de Raquel me pro
o y ebrio que perdió el conocimiento, en esas circunstancias no me explico cómo logramos llegar a la casa en la que amanecimos. Ap
ha paniqueado―. No sabía que estaba,
erda con
ia lloriquea―. Es la que
l, después Sebastián y así. Saco negro se acercó a mí, me ofreció su mano y la tomé, posiblemente después de eso me llevó a la habitación. En la historia de Ramiro él aún estaba en la
menta Pavel―. El dueño
stián dice exaltado―. Si descubrimos l
ue Raquel era mi amiga y que ella fue mi compañía e
ente historia desapareció, en la historia en donde yo aparezco, Saco negro me llevó. A Pavel seguramente también se lo llevó S
e veo la arruga que surca su frente debido a la concentración de hilar piezas, mi imagen de él se forma, sólida. Es inteligente, es la cl
sa amanecimos once, imagina ir recolectando once personas en una mansión durante un
r a qué hora
grama que tiene en su computadora, la cual, está en mantenimiento
que sabemos es la duración: Veinte minutos y medio; es lo que dura la batería de eso. Desde que me de
se puede ver algo del asesino. Y si la cámara estuvo en todo momento con Sebastián, significa que el tipo no tenía idea de que la tenía. No hasta que lo
o a nuestro alrededor, no parece haber alguien más que nosotros―.
onces
a oportunidad de aventajarlo. Les hago una seña para que nos pasemos nuestros teléfonos y podamos chatear. Nombro al grupo: "Día cero". "Ahora hay que de
lo más natural que puedo―. Pero con lo qu
co―. No voy a chantajear a un loco. Háganlo
ar que es parte del pla
o a mi habitación, saludo a Giuli quien se ríe escandalosamente de al
e vamos a hacer que le sude el culo al cab
e haremos? K
rdan? Sebastián, pásame captura de pantalla
oder enviarlo, recibo la notificación de que un número
rdo, eso no está bien. Algo me dice que se trata del acosador. Cambio de chat para discutir con los chicos nuestra siguiente jugada y me encue
o sabes un carajo". Y entonces Dalia es la que responde: "Sabemos la verdad sobre el cuarto Diener." Estoy conteniendo el aire, la pres
masacre y sinceramente, yo también lo creo. El anónimo pareció alterado por la mención de ese cuarto hermano, significa que dimos en el blanco ¿El cuarto Diener masacró a todos y ahor
cana a uno de ellos, Kendr
so? Si son los asesino
vite a su casa, nos dices y n
pero no se me ocurre alguna otra idea. Reitero
esignado. Perfecto, prefiero eso antes que enfrentarme a ese par de ojos color esmeralda. El resto del día transcurre lento y aburrido, no hay señal del anónimo,
me siento con las ganas de socializar. Estoy centrada en resolver un ejercicio de Geometría An
nsecto. Utiliza una camiseta ajustada que deja entrever sus bíceps perfectamente tonificados, el cabello estaba ligeramente rizado y revuelt
es mié
e voz es
ice con una voz grave que me
o. Debo tener sentido
, c
eo recorrerme desde donde nuestra piel se tocó hasta mi estómago. Cierro la puerta y trago
era es alg
orma de disculpa, pues mi mitad no está desordenada, pe
mira desde arriba es que noto que tiene una libreta, un bolígraf
ejar de admirarlo, sobre todo que ahora tiene una incipiente barba que posiblemente olvidó rasurar. Mi corazón late más rápido, si
ce en voz baja―. No
iría incómoda. Si acaso llegara a tocarme, entraría en combustión espontánea. Sin embargo, e
. Al momento de tomarla, las puntas de nuestros dedos se tocan y casi me disloco el brazo con tal
ndiferente ante el roce y se queda de
acerco tanto como para obligarme a inclinar la cabeza hacia arriba y no
toco un minúsculo trozo de piel. Un gruñido nace en lo más profundo de su pecho, es ligero, pero me advierte. Me atrevo a mirar su rostr
que no sean un obstáculo. Ese repentino movimiento provoca que el borde de la camiseta se levan
El deseo de extender mi mano y tocarlo es inhumano, mis ojos se clavan en esa porción desnuda y admiro a
anquila, aunque mi pulso late a mil por hora. Anteriormente, las inhalaciones y exhalaciones de Tristán eran t
se debe a que no puedo deshacerme del vehemente deseo de acaricia
table, es grato, cálido, bienvenido. Lentamente y admirando todo a mi paso, paseo mi mirada desde su abdomen hasta s
a y noto el contraste entre su piel pálida y mi piel canela, ambos miramos nuestra unión. Soy consciente de que en cualquier momento soy capaz de empezar a temblar. Titubeante, Tr
ide, me incita a seguir adelante. Todo el miedo, la incertidumbre, la pesadez y el desasosiego de l
rdo el control, mi cuerpo recupera la movilidad, pero no obedece a la razón. Me lanzo hacia Tristán y junto sus labios con los míos. En cuanto nos juntamos, la explosión de
lladas y lo del cuarto Diener es tan extraño que no puedo creerlo. Tampoco puedo pasar por alto que ser patán no es sinó
o y mira, turbado, el suelo. Aspira una gran bocanada de aire y vuelve su vista a mí, después toma e
moda la camiseta, sin verme, después posa su mirada en mi rostro
omprobado la existencia de un cuarto hermano, es obvio que se refiere a Ventura. Me imagino a Tristán usando un saco negro, le quedaría bien con ese porte elegante co
y algo sobre los Diener que no me cuadra, un presentimiento sin argumento me grita que algo esconden, pero no un asesinato. Me encantaría que Marlene fuera arres
evar por el odio que le tengo des
no cualquiera, si no involucrar
os mal porque no quiero saber nada de la sonrisa burlona de Joan. Ella sabe cosas, más
se tambalea para ir al baño-. Deberías
y mal, y estoy concentrada en muchas cosas ahorita que no tienen nada q
Diener va conmigo en Anatomía y escuché que hablaba con alguien sobre
ntando historias,
uiero tener que tumbar la puerta
án no habla
er
naturalmente-. Hab
baño y sale. Sus ojos se ven vid
-se lava las manos-. No sabría decirte algo seguro, algo escuchó Hernán de
perme la cabeza con idioteces. Antes de quedarme dormida,
10 pm. Haremos un intercambio, solo una persona v
mediatamente pienso en la fotografía que usó el acosador para amenazarme; la del incendi
ni siquiera cuando golpearon a Pavel. Y pensé que se debía únicamente porque les dije que me atacaron y demás,
disfruten tanto como yo disfruté escribirla. No olviden dejarme comentarios si les gusta y los invito a leer también mis otras historias. L
eT