/0/13265/coverbig.jpg?v=1cbdc1c513cdb8b3f2f6b0ac40443281)
Yo soy mÃa. No pertenezco a ningún hombre. Nadie pondrá un mano sobre mi, y si lo hace.... Entonces, se topará con el fuego de mi ira.
Desde hace poco más de cuatro años vivimos aparentemente en paz. Digo aparentemente porque siempre andamos vigilando por encima del hombro, buscando una huella de nuestro mayor enemigo.
Mi hermana, Amira, se ve feliz. Es toda una madraza. Su esposo Amhed siempre está pendiente de su hijo Jasman. Ambos se notan muy enamorados.
Eso del amor no va conmigo. Mi corazón se ha vuelto de piedra. Yo jamás seré de nadie. Yo soy mÃa.
-¿En qué piensas, tÃa Basima? Hazme un cuento.
Jasman tira de mi falda, devolviéndome a la realidad. Estos momentos con mi sobrino son los mejores de mi vida.
-Estaba pensando en que... -sonrÃo mientras me le acerco muy lentamente- ¡en que te voy a comer!
Entre risas y correrÃas por el jardÃn de la mansión se nos va el tiempo. Los guardias que nos observan deben pensar que estoy loca... Pues que piensen lo que quieran.
Me dejo caer encima de un banco del jardÃn. Hacerme la muerta es uno de nuestros pasatiempos preferidos. Aunque Jasman sabe que no es cierto, siempre me sigue el juego, pero esta vez ha tardado demasiado tiempo en reaccionar. Algo sucede, algo extraño.
Abro los ojos con lentitud, temerosa de que mis pesadillas más oscuras se vuelvan realidad.
Mi mirada se tropieza con dos hombres vestidos con harapos. Uno de ellos sostiene a mi sobrino por los aires. Con una de sus enormes manos tapa la boca del niño mientras el pequeño se menea sin lograr escapar de su agarre.
Yo deberÃa pedir ayuda, pero la voz se me ha quedado atrapada en la garganta. Aunque lograse gritar, dudo que los guardias me escuchen. Nos hemos alejado mucho de la casa.
-¿Y qué hacemos con la chica, Ramiro? -pregunta el hombre, que sujeta a Jasman, a su compañero.
Ambos intercambian una sonrisa burlona. Me recuerdan a aquellos malhechores que abusaron de mà hace ya algún tiempo.
-Se me ocurren muchas cosas divertidas, Pedro -responde el otro bandido mientras se me acerca.
Su mirada me desnuda a pesar de que llevo mucha ropa cubriendo mi cuerpo. Aunque hemos abandonado Arabia y sus costumbres para instalarnos por completo en España, no me he acostumbrado a la ropa occidental. Parezco una monja.
-Se viste semejante a una monja. -Ramiro parece haberme leÃdo la mente. Ha dicho justo lo mismo que yo habÃa pensado.- Vamos a arrancarle su tanto trapo y tengamos mucho sexo con ella. Ya se me está poniendo el miembro duro.
Los ojos me traicionan. Se clavan en su entrepierna. Es enorme.
Unas manos jalan mi blusa mientras otras me empujan. Doy un paso atrás, tratando de alejarme, pero pierdo el equilibrio y caigo sobre el banco. La frialdad del mármol se clava en mis heridas recién hechas.
Ramiro, se coloca sobre mà y se abre paso a través de la falda.
En vano forcejeo. En vano clavo mis uñas afiladas en sus brazos. En vano me revuelvo como fiera en celo. Su cuerpo pesado aplasta por completo al mÃo. Me cuesta respirar.
Van a violarme una vez más. Lo peor es que será delante de mi sobrino.
Cierro los ojos ante lo inevitable, pero el llanto de Jasman me llena de fuerzas para pelear. Entonces, lanzo una patada a la entrepierna del hombre y logro hacerle a un lado. A toda velocidad, me tiro al suelo y corro hacia el bandido que sujeta a Jasman. Ya que mis puñetazos poco podrÃan dañarle, clavo mis dientes en su brazo, esperando un milagro.
-¡Déjale ir! -Forcejeo con fuerza.- Es solo un niño pequeño. Hazlo y te juro que haré lo que deseen.
El hombre que tengo a mis espaldas se levanta del suelo y se aferra a mi cintura. Me aprieta con fuerza, clavando sus enormes dedos en mi piel.
-¡No necesito tu consentimiento, perra! -afirma con furia-. Haré contigo lo que me dé la gana o si no...
