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A todas las personas que en algún momento la vida los golpeó tan duro, y repetidas veces, hasta el punto que creyeron que nada tenía razón de ser, que sintieron como se les iba la vida en un aliento. No se rindan, no merece la vida que la vivan así, sin ganas, sin motivos. Para esas personas, es esta historia. Para ustedes, recuerden que siempre habrá: Un Ángel que te ayudará a ver el mundo a través de sus ojos: -Déjame ayudarte a ver el mundo desde otro ojos, desde los míos, por ejemplo, te prometo que llegarás a amarlo con intensidad, que disfrutarás cada instante de tus días, hasta el último. Mateo Y un Demonio que te amará de una manera incomprensible para muchos, que sacará lo peor de ti y te incitará a hacer cosas negativas. -Todos llevamos un demonio dentro. Es ese demonio que te incita a hacer cosas malas. Puede ser el que en ocasiones te motiva a hacerte daño, o a escapar del mundo, a liberarte de tus batallas. No todos los demonios somos malos ,algunos intentan ayudar, aunque no sea de la manera correcta. Kajir Y ahí estarán: Tú Ángel y Tú Demonio, luchando contigo y por ti. Elévandote al cielo y a la vez arrastrándote al abismo, pero siempre ahí, superando la mejor y la peor de tus batallas. -Y si alguna vez siento que ya lo perdí todo y que nada tiene sentido-, comenta Becky angustiada, mientras observa a un lado de ella a Mateo y luego voltea a ver a Kajir. -¿Estarán ahí para sostenerme? -Todos los días de este mundo-, afirma Mateo, mi Ángel de la Guarda, la luz de mi oscuridad, mi amor sano, con su tiernos razgos, mirándome con sus preciosos ojos negros, y tomándome de la mano. -Y del otro, también-, confirma mi travieso Demonio, mi diablillo, el líder de mis batallas perdidas, mi amor incomprendido, mientras me toma mi otra mano, y yo le devuelvo la mirada, mientras sostengo con fuerza sus manos, mis manos.
Nos pasamos la vida temiendo a la muerte, cuando estamos muertos en vida.
Rebecca
Voy caminando por la calle con mis auriculares rojos impregnados en mis oidos, la suave melodía de Adele me mantiene pensativa, a pesar que la canción es alegre, no logra levantar mis ánimos ya opacos.Voy rumbo a quien sabe dónde ,solo siento necesidad de caminar, de huir sin parar, sin que nadie me detenga, sin sentido, alejándome de todo aquello que me atormenta, que me aprieta el pecho y me asfixia.
Miro la gente pasar, algunos chocan conmigo, como si no me vieran. ¿Será que existo realmente? Apresuro más el paso y cruzo la avenida por la cebra, pero un carro frena estrepitasomante y me detengo en seco. Casi me choca, por un segundo me sentí libre, sentí que mi alma escapaba de mi, aún siento fatiga y mi corazón late desenfrenadamente.
-¡¡¡Quitate del medio loca!!!-, grita el chofer.
Eso me hace volver a la realidad, así que salgo de mi shock y emprendo mi camino en busca del fin.
¿Me ha llamado loca?¿Será realmente eso lo que soy, será la locura lo que atormenta mi vida?
¿Serán esos demonios los que no me dejan conciliar el sueño?¿No habrá espacio en el mundo para mi locura?
Siento que se me va la vida en un aliento, no merece la vida que la vivan así, sin ganas, sin motivos.
Nos pasamos la vida temiendo a la muerte, cuando estamos muertos en vida.
Desde que mis padres murieron mi mundo dejó de girar, he navegando a la deriva desde entonces, sin mapa, ni brújula que me oriente. Solo me queda mi tía, con quién vivo, y la cual no pierde un segundo en recordarme la carga que soy para ella, siempre dice que soy un estorbo, que no tiene tiempo para mi. Nunca me ha maltratado físicamente, pero no hace falta, el maltrato psicológico es suficiente para que me sienta inservible e inútil a su lado.
