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Jamás podría imaginar que él se convertiría en mi perdición, y como lo haría si estaba completamente segura que era todo un arrogante molesto pero el destino nos tenía preparada una sorpresa que nos uniría para siempre. Cómo puede un hombre cautivarme y hacerme vulnerable solo con su mirada, podría decir que no a sus deseos cuando solo con sus ojos me derrito a sus pies. O las dificultades y diferencias nos separaran para siempre
Al fin ha llegado, el primer día de clases en la universidad de mis sueños, aún no puedo creer que logré entrar, siempre he soñado con estudiar teatro en este lugar y todo seria perfecto de no ser por un detalle, Andrew Dean, alto, con un cuerpo bien definido, tatuajes, cabello negro y unos ojos azules que parece que puedes perderte en ellos, con un rostro muy bien definido enmarcandolos, la perfección en persona.
Este perfecto e insoportable individuo será mi profesor, pero es una tortura ya que no nos soportamos, nuestras familias han sido muy cercanas desde muchos años atrás, viendonos obligados a convivir desde que somos niños, pero su actitud hacia mi siempre ha sido horrible a pesar de que intenté ser amable por el bien de las familias, siempre me molesta, a pesar de ser un "adulto" que es 5 años mayor que yo y ser un prodigio de la música, lo cual lo llevo a graduarse a temprana edad y convertirse en profesor. La noticia de que conseguí entrar en la universidad que el trabaja no tardo en correr por las familias y llegar a sus oídos y no tardo en hacerse presente, unos golpes a mi puerta me sacaron de mis pensamientos.
Allysz: adelante está abierto
Andrew: Hola princesita, escuché que entraste en mi universidad y que tendrás un profesor muy guapo que suertuda eres - dijo mientras pasaba una mano por su tan perfecto cabello, llevaba unos jeans negros ajustados y una camisa del mismo color con las mangas recogidas sobre los codos y una cadena en el cuello que adornaba su definido pecho, le encanta molestarme y sabe que siempre he odiado a las princesas así que no encontró mejor apodo que ese, se acercó a mi rápidamente y giró la silla en la que estaba para quedar cara a cara solo a centímetros uno del otro, sus ojos siempre han sido mi perdición, a pesar de odiarlo no puedo evitar sonrojarme cada vez que lo tengo cerca
Allysz: que gusto verde Andy, no era necesario que vinieras - le dije manteniendo la postura lo más seria posible, no podía dejar que notará su efecto en mi o lo usaría en mi contra - ya sabes, siempre he tenido mala suerte
Andrew: en serio lo crees? yo diría que tuviste mucha suerte, el otro maestro no es tan bueno como yo - dijo mirando mis ojos podía sentir su aliento en mi mejilla, el olor de su perfume embriagaba mis sentidos, no podia pensar con claridad, era tan jodidamente perfecto y a la vez tan arrogante
Allysz: no te creas tanto, eres bueno, pero eso es todo - su cara se oscureció, odia que le digan que no es el mejor, y yo se aprovecharme de eso
Andrew: vamos se que me amas, solo que no lo aceptas - mi corazón dió un salto y mi cara estaba roja, no pude decir nada y con eso el había ganado, me miró unos segundos más tan cerca que parecía que me besaría y luego se aparto - jajajajaja vamos no te pongas tan seria es solo un chiste, jamás tendrías una oportunidad conmigo.
Allysz: ya quisieras, jamás podría amar a alguien tan arrogante como tu antes muerta - dije girando mi silla de vuelta a mi escritorio, mi corazón a mil por hora y mi cara hirviendo - ahora si puedes ya lárgate, necesito terminar de arreglar mis cosas
Andrew: si si, ya me voy, te espero en el auto
Allysz: a.. a qué te refieres - dije mientras senti todo mi cuerpo tensarse
Andrew: que tu Padre no te lo dijo, me pidió que te llevará, el y tu madre tenían un viaje de negocios - dijo cruzando mi puerta
Esto tenía que ser una broma, no puedo permitir algo así, no pueden verme llegar el primer día con mi profesor o sería el fin de mi vida estudiantil
Allysz: no es necesario, puedo irme en autobús - dije terminando de colocar mis cosas en la mochila
Andrew: no está a discusión te irás conmigo así que apresúrate, no querrás llegar tarde a la inducción
Diciendo eso cerro la puerta y se dirigió a la salida, me dejó sola y me desplome en el respaldo de la silla, como puedo salvarme de esta humillación, por qué mi padre me haría esto. Me di la última mirada al espejo, no me veo mal, aún que jamás me he encontrado gran cosa, soy de tes clara cabello largo y rojo, bajo las rodillas, cuerpo con curvas no era delgada pero mi silueta estaba bien definida, ojos color avellana y labios rosa natural, quise iniciar con algo sutil así que me puse un vestido sobre las rodillas y escote en v que dejaba ver mis curvas a la perfección, unas sandalias a juego y mi cabello semi tomado en la parte de arriba. Deje escapar un suspiro estoy atrapada, iniciare mi vida universitaria como en las novelas de romance que tanto adoro leer, todos me jusgaran por llegar en el auto de mi profesor, el sonido de la bocina me saco de mi delirio, debia moverme antes que entraba a buscarme, dando el último vistado, suspiré y baje las escaleras.
