yo por la noche en casa de una se?o
seis a?os, y es perfectamente bella, y
cho ménos bonita y su aspecto es c
fuerza es confesarlo, hay muchas
e de costumbre en la expresion del semblante de Isabel,
mostrándola á la pálida ni?a, que mu
su hermana mayo
si estas dos ni?as tuvieran otra edad, y amáran al mismo hombre,
los sólo pueden
r no hay celos: lo que
s la mi
en la envidia todo es peque?o y miserable; pero la envidia puede