img Mi mejor amigo, mi obsesión.  /  Capítulo 3 La Torre de Reginald I | 4.41%
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Historia

Capítulo 3 La Torre de Reginald I

Palabras:2216    |    Actualizado en: 15/02/2023

ventanal del cuarto contaba con una gruesa cortina que impedía que, en verano, la temprana luz del alba ingresara en el dormitorio. Confundida, tomó el móvil que había dej

ó ante uno de los mensajes, el cual decía: «Buen viaje, cariño, disfruta». Si aquella seguidora conociera el motivo de su partida... Sin embargo, a pesar de la incomodidad que le causaba

ojos de pa

tarde? La noche anterior se sentía cansada, pero ¿tanto? Desconectó su teléfono del tomacor

ego dirigirse hacia sus maletas, preguntándos

sin embargo, haciendo memoria, cayó en la cuenta de que la noche anterior, presa del cansancio, había buscado su

ablos podía colocar sus cosas, pero antes tenía que atender a las súplicas de su estómago, que no dejaba de rugir. Estaba hambrienta. La lasagna de la noch

ía quejarse demasiado, ya que aquello, a pesar de todo, tenía algo positivo: la angustia dolía bastante menos que los días anteriores. Al parecer, el sueño le había proporcionado un descanso a su pecho, o quizás se debía a que se e

n ajustado jean y una blusa color verd

a ocultar las enormes ojeras que habían comenzado a aparecer bajos sus ojos color miel,

m, saliendo de su habitación, la cual se enc

ba las muletas de Liam y comenzaba a bajar las escaleras-. ¿Po

casi dos días sin dormir y necesitabas descansar. En segundo lugar, duermo arrib

, en cuanto bajaron el último

ondió, recibiendo las muletas-. ¿Tienes hambre? -preguntó,

rió-. Pero sí, e

atrevimiento de pedir unas facturas en una pastelería argentina que a

s cejas, en tanto se adentraba en la

ba una gran bandeja, que depositó sobre la mesa-. Allí encontrarás las tazas -agregó, s

Denise, sin poder s

tinas-. No estaba seguro de que quisieras comer un desayuno típico irlandés, así que... En fin, hay de t

sa, mientras introducía en el microond

confir

son mis

uál

n especial las

la que contenía una mermelada extraña

que el pitido del microondas le informaba que su café ya estaba listo-.

os de la pastelería me dijeron que podían gustarte y qu

as pro

o pienso

solo un

No

ió, poniendo ca

guro de que s

poco, si no te g

asas con aquel extraño dulce sobre ella, y se la llev

-suspiró Liam, antes

e aquel bocado y

e, alzando las cejas

con dificultad-. No, es horrible. N

ctura que su amigo había dejado a medio comer, y le di

digas. No volveré a pr

ndía por qué tanta exageración, pero as

os más tarde, logrando que Denise bajara la taza de

uspiró,

a factura, agradeciendo que no le hubiese hech

eguntó Liam con

ta de archiv

puedes h

ia y puedo hacer con ella lo que quiera. De todos modos,

o la parte más importante de la discusión con su madre. Que no tuviera cabeza para aquel

-. Entiendo que puedas

ta, más allá de las decenas de críticas destructivas y de las escasas ventas, no dejaré de hacerlo -le

observó,

sí sabía que aquella no era Denise, al menos, no era

dió en Buenos Aires... -co

o hablar de eso -lo cortó,

iento -se disculpó-. Te escucharé cuando qui

que te he

ocultado una parte importante de la verdad. Pero no te culpo -aclaró, al ver como su amiga comenzaba a abrir la boca para responder ante

ijo, bebiendo el último sorbo de su ca

ise era alegre, divertida. Denise era quien siempre se encargaba de encontrar un mo

