descansa-brazos de su trono de oro, que sus nudillos se tornaban blancos. Lo consumía la furia. Su mente aguda y sagaz estaba poseída por una neblina roja, sus
assandra! ¿Cómo demonios
uelo tembló. Y por primera vez en muchos
n sido siempre acertadas, pueda ocurrir algo así? - El Emperador acarició nerviosamente su frente, con
abernos sobrevenido si no me hubiera percat
ito. Lady Cassandra, se mantenía inmóvil, postrada en el suelo. El consejo pri
Cassandra, necesito una ex
tamente unidas, palma con palma, a modo de plegaria y manteniendo su
Dijo con voz queda, dulce. -Vos sabéis, mejor que nadi
dos reinó un s
uedamente. - No soy capaz de proferir juicio, sólo
?- Insertó el emperador. Fulmi
y volvió a postrar
re las cabezas de león , con sus largos de
si me per
enarcó una ceja en direcc
la Ca
Lady Cassandra de la inminente aparición en nuestro reino de una Séptima Luna , ¿
dice, un gesto indicativo de que la pregunta le estaba haciendo
ido extraídos de sus tierras fácilmente; pero si vos no reconocéis que esto se trata de una prueba de los dioses, a
asi treinta ciclos, y luego de haber engrandecido las fronteras de este
- susurró quedo el coman
su trono, acomodándose s
ante
el criterio de vues
ndante y su primer ministro de acuerdo en algo? E
mente. No sólo por los dones que lady Cassandra posee, sino
s...?- Insertó
us labios n
io, un suceso sin precedentes y un acontecimiento francamente desconcertante.¿
e el lunar en la espalda de la escla
mpleta o este asunto es más misterioso y c
sus consejeros no carecía de mérito y lógica. Con un gesto de su cabeza les comunicó que daría mayor consid
rentemente inesperada luna, sin embargo él no estaba para nada sorprendido. No en balde la profecía constaba de dos parte
ar
borbotear del agua al caer, de por allí también proviene el canto de un ave. Sonrio, sin dudas he alcanzado el gran Oasis celestial, donde corren doce
eregrinación, el hambre, la sed, el mercado de esclavos, el intenso calor , el ar
mí tengo una prístina pared blanca. Exhalo frustrada. No he alcanzado el Paraí
una suave voz de mujer a mis espald
s ojos e
ado tiempo. Primero perdiste los sentidos a causa de la deshidratación y luego nuestros sa
que me hubiesen dejado morir. Ahora es
spira a mis
. Estabas débil, sí, pero no era nada que un
do y cegador. Entrecierro mis ojos para que no me moleste tanto el resplandor. Según lo que sé, esto es símbolo de riqueza y jerarquía entre los kuranies, mientras más alto y poderoso el rango del noble, más lleno de oro