argo, aquellas apreciaciones se las guardó para sí misma y a Liam tan solo le dijo que le había parecido uno de los mejores sitios que habí
, había ido perdiendo el interés y la concentración en lo que le decía. Sin embargo, aquello no le disgustó, ya que al menos hab
ra? -preguntó, una vez
sito un té y una ducha
mbién -dijo, encendiendo
o la humedad que se había acumulado en sus ropas, tra
n largo silencio, durante el cual se había
-respondió la muchacha, apartando la
vil del bolsillo delantero de sus vaqueros y ten
noche decidí
e te quejas de que yo
azón. La había atrapado
erto -dijo, levantando una
gesto mientras se encogía de ho
no móvil-. En la lista de contactos encontrarás
vegar por aquella interminable
! -exclamó, al c
ntó Liam, frunciendo
blos tienes tantos números de
el rabillo del ojo
s -dijo, poniendo énfas
se, volteando los ojos-. ¿
do papá pasa por casa, cosa que sucede relativamente poco, Ébha también se encarga de
usta cómo cocina? -
de maravillas, pero no me
or.
to más inválido
mbécil -dijo Deni
a con respecto a su discapacidad. Ser cuestionado por sus sentimient
ra un imbéc
pir
da mexicana -propuso,
a mal, para
me dijiste cuál era el segundo punto po
aba el contacto del delivery de comi
muró, luego de e
ué no t
e, tú nunca me
os,
no tengo derecho a
o es meterse en mi vida.
ana-. Te recuerdo que fuiste tú
ró-. Pero, vamos, me da curiosidad, d
ía derecho a aquello,
becka y a Adam Warren
afirmó-,
exnovia y al hermano y esposo de ellas, respec
sus adentros y suspiró. Ya le parecía que la cosa había ido demasiado bien. Sin embar
entes algo por ellas?
por ellas, pero son buenas clientes. Y Adam... -dijo, cortándose-. S
clientes como para poder rechazar los
-preguntó, cada v
regar-: Es solo que no entiendo qué es lo que pasa
da
e quien se quedó co
stacionaba en el garaje de su vivienda y se
que esperaba oír. Liam le había ocultado aquel importante deta
acia el interior de la casa-. ¿Adam e
significaba que había dejado de dolerle el recuerdo de como Clara lo había abandonado. En un principio, no estaba del todo seguro de qué le dolía más: si el hecho de que su mejor amigo se hubiera quedado con su novia, o que esta lo hubiese dejado por Adam Warren.
dez que si hubiese sucedido el día an
vilístico. Ese día, su pierna izquierda había sufrido un gran daño, por lo que los médicos se habían vis
aron que era una maravillosa idea subirse al coche de su tío y pisar el acelerador al máximo, sin tomar ninguna precaución. Liam jamás había participado de algo como aquello, y la emoción lo había invadido
seguro era de haberse subido al vehículo, para luego despertar en la cama de un hospital sin sensibilidad en su pie
dada por haberse encontrado ocupando el asiento del acompañante. El coche había recibido t
lla extremidad, intentando hasta lo impensable. Pero una horrible gangrena termin
ría dejar de lado ciertos hobbies. Lo que en ese momento no pudo ni siquiera imaginar era que aquel accide
iam le pidió a su padre que lo acercase hasta la casa de Clara, su novia. No veía la hora de verla
hasta la puerta, donde fueron recibidos por la madre de la mu
ue una vil y asquerosa broma de Clara, por lo que decidió que lo mejor e
de la muchacha había comunicado los mensajes de uno y otro
e abrazarla, recibiendo por
ijo, sin un ápice de compasión por su estado. Los sentimientos que al
cho una semana, que tristemente se convierten en cuatro, regreso con unas ganas loca
a de su habitación, lo observó de reojo con hastío, para luego
sagradas -respondió,
. Unas gruesas lágrimas, las cuales se apresuró a secar con el dorso de su mano, comenzaron a brotar de sus ojos de cambiante c
eguró, intentando ma
sagradas y... y hay alguien m
. ¿Por qué? ¿Qué sucedi
r contigo, Lia
or
En fin, con Adam estamos saliendo desde hace un par de semanas. Es atractivo. No tanto com
que ya nada valía la pena. Había perdido a
os estudios, procurando así no caer en depres
Liam siempre había creído que el saber no ocupaba lugar y, buscando evadirse de sus pensamientos negativos, decidió desoír a su progenitor y matricularse
spués de todo y a pesar de la culpa que tenía, Liam sabía que la real culpable
o, siempre lo había considerado un hermano y no podía con la sensación de romper cua
hermana de Adam, quien, tras fallecer sus padres, había decidido comenzar los estud
