Alexia Sellers es una mujer cuya vida comenzó con un abismo de dolor y traición. Sus padres, adictos a las drogas, no solo la descuidaban, sino que también abusaban de ella de las maneras más atroces. Su madre, perdida en un laberinto de adicción, y su padre, un pedófilo sin escrúpulos, la vendían a otros hombres, robándole la infancia y cualquier atisbo de esperanza. Convertida en madre a una edad temprana, Alexia nunca tuvo la oportunidad de conocer a su hija, una pérdida que talló en su alma una cicatriz imborrable. Este continuo martirio moldeó su carácter, transformándola en una mujer hostil y desconfiada. Al crecer, encontró un refugio en los lujos y el dinero, creyendo que esos bienes materiales podrían llenar el vacío dejado por el amor ausente. Cuando llegó a la adultez, Alexia se convirtió en una experta manipuladora, usando su atractivo para embaucar a hombres mayores y adinerados. Les sacaba dinero, viendo en cada transacción una pequeña victoria sobre el destino que le había arrebatado tanto. Su vida se convirtió en un juego de poder y seducción, en el que siempre buscaba salir ganando, aunque su corazón seguía siendo un campo de batalla. Todo cambió cuando conoció a Maribel Miller. Fingiendo ser su amiga, Alexia se acercó a ella solo para robarle el novio, Máximo Griffin. Lo que empezó como una simple manipulación se transformó en algo inesperado: Alexia se enamoró perdidamente de Máximo. Ahora, atrapada en una red de mentiras, lucha por ocultar su oscuro pasado y su verdadera naturaleza de arpía. ¿Podrá Máximo perdonar sus secretos y aceptar el amor de una mujer tan dañada? ¿Podrá Alexia mantener su fachada o su pasado terminará por desmoronarlo todo? Las respuestas a estas preguntas se encuentran en las páginas de "La Arpía", una historia de redención, amor y la eterna lucha por encontrar la felicidad en medio del caos.
Podría empezar este libro contándoles lo difícil que es escribir sobre una villana, pero me encariñé con el personaje de Alexia y, a pesar de ser la escritora, esperé su metamorfosis, la cual llegó pixelada...
Alexia Sellers es una mujer hecha y derecha que sabe distinguir perfectamente entre el bien y el mal. Sin embargo, y sin querer justificarla, se inclina hacia lo fácil de la vida, o más bien, lo que ella cree que es sencillo. Ha nacido y crecido en un mundo hostil, careciendo de ese tan preciado sentimiento llamado amor, y no solo eso, ha experimentado la nula empatía de las personas que, supuestamente, debieron cuidar de ella.
A medida que iba creciendo, se aferró al dinero que le proporcionaba su estilo de vida, creyendo que era la única forma de salir adelante, y que tal vez podría borrar las pesadillas que cada noche tenía gracias a los abusos cometidos por las personas que vivían a su alrededor.
Creo que la metamorfosis que mencioné al principio sí existió, lástima que no de la forma que muchos hubieran querido. Alexia se transformó en una mujer fría y calculadora, sin escrúpulos, dejando atrás la inocencia que le arrebataron desde temprana edad. Yo quería que la conversión fuera desde su adultez hacia adelante, que tal vez el amor podría ayudarla, pero no estoy segura si ese sentimiento está en su disco duro. Por lo mismo, no creo que el milagro que espero se haga realidad.
El dinero todo lo puede, pero ¿puede comprar la felicidad? Según mis creencias, es imposible. Quizás muchas personas dirán que sí, que sirve porque puedes viajar, comprar lo que desees, conocer gente, pero el vacío no se llenará jamás. Me da lástima creer que Alexia no pueda alcanzar la dicha. Quizás yo, como su creadora, pueda darle un empujón, no obstante, no prometo nada.
En el principio, Alexia era solo una niña con sueños y esperanzas. Sus ojos brillaban con la inocencia que caracteriza a los jóvenes, una chispa que, con el tiempo, fue apagándose lentamente. La vida le enseñó que las promesas a menudo se rompen y que las personas en las que más confías son las que te pueden causar el mayor dolor.
En su adolescencia, Alexia buscó refugio en la materialidad. El brillo del oro y el suave tacto de la seda se convirtieron en su consuelo. Cada joya, cada prenda cara, era una barrera que construía para protegerse del dolor. El dinero se convirtió en su escudo, una forma de mantener a raya a los demonios de su pasado. No era simplemente una cuestión de supervivencia; era una necesidad desesperada de encontrar algo que le diera un sentido de control y poder en un mundo que siempre le había quitado más de lo que le había dado.
Pero con el tiempo, la búsqueda de la riqueza y el poder la cambió. Su corazón, que alguna vez había latido con la esperanza y la posibilidad de un futuro mejor, se endureció. Las personas dejaron de ser individuos con sus propias historias y emociones, y se convirtieron en peones en su juego de ajedrez. Todo se redujo a transacciones y manipulaciones. Cada relación, cada conexión, se medía en términos de beneficios y costos.
