que ya estaba salivando al percibir todos los aromas del
¡debo decirte algo importante! Escucha a
expresión seria, Carl tambié
secreto para tener éxito en los buffets y ahora se lo iba a transmitir a su hijo. Ella se acercó al oído del niño y
e y salir con la barriga llena. Come bistec, agarr
oz alta el secreto de su madre antes de entrar al
ño! ¿De dónde ha sal
pellizcarle esa cara regordeta. ¡Y
, así que se dio la vuelta y sonrió alegremente a las p
ben por casualidad dónde está
elar en voz alta el secreto que le acababa de contar?'. Entonces decidió fingir que n
en masa y desaparecían en un instante. Como a la gente no le gusta ver a un niño tan guapo con cara de decepción
uién será este chico? Es encantador, tan guapo y educado.
tedes son muy generosas al darme esto! ¡Mi mamá siempre dice que la gent
e mostraron encantadas y le dieron gustosame
da delante de Coco. A continuación, se volvió para lanza
reto. ¿A que soy muy listo?". Carl susurró estas palabra
beso de aprobación en la frente. "¡Sí
dolescente, mientras que los rasgos de Carl eran profundos, con una nariz alta, labios finos y unos grandes ojos ra
en cuando participaba en competiciones de deportes electrónicos y ganaba algunos premios, pero no sabía con exactitud lo avanzado
que su inteligencia debía ser algo genético, pero ella no sabía gran cosa de comp
padre de Carl no apareciera nunca porqu
l único abulón del plato y lo puso
a sobre la negra carne del abulón. '¡Mamá es mala y es
a dejarte toda la comida deliciosa a ti porque trabajas muy du
iño más considerado!'. Entonces, la mujer decidió darle el plato de comida que tanto esfuerzo le había costado conseguir, así que dejó el plato delante de Carl y
listo! No me
habla ante el truco de Carl. 'Quizás esto sea lo único que tenemos en común:
sfechos y se reclinaron, apoyándose contra el respaldo de la sill
deó a Carl con los brazos. Luego, los dos se e
ntensos le resultaban familiares de una forma inquietante, como si se trat
en disparando pet
ediatamente se transformó en modo alerta. Debido a la gran conmoción que percibía a su alrededor, se imaginó que el restaurante estaría
tiendes?", dijo Coco en voz baja y Carl asintió con la ca
se oyó otro rui
uerto!", gritó
itar y a salir huyendo, pero Coco no se movió de donde estaba.
s hombres altos con las cabezas cubiertas con capuchas negras entraron en el restaurante armados con metralletas AK47. El
blanco y pensó: '¡Maldita sea! ¿Qué probabilidades hay de
novelas, ¡las posibilidades de que ocurra esto en la
los presentes; sin embargo, la escritora se sorprendi
pero Coco se limitó a lamerse la comisura de los labios po