Andrew: por que tardas tanto, no podrás verte bien aún que te arregles, solo sube al auto de una vez - dijo mientras pasaba su mano por el volante del auto
Allysz: y esto, no manejabas una motocicleta, o ya la estrellaste - odio que diga esas cosas de mi aspecto, pero en el fondo se que tiene razón así que solo puedo responder con el mismo nivel de odio
Andrew: no, desde ahora usaré el auto, es más cómodo para viajar acompañado - dijo mirando hacia el frente sin cruzar mi mirada, podía ver que lo decía en serio, que significa? Me llevara todos los días, se lo habrá pedido mi padre? - estás lista?
Allysz: si solo debo abrochar mi cinturón - dije mientras tiraba de el, pero por los nervios no logre sacarlo de su posición
Andrew: déjame hacerlo por ti - dijo mientras se acercaba a mi y agarro el cinturón de mis manos, su aroma me golpeó de vuelta y su cuerpo se pegó al mío, nuestras miradas se cruzaron y el tiempo se detuvo, nos quedamos mirándonos por un momento, sus ojos clavados en los míos decían muchas cosas y sentí que algo pasaba, el no es de acercarse de esa manera a mi, de pronto su mirada bajo a mis labios, mi corazón se aceleró y mi respiración se cortó, estaba casi como hechizado, se acercó poco a poco hasta casi rozar mis labios, mientras yo no pude moverme, que es lo que esta haciendo, de pronto reaccionó y miro mis ojos en shock, se aparto y abrocho mi cinturon, retomando su posición tras el volante arranco el vehículo
Andrew: perdón, no debí acercarme tanto, no me he sentido muy bien hoy - que no se sentía bien, que clase de escusa es esa yo no intento besar a alguien solo por no sentirme bien
Mire su cara, confundida, pero me di cuenta que el estaba tan confundido como yo, no me atrevi a preguntar y el camino transcurrió en silencio de reojo miraba su rostro y podía sentir que algo me ocultaba no era el mismo arrogante de siempre y de pronto me saco de mis pensamientos al parar en una esquina
Andrew: la universidad está a una cuadra, puedes caminar desde aquí, ya que la entrada de profesores es distinta a la de alumnos puedes ir a la oficina de la coordinadora para retirar tus horarios y libros - lo mire con los ojos como platos y reaccione, baje del auto y cerré la puerta sin despedirme comencé a caminar y el avanzo lentamente a mi lado - que tengas un buen primer día princesa - dijo con una gran sonrisa y con eso se alejo rapidamente
Su arrogancia había regresado pero no puedo evitar pensar en su actitud anterior, algo anda mal y eso es más que obvio, camine un poco más y llegué a la gran puerta de entrada es impresionante, hay muchas personas lo cual era intimidante, pero avance hasta la oficina con grandes letras que decía "Coordinador" e intente poner mi mejor cara para lo que me deparaba el dia.
Ethan siempre consideró a Nyla una mentirosa, mientras que ella lo veía a él distante e insensible. Nyla había acariciado la idea de que Ethan la quería, pero se sintió fríamente rechazada cuando se dio cuenta de que su lugar en el corazón de él era insignificante. Como ya no podía soportar su frialdad, dio un paso atrás, solo para que él cambiara inesperadamente de actitud. Ella le desafió: "Si confías tan poco en mí, ¿por qué me tienes cerca?". Ethan, que antes se había comportado con orgullo, ahora estaba ante ella y le suplicó desesperado: "Nyla, he cometido errores. Por favor, no te alejes de mí".