A pesar de su frialdad, había momentos en que la verdadera Alexia emergía, momentos fugaces en los que se veía la niña que una vez fue, llena de miedo y anhelo de amor. Esos momentos eran pocos y distantes, rápidamente suprimidos por la mujer implacable que había aprendido a ser.
Es en estos espacios de vulnerabilidad donde me veo reflejada, deseando desesperadamente cambiar su destino. Pero la transformación de Alexia no depende solo de mí. Es un proceso que debe surgir desde dentro de ella.
El viaje de Alexia es una exploración de la naturaleza humana y de la capacidad de cambio. Es una historia de lucha, de resistencia, y tal vez, solo tal vez, de redención. ¿Podrá encontrar la paz que tanto busca? ¿Podrá su corazón endurecido alguna vez aprender a latir con amor nuevamente? Solo el tiempo y sus propias decisiones lo dirán.
Mientras nos adentramos en su historia, les invito a observar no solo a la villana que se ha convertido, sino también a la niña que aún reside en algún lugar de su ser. Porque en cada villana, hay una historia de dolor, y en cada historia de dolor, hay una chispa de esperanza.
Durante los tres años de matrimonio, lo único que Alicia recibió de su marido, Erick, fue indiferencia y disgusto. Justo cuando algo despertó su esperanza de que Erick finalmente hubiera cambiado, descubrió que él tenía motivos ocultos. Tanto el amor como la paciencia tenían fecha de caducidad. Incapaz de soportarlo más, Alicia solicitó el divorcio. Erick la acorraló contra la pared y exclamó: "¿Quieres divorciarte de mí? ¡De ninguna manera!". Aun así, Alicia estaba decidida a cambiar. Comenzó su camino hacia el éxito y pronto atrajo a muchos admiradores, lo que enojó mucho a Erick. Un día volvió a ver a Alicia, que estaba con unos niños. Al ver la escena, actuó fuera de lugar: "Déjame ser su padre". Alicia puso los ojos en blanco. "No necesito su ayuda, Sr. Ellis. Puedo cuidar de ellos por mi cuenta". Sin embargo, Erick no aceptaría un "no" por respuesta...
A veces el amor aparece de la manera más inesperada y en la forma de la persona menos pensada. Para Daniel, la vida a sus 40 años es una rutina entre sus tres hijos y su cargo de CEO de la empresa familiar. El fallecimiento de su esposa lo deja inmerso en la tristeza; creando, con el correr de los años, una coraza fría a su alrededor. Deanna tiene una vida normal, trabaja medio tiempo y estudia en la Universidad de Artes porque quiere lograr su sueño: cantar en la ópera. Solo le falta un año para terminar su carrera cuando su amigo Harry le pide ayuda desesperado. Una antigua regla familiar le impide casarse con su novia, la cual está embarazada. Para hacerlo, Daniel, su hermano, debe casarse primero. Para ayudarlo con su problema Daniel y Deanna acceden a fingir una relación y un matrimonio. Son tan opuestos que la atracción es inevitable. Él encuentra en ella la calidez que faltaba en su vida y Deanna el amor luego de una ruptura desastrosa. Finalmente, Daniel puede volver a tener una familia. Pero hay muchos intereses ocultos que buscan separarlos y alejarlos. El viaje es difícil, deben enfrentarse no solo a terceros que les complicaran las cosas, sino también a sus propios miedos e inseguridades. No es sencillo equilibrar 15 años de diferencia. Pero el corazón tiene razones que la misma razón nunca entenderá.
Cuando eran niños, Derek le salvó la vida a Norah. Años más tarde, Derek quedó en estado vegetativo tras un accidente automovilístico y Norah se casó con él sin pensarlo dos veces. Con sus conocimientos médicos, incluso lo curó. Durante dos años, Norah amó a su marido con todo su corazón, esperando poder devolverle su bondad. Pero cuando volvió su primer amor, él pidió el divorcio. Sin dudarlo, ella estuvo de acuerdo. Lo que pocas personas sabían es que ella, etiquetada como "abandonada", era en realidad una piloto de carreras, una famosa diseñadora, una genio hacker y una reconocida doctora. Lamentando su decisión, Derek le pidió perdón a Norah. De repente, apareció un encantador CEO, abrazó a Norah y le dijo: "¡Aléjate de mi esposa!". Sorprendida, Norah soltó: "¿Qué?".
Allison se enamoró de Ethan Iversen, el futuro alfa de la Manada Moonlight Crown. Siempre quiso que él se fijara en ella. Sin embargo, Ethan era un alfa arrogante que pensaba que una débil omega no podía ser su pareja. El primo de Ethan, Ryan Iversen, que había vuelto del extranjero y era el verdadero heredero de la manada, nunca intentó conseguir el puesto ni mostró ningún interés por él. Era todo un alfa playboy, pero cuando regresó a la manada, una cosa cautivó sus ojos y fue Allison.
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