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**Tercer libro de "Nuestro Encuentro"** Las vidas de Brisa y Franco no han vuelto a ser las mismas después de que los secretos de la familia de Franco salieran a la luz. A pesar de sus intentos por permanecer juntos, el pasado gano separando sus caminos, pero ¿Qué sucederá cuando la verdad salga a la luz? ¿Podrán sus vidas volver a ser un solo camino en común?
[FRANCO]
2 de julio
Mi vida y la de Brisa se han cruzado mucho antes de aquel encuentro en ese crucero. De alguna manera nos íbamos a encontrar, pero no creo que nuestro desenlace hubiese sido como este. Tal vez nos hubiésemos encontrado cuando toda la verdad saliera a la luz y su familia decidiera demandar a la mía, o quizás solo nuestros nombres se hubiesen cruzado en un papel en algún momento.
Sin importar las hipótesis que pueda hacer en mi cabeza, la realidad es que nuestras vidas a partir de este instante están unidas para siempre y amo que sea así aun cuando un juez ha declarado nuestro divorcio hace apenas dos semanas. No era mi intención firmar aquellos documentos, pero su paz y la salud de nuestros hijos siempre han estado primero.
-Mis nietos son hermosos -escucho la voz de mi padre mientras que observo a Atenea y Dylan a través de este enorme cristal.
-Te dije que no quería que vinieras, ¿Qué fue lo que no has entendido? -respondo frio y muevo mis brazos para que no me toque.
-Hijo... Brisa le aviso a tu madre -explica.
Inmediatamente me giro para verlo a la cara y pongo distancia entre nosotros dos.
-Lo ha hecho porque cree que yo soy el malo de esta historia, porque piensa que no la amo y que ustedes han estado para apoyarla mientras yo estuve mal -digo firme-. ¿Por qué no le cuentas el motivo de mi accidente? ¿Le has dicho porque discutía contigo? ¿Te has atrevido a contarle porque decidí alejarme y hacer de cuenta que no recordaba nada? -presiono e inmediatamente agacha su mirada.
-Me has pedido que no lo hiciera -susurra.
-Porque mis hijos estaban en riesgo, pero eso no te da derecho a estar aquí. Tus errores han costado mi divorcio, por tu culpa no me dejo estar en la sala de parto -reclamo con rabia.
-Hijo, puedo hablar con ella, explicarle las cosas... ya nacieron los bebés -dice y niego.
-Ni se te ocurra irrumpir en la paz de Brisa, ni siquiera yo lo estoy haciendo -amenazo.
Su mirada cambia y decido callarme cuando German se acerca. No es que mi excuñado y yo hayamos tenido la oportunidad de conversar mucho, sobre todo porque ha venido de Roma solo para conocer a sus sobrinos, pero supongo que el motivo principal es que no quiere ni verme, y lo entiendo.
Él me mira con un poco de dudas y luego observa a mis hijos de la misma manera que yo lo hacía hace un momento y me alegra saber que ocultar la verdad haya servido para que, aunque sea su familia no este maldiciendo mi sangre.
-Mi hermana necesita hablar contigo -dice sin siquiera mirarme.
Entiendo completamente la situación, yo soy el cabrón que la lastimo y que ahora la deja sola con dos criaturas.
-Gracias -me limito a decir y vuelvo a mirar a mi padre-. Vete, de verdad no arruines lo poco bueno que tengo -insisto y sin verlo, me alejo para ir a la habitación donde esta ella.
Con un poco de nervios por todo lo que está sucediendo, llamo a la puerta y solo espero a que me deje pasar. Cuando su voz da la orden, entro y me acerco con algo de temor por lo que pueda llegar a escuchar.
-¿Puedes cerrar la cortina? Me molesta la luz -me pide indiferente.
-Claro -respondo y simplemente hago lo que me pide para luego mirarla. Tengo ganas de decirle tantas cosas, pero todas esas palabras se ahogan en mis labios-. Tu dirás -resumo.
-Quería decírtelo antes de que nacieran los bebés, pero me prohibieron el estrés, asique decidí hacerlo ahora -anticipa obteniendo mi atención.
-¿Qué cosa? -inquiero algo confundido y trato de adivinar sus gestos, pero su mirada no me dice nada.
-Me iré a Roma con German, me ofrecieron un proyecto importante y no quiero perder esa oportunidad -habla como si nada.
-¡¿Qué?! No... tú no iras a Roma, mis hijos acaban de nacer y no te los llevaras lejos de mi -contesto inmediatamente.
-No te estoy pidiendo permiso, el acuerdo de divorcio fue muy claro, yo decido sobre el futuro de mis hijos -me recuerda.
