contado todo lo que Dorothy hizo a tus espaldas. Todo es mi culpa. Por favor, no la fuerces más. Ella se preocupa mucho por ti; es por eso que quiere usar al
da que he visto en toda mi vida!", se mofó Dorothy. Se puso de p
ue debo hacer todo lo posible para pagar su amabilidad, ¿verdad? ¡Es cierto, siempre estaré en deuda con ellos, pe
lie se mostraba con una expresión asustada, y
y; con gestos sombríos sentenció: "Tú no tienes la últi
puesta, unos pocos hombres vestidos de negro, altos y forzudos, cor
us mejillas. Sin embargo, ella no era rival para esos hombres recios que la arras
intensificaría el conflicto entre los dos. Mientras Dorothy se acercaba cada vez más a la mesa de ope
idaron, de repente, se liberó de las ataduras y se tambaleó hacia la puerta. Ya no le i
rostro. Quiso detenerse, pero ya era demasiado tarde. Pronto, sintió un dolor agudo en el pecho, ta
..
s. Luchó durante mucho tiempo antes de poder abrirlos: estaba en una sala. Pensó en su bebé, y de manera inconsciente posó una mano sobre
ció frente a ella. La expresión de Dorothy se transformó casi
o aquí? ¿Quieres la
fuerte empujón mientras nadie la veía; como resultado, Dorothy había caído al suelo desmayada. Doroth
n la vista fija en el abdomen d
odía suponer que no fuera suficiente para hacert
ie directo a los ojos, sonrió con frialdad y dijo: "Supongo que conoces bien a Credence. Si le digo que tuviste algo que ver con el accidente de
de repente y gesticuló con exagerada inocencia. "Además, sin pruebas, solo ar
trecerró los ojos y se mofó: "Ahórrame tus tonterías. ¡
parecía no quedar más remedio que hacerlo por las malas. Rosalie desvió la mirada y divisó un vaso so
bolso, caminó hacia Dorothy y,
Credence. Bien, hagamos una apuesta.