jos De
a, M
ida, lucho y resisto. Confronto el huracán que me sacude, me si
, más que mis párpados renuentes a cerrarse. El silencio es desolador. Me aplasta y me cierra la tráquea. E
eja de la
recuerdo es ser golpeada con fiereza, quedando inconsciente. Me duele cada músculo, sient
gajas a mi estómago las últimas semanas,
lante, quema vilmente. Duele mi garganta, la presión me acorrala en l
vuelve costa a
despiadadas que provocan un ritmo azaroso. Me hago más chiquita en posición fetal. Con las
uncia la llegada del sujeto pernicio
desagradable sensación, puedo adivinar sus perversas intenciones que saturan c
arte, y solo una cosa me encarcela, e
El hombre me quita la mordaza, por primera vez mis ojos inspeccionan aquel rostro. No es el italiano
ada accionar revela poder. Debo de estar alucinando, lo creería si no sintiera pinchazos de dolor en todo el cuerpo. Me perforan sus ojos verdes grisáceos, es una tormenta calcinando, su cabello azabache
star desv
-cuestiona ejerciendo fuerza
origen. Se ha desatado un debate en mi cabeza torno a probabilidades verosímiles, también sin sentidos; tal vez soy un
tan ab
e involucra en negocios sucios, es recto y justo, tampoco pinta a un arreglo d
e me quedo
stás en mis manos,
to inf
escupo en
clamo tan fuerte que desconozco
tiamén. Es tácito en sus orbes que vengará mi osadía. Me arrepiento, la forma en que m
ces?! -ruge feroz, de un man
mi cara arde, es una herida más, otra estocada. El azote que
alma en
os. Su violencia me destruye por fuera, y en el fondo quiero agarrarme con
ecen, aunque ahora los piquetes abso
mar su maltrato, lo calcino. De pronto aproxima su pulgar, me le quedo mirando, es un sostenimiento que tambalea, morda
encio, implorando y rogando dese
ado su tacto. El hombre de acento extraño, a mi parecer ruso, retira sus dedos, abro lo ojos y lo observo lamiéndose los dedos de una manera tan
ningún momento deja de sonreír, estoy a centímetro
a con veneno, quedo descolocada ante sus palabras. Se da cuenta de mi
o papá suele llamarme de esa manera. Papá... debe de estar preocupado, lo extraño tanto. Llevo el con
sma aviesa dirección, asquerosas intenci
evo a cuestionar con
l lobo, clava los ojos e
error ajeno -emite, su aliento
por dónde se le mire. No puedo se
incógnitas, en ese caso ¿de