img No te esperaba ¿Cómo ser mamá soltera y no morir en el intento?  /  Capítulo 5 Bye, bye, cuento de hadas | 71.43%
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Historia

Capítulo 5 Bye, bye, cuento de hadas

Palabras:2340    |    Actualizado en: 20/03/2023

persona con mejor coordinación cuando atravieso la puerta del edificio. Debo agregar t

ta la puerta de mi hogar, porque, de lo contrario

nar con tacones sobre el piso pulido; así que, con

s ronquidos de Harry, el guardia, dentro de su oficina.

ntido, echo un vistazo a través de las puertas de cristal que conectan con el

star como loca buscando en hospitales o est

ome en una de las vetas grises del mármol mien

ovio haya preferido llegar a encerrarse en el departamento

hacía el interior cuando, por decreto divino (o cómo se

o qué

rente y agu

reacción automática de mi cuerpo es liberar un sudor frío e

inda la escena. Lo primero que identifico es esa maraña

ris

rostro del hombre que ahora está cubierto por

n y tristeza. Mis ojos se llenan de lágrimas enseguida y un

e metal que adornan el recibidor. Es una figura antropomorfa a la que yo siempre le he encontrado parecido con un elefan

a la adrenalina o al alcohol en mi sistema. Con cada paso que doy, la escena se vuelve más clara y mi sangre comienza a hervir. Kristal

jo d

ra un bate de béisbol. Ambos están tan concentra

provocando que este se estrelle en el acto. El estruendo deja un e

a de una fotografía. Los ojos de Kristal están muy abiertos. El horror se refleja cl

, el cabello revuelto y la piel más pálida que la de un mu

e el asiento del copiloto. Y yo comienzo a acertar más golpes contra el parabri

está hecha un ovillo sobre el asiento del copiloto, cubriendo su

nándolo con una fuerza que sé que dejará marca; y tira de él haciéndome chocar contra su pecho,

n unas inmensas ganas de arranc

¡¿En serio te atre

entir sus uñas clavándose y retorciendo la chaqueta de cuero. No responde, pero

por él esté momento: Asco -... Eres una porquería, Joan. -Le escupo en la cara, t

ecejo se arruga por una fracción de segundo, sus ojos ahora están más

ula que haya conocido en mi vida -Sonrió con burla cuando mis ojos se posan en su entrep

late!

ntra un ata

, ¡Ya!, ¡Cierra

labios y de paso contra mi nariz,

o con todas mis fuerzas, consiguiendo que me l

agitando la mano y

elirroja, quien ya ha salido del coc

auto -demanda él con

ro.

to, ya! -vocifera, sin qu

spingo y ensegu

re y me aterra lo que pueda hacerme. Da u

e aseguro que no va a terminar bien para tí -amenazo, m

o, Emilia -dice con segurida

del día siguiente, con mi nombre acompaña

ía capaz

. Continúo hablando para distrae

cidades! ¡Lo acabas de conseguir!... Te dejo el camino libre. ¡Ade

rlona aparece

r que largar de aquí, eres tú -escupe con altivez, haciendo que me detenga -Tal vez sea momento

mpo fui dependiente, en varias situaciones, del hijo de puta que tengo enfrente. Pero si cr

n; a la que, palabras como esas, la destrozarían en

lo que pie

ldito lugar?... Me asquea el simple hecho de pensarlo. Y te equi

ntras comienza a acortar la

or, S

viviendo en el edificio, agrad

ta de emergencia que está a un costado del estacionamiento,

está todo bien? -p

la escultura, que, pese a todos los impactos que recibió esta

cosas más feas, son ta

tal, quien trata de ocultar el rostro;

e tu oficina? -Me apresuro a h

pero asiente y comienza a caminar hacía el interior del ed

concentro en marcar el número de Sophie, mientras por las cámaras

de Sophie con v

h, s

ño silencio antes de que vuelva a hablar -¿De dó

ngo ni idea de qué decir -Disculpa que te moleste..

iero decir, claro que puedes pasar la

ero salir de aquí. Voy a llamar un taxi. Calc

mos para allá -dice, ant

as lloro en silencio.

ado sin hacer ningún com

rubia aparece en el ángulo de la cámara de vigilancia. La veo opr

apresura a empujar la pesada puerta de cris

tra montada en el banquillo, al otro lado del re

recae sobre mí. Seguro apenas estaban entrando a su departamento cuando recibieron mi llamada.

rre hasta donde estoy y me toma d

al que aún traigo la chaqueta puesta, no quiero ni

amago de sonrisa se

ente a Harry, quien no está perdiendo detalle de la conversación. Este se acl

or si necesita algo, señorita Allen -dice a

ias,

ome por los hombros y gui

n silencio detr

e ya no lo siento mío; ya no puedo considerarlo un hogar. Mi estómago se

ando mis ojos se encuentran con la cama; la misma en la que desperté es

haciéndome daño co

por mi garganta. Salgo disparada al baño; me inclino sobre el escusado y dejo qu

artando mi cabello. Y por segunda vez en lo que va d

ento destruída. El idiota de Joan se encargo de acabar con

mientras se encargan de meter mis cosas en maleta

de mi vida hayan terminado r

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