que solo pudo mirarla incrédulo por esa travesura tan audaz a la que se
an haciéndolos ver muy atractivos. De repente, los mordió con sus dientes blancos com
ido, pero cuando sintió que ella no tenía intención de aflojar su mordida,
arpadeó con inocencia. Estaba aturdida por su reacción, le
gelatina barata!", Ryker reclamó enojado mientras se c
o puedo c
es comerlos! ¡Son mis labi
veía cómo el rostro de la niña se transformaba en tristeza, sin saber qué decir. ¿Qué pasaba con ella? Su actitud
an sus grandes ojos negros y redondos, enmarcados por unas hermosas pestañas
reguntó esta vez con amabilidad. Aún sosteniéndola con su
a y cuidadosamente hasta que, cuando terminó, levantó la mano y le mostró tres de
reír encantado. Le tocó la cabeza cariñosamente con sus delgados dedos y dijo entre ri
ndió de inmediato: "¡Claro que sé contar! Ya estoy en el jardín de infancia. Ahora te
ó de la boca del chico: "Re
le faltaban dos dedos más, así que tuvo dificultades para poder mostrarle el número. Su lógica infantil no estaba del todo errada, y por eso le causaba al chico tanta gracia. Las comisuras de
equeña Kara er
Como ella tenía tres años y él trece, solo era diez años mayor. Así que su diferencia de eda
cabeza totalmente sorprendido
sándose con la pequeña Kara cuando ella creciera y fuese una mujer. ¿Qué le pasaba ho