cuánto le hubiese costado un taxi. Había deducido que la casa de su amigo no se encontraba demasiado lejos de la term
zaba a adentrarse en la ciudad. Y sus ojos se abrieron
terford a través de fotos en Internet, no podía evitar sorprenderse ante la majestuosidad de to
Irlanda del Sur, golpeaba su rostro mientras esperaba que el h
onsideraba que no podía dejar atrás. Sí, había tenido que abonar una buena suma extra por el exceso de peso, pero no le había importado demasiado. No podía estar sin sus libros, su computadora port
haciendo un esfuerzo abismal por transportarlas,
cuál era el índice de criminalidad de aquella
o, los buses provenientes de Dublín
entemente. Sosteniendo la muleta derecha bajo su brazo izquierdo, sacó el móv
atentamente a su amiga-. Bien -asintió-, dame un par
nción, y, tras acomodar sus muletas, pus
an y, en cierta medida, resaltaban sus ojos de incierto color. Sus iris jamás dejarían de ser un enigma para ella. Nunca había sido capaz de prever qué color encontraría cuando lo m
a, olvidó por completo sus pertenencias y se la
e siempre se dirigía a él. Aquel abrazo logró que sus ojos, que en ese momento eran de un azul intenso, se anegaran en lágrimas. Había perdido la cuen
separó con
an viejo -dijo con una sonrisa ca
smo modo-. Yo no te recordaba tan bajita y extrava
Sobre esta última llevaba una chaqueta de cuero color negro, lo único de aquel atuendo que Liam podía considerar apropiado para un viaje tan largo como el que había realizado. Alzó las cejas, pensati
s, luego de colgarse al hombro su bolso de mano-. Me encantaría poder ayudarte, pero... -agregó con un
ro que por mi culpa te quedes sin tu pierna derecha también. -Liam rio, poniendo los o
diez cuadras de aquí. Deni
ira quien es la amargada ahora -dijo, mientras Denise bajaba la cabeza y lo observaba a través de sus largas pestañas-. Vamo
abía cómo, pero Liam siempre, absolutamente siempre, lograba mejorar su humor. Mientras la pregunta de l
an ocultas, había sido una excelente idea. Sí, sabía que había actuado de manera impulsiva, pero, después de ver a su único y mejor amigo
arma y el seguro y abrió el maletero, permitiéndo
nto? -preguntó, mirándo
umeró, mientras rodeaban el coch
conseguir aquí? -preguntó, mientra
que no se me da muy
tiendo, pero ¿la r
rros ya están en las últimas -dijo, mirándolo de reojo en tanto se coloc
udarte. No tienes que p
saliendo del
parte de mí -murmuró, con la
para luego volver a posar la vista en la carretera-, puedo hacerlo mientr
ser una carga para ti. -«Demasiada carga he
mó, con una m
ora del mejor amigo del planeta, aunque ya le gustaría que... Frunció el ceño y apartó aquel pensamient
? -preguntó Liam, a
e bistec y papas, por favor -re
te en el que sirven un
referiría pedir algo para ll
comer? -repitió, mientr
ntestó, si
r perfecto -dijo, sonriendo-. Espe
me subí al avión. Cual
n lo más mínimo. No estaba seguro de por qué, pero tenía la sensación de que Denise le ayudaría más de lo que podía imaginar y él también