de la limosina, Walter, mientras abre la puerta del vehículo, al nuevo embajador de Venezuela
ía... estamos en el departamento de Aveyron al sur de Francia. Aveyron está conformado por veinte pueblos medievales muy hermosos...llenos de mitos y
en la vía, --¿Qué pasó?... ¿Por qué frenas de esa manera? -- una anciana con una bata estampada y una bandana en la cabeza, se a
el embajador tampoco le gustó la actitud de la anciana – Ya vámonos de aquí, rodéala y arranca --, así lo hizo el chofer. Nuevamente en marcha –Padre esa señora es muy
parecía que se posaba sobre aquellos tejados muy inclinados de la imperiosa mansión, -- Hija mía... Contempla tu nuevo hogar --, ¡Guao! padre... que casa tan hermosa, se parece a la de los c
l embajador, el chofer se baja del vehículo y toca la puerta, a los minutos el portón se abre automáticamente, y la limosina pasa.
ludar al homenajeado, de pronto se acerca una señora muy bien vestida de gala, empuja una mesa rodante con una gran torta y detrás la ac
ho--, se trataba de Caterina Dupont Meyer, hermana del embajador – Claro mi querida sobrina, que siempre me acuerdo de tu cumpleaños, ¿Cómo olvidarl
a, quien la ve fijamente, Loria se asusta y retrocede un paso, lo piensa mejor y vuelve a asomarse, ahora se encuentra dentro, en los jardines, corre para adv
de pronto Loria comienza a escuchar voces, como si las personas que estaban allí le hablaran al oído, todos a la vez. Ve a su alrededor, escucha a los vig
yeron mal --, responde afectada Loria, -- Tranquila... le voy a avisar a Leo para que te lleve a tu ha
ha, --Leo...que brebaje es ese que le vas a dar a Loria – pregunta Cateline, -- Mi señora no es un brebaje, solo es una
etirarse --, Loria se siente confundida –Porque escucho a todo el mundo hablando, en esta casa
Leo la interrumpe y no la deja contarle – Yo sé lo que te pasa mi niña
le dice Caterina a su hermano, --Hasta cuando te voy a decir que eso nunca sucederá... pero bien, si estas tan convenci
ad, siente como el aire pega en su rostro, salta los obstáculos a su paso con gran facilidad, va acompañada
l reflejo divisa el rostro de una loba blanca, retrocede súbitamente, pero se vuelve a acercar con cuidado y contempla nuevamente la
sta que llegan al punto más alto de las montañas, donde se ve posarse la esférica blanca sobre ello
a comer, hablan y se ríen, vuelve a aullar el gran lobo, pero esta vez de forma distinta, y arrancan todos hacia donde se encuentran los campistas, ata
da ensangrentada, se aterroriza y comienza a gritar -- ¡Nooo!... no puede ser.... Yo no hice eso...--, en eso escucha una voz que la llama
se contempla en él, esperaba verse cubierta de sangre, pero al encender la luz, nada de eso era cierto, estaba todo no
llena de sangre... dime como lo sabes --, --Tranquila mi niña, yo sé todo de ti, para eso vivo, tu nunca tendrás nada que
ué se refiere la señora, no la entiendo--, pero la tía enfurecida sacude a Leo – No m
altanería y a viva voz – La trato como me da la gana y tú no te entrometas escuincla estúpida --, --Te d
una pesadilla... producida por la fiebre que tiene... le traje un antipirético para baj
Aramis la ve y duda, toca a Loria – Hija tienes mucha fiebre --, toma el frasco de antipirético y lee las instrucciones al reverso en voz alta -- Medicamento para combatir los est
el frasco... ¿Qué te pasa Caterina? ... deja la neura que tienes, aquí la única que sufre transformaciones er
azón y lo descubriré todo, aunque sea en contra de tu voluntad --, luego se dirigió hacia Leo, viéndola a
a, trató de preguntarle a su padre, pero también se marchó. Leo le dio el medicamento y la joven volvió a dormir p