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actual
i primera entrevista de trabajo y es en la cadena de noticias con más trascendencia en la ciudad, Los Ángeles Times; poseo excelentes recomendaciones, mis prof
ser lanzados a la calle por el banco, la hipoteca tiene demasiados meses de retraso, esta residencia es nuestro único patrimonio, no tenemos otro lugar al cual acudir. Lo que nos ha tocado vivir
haciendo algún truco, así transcurría Halloween para el resto de las personas, mientras que a mi familia y a mí la angustia nos consumía por l
hija, compasiva, amable y excelente estudiante, aunque últimamente había cambiado un poco; se encontraba en la e
dida de nuestros padres, al principio solo era por diversión, pero al parecer con el pasar de los días se quedó enganchada con un joven que era de nuestra misma ciudad y por las fotos pub
adrugada. Mi hermana me hizo prometer que no le diría a nadie lo que ocurría y yo cumplí la promesa hasta la noche de su desaparición, d
o y entonces me preguntaron si yo tenía alguna idea donde pudiera estar. Les dije que no sabía nada, aunque si les hablé de que Lilah pasaba muchas horas en la computadora y que c
mi padre recorrió nuestro vecindario y los vecindarios vecinos y no encontró rastro alguno, y
aba cerca de su residencia vieron algo entre los matorrales, curiosos se acercaron para distingu
delictiva era prácticamente nula, por lo que encontrar un cad
es heridas con arma blanca, el crimen fue atroz, cerca del cuerpo se encont
orque ya había pasado un par de días y nada se sabía de ella. Más toda ilusión murió cuan
ficar el cadáver y efect
as mujeres más; las contactaba por internet, las sed
os vino encima y mi vida cambió, aunque era una ch
dejé de estudiar en un colegio normal para ser trasladada a una escuela de monjas. La tecnología fue sacada a golpes de la casa, nada de teléfonos ni computadoras y menos intern
de no ocasionarles disgustos porque sabía de primera mano lo que habían sufrido. Me convertí en una persona tímida y re
oras indicándole el sitio donde me encontraba. No me molesté en socializar, ya que no me sería permitido, así que
que solo me faltaba la prenda, ya poseía una vida muy parecida a las monjitas. Algunos podrían decir que mi existencia e