bía tanto, y con una amplia sonrisa, ella le
ó, tomándola con la guardia baja con la
BSc, señor -r
scip
n de Empresas
rabajar para mí c
resurado a responderle-. Me
eguir un buen trabajo, excepto por su trabajo en el restaurante y el trabaj
sistente del presidente a diferentes puestos hasta hace poco cuando el presidente se jubi
n su educación y se equipara con las habilidades gerenciales necesarias que no solo la hici
dijeron que se lo merece. Ella había sido una trabajadora incansable cuando su benefactor aún era director ejecutivo y pr
lo esperaba y, como tal, fue una gran sorpresa para ella. Más tarde, buscó a su jefe en su antigua oficina, que ahora se convirtió en la su
ué es lo
ue esta posición es demasiado grande para mí y otros pued
hombro y la miró directamente a los ojos mi
el directo
ces cuand
Asi como nunca me arrepentí ni por un momento de haberte contratado ese día hace ocho
ucederá y hará un mej
mostrar que era digna del puesto y traería mayor gloria a la empresa. Y por eso no iba a quedarse quie
mpresa de Daniel y en unos minutos llegó a la puerta de la empresa. Ella toca la bocina para ll
que vino a visitar antes de que se le permita entrar, pero eso arruinaría su sorpresa. Asi le explicó al hombre, le mostró su documento de identidad y con un
ra sí misma, ser CEO ciert
l que el hombre de seguridad, cada vez que se daban cuenta d
da a las telecomunicaciones. Sofía se preg
. Y él, al igual que Sofía, había pasado de ser un desarrollador de
labios. Sabía que a Daniel le impresionaría que hubiera tenido tiempo de maquillarse. Luz o no. No le gusta y solo lo hace cuando es necesario. Hoy fue una de esas ocasiones. Mirándose en el espejo retrovisor
racia hacia el escritorio de la recepcionista en medio de las miradas interesadas y apreciativas de los ocupantes
cionista sonrió y continuó c
estás aquí
. La recepcionista era muy i
-respondió Sofia después
siéntate mientra
l, ofreciéndole una de sus más hermo
mpleaños? -e
ía antes de mostrar su documento de id
abía dado, pero no antes de ver la mirada que intercambio con la otra recepcionista que había estado sentada pacientemente quieta durante su conversaci
escuchó decirle a su pareja lo afortunado que era
A estas alturas, los dos oficiales apostados fuera del ascensor estaban ahora en el escritorio de la recepci
ó toda la emoción. La bella dama que había estado sentada en silencio en uno de los grandes sofás con la nariz sumergida en la
ecialmente cuando la recepcionista le di
a registrado d
con enojo y se alejó con un largo silb
les disparó-. Alguien está interesad
pasillo que conduce a la oficina de Daniel, que estaba justo al fi
Daniel cuando la habitación se quedó en un silencio sepulcral. Casi como si un fantasma se hubiera colado en la habitación,
to, moreno y pecaminosamente tosco y atractivo que jamás había v
legantemente como si hubiera sido cosido específicamente para él, su estilista definitivamente sin duda era un profesio
el fa