DIL
RI
recuerdo, cada vez que siento su olor, o creo escuchar su voz en algún rincón, pero al buscarlo no lo hallo, como extraño a mi Pa
era salido con vida aquí estuviera con nosotros, dándonos lata con su palabrería cursis, pero sobretodo brindándonos su apoyo para sacar adelante a mi m
preciso momento me encuentro en ese dilema, el de seguir o no con ella, la verdad no sé
do, perder al amor de mi vida me hecho dudar de seguir adelante, no sé, no
es lo mejor que puedo hacer, desaparecer definitivamente de esta vida, para sencillamente dejar de carcomerme si la debo o no
ncerrada, no lo vale, no vale seguir llorando por lo que no pudo ser, por lo que ya no es-, me decía con ese deje de preocupación que a veces me hace sentir mal por qué por mi forma de llevar las cosas h
ruel, ya que es bastante difícil de manejar su carácter-, ¿no me vas a dejar ayudarte?, por qué sabes que te necesito, sabes que no puedo sola sin ti, sabes que también
ras golpe como sí se culpara de algo, ella siempre haciéndome e
esforzarme por ser aquella mujer en la que mi hermoso Papirrico me quería ver convertida, por lo menos se lo debo, n
s, decidí darle nuevamente la pelea a esta maldita o a esta desgraciada e infeliz vida, pero sobretodo a esta hermosa vida, por qué con todo lo feo que nos toca vivir, los momentos a
-, ¡sé que también te duele incluso hasta más que a mí por qué lleva el tú sangre, pero a veces no puedo evitarlo!-, le dije con la voz quebrada al mirar su sufrimiento-, pero saldremos juntas de esto
parte de su rostro, aún tenía pequeñas secuelas que irían desaparec
a empezó su entrenamiento en el bosque, cada día lo hace mejor, a veces me uno a ella para llegar a ser igual de fuerte que ella, aunque al principio del entrenamiento le sacaba ventaja, cada día es ella la que me deja atrás, creo que