ítu
en la cama ni un poco más. Debían abandonar la habitación antes de las o
no se sentía del todo bien. Sus músculos seguían agotados, pero no se
ca de una nueva dirección. Necesitaban una computadora y, como no sabían dónde encontrarla, caminaron hasta las calles
a que tenía varios puestos de internet y de telefonía pública. Ingresar
abría el navegador-. «An
ados de la búsqueda, había algunos
ar a los terrenos aledaños al antiguo fuerte era a través de recorridos
og que mencionaba algo sobre la posible presencia de
-suspiró Zoey, recargándose c
o si
los alcanzara a la localidad de Las Grutas, un balneario turístico en la costa atlántica qu
cil de acceder sin un vehículo y sin guías. Ella no podría subirse a la espalda de Zack
o cuando llegara el momento. Una vez que estuvieran allí y pudieran ver con
jo Zack, palmeándole el hombr
s. Pagaron por los boletos y se acomodaron en la pequeña termin
rupo de adolescentes que parecían haberlos tomado de punto y
r nada, y aguardó con una sonrisa. De pronto, uno de los jóvenes molestos se puso a ll
reprend
entras el bus se detenía. Le puso
on mapas en una cabina de información turística y fingieron
ocales-. Los contingentes salían del cent
l mapa -dijo Zoey mient
ría camina
ordó ella, con una mueca-. Las excursiones cuestan muchí
veremos. Dijimos que lo resolveríamos en el momento, ¿verdad? -añad
ontrar una agencia de remises* para solicitar que un coche los acercara por al Fuerte Argentino. El
. La palabra ha sido tomada del francés remise, que es la elipsis
vo y los chicos miraron la calle de tier
n que los lle
tiempo que le pa
descendieron con prisa y
yan solos -insistió el homb
remos tomar fotos -añadió Zoey, con una sonrisa genuina-. Tenemos
oche y nadie va a v
or-. Chicos, mejo
Zackary mientras cerr
la calle de tierra. Al remisero no l
totalmente despoblada y el
enemos mucho que
er el bolso al suelo
, así que estaban seguros. Parecía que, a esa ho
s que aparentar ser normales -recordó Zoey mientras se subía y se ac
mar el bolso ant
furcación que los obligó a sacar el mapa y decidirse por el camino de la izquierda. Mucho después, cuando ya estaban totalmente sucios y Zoey tos
a de excursión?
s y asombrosos, se delineaba el fu
ra y luego se sacudió el polvo de los pantalones
me -exclamó al
ó ella. Sin dudas, no s
ue rec
omo pudieron a la base del Fuerte Argentino. Se trataba de una meseta jun
el sitio, se encontraban con más
ozo antes de que ella lo viera-. Supong
o, quizás? El la
ros de altura y parecía ser un sitio natu
lguna señal de su parte, teniendo en cuenta que ese podía ser el lugar de otro templo o secreto oculto que tuviera una estrecha relación con el collar. Sin emb
roso que nosotros -murmuró Zack, después de que
dría haber aquí que nadie
hemos seguido las teoría
algo más -dijo ella, tentada a reírse por la frustración que sentía. Habían sacrificado mucho para huir de Peat y, a la vez, para encon
Se trepó a una roca
obamos la magia
Seguramente tendrían que llegar hasta allí como tantas vec
ubes -av
a había llegado tan alto, era un gran desafío. En cualquier otra circunstancia, ella tampoco
Zackary se inclinó un poco hacia abajo y luego saltó, con tanto poder que el aire voló sus cabellos y
no llegaban, prefería
ictoriosa hicieron que ella levantara finalmente la cabeza y comprobara qu
ndo un puñetazo en
nuó aferrada a su espa
dándole la razón. Nunca hubiese i
arse sin mareos ni vértigo. Entonces, pudo admira
a, además de ellos, por supuesto, era atronador. Se sintieron decepcionados por no ver nada más que rocas y tierra, aunque ambos q
la pena. Tomémoslo como un paseo
llí tampoco era capaz de percibir
ue esto era lo único que teníamos como esperanza
que no supiera qué decir en esas circu
ado a otro de todos sus problemas. En aquel momento, Zoey se preguntó qué hubiera sido de ellos si Zack nunca hubiese co
poder del dije? -preguntó ell
eca y despegó lo
odos? -contestó,
siglos y siglos de antigüedad, nosotros poseemos apenas un puñadito de años. Pero Peat tiene mucho más que eso. Ha v
razó con m
Peat de todo esto. En parte, es cierto lo que dices, ¿qué sen
no podían ima
rió temió decirlo en voz alta. Era demasiado irreal pensar en que Peat podía querer algo
alquier tipo de señal. Mantuvo la boca cerrada, pero estaba cada vez m
letas naturales que se habían formado entre las rocas con el paso del tiempo. Era un lugar bonito. Cuando estuvieron en la orilla, Zoey comprobó que el agua no estaba tan fría como en otras partes de la
y señalándole el Fuerte Argentino, ahor
las paredes altas del fuerte, que se veía tétrica y f
lla con una sonrisa y la
no se podía el interior desd
para recorrer a esa hora y de que, aunque Zack pudiera ver en la oscuridad, para Z
interior, apenas unos metros dentro-. ¿Qué pu
refrescar y el hambre, que no había estado pr
é ha
intemperie, pero ya mañana temprano podremos ocuparnos
ada entre los brazos y las piernas de Zackary. Después pasar el día dando vueltas por sitios desconocidos, estab
os sobre cosas que