-Brisa, por favor, no me hagas esto -le pido desesperado.
-No pidas algo que tú no has hecho. Me dejaste sola, me engañaste, y siéndote sincera, no tengo más ganas de hablar de eso. Me iré a Roma en unas semanas y si quieres ver a tus hijos, viaja allá y velos, pero no me pidas que siga hipotecando mi vida por ti, ya me has arruinado lo poco bueno que tenía y no pienso seguir en esa situación -dice firme y tan solo puedo recordar las palabras del doctor para controlarme y no llevarle la contraria.
«Piensa en tus hijos, solo en ellos» me recuerdo.
-Está bien, has lo que quieras -me limito a responder y si, una vez más estoy renunciando a la felicidad.
¿Quién dijo que el dinero compra la felicidad? Esa es la pregunta que Aren se hace todo el tiempo después de que la mujer de su vida lo dejara en el altar. Él lo tiene todo, o al menos eso que la gente dice que el dinero es todo en la vida. Tiene riqueza gracias a sus empresas relacionadas a la industria automotriz, un privilegiado estatus social, y una apariencia física que es la envidia de muchos. Sin embargo, eso no evita que sea llamado un “perdedor”, después de todo, le faltaba lo más importante para muchos; alguien que lo ame por lo que es y no por lo que tiene. El constante señalamiento de la sociedad y los medios de comunicación, hacen que Aren deje de ser el hombre estratégico que fue siempre para tomar decisiones, y se pierda el control de todo. Su mente se nubla de tal manera, que, dejando todos sus principios a un lado, él decide comprar el amor por llamarlo de alguna manera. Si bien su decisión está fuera de sus principios, su desesperación no llega al punto de hacer que meta a una completa extraña a su vida, sino que a una mujer que él conoce muy bien y puede beneficiarse de esta oferta que él tiene para hacerle. Esa “afortunada” es Haizea, una joven empresaria que busca ser parte del mundo en el que se mueve Aren, y no lo consigue por no tener un apellido que avale su estatus social y económico. Necesitándose uno al otro por motivos diferentes, ambos armaran un teatro para convencer al mundo de que Aren no es un perdedor, y que Haizea es la joven promesa en un mundo de negocios lleno de prejuicios, pero ¿Qué pasara después? Será esto acaso un trato con fecha de vencimiento, ¿o habrá algo que lo cambien absolutamente todo?
Las vidas de Amadeo y Anahí se cruzaron cuando ellos apenas eran unos niños ya que sus padres son mejores amigos, sobre todo sus madres que son amigas desde los seis años. Desde el instante que Amadeo conoció a Anahí el día que ella nació cuando él apenas tenía cuatro años hubo una conexión inmediata, tal así que sus padres no comprendían que es lo que sucedía y hasta en cierto punto les asustaba. Con el pasar del tiempo la amistad de Amadeo y Anahí fue creciendo, convirtiéndose así en cómplices de la vida del otro, pero todo aquello sufrió una pausa cuando a los 18 años Amadeo se fue a estudiar finanzas a la universidad de Harvard en Massachusetts. La estadía de Amadeo en Estados Unidos se vio prolongada cuando él decide quedarse a hacer su maestría en la misma universidad, y desde aquel día Amadeo y Anahí han dejado de hablarse por motivos que él desconoce. Después de cinco largos años, él regresa a Milán, pero no lo hace solo; sino que, con su prometida Antonella del Valle, una mujer que conoció en la universidad y a la cual le propuso matrimonio el día de su graduación. A su regreso a Italia, el encuentro con su mejor amiga se hace inevitable dándose cuenta así que muchas cosas han cambiado entre ellos dos, pero no solo en su vida, sino en la manera que se sienten cuando están uno cerca del otro. Lo que Amadeo desconoce es que Anahí no es como el resto de las mujeres que él conoce; ella es diferente y lo llevara a él a conocer otras facetas del amor que hasta el momento le eran desconocidas.
¿Qué sucede cuando Keira Olavarría hace un trato para que Dane Bautista lo acompañe a la boda de su ex prometido y en ese momento Dane descubre que es su exnovia la que está entrando a la iglesia para casarse? ¿Y si por eso entre Keira y Dane surge un plan? ¿Y si ese plan es engañar a sus exparejas y hacerles pensar que están juntos? ¿Y si el plan es hacer que ellos se divorcien para así recuperarlos?