Llego a un puente que da a un precipicio, me apoyo en la baranda, y miro hacia el vacío.Me quito los audífonos y los guardo en mi mochila.
Nunca había sentido tanta atracción hacia algo,es como si lo deseara mi cuerpo, mi alma ,todo mi ser ya agotado, deprimido de tanto sucumbir en el olvido y la ignorancia de los q me rodean. Me une una conexión infinita, voces que me incitan a arrojarme desde lo más alto, mi movimientos recurren a los llamados.
Cruzo la baranda quedando solo a un paso de caer en lo más profundo, sólo me detienen mis manos, que están agarradas fuertemente al metal, y mis talones que se arriman al pequeño pedazo de concreto que sobresale del puente, al menos una parte de mi cuerpo me sostiene a duras penas.
El viento acaricia mi rostro y revuelve mi cabello. Esta sensación es divina, respiro profundo una y otra vez, porque sé que será la última vez que sentiré está sensación tan hermosa de disfrutar de los aromas del mundo, de este mundo al que le parezco tan poco, tan poco como para haberme lastimado tanto, un mundo en el que mis únicos momentos de felicidad, son sólo ya vagos recuerdos en mi mente, casi sin rostros, sólo sombras.
Un mundo que me ha denegado la felicidad y el placer de sentirme plena, o sólo al menos el placer de sentirme viva, porque cada segundo que transcurre siento como mi ser me traiciona, como cada esfuerzo por existir se vuelve vano, son segundos en los que me siento más muerta que nunca.
Sin embargo, ahora siento una sensación de empoderamiento, una sonrisa se dibuja en mi rostro , siento que puedo volar, sé que puedo hacerlo, estoy segura, el abismo me consume.
Pero antes debo darle las gracias al universo por haber sido una partícula en la existencia de la vida, porque hay personas que ni siquiera llegan a abrir los ojos y apreciar lo bonito que es el mundo, pero yo pude hacerlo, al menos me voy con un recuerdo grato, y con la sensación de que alguna vez tuve ganas de vivir la vida, pero las ganas solamente no fueron suficientes.
Cierro los ojos, ya estoy lista, suelto una mano de la baranda, sólo estoy a instantes del propósito que me ha atormentado todo estos días, pero ya no tengo dudas, es el momento.
-¡¡¡DETENTE! NO LO HAGAS!!!-, capta mi atención un grito desde mi espalda, no abro los ojos, no hago nada, simplemente no reacciono.
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-¿Acaso has visto lo hermosa que eres?¡ No prives al mundo de tu belleza.....de tu luz interior!
-¿En serio puedes verme?¡¡ Pensaba que era invisible ante los ojos del mundo!!-, le contesto, pero aún no olvidó porque estoy aquí.
-Claro que puedo verte, todos somos visibles ante los ojos de alguien, aunque no te des cuenta, aunque no te lo demuestren-, explica el chico con voz comprensiva. -Todos los días te observo desde que sales camino a la escuela. Lo primero que haces es saludar al perro del vecino, sé que te gustan los animales, me encanta como sonríes cuando ves a alguien haciendo algo bueno o cuando te agradecen cuando tú misma lo haces, el enojo que reflejas cuando ves alguna injusticia o cuando alguien maltrata una criatura indefensa, admiro por horas cuando te sientas en el parque por las tardes a leer tu libro favorito y te pierdes entre las páginas, te vez preciosa, tan concentrada. No hay nada más bello e interesante que una chica leyendo un libro, y a pesar que tu tampoco te habías dado cuenta de mi existencia, el sólo echo de verte a diario era gratificante. Sé que eres luz ,puedo verla, y eso me encanta.
-En mi interior solo hay oscuridad, como la que hay al fondo de este precipicio.
-Dejame ayudarte a ver el mundo desde otro ojos, desde los míos, por ejemplo, te prometo que llegarás a amarlo con intensidad, que disfrutarás cada instante de tus días, hasta el último.
