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Historia

Capítulo 2 Capitulo 2

Palabras:2100    |    Actualizado en: 25/12/2022

sa afirmación, más de una vez me vi soportando los reproches y críticas de mis padres por haber dicho, sin detenerme a meditarlo, algo indebido en un contexto social que ellos se esforzaban por m

, yo casi nunca salía; pasar todo un día estudiando, una idiotez de castigo porque de todas formas yo estudiaba mucho; un mes sin usar la computadora, lo cual no duraba ni dos días porque siempre lograba la forma de hacerles entender que necesitaba la PC para realizar al

o invitaban a participar en las reuniones de la iglesia porque se habían enterado que era homosexual. Eso me valió un fuer

e mis amistades. Me limitaba a hablarles sobre mi vida estudiantil, dejando de lado todo lo demás, a no ser que recibiera preguntas directas cuando alguno de los dos dudaba de la integridad de alguna de

tenía visita. El ver a Lara me sorprendió; no la esperaba ni habíamos acordado encontrarnos. Sin emba

fácilmente temas de conversación. Su nivel académico era muy sim

rio de mí, que soy más extrovertida y segura para hablar con la gente. Ella es una de las personas que más se ha quejado de mi tono de voz, el cu

pequeño personal de limpieza. Las habitaciones eran amplias y modernas; el blanco reinaba por doquier, en algunas paredes, techos, pisos, hasta en varios muebles. Su obsesión con el blanco era enfermiza. Ella lo consideraba como un símbolo de luz y pureza, debíamos tenerlo siempre presente, incluso en nuestra

gué un "cazador de sueños" detrás de mi cama. Mi madre detestaba ese objeto, ya que lo consideraba "pagano"; pero yo me había aferrado mucho a él y le dije que a mí no me importaba lo que simbolizaba, sino que simplemente lo veía como un bonito adorno artesanal. El resto de la decoración consistía en algunas repisas, donde podía exhibir chucherías sin valor alguno o viejos

lga con él ―me dijo Lara, un

ltaba particularmente interesante, pero le seguía la

gusta, me pone un poqui

aban con él, y se perdían en sus expresivos ojitos pardos; pero Lara parecía inmune a esos enca

n me jode que todas estén atrás de él como si fuera el único tipo lind

tad sólo para hacer relaciones sociales, po

sado ―para nosotras eso era un horror; el sólo pensarlo nos ponía

s había sumado este año, no veía atractivo alguno en él y tampoco e

y buenito, siempre m

conocía esa respuesta, pero me vi o

undos en silencio; sabía lo difícil que era para Lara a

or mero aburrimiento; como cuando uno se pone a jugar con las llaves, o cualquier objeto que encuentre al alcance de la mano, sin pensar mucho en lo que hace. Di unas rápidas vueltas por ahí, chismeando qué aplicaciones tenía instaladas; nada fuera de lo común. Llegué a la galería de imágenes. Tenía solamente tres fotos: una de ella mostrando una blanca y radiante sonr

a la galería de videos y vi que había uno guardado, mi instinto femenino acti

do muy diferente; más normal. Fue un sencillo acto

ido movimiento la mano se sumergió dentro de ella; no pude ver ni rastros de vello púbico, todo era blanco y suave como la porcelana. Los dedos comenzaron a moverse ágilmente, pude oír unos leves gemidos y agradecí que el volumen del celular estuviera muy bajo. En pocos segundos me puse sumamente nervio

temblorosos, manteniendo los oídos atentos al menor sonido, especialmente si provenía del cuarto de baño. Conseguí transferir ese video a mi teléfono. A continuación borré el historial de archivos compartidos en el celular de mi amiga. Cuando

ntimo y prohibido de una persona que confiaba en mí. Esto era algo que podría perjudicar nuestra amistad, si me descubría

ella notara la culpa que me carcomía por dentro. Hasta llegué a

í la torpeza de mirar su vientre, el cual estaba cubierto por una remera de algodón color verde claro, pegada al cuerpo. No podía ver su tersa y blanca piel; pero sí podía adivinar la curva de sus caderas y el camino descendente que llevaba hacia... de pronto quise que se vaya de mi casa; no porque n

o, hubiera quedado completamente en evidencia ya que no recordaba ni una palabra. Por suerte sus padres la llamaron treinta m

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