is
ha dejado pensar mucho, ya que se me vino a la mente que mi
única salida era vender mi vida al diablo, a ese viejo que me sacaría de todos mis problemas, sin
que vender mi dignidad porque no tengo nada. La desesperación me ha orillado a tomar esa decisión tan drástica. La respuesta de ella f
oner excusa y menos negarme, me indicó que debía pedir permiso y que no tenía de otra que ir al apartamento y ponerme uno de sus vestidos,
en contra de mi voluntad de convertirme en una loca mentirosa, fui donde el
automáticamente empezaba a sudar y no se diga del aire que me estaba faltando, sí, r
en una maldición porque no he firm
o dudó en levantarse de su escritorio y venir hacia mí y yo como una estúpida retrocedí y caí en suelo como una bruta, a como pude me levanté rápido y le dije en voz alta q
ento y buscar el vestido, los tacones y peinarme, sin que nadie lo pudiera cree
animal, pero todo era cierto. Tras dejar la ropa en el piso a mi paso me fui a dar un baño de quince minutos para luego ir al closet de Lucero y buscar el bendito vestido.
staba terrible, el enorme problema es que entre mis nervios y las llamadas insistentes de Lucero no ayudaban mucho, así que tomé la decisión de salir del taxi e i
puente, pero minutos después recapacité al recordar a mis viejos. No importa las llagas que los
sada, adolorida, cansada y lo único que hizo
, ya que si me hubiese venido de deportivo estaba seg
para rematar el hombre que necesita casarse es el mismo por el
engo frente de mí al hombre perfecto
osa y lo peor es que no me deja de ver de arriba
o, pensé que él me hablaría de la misma forma que ayer,
él, ya que ayer me dio otro aspecto de su pers
oneda, aunque mi amiga diga que es el h
te que estoy nerviosa y que él lo está n
de nada que lea un contrato del que ten