-Lo siento, pero ya es tarde, ya he tenido mi tiempo en este mundo, y mi hora de partir ha llegado. Mi cuerpo y mi mente están cansados de tantas batallas, todas perdidas.
-No es cierto, el tiempo es ilimitado, sólo eres una chica, no sucumbas ante el miedo, no desperdicies la oportunidad de vivir la vida plena, que otros quisieran tener.
-Es que no le importo a nadie, sólo soy una carga inútil y pesada.
-No digas eso, me importas a mi.
Esto me sorprende, nunca le había importado a nadie.
<<¿Quien es él que me ha observado en la distancia?>>
<<¿Desde cuándo lo hace?>>
<<¿Por qué no se había acercado? >>
Inmensidad de preguntas invaden mi mente, y me hacen abrir los ojos, girar y agarrar la baranda nuevamente, pero esta vez quedando de frente, levanto la vista y entonces lo veo.
Esos hermosos ojos negros, tan negros como la oscuridad que habita en mi, pero los de él tienen destellos de luz, sus preciosas mejillas rosadas, y el hoyuelo que se refleja en la sonrisa que enmarca su rostro.
Es indudablemente hermoso, como hacia mucho tiempo no veía algo así. Su pelo negro cae en pequeñitas puntas sobre su frente. Extiende una mano hacia mi, y no puedo evitar pensar que hay un halo deslumbrante a su alrededor.
¿Será él quien detendrá mi oscuridad y me iluminará con su luz?
Valentina, una mujer hermosa y exitosa, tiene un encuentro amoroso con un hombre misterioso en una noche de pasión y romance. Sin embargo, al amanecer, el hombre desaparece sin dejar rastro, y Valentina se queda con más preguntas que respuestas. Un mes después, Valentina recibe la noticia que cambia su vida para siempre: está embarazada. Sintiéndose avergonzada y confundida, Valentina decide viajar a otra ciudad para empezar de nuevo y evitar el escándalo. Años después, Valentina regresa a la capital para pasar las Navidades con su abuela. Mientras explora la ciudad, se encuentra con la boutique más famosa de la ciudad, propiedad de la esposa de un poderoso magnate. Al entrar en la tienda, Valentina se sorprende al ver la reacción de la señora al ver a su hijo. Martina se queda atónita al ver el parecido entre el niño y su esposo, el magnate Gabriel. Furiosa y celosa, decide enfrentar a su esposo y exigirle una explicación. Gabriel, sin embargo, sigue declarándose inocente y fiel a su esposa. Los hijos de la pareja, Benjamín y Jazmín, tratan de calmar la situación y pedir una explicación a su padre. Sin embargo, Gabriel sigue negando cualquier relación con Valentina o su hijo. Mientras tanto, Valentina se siente confundida y asustada por la reacción de Martina. Aún así, continúa con su vida. Pero todo se complica cuando frente a ella aparece toda la familia Milano, reclamando y acusándola como la amante de Gabriel. Furiosa decide revelar el único recuerdo que tiene de aquel hombre con el cual se acostó y producto de eso nació su hermoso hijo, Valerio. ¿Qué pasó realmente aquella noche? ¿Es Gabriel el padre de su hijo? La verdad es más complicada de lo que parece, y Valentina deberá enfrentar sus miedos y dudas para descubrirla.
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El marido de Vivianna se casó con ella por su herencia, y después de quitarle todo lo que tenía, la mandó a la cama de un acompañante y le tomó fotos. La amenazó con divorciarse con esas fotos y la obligó a salir de su casa sin un centavo. Dejó su país de origen en desgracia. Cuatro años más tarde, regresó a casa como Jefa de Diseño de Joyas y tuvo un hijo de tres años. Su niño genio le dijo después de bajarse del avión: "¡Conseguiré que el hombre más rico del mundo sea mi papá y te respalde!" Ella lo tomó como una broma, pero dos días después, su asistente le dijo que el hombre más poderoso del mundo se había robado a su hijo y la invitó a cenar. Al encontrarse, ese hombre sostuvo a su hijito y le dijo dominantemente: "Es mi hijo!".
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