Flor de temporada

Cómo todos a los primeros indicios de estudio,Izan disfrutaba de pasar el tiempo con:pinturas,masilla, pegamento que después su madre batalla por retirar le del cabello.

Hasta que comenzó a crecer,la vanidad que causaba la sociedad le reprendía para dejar sus sueños con insultos que poco a poco acababan con su ilusión;llegado el punto en que sus trabajos de obsequio pasaban a segundo plano tras ver su madre que llegaba a casa con el cabello cubierto por capas de pegamento,papeletas o basura de origen que desconocía.

Izan no dejaba de llorar todos los díaz aún cuando su madre le ayudaba a lavar los desechos de su cabellera de tonalidades cercanas al chocolate.Solo así también lograba ingerir alimento sin saber que desarrollaba por primera vez la depresión a tan corta edad.

Cómo remedio,su madre siempre lo motivaba diciendo que no debería hacer caso a sus burlas,ella hablaría con los profesores y sí no bastaba lo haría con los padres,pero siempre contaría con su apoyo para retirar el pegamento de su hermoso cabello.

Al ser aún muy joven no entendía a qué se refería,solo sonriendo para olvidar lo que sucedía constantemente;en un pequeño ataque de travesura vió su cabello limpio del otro lado del espejo,aún que le gustaba el color de este se le ocurrió una pequeña travesura;él recordaba ver siempre en fiestas o por la carretera sujetos cubiertos de colores brillantes,de la cabeza a los pies estaban bañados en pintura como sus dibujos,aún sí no tenían la cara rosa,roja o violeta cubrían de estos algunas áreas de su rostro blanquecino.

Entonces se sonrió a sí mismo,¿Y sí él también podía pintarse otro color de piel?

No porque le molestara los tonos contrastantes del moreno con bronce de su piel,al contrario,los amaba,pero también quería saber cuántas tonalidades de color podía adoptar sí agregaba un tono más claro.Así se pintó desde el cabello dejando un arcoiris de desorden en el cuarto de baño;al ver lo su madre pensó que sería regañado o peor aún,a él no le gustaba que le dejarán sin pinturas un solo día,pero era peor ver la molestia o decepción imaginarias que suponía tendría su madre tras o sucedido.

Bajando la cabeza dejó todo a un lado esperando el reproche, pero,en su lugar se sorprendió al ver cómo en cuclillas tomó su mano desbordante de la pintura restante para usarla como brocha con su propio cabello castaño,largo.

Entre risas le pidió que también la ayudará a tomar otro color antes de enviar lo asearse,con las lágrimas escapando sonrió saltando en un abrazo fuerte que terminó de teñir los a ambos de todos colores;se envió también la ropa a lavar por lo que buscó otro conjunto de colores:azul,verde,anaranjado brillante para vestirse,su madre optó por algo más cómodo pero de color rojo para no ver se tan monótona.

Sí algo conservaron ambos,fue el arcoiris vomitado sobre su cabeza,así que debieron llevar lo a la escuela como estaba, escuchando risas por dónde pasaban,Izan comenzaba a sentir culpa.Buscando una mirada molesta encontró a su madre radiante de felicidad caminando entre las familias que llevaban también a sus compañeros de clases,decidida hablar con el director escolar para que nadie mencionara sus colores de cabello.

"Tú eres un artista,aún sí de grande decides cambiar de profesión...nunca dejes que nadie apague tu creatividad con su vida gris".Con esas palabras se animó para seguir con su talento;cada nuevo ciclo escolar decidía diferentes formas de lucir los colores de su cabellera,ya fueran combinaciones,el contraste del arcoiris o agregando una caba diferente al crecer un poco más la raíz.

Pero no olvidaba quien le impulsó a ser un gran artista:su madre.

A falta de un padre debió buscar a los de esta para solicitar ayuda en cuanto comenzó a enfermar,sin faltar un solo día que llegaba con algún regalo en las manos que él mismo creó para ella.Aún que ella no le dijo algo muy importante,y es debido a que tampoco era consciente de ser su propia fuente de inspiración...

Terminó su lienzo una noche de invierno,cuando llegó una carta,Izan debió responder la,era de sus abuelos para preguntar cómo seguían,a juzgar por sus palabras habían pasado bastante tiempo incomunicados;entonces les contó tan pronto como pudo lo que vivieron,agregando el fin de su obra,al llegar se preocuparon más por los colores que invadían su cabeza que por lo sucedido con la madre...enviando lo casi al instante a psicología.

Junto a su domicilio debió cambiar de escuela sin gran ánimo,conservando como recuerdo un colgante de acuarelas dorado que pertenecía a su madre,manchado también de vivaces colores tras su fiesta arcoiris.No le importaba sentir se diferente aún en su nueva escuela,estaba acostumbrado a no tener amigos sin que lo molestaran,pero nadie parecía decir nada siquiera sobre los sombríos tonos que predominaban su cabeza.

En un curso debían elegir alguna rama artística para la escuela,por primer impulsó se le ocurrió:"¡Pintura!" Pero de inmediato descartó la idea al ver todos sus recuerdos de esta con su madre;distraído escogió una rama sin saber siquiera de que trataría,aún así cada tarde se encerraba en soledad para conversar con (el espíritu de) su madre,terminando siempre con lágrimas transparentes que no ayudaban en absoluto a su dolor.

Nunca sabía cuánto tiempo pasaba llorando,solo despertaba con dolor de cabeza cada mañana,desayunando en silencio mientras los adultos a cargo buscaban elevar su ánimo.Aún con sus tonos tristes decidió tener el cabello teñido.

Debido a que ellos también le recordaban que era muy parecido a su padre,mismo al que nunca logró conocer y ahora sin su madre pensaba que era mejor seguir así,entre menos semejanzas tenga con él,era mejor para la tristeza que le invadía.

En sus clases de arte vió que había elegido música,sin tener la más escasa idea de lo que tratara,solo tomó un instrumento curvilíneo que después de dirían se llamaba guitarra, pasando lentamente los dedos sobre las cuerdas.