que Vicente compró casi todo el centro comercial, claro estoy exage
taban esperando su esposa e hijo, me sentí muy bien al saberlo y pude notar en la cara
a la ducha, el día de hoy ha sido un verdadero lío, mis rosas casi se me march
, después estaba forcejeando un poco con la cremallera de mi vestido, la cual po
en mi punto más caluroso, porque empezaba a in
amor, yo
medida que la iba bajando iba besándome la espalda, cuando termino de bajarla pasó sus manos co
el vestido, el cuál dejé que sé cayera al suelo
y toda sudada. Le acla
e deslizaron hasta llegar al sujetador de mí, sostén, soltándomelo, lo dejé c
ariciaban mis pezones, eso ya me tenía las piernas temblando
s de su camisa era de seda manga larga, el saco se lo había qui
encima de sus hombros y las deslicé por sus brazos quitándole la
ímetro, dirigiendo mis manos hacia su correa, soltándola lentamente, observé su
los lados de su cintura le abrí el pantalón, bajé mis manos y el pantalón cay
rró las manos caminando hacia la ducha, ya adentro cerró la puerta que separa la ducha del resto de mi b
bien fría, si no fuese porque él me tenía abrazada y besándome hubiese salido a la carrera pe
a besándome la espalda y cuello, su mano derecha acariciaba mi pezón d
abriendo la del agua caliente, poco a poco el agua se ponía a una temperatura acep
s yo por mi parte me puse un blúmer de blonda que él me había comprado ese día, él por su parte
a la usaba solo para secarme el cabello, calenté nuestra cena y serví la mesa, m
a unas cerezas, al rato él sale con una botella de vino blanco el cual
as cerezas me hacían hervir mi sangre, mi adrenalina se disparaba dejándome i
tan serio y tan recto si lo contara nadie me creería, era como un niño jugando con j
todavía estaba lo bastante lúcida para disfrutar lo que vendría desp
astre, cuando por fin llegamos a mi habitación las luces estaban apagadas
colita, cuando él encendió la luz me dijo que abriera mis ojos, c
rte también estaba cubierta de diferentes rosas, todo el techo estaba cubierto de g
abrazó levantándome con mucho cariñ
mor –me dijo al oí
s pétalos me di cuenta de que había algo escrito en una sábana que por cierto no era
palabra TE AMO y sobre la o había un sobre pequeño, me intrigó un p
nos me ayudó a abrirlo, después que estaba abierto se apartó sentándose en la punta de
l grano querían ligar conmigo nada más, solo uno fue detallista y lo único que hizo fue invitarme a salir y brindarme un café con un emparedado. No me había termina
emoción, él con mucho cariño me levantó, sentándome en la cama puso sus manos en mi c
parado, yo me encontraba exhausta, me quedé dormida por un momento. Despertándome muy suavemente para que comiera algo y reponer fuerz
la sala con nuestras cosas regresando
bes de qué
pocos los socios que pueden estar en la
o ent
e la impresión, salto de la cama, con una de mis manos me tapaba
de su cuello todavía saltando, él me agarró por la cintura pidiéndome que le cont
da las felicitaciones, me habían ascendido a secretaria de la junta directiva, yo trabaja
, es que las juntas a veces terminaban tarde, todos los empleados se iban a sus respectiv
andaban en taxi a nuestros apartamentos, pero nunca imaginé que me iban a ascender
ta venía un cheque con un bono especial para que me comprara ropa adec
mos la botella de vino él miró la hora notando que todavía era temprano, eran las 7:24 pm cuando
és de entregarnos las botellas regresó a su confortable hogar. Al día siguiente,
taba listo, me molestó bastante que se hubiera levantado, me gustó mucho c
extrañó bastante porque yo no contaba con una. Cuando por fin llega me preguntaba quién habría
obre mis piernas vi que n
esto
e para seguir cele
ocinas
s a mí se me quema todo
argo, él es cliente de un restorán
lo im
dices?, ¿qu
o no tengo de
as, el ascenso me lo dieron el jueves, viernes y sábado no fui para
lunes en la recepción me estaba esperando mi nueva identificación, mi amiga cuando me vio vestida
atado de todo lo que estaba pasando ante mis ojos, vi como mi amiga se alej
ía es que ella se estaba revolcando con ese patán para que la ascendieran, mi día f
amiga, no me quedaba casi tiempo para pensar en ello, tampoco me percaté
erencia muy importante, Vicente no se hallaba en la ciudad, lo había
cina y que le haga el favor de recoger unos documentos que había dejado en s
y de paso cumplí con el encargo que me había pedido Federico, ese día
se un momento –dijo el guardia de seg
or se escuchó u
nganla. –Era Fed
re ahora?
rona –contestó Feder
ablando? Yo no m
n paquete que contenía un
ún paquete en
vís
anquilamente, lo que no me gustaba era que todos lo
do mi contenido en el mostrador de la recepción, cuando s
ulmón. ¿Cómo llegó eso a tu bolso E
Alfonso,
na y trepadora. –Gruñó Fed
ene que creerme, y
las ladronas. –Volvi
s te delatan, el paque
bado nada, d