se, mientras se levantaba y colocab

ueño sobre de tabaco y un paquete de pap

í está

filtro -

o. Solo te pediré que me lo arme

y comenzó c

illo recién liado-. Si no piensas continuar con la histo

zó la primera bocanada de humo h

ino hacia aquí, se me ocurrió una idea, pero le

gado, al ver que aquel tema l

e falta mucho desarrollo. Lo único que sé es q

eguntó, alzan

areció maravillosa la idea de ambientar una historia aquí, en Waterf

tu mejor amigo -

gesto, mientras su e

o -enfatizó, bromeando e intentando alejar la sensació

fecto que quieras ambientar una historia aquí, pero creo que antes de ha

eguntó, con la ilusión

asi

¿y tu

siado -respondió, tomando sus

ndo i

Haría todo lo que estuviese al alcan

hor

yo me ocupo de unos detalles en el estudio -dijo, saliendo de la

do que tengo -dijo,

vuelta y valo

s lo más incómodo que hay en tu guardarropa. Solo espero que luego no

bajó la

enen mis

tos -respondió, r

iré de tenis, en

una media sonrisa, perd

par de pantuflas! -exclamó, molesta.

el estudio-. Vamos, ve y prepárate que en

stoy

lo di

roblema. Sin embargo, luego de aquel análisis, recordó que no estaba

alones que la separaban de la planta su

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Contenido

Capítulo 1 Un viaje desesperado I Capítulo 2 Un viaje desesperado II Capítulo 3 La Torre de Reginald I Capítulo 4 La Torre de Reginald II Capítulo 5 La maldita Trinidad Capítulo 6 La verdad I Capítulo 7 La verdad II
Capítulo 8 Secretos y noticias
Capítulo 9 Secretos y noticias II
Capítulo 10 Una entrevista inusual I
Capítulo 11 Una entrevista inusual II
Capítulo 12 Un jefe particular I
Capítulo 13 Un jefe particular II
Capítulo 14 ¿Es tan obvio I
Capítulo 15 ¿Es tan obvio II
Capítulo 16 Sentimientos al descubierto
Capítulo 17 Figurita repetida
Capítulo 18 El cuadro secreto
Capítulo 19 ¿Quiénes somos I
Capítulo 20 ¿Quiénes somos II
Capítulo 21 Confusión.
Capítulo 22 Arrepentimiento.
Capítulo 23 Tramore Beach
Capítulo 24 Desaparición
Capítulo 25 Incomunicada
Capítulo 26 Una Prostituta de Oro
Capítulo 27 Reconciliación Con La Vida
Capítulo 28 Una Noticia Inesperada
Capítulo 29 No Te Vayas
Capítulo 30 Un Pase A La Legalidad
Capítulo 31 No Hay Damiselas En Apuros
Capítulo 32 Visita A La Comisaría
Capítulo 33 La Librería De Las Sorpresas
Capítulo 34 Los Resultados
Capítulo 35 Demasiado Que Procesar
Capítulo 36 Una Dolorosa Verdad I
Capítulo 37 Una Dolorosa Verdad II
Capítulo 38 En Busca De Respuestas I
Capítulo 39 En Busca de Respuestas II
Capítulo 40 Carpe Diem
Capítulo 41 Efecto Mariposa
Capítulo 42 La Historia Cobra Vida I
Capítulo 43 La Historia Cobra Vida II
Capítulo 44 Esto No Es El Medioevo
Capítulo 45 A Escondidas
Capítulo 46 No Quiero Un Mr. Darcy
Capítulo 47 Un Mal Presentimiento
Capítulo 48 Un Regreso Fallido
Capítulo 49 Una Macabra Broma Del Destino
Capítulo 50 Alteración Cardíaca
Capítulo 51 ¡Cree, simplemente cree!
Capítulo 52 En El Mismo Pozo
Capítulo 53 El Interrogatorio I
Capítulo 54 El Interrogatorio II
Capítulo 55 No, no puede ser
Capítulo 56 ¿Qué le hiciste
Capítulo 57 Obra Milagros
Capítulo 58 Una Sorpresiva Visita I
Capítulo 59 Una Sorpresiva Visita II
Capítulo 60 ¿Qué Harás
Capítulo 61 Un Obsequio Muy Especial
Capítulo 62 Maldita Ansiedad
Capítulo 63 Una Salida Imprevista
Capítulo 64 Nada Mejor Que La Comprensión
Capítulo 65 Dímelo De Una Vez
Capítulo 66 Un Giro Inesperado
Capítulo 67 Un Shamrock De Cuatro Hojas
Capítulo 68 Epílogo
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