Xián Oliveira, es un cantautor bastante reconocido en grandes partes del mundo, sin embargo, aquello de lo que tanto escribe y canta ya no le resulta tan hermoso como él creía. Cuando su novia le rompe el corazón, él se encierra en un mundo donde el amor ya no tiene lugar. Después de hacerse una promesa a si mismo de no volverse a enamorar, el destino hace que su camino y el de la prima de su mejor amigo se crucen en una noche de fiesta. Lo que él no sabe, es que aquel capricho por querer pasar una noche con ella sin compromiso alguno, le cambiara la vida para siempre mostrándole que por más que quiera escapar del amor, esto no siempre resulta ser tan fácil.
Segunda parte de "Amor Intermedio" **Si no han leído la primera parte, probablemente no puedan entender el comienzo de esta historia** Lo que parecía ser un cuento de hadas para Serena después de haber conocido a Gael, se terminó convirtiendo en una auténtica pesadilla. Bastó solo una noche para que todo se arruinara, él cambiara y su matrimonio se convirtiera en una pesadilla. Sin embargo, ¿qué pasará cuando la verdad salga a la luz? ¿Podrá Gael salvar el amor que tenía con Serena? ¿O terminará todo entre los dos? Solo queda descubrirlo y comprobar qué será más fuerte, ¿el amor o el resentimiento?. LA REPRODUCCIÓN TOTAL O PARCIAL DE ESTE MATERIAL QUEDA PROHIBIDA. LA HISTORIA ESTÁ REGISTRADA EN SAFE CREATIVE . Copyright © 2006014207211
**Segundo libro de "Nuestro Encuentro"** Después de que Brisa y Franco se conocieran de una manera diferente en aquel crucero y que unieran sus vidas para siempre, la realidad golpeo a sus puertas, y es que no todo resulto ser como ellos esperaban. Este par de enamorados desconocía el pasado que convirtió a sus familias en enemigos y que llevaría a que su matrimonio no fuera aceptado por ellos. A pesar de esto, ellos no están dispuestos a separarse, y mucho menos a poner en riesgo la vida de ese bebé que tanto anhelan. Por esto y por ese gran amor que ellos sienten, tomaron la decisión más importante de sus vidas, y esa es alejarse de todos, pero ¿será suficiente alejarse para que nadie arruine su felicidad? ¿o es que el amor hacia sus familias será más fuerte y los hará desistir de aquella vida alejada de ellos?
¿Qué esperas de tu cumpleaños? ¿Dinero? ¿Joyería? ¿U otras cosas? Lo que sea, pero por lo menos debe ser un día maravilloso. Lola Li, una mujer linda, encantadora e inteligente, graduada en la comunicación audiovisual a una edad muy temprana. Todo el mundo pensaba que Lola tendría un futuro muy prometedor pero las cosas no salieron como se esperaba. Su fiesta de cumpleaños de 22 años fue una pesadilla para ella. Cuando terminó su fiesta de cumpleaños, su mejor amiga la traicionó, su novio la abandonó y su familia se arruinó por completo. Cuando se despertó al día siguiente, Lola se encontraba tumbada en la cama de una habitación de hotel. Con el corazón acelerado, solo podía recordar vagamente a un hombre extraño con el que estaba anoche. ¿Había venido para salvarla? O, ¿era un demonio que lo estaba persiguiendo?
El marido de Vivianna se casó con ella por su herencia, y después de quitarle todo lo que tenía, la mandó a la cama de un acompañante y le tomó fotos. La amenazó con divorciarse con esas fotos y la obligó a salir de su casa sin un centavo. Dejó su país de origen en desgracia. Cuatro años más tarde, regresó a casa como Jefa de Diseño de Joyas y tuvo un hijo de tres años. Su niño genio le dijo después de bajarse del avión: "¡Conseguiré que el hombre más rico del mundo sea mi papá y te respalde!" Ella lo tomó como una broma, pero dos días después, su asistente le dijo que el hombre más poderoso del mundo se había robado a su hijo y la invitó a cenar. Al encontrarse, ese hombre sostuvo a su hijito y le dijo dominantemente: "Es mi hijo!".
Tras dos años de matrimonio, Sadie por fin estaba embarazada, llena de esperanza y alegría. Pero su corazón rompió cuando Noah le pidió el divorcio. Durante un atentado fallido contra su vida, Sadie se encontró tendida en un charco de sangre, llamando desesperadamente a Noah para pedirle que la salvara a ella y al bebé. Pero sus llamadas quedaron sin respuesta. Destrozada por su traición, abandonó el país. Pasó el tiempo y Sadie estaba a punto de casarse por segunda vez. Noah apareció enloquecido y cayó de rodillas. "¿Cómo te atreves a casarte con otro después de haber dado a luz a mi hijo?".
Natalie creía que podía derretir el gélido corazón de Connor, pero estaba muy equivocada. Cuando por fin decidió marcharse