La vida de Candice dio un extraño giro la noche de su boda. Su marido, Greyson, no apareció para consumar su matrimonio. En su lugar, un desconocido irrumpió en su habitación y la violó. El matrimonio se convirtió en un infierno para ella. Mientras intentaba dejar atrás la pesadilla, su suegra aprovechaba cualquier oportunidad para desacreditarla. A Greyson, que debía apoyarla, le importaba un bledo. Al contrario, llevó a su amante a su casa. No pasó mucho tiempo antes de que Candice fuera expulsada de la casa. Todos pensaban que era una debilucha indefensa, sin saber que era una abogada extraordinaria. Llevó al hombre que la violó a los tribunales. Quería pagarle con la misma moneda. En el transcurso del proceso, descubrió estupefacta que el violador es el hombre más rico de la ciudad. Las cosas se le fueron rápidamente de las manos. El hombre intentó por todos los medios pedirle que se casara con él. Ella se dio cuenta de que se estaba buscando más problemas. ¿Cómo ella logría deshacerse de él pero acusarlo al mismo tiempo?
En opinión de todos, William se había casado con Renee bajo la presión. Ahora que su verdadero amor había vuelto embarazada, no podían esperar a que abandonara a Renee. Sorprendentemente, Renee fue sincera sobre la situación: "Para ser franca, soy yo la que pide el divorcio todos los días. Lo deseo incluso más que cualquiera de ustedes". Pero ellos ignoraron su comentario como un mísero intento de salvar las apariencias. Hasta que William hizo una declaración: "El divorcio está fuera de discusión. Cualquiera que difunda falsos rumores se enfrentará a consecuencias legales". Renee estaba confundida. ¿Qué planeaba hacer ahora este loco?
Ellos no saben que soy una chica. Todos me miran como si fuera un hombre, un príncipe. Su especie compra humanos para satisfacer sus lujuriosos deseos. Y cuando ellos llegaron a nuestro reino para llevar a mi hermana, intervine para protegerla. Fue así como ellos también terminaron comprándome. El plan era escapar, pero mi hermana y yo nunca tuvimos una oportunidad. ¿Cómo iba a saber que nuestra prisión sería el lugar más fortificado de su reino? Se suponía que debía quedarme en el anonimato, pues no tenían un uso para mí. Solo era alguien a quien nunca debían comprar. Pero entonces, el hombre más poderoso de la salvaje tierra, su despiadado rey bestia, se interesó por ese "principito bonito". ¿Cómo podremos sobrevivir en este reino brutal, donde todos odian a los de nuestra especie y no tienen piedad de nosotros? ¿Y cómo puede alguien, con un secreto como el mío, convertirse en una esclava sexual? Nota del autor: es una novela de romance oscuro, apta solo para mayores de edad. Espera varios temas sensibles, como la violencia. Si eres un lector experimentado de este género, buscas algo diferente y estás preparado para entrar sin saber qué es lo que te espera, ¡entonces sumérgete en esta aventura! . De la autora del bestseller internacional "La Esclava Más Odiada Del Rey"
Belinda pensó que, tras el divorcio, separarían sus caminos para siempre: él podría vivir su vida como quiera, mientras ella podría dedicarse a disfrutar el resto de la suya. Sin embargo, el destino tenía otros planes. "Cariño mío, estaba equivocado. ¿Podrías volver conmigo?". El hombre arrogante, al que una vez ella amó profundamente, bajó humildemente la cabeza. "Te ruego". Belinda apartó con frialdad el ramo de flores que él le había regalado y respondió fríamente: "Es demasiado tarde".
En su borrachera, Miranda se acercó audazmente a Leland, sólo para encontrarse con su mirada fría. La inmovilizó contra la pared y le advirtió: "No me provoques. Dudo que puedas soportarlo". Poco después, su compromiso se canceló, dejándola en la indigencia. Sin otras opciones, Miranda buscó refugio con Leland. Con el tiempo, asumió el papel de madrastra, cuidando a su hijo. Llegó a comprender que la decisión de Leland de casarse con ella no se debía solo a que ella era obediente y fácilmente controlada, sino también porque se parecía a alguien que él apreciaba. Ante la solicitud de divorcio de Miranda, Leland respondió con un abrazo desesperado y una súplica para que reconsiderara su decisión. Miranda, impasible, respondió con una sonrisa de complicidad, insinuando un cambio en su dinámica. El señor Adams, que siempre fue el controlador, ahora parecía ser el atrapado.