arzo d
a- Carac
ueño parque a la esquina del colegio, junto a su madre. Quien, como todos los días de la semana, la había ido a
no, llevaba un lacito azul atado alrededor del cabello. Tenía los ojos color verde aceituna. Pestañas y cejas pobladas, que le daban a su mirada un aspecto triste, como si quisiera escapar de algo
hacia el cielo y veía a los páj
como ell
levaba un vestido color v
gio. A pesar de que no había sido rica de cuna, poseía dinero desde muy joven al ser entregada en matrimonio a uno de los hombres más influyentes del país en ese entonces; pero también era motivo de cotilleo, porque se creía muchísimo más person
ía sanas y salvas de vuelta a casa. Vivían en Las Mer
*
que cercano a su casa, jugaba a cazar lagartijas. Para el era diverti
do color negro al igual que sus ojos los cuales reflejaban maldad, mucha, para un niño de 12 años. Llevaba una camiseta color blanco cutido por el u
stente que impulsa objetos mas pequeños a distancias largas, también cono
o a una lagartija de ca
s hermosa del
mera vista, si
abello, era radiante como los rayos
historia de Uri
*
unio d
era. Ahora tiene 15 años y ya puede salir sola del colegio. Logró convencer a su madre, luego de m
s hermosas facciones, y en su vestimenta solo había cambiado la camisa, que había pasado de blanca a
o que más le gustaba a Valeria, de hecho, ella quería
ial. Iba tan entretenida con la conversación que no se
vor, discúlpa
ba distraída. – pronunció tímidamente, no estaba ac
preocupes, no paso nad
esos lados siempre, pero nunca había sentido lo que le estaba pasando en ese momento, sintió cosquillas y las mejill
un cigarrillo. Le parecía muy sexy verlo como exhalaba el humo de s
lejaban un secreto, algo oscuro. Algo q
. ¡Ey, Valeri
e? – responde Valeria
reguntando algo y no respondes –
pregunta en un susurro, haciendo un gesto con la
e los dos
mirando. – resp
alejo de él. Tiene fama de pica flor.
dose cada una a su casa. La última en subir f
os negros, ojos que la miraba
*
ptiembr
:3
ntiéndose victorioso porque al fin, después de tanto esfuerzo
un temerosa de la decisión que esta por tomar. Las manos le sudan, el cora
si no es la mejor decisión? ¿Y si no me va ta
s que intentarlo, es ahora o nunca. Si no es contigo lu
dejarla sola. Está mal del corazón, ya no tiene 20 años. ¿Y
, ya es hora d
ardo en una bolsa de lona la poca ropa que en ella cupo y
rando de tanto esperar, y de esa manera ambos, agarrados de manos, corriendo y con la adr
él, y 14 cuando su tía falleció, dejándole a su disposición una casucha en Petare. Era una casa hecha de ladrillo y techo de zinc que por las tardes
nto que cruzo por su rostro, es que no era fácil pasar de una he
n y temeroso de que se fuese retra
bajare fuertemente para que juntos podamos salir adelante y mejorar nuestr
n Valeria Suavizo el gesto y resp
estás solo, yo te apoyare, hare lo que
la mano brusc
. Dártelo todo es mi trabajo, tu solo encárgate de recibirme c
ada, solo asintió con la cabeza y
él, siquiera había ido a la playa, como todas sus amigas habían hecho co