abajo pero con un toque más agresivo. La residencia de la familia
l cuello rogaba para que detuviera los golpes q
ujer se colgó de mis piernas y s
oficiales se reía al ver l
a uno de mis hombres al
lmo mis aturdidos pensamientos. Con cada calada que le doy a esta ligera d
nte la mirada al es
os dos luceros verdes que iluminan su rostro me envuelven en un embrujo. S
diji
s ojos -. ¿Estas satisfecho con
estar del
ellos defien
ra o entiendes la referencia del
speto! -su mano se i
po del debido. Mi respiración estaba en su estado na
e te
a ser judía o a se
s fas
ni tu Dios, no tu sangre,
uda alguna es toda una dama en proceso, sino fuera por su color de piel estoy seguro que
mis hombres para que s
azoto a la ciudad. Regrese casi al anochecer a la oficina y nuevamente entregue el informe correspondiente
nel L
chsf
trarlo a estas
informes del avance
-Acompáñeme, necesito de su p
eñ
algo que a los oficiales superiores no les compete. El olor a buen tabaco, whisky y al tan pecul
os uniformes. La gran mayoría de los hombres que fornicaban con prostitutas eran casados y muy
o los cerdos, i
an distinguida del Obergruppenfuhrer es tan horrible y molesta
puta, coronel
prefiera un eunuco, pero de esos no solicitamos -el Reichsfuhrer es un poco e
a mí con una copa de whisky entre sus manos -Te ve
lcohol, no tenían ese toque que busco en una mujer. No había olor a jazmines o ese olor a talco y mucho menos ese sabor a fresas dulces. Mancharon mi camisa de color rojo, un verdadero fastidio. Con calma pase mis manos alrededor de la cintura de una de ellas y la coloque sobre mi regazo. Sus caderas bien formadas atacaron con una danza circular, pero aun así, sintiendo el roce de su sexo contra el mío, no pude lograr la tan anhelada erección. No sé si era el lunar falso junto a su labi
nitivamente el p
imales salvajes. Entre olores a sexo y a genitales, aquello me daba una sensación de no encajar en el a
e mí. Tenía un rostro bello al igual que un exquisito cue
más... so
coloque arriba de mi hombro. Sus
el teniente -¡Fornica aquí, queremos es
privacidad -res
el racismo no deben mezclarse y este
te el uniforme mientras observaba como mi compañera comenzaba a meter sus dedos dentro de su vagina invitándome a entrar.
u labio cuando m
l instante que sujete la filo
ienso cometer. Después de que termine con el maravilloso festín, oculte la evidencia bajo tierra. Tomé mi uniforme y salí del establo. Me
s Cyrille?! -dijo a
año con lo
a SS tenía esas locur
s gra
uy pronto la yegua te
cabello con mis dedos -.Tu madre
su enorme falda -.Es obvio que no te gustan los
con ese argumento muy segur
adre no lo
star en contra de la repúb
ún judío como los
solo somos instrumentos de los a
a lo que nos
uspire
e pasa
-me detuv
ía en tu rostro -recorrió mis labios con su dedo índice -.Devué