er el destino de Katherine Smith era estar sola en el mundo; su padre había muerto al mes de nacer ella y desde ese momento fue criada por su madre y abuela, a
tió que todo su mundo se derrumbaba, ahora se encontraba sola. Al llegar su vecina la señora
an dos pequeñas urnas, no quería preparar nada, no tenía ánimos, ni vida, la universidad era en línea y nadie la acompañaba; en la casa de enfrente llega
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oncluyo sus estudios, y no tenía otro propósito en el mundo de levantarse y comer capitán Crunch, leer y ver un poco de te
vivían ahí, solo iban dos veces por semana para lavar la ropa, y arreglar
la solterona como en ocasiones se había dirigido Katherine la miro con ternura, era una mujer guapa y
beso, ven te invito un café, y algo de comer, tengo una deliciosa tarta que me preparo Le
a, era de las pocas veces que utilizaba su voz tanto así que s
nor es un comelón y quiero que comas algo de esta delicio
la señorita Hilly, en ocasiones cuando la mujer se iba de vacaciones a Europa o a alguna playa del caribe, ella cuidaba del
no la iba dejar ir, la chica tomo asiento, se sentía ansiosa y un poco triste, el gato
bigotes - el gatito se subió en el regazo de la joven, la señorita Hilly sonreía desde
arde, así que tiene que bajar, y cuando regreses dile a la cocinera que prepare el tripolo expre
bió por las escaleras que se encontraba
ca de uno noventa de estatura, cabello negro, vestido de manera elegante,
Borgetti, miro a la joven con mirada fría y casi intimidándola, a lo que la joven Katherine Smith reacciono con sonrojo, tenía cerca de dos años y medio que n
no la había reconocido?, Michael frunció el entrecejo y se quedó estupefact
a a la universidad - su voz algo ronca ahora se podía escuchar algo más clara, había tratad
i no te cuidas, terminaras de solterona igual que mi herm
aba un accesorio negro - creo que eso debería contar para los hombres, un hombre de tu edad y soltero, da pie a rumores, ¿sabes? Muchos dirían que eres un hombre que no le
estatura, tan pequeña y frágil, que en su interior le dieron unos enromes
e manera rápida, quiso disculparse, pero cuando lo iba hacer, la señorita Hilly entro
de volver a comenzar a tener contacto con el mundo, es lo que hubiera
a desnudara con la mirada, era algo que no sabía si sentirse insultada o halagada, solo sabía que una parte de ell
adres dos ancianos que vivían en la Toscana por temporadas, enigmático y millonario, miro como la joven rubia se levantaba y dejaba caer al gato que bufo con enojo, se r