El otro tipo coloca un cuchillo cerca del cuello de mi sobrino y yo asiento sin protestar. Temo que, de lo contrario, cumplirÃan sus amenazas.
Estoy perdida. Como oveja obediente me dejo guiar hacia el banco. Que esos bandidos hagan de mi lo que quieran. Lo más importante es Jasman.
De repente, un tercer hombre zafa el agarre que sujeta mi muñeca. Es alto, erguido y se mueve con aires de jefe. ¿Estaremos... salvados?
-¿Que hacen, idiotas? -gruñe él con mal genio.
-Queremos divertirnos un rato con la chica. ¿No se puede? -masculla el sujeto que sostiene a Jasman.
-¡Por supuesto que no! -exclama el tercer hombre sin siquiera mirarme-. Tenemos una misión y hay que cumplirla. Dejen ya de actuar como un par de niños.
Aún no me calmo por completo, aunque ya no siento tanto miedo. Al parecer este sujeto no es un desalmado.
Levanto la cabeza con lentitud. Quiero agradecerle, pero antes de que consiga hablar, él da una orden.
-El objetivo es el niño. ¡Maten a esa mujer!
-¿Por qué matarme? -pregunto al instante y sin titubear-. PodrÃa serles útil. Si vivo, el niño será más fácil de manejar. Prometo no darles trabajo y complacerles en todo lo que deseen.
Ando muerta de miedo, pero no lo demuestro. Por amor a Jasman soy hasta prostituta.
Los dos hombres miran al tercero de ellos, esperando la confirmación.
-Lo que dice tiene cierta lógica -afirma Ramiro-. De ese modo, la perra pagará el daño que me hizo.
-¡He dicho que la maten cuánto antes! El jefe pidió que le llevásemos al niño. Eso es lo que haremos.
Los dos subordinados se miran entre sà buscando el valor para cumplir la orden. Pasa un segundo, dos, tres... Ninguno de nosotros se mueve. Yo siquiera respiro.
-Hazlo tú, Ramiro -indica el tercer hombre-. Será como aplastar una cucaracha.
Las manos de Ramiro tiemblan. Se ha puesto demasiado pálido. Por un instante, pienso que me defenderá, pero no duda en empuñar la pistola y colocarla en frente de mi rostro.
-¡Dispara, pendejo! -Repite el tercer hombre.
Jasman se tapa los ojos para no ver.
-¡Ponte de rodillas! -me ordena Ramiro.
El miedo no me controla. Si ha llegado mi hora de morir, lo haré con la frente en alto.
-¡Dispara! -le digo-. Jamás me arrodillaré delante de un bandido.
El hombre acerca aún más el arma y chilla:
-Es una pena que tenga que matarte. Me encantarÃa quitrate las malas pulgas esas que tienes, pero lo ha ordenado Gustavo y las órdenes siempre hay que cumplirlas. ¡Nos vemos en el infierno, perra!
Yo soy mÃa. No pertenezco a ningún hombre. Nadie pondrá un mano sobre mi, y si lo hace.... Entonces, se topará con el fuego de mi ira. Segunda parte de NO SOY DE NADIE saga Soy.
Amira Salem est une jeune arabe qui incarne l'accomplissement d'une prophétie. Son père l'engage en mariage, mais quelques jours avant le mariage, sa vie change. Au milieu d'agressions armées, d'enlèvements et d'une marche à travers le marché noir des esclaves, elle rencontrera le plus grand ennemi de sa famille, un jeune homme poussé par la vengeance qui la déteste juste pour ce qu'elle est.
Amira Salem es una joven árabe que personifica el cumplimiento de una profecÃa. Su padre la compromete en matrimonio, pero pocos dÃas antes de la boda su vida cambia. En medio de asaltos armados, secuestros y un paseo por el mercado negro de esclavas conocerá almayor enemigo de su familia, un joven guiado por la venganza que la odia sólo por ser quien es. En algunas plataformas, esta historia aparece con el nombre Yo soy mÃa.
Dante es un mujeriego que escuda su mala conducta tras una maldición familiar. Cuando la aversión de los habitantes del poblado le obliga a marchar a la ciudad, se reencuentra con las dos muchachas más importantes de su pasado: Jimena, la que le dio calabazas y Patricia, su única amiga. Esta última afirma haberse convertido en una bruja y le concede tres deseos. Ya sea utilizando el Manual de Conquistas y Reconquistas de la reconocida psiquiatra Nambindengue o echando mano a la improvisación, Dante tendrá que replantearse su estilo de vida. En algunas plataformas, esta historia aparece con el nombre Mujeriego maldito.