e por momentos lo sacaba de quicio. Sin embargo, había aprendido a quererla, con sus defectos y virtudes, llevándolo a que, meses más tarde,
ndo su atención y apartándolo
o, dándose cuenta de que aú
cha, haciéndole señas con las manos e i
pó, adentrándose y pe
caminó hacia la cocina, no sin ante
, mientras sacaba de su bolso
e Argentina? -preguntó, al
tazas del armario-. No sabía si aquí encont
enemos todo, querida -d
uieres o no? -preguntó de nuevo, m
accedió-, pr
Cu
e no sea tan horrible com
a -lo co
que
e te encantará -aseguró, mientras llenaba con agua e
ué
ara y de Adam y te quedaste congelado. Igual tampoco me has dicho por q
como si eso lo explicara todo-. Cre
ién tú, ¿no podías buscar una mujer heterosexual y,
, mientras Denise colocaba los saquitos de té en
, la muchacha, encaminándose a la me
ando la infusión qu
é pensabas? -insisti
mientras se llevaba la
ijo, asintiendo, tr
evades la
sus
mo fue... -comenzó a
..? -lo ins
que suce
la historia, pero jamás me contaste
La víbora, trepadora e interesada, siempre ha sido Clara. Adam solo aprovechó la opor
o logro e
, confiándoselos a su amiga. Ni siquiera su padre, quien lo había acompañado ha
ue acababa de oír. Era más que consciente de que había ge
to -fue lo único q
tacto con ellos, pero se dejan una buena cantidad de di
sí eres un poco imbécil -dijo, soltando una sonora car
acabo de contar algo que nadie sabe, ni siquiera mi padre c
nándose-. Perdona. Tie
oy bien -dijo Liam, q
ado que percibía que había algo más rondando la cabeza de su
xtrañado tanto aquella costumbre, y ahora por fin podía retomarla, aún a riesgo de... Alejó aquellos pensamien
su amigo. Su estómago dio un vuelco. Aquella cercanía terminaría
e. Sé que no soy un genio, pero esos re
así solo por La m
zo del abrazo y se giró en la
ieres, entonce
o que no te está haciendo bien. Hay algo que te estás gua
servó sin
, no me molesta, por el contrario, pero te conozco lo sufici
a que estoy feli
o sé que no es así, de lo con
ué contarte tod
inas haciéndolo -dijo,
ue mi mejor amiga llegó y vive con
o que aquello resultaría más di
sp
eza-. Sé que hay algo más.
a misma manera que
remedio que contarle la verdad de lo que había s
l mismo momento en el que el ti
tiempo. Denise blanqueó los ojos y, con una leve inclinación de la cabeza, le indicó
tenía por qué ocultarle aquello, pero acababa de confesarle que, técnicamente, era un im
platos del armario empotrado y los colocó en la
abriendo las bolsas de papel
cos al pastor
sabes de com
suele pedir
, notando como Denise titubeaba a
ajando, leyendo o simplemente viendo una serie o una película. Suspiró. Sí, definitivamente, si quería conocer qué le sucedía, tendría que contarle la verdad, aun cuando aquello le doli
la mirada, sorprendido-. Te lo contaré, aunque no ahora, no hoy al menos, y no hasta que no me di
bservó, p
usto, pero ¿
aré. Tal vez mañana, luego de que me dedique
cir Liam, siendo inmediatamen
tomar uno de los tacos al pastor y llevárselo a la boca, dándole un mordisco-. Es más, creo saber d
Sí
ne algo que ver conmigo, con el
abes
naste -aclaró-. Por la tarde, cuando desperté, pensé en acomodar mi ropa, pero al abrir el armario me lo encontré a rebosar de cajas. Pensé en preguntarte en dónde podía poner mis cosas, p
a cabeza, mient
uivocas -cont
en mí -dijo Denise, poniéndose de pie y, acuclillándose
ra sus pinturas, sus escritos y demás. -Sonrió con nostalgia-. Saqué todo y lo puse en cajas con la intención de clasificar las cosas, ver lo que
que aún te duele su partida, no ha pasado demasiado tiempo
ién sé que es lo que ella esperaría
ucede c
Sobre todo, si llegase a leer los diarios que escribió.
ras. Puedes solo darles una hojeada y solo si quier
en silencio por
seguro. Además, tantos recue
? -preguntó, compren
ijo, con la mirada clavada en un punto
padr
He intentado hablar c
ue revisaras las pertenencias de Nahomí, i
uesto a ayudarme -dijo-, ni siquiera pasa demasiado tiempo en casa, entre viaje y viaje, porque le duele
Éb
e nuevo. Ya lo hice una vez y
vó expectante, ladeando la cabeza-.
Ya has visto q
s mucho más, así que no tengo prob
-preguntó, a
se
rincipio de aquella relación de amistad, Deni
ró, estrechándo
s por qué
ue jamás imaginé tener
a evitar que una lágrima traici
mundo -dijo, en un susurro
que, aunque no era del modo que ella deseaba, la r