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Historia

Capítulo 5 Dos Dos.

Palabras:2316    |    Actualizado en: 10/04/2023

go más que un bonito adorno y me ha estado entrenando

s? - Pregun

oplo de tristeza. - Mi tío Cha

as habilidades si te enseñó todo l

visita. La Casa de la manada es

lgunas técnicas y yo en cambio le enseñé unas propias. Supe, por lo rumores que circulaban entre

palacio en el que vivía actualmente. Se suponía que estaba construido para que pudieran vivir cerca de 700 lobos, pero yo sentía que en realidad v

en donde se realizaba año con año el Gran baile y me ind

enario y se supone que si uno de los lobos la reconocía como suya, tenía que pasar al escenario y declararlo. Luego serían llevados a una de las múltiples "cámaras de emparejamientos" en don

ue de hecho encontrara a mi pareja hoy y no estaba segura

y estoy segura de que puedes atrasar el momento un poco más. También podrías decirle simplemente que te gustaría conocerlo mejo

daba que mi compañero se revelara hoy. Por eso mi confianza d

a un buen espécimen de macho: Alto, musculoso, bien parecido y con unos hermosos ojos verdes. Las lobas solo veían su exterior; yo lo conocía un poco más y sabí

u mera presencia .- Daremos comienzo en pocos minutos a nuestro baile anual. Por favor, le pido a todos los presentes que si llegan a encontrar a su p

a cercana a la Luna. - Dijo la loba delante de mí en voz baja hablando con la sig

que nadie notó. - Recuerda que el Rey sigue sin pareja, así como también el príncipe, la mano de

nte semejante discurso de amor y fideli

todas las chicas en edad de emparejamiento que

gar detrás del escenario. Pude sentir algunos ojos en mi cuando caminé desinteresada y sin el paso - pausa pero los ignoré y seguí adelante ta

esde los 18 hasta los veintiocho años, más o menos. Yo me puse hast

del Noble Kadel y de su pareja Diana. Sus mejores habilid

or la Luna Isabella de menos de dos minutos. Luego si alguno de los lobos solteros presentes la

solo significaba que el Rey acababa de llegar. Vaya, ni siquiera había notado que no estaba entre noso

unos días adornaban su cara; su cuerpo estaba metido en un traje blanco con adornos dorados hecho a la medida que abrazab

a loba mientras su hijo tomaba asiento justo en frente del escenari

el Gran Salón como si fuera el dueño y luego se sentó a lado del Rey. Yo los miré un poco conmocionada al darme cuenta de que era el príncipe. ¿Cómo lo supe? Pu

pero como no creí que fuera yo la loba a la que le dirigía la mirada, desvié mis ojos y di otro bostezo. Interesante descubrimiento, pero no lo suficiente c

con toda la desfachatez del mundo en la pared y cerré los ojos. Era consciente de mi entorno pero simplemente no

suficiente para caminar al frente y mirar a mi alrededor. Filas y filas de lobos solteros me m

s Lily

una voz entre

s devolviéndome la mirada. Esto de por si era inquietante, pero lo verdaderamente perturbad

r parte de las lobas que no habían encontrado a su

nte mientras se acercaba. - ¿Es la señorita Lily apta para s

os de mami y que no puedan tomar sus propias decisio

a odiaba mi culo más de lo que odiaba tenerme en sus clases debido a mis constantes faltas, mi cero habilidad para

pas por los ojos. Maldito, no pudo tomar 15 segundos p

necesarias para tomar el puesto. - Dijo sin dudar Luna Isabe

n vista de que ya he encontrado a mi pareja destinada y que no está a la altura, supongo

e indignación

irada de desprecio en mi dirección y luego miró hacia las lob

en posición defensiva y con su sonrisa más encantado

lteza. Mi nomb

una loba muy atractiva, de carácter dulce, tiene una hermosa vo

ección a Elizabeth. ¿Ca

interrumpió mi

ejarla de su verdadera pareja. Tiene la opción de esperar a su co

or el bien del reino, yo lo serviré como crea conveniente. -

onces como mi

mis compañeras me siguieron en mi camino a la salida. No pude evitar volver a bostezar. Bueno, ya tenía resuelto el asunto de mi pareja y al ser técnicament

e lo decía a mi así que solo seguí caminando hasta que una mano me t

os solteros, pude escuchar varios b

¿Qué más le faltaba al idiota por decir...? Oh, mier

ismo; no es como si no pudieran comenza

una ceja y yo le devolví el gesto. Ni siquiera se tomó la molestia de averiguar mi apellido y yo n

escuchó en el silencio del Gran Salón, p

que se aclarara la garganta y

Madsen como mi compañera y

que conllevaba el lazo del desti

a la cara sorprendida del idiota y volví a bajar del escenario con

ción siguieron mi camino. Llegué a la gran puerta,

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