Hace dos años, Ricky se vio obligado a casarse con Emma para proteger a la mujer que amaba. Desde el punto de vista de Ricky, Emma era despreciable y recurrÃa a artimañas turbias para asegurar su matrimonio. Por eso mantenÃa una actitud distante y frÃa hacia ella, reservando su calidez para otra. Sin embargo, Emma amaba a Ricky de todo corazón durante más de diez años. Cuando ella se cansó y consideró la posibilidad de renunciar a sus esfuerzos, Ricky empezó a tener miedo de perderla. Solo cuando Emma estaba muriendo, embarazada, él se dio cuenta de que el amor de su vida siempre habÃa sido Emma.
Se rumoreaba que Fernanda, recién vuelta con su familia, no era más que una violenta pueblerina. Pero Fernanda se limitaba a esbozar una sonrisa despreciativa. Otro rumor sugerÃa que Cristian, normalmente racional, habÃa perdido el juicio, locamente enamorado de Fernanda. Esto la frustró. PodÃa tolerar los cotilleos sobre sà misma, ¡pero calumniar a su amado era pasarse de la raya! Poco a poco, a medida que salÃan a la luz las múltiples identidades de Fernanda como célebre diseñadora, experta jugadora, reconocida pintora y exitosa magnate de los negocios, todos se daban cuenta de que eran ellos quienes habÃan sido engañados.
Era una doctora talentosa de fama mundial, CEO de una empresa que cotiza en bolsa, la mercenaria más formidable y un genio de la tecnologÃa de primer nivel. Marissa, una magnate con una plétora de identidades secretas, habÃa ocultado su verdadera identidad para casarse con un joven aparentemente empobrecido. Sin embargo, en vÃsperas de su boda, su prometido, que en realidad era el heredero perdido de una familia adinerada, canceló el compromiso, incluso la humilló y se burló de ella. Cuando las identidades ocultas de la chica salieron a la luz, su exprometido se quedó atónito y le suplicó desesperadamente que lo perdonara. De pie, protector ante Marissa, un magnate increÃblemente influyente y temible declaró: "Esta es mi esposa. ¿Quién se atreverÃa a quitármela?".
Durante sus tres años de matrimonio con Colton, Allison ocultó su verdadera identidad y se esforzó de todo corazón para apoyarlo. Sin embargo, fue traicionada y abandonada por su esposo infiel. Desanimada, ella se propuso redescubrir su verdadero yo: una perfumista de talento, el cerebro de una famosa agencia de inteligencia y la heredera de una red secreta de hackers. Al darse cuenta de sus errores, Colton expresó su arrepentimiento: "Sé que metà la pata. Por favor, dame otra oportunidad". Sin embargo, Kellan, un magnate que se suponÃa que era discapacitado, se levantó de su silla de ruedas, tomó la mano de Allison y se burló desdeñosamente: "¿Quieres que te acepte de nuevo? Sigue soñando".
Clarissa Chapman, un dÃa, al entregar preservativos a una habitación de hotel, descubrió que su cliente era su... ¿prometido? ¡Atrapó a su prometido y media hermana en la cama! ¡Solo entonces Clarissa se dio cuenta de que su novio de seis años la habÃa engañado! ¿Qué es más ridÃculo? Su padre dijo que era porque ella no era atractiva y su hermana lo merecÃa más. Dejó a su prometido idiota, ¡se encontró con su Sr. Correcto en una aventura de una noche! Espera... ¿por qué este hombre se veÃa exactamente parecido al CEO multimillonario - Anderson Jordan en la televisión? Anderson era de muchas cosas, guapo, considerado y leal. Nunca imaginó que un apuesto como Anderson se enamorarÃa de ella, hasta ese dÃa... Su familia de pesadilla la encontró, tratando de arrastrarla al pasado miserable... otra vez...
Anoche pasé una noche erótica con un desconocido en un bar. No soy una mujer al azar. Hice esto porque estaba muy triste ayer. El novio que habÃa estado enamorado de mà durante tres años me dejó y se casó rápidamente con una chica rica. Aunque actúo como si nada hubiera pasado delante de mis amigos, estoy muy triste. Para aliviar mi estado de ánimo, fui solo al bar y me emborraché. Accidentalmente, me encontré con él. Él es más que atractivo e increÃblemente sexy. Como el deseo controlaba mi mente, tuve una aventura de una noche con él. Cuando decidà olvidarme de todo y seguir adelante, descubrà que mi aventura de una noche se convirtió en mi nuevo jefe. Un tipo posesivo.