embargo, fue un dolor auto-inducido lo que sufrió y no tenía una buena excusa para su estado. Luis era un
or de su estómago ardiente junto al brillante lavabo blanco. El brillo del sol que entraba por la ventana abie
le. Después de lograr finalmente pararse sin volcarse, Vicent tropezó torpemente hacia su habitación, golpeando y tirando cosas hasta que en
oficina de Brina en una hora, con la esperanza de tener otra oportunidad en una misión. Pero antes de que siquier
dijo a Luis y le
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a nadie a quien cuidar hoy, nadie de quien preocuparse, y nadie a quien remendar. La pérdida de la razón para levantarse de la cama fue algo desagradable y afortunadamen
e dijo que era del color de los pétalos que caerían de las rosas de su madre en su casa. Siempre cuidaba esas rosas, y cuando ella se mudó con él,
e vino oscuro y cálido en una noche tranquila. Sentados juntos en el balcón o cerca de la chimenea, el intenso brillo de una vela iluminar
de su amor
las cálidas lágrimas se escapaban de sus ojos
entía lo mismo: el calor de su cuerpo mientras sus ásperos dedos trazaban suavemente su espalda, sus ojos miraban fijamente los de ella. Permanecerían así después de hacer el
logrado seguir ta
bello la cubriera como una cortina roja, ocultando su cara surcada de lágrimas. Los bri
la luz del so
ería la
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de ayudar a calmar el latido de su cabeza- ¿Tuviste una buena noche?- El sarcasmo no se perdió en él, pero no
cent de incluso intentar parecer interesado. Ella lo miró con dagas en sus ojos. Su cabello plateado era más plano que de costu
intentando que hablara. Su mirada pu
le dirigió una sonrisa triunfante
, recuperando
de continuar. Era bueno que no esperara nada por parte del comandante hoy- C
rsaciones que había tenido con Luis la noche anterior comenzaron a juntarse en su mente que se despertaba lentamente. Probablemente debería estar moles
ente ochenta y cinco militares protegiendo la frontera y asegurando que las líneas sean mantenidas y respetadas por nuestro vecino países. Sin embargo, las
erlo?- preguntó con un aire de desinterés, aun
allí. Nadie quiere abandonar s
vía perezosamente hacia las ventanas de la pintoresca y vacía o
uerta a esa hora. No llegues tarde- dijo la última parte con cierto énfas
us órdenes y la información de la mis
terio. Tal vez un cambio de escenario ayudaría. Tal vez estar involucrado en el trabajo constantemente haría que los días pasen más rápido. Al menos Luis estaría allí, así como quiz
ta, el archivo se aferró ligeramente a su p
lí?- Brina le tendió un sobre de papel manila lleno de papeles sellados herméticamente. Vicent lo agarró
xterior, escuchó unas últimas palabras
, Vicent
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Javier precedió a su suave empujón a través de la pu
lguien me traiga algo?- Ella continuó revisando y apilando sus suministros, solo mirándolo una
ntras volteaba la parte de abajo de su largo abrigo oscuro para sentarse en un taburete junto a una de las cuatro camas de hospital.
perior, las cejas cobrizas de Rach
, y él pensó que ella sabía que la
same a qué hora los quieres aquí. Espero que lleguen alrededor de las mil quinientos. Se moverán más rápido sin
almacenados en los armarios, su cabello rojo trenzado balanceándose sobre el remolino en
igarrillo del bolsillo de su abrigo y se lo metió en la boca. Su voz profunda era demasiado alt
ces. No más tarde. Eso debería darle tiempo para instalarse antes de mi chequeo y
ían. Su precisión y diligencia fue otro factor que lo hizo confiar en ella y aceptar tener un méd
de su paso y su movimiento le dijeron que dudaba de detener lo que actualmente ocupaba su interés. Poniéndose cómoda, sus ojos verdes se enfocaron en él, y este le sonri
s facciones de Rachel, y sus labios
so, me visita de vez en cuando... pero, um ... no lo he visto en unos días. Intentaré atraparlo luego, depe
sa, sus mejillas marcadas con cicatrices mostraban la
o- Rachel logró una pequeña sonrisa para indicar que se sentía positiva al respecto, pero para
Javier se puso de pie y se dirigió hacia la puerta, finalmente
ras lo miraba desde la puerta- Asegúrate
e. Una mujer así, tenía la capacidad de hacer que la gente confiara en ella y de querer dejarla cuidar de ellos. Supuso que esa era la parte médica. Su inteligencia y habilidades la convirtieron en un act
uánto tenía que vivir. Por otra parte
u mente que la relación que ella y Nicolas desarrollaron sería una oportu
a o para