vaba unos pantalones negros ajustados con una camiseta blanca y una chaqueta del mismo color del pantalón y unos tenis sencillos negros. Había peinado su cabe
bellera abundante. Tomó su bulto cinturón y lo puso sobre su cuerpo. Allí llevaba todo lo que necesitaba para su salida, incluyendo sus lápice
el autobús una vez allá. Esa visita le daba sentimientos de libertad y sat
amientos se fueron lejos y no se percató del cambio de luces, volvió en sí y vio a una multitud cruzando la calle. Se quedó petrificado al ver a una mujer vestida con una falda gris gruesa y una camisa blanca, su cabello color caramelo ondulado le llegaba por encima de la cintura; ella estaba del otro lado de la call
*
ido con traje de ejecutivo, al igual que él-. ¿Qué sucedió en tu viaje de ayer que
taste en un cuadro como fruto de tu imaginación? -Su amigo lo miró
qué h
cuadro de la pe
uadro, esa mujer se ve muy real, como si realmente
spondió con tem
No inventes. Dijiste que no usast
tió-. Salió de
ible... Tal ve
ro de lo qu
aste c
guirla, pero desapareció de mi
e un recuerdo que estuvo guardado en tu cerebro o talvez, es simple casualidad, pu
or lo tonto que fue deja
Edward; tu madre te
ó-. Hoy será la junta
de la sucursal más grande que tienen l
mbros, pero al mismo tiempo, libertad. -Am
ar! Sus presencias provocaban tensión, pero eso mantenía el orden y disciplina entre los empleados. Su madre, una mujer asiática hermosa, delgada y pequeña hacía contras
ños y negros. Él era el mayor y el próximo CEO de la empresa principal. En cuanto a Edward, tendría que viajar a ocupar ese puesto en una sucursal en otra ciudad, dado que el actual CEO se iba a retirar. Se terminaron los detalles de su transferencia y hubo un cambi