por la tierna niña; quien constantemen
ias mi peque
t fijo su mirada en el otro ramo
er para
pues el nunca le ha hablado mal de su señor, ni tampoco ha sentido el rechazo de
muy alejada de la realidad además a pesar de tener
et quiere ve
estrés por el futuro y puso una mano en su m
esta muy
típica escusa que
pero como de costumbre, no se quejo. Esto hizo que Humbert se sintiera un poco culpable,
ue pued
otro lado Humbert estaba pensativo. Si, el era una persona fiel al Ducado, una persona qu
a a mi señor sin q
mucho que perder. No tenía familiares; su mundo giraba alrededor del Ducad
adero. En el camino ella no decía nada al parecer ya se
s miradas raras de las personas. Inconscientemente apretó la mano de Humbert con fuerza. Este no se detuvo,
otros; quienes eran más atrevidos, seguían observando y chismeando entre sí sin un
illada ni puesta bajo presión por ningún ser inferior a ella sin embargo
ra el caso, pero aun asi el Duque la sustentaba y nunca le negaba nada relacio
cuerda que eres la única hija de
iro por el flequillo de su
da m
labras, ella le hizo c
, esta b
ó y le acaric
iempre! Debes tener confi
intio y
do empezaron a caminar aún se podía apreciar el atardecer y ahora la noche estaba apunto de caer por ello, cuando
chara al abuelo y a mi? ¿No sere rechazada? Mi abuelo me ha dicho que me pares
ataba de mantener lo postivo. Inquieta, miro a Humbert; quien
e pre
lo que pase yo
o mientras le sonr
e no lo parecía Beryllet era una niña muy inteligente para su edad y seguramente
piro y tocó
se
escribiendo en un papel sin embargo no hubo respuesta.
se escucho una voz ronca p
pasa H
a quier
o había necesidad de eso
le ha traíd
ue frunció el ceño e hizo
inútil de hacer además e
a niña como ell
voz a uno más sutil y cambi
alo de agradecimiento
...
después de un tiempo se escucho como e
e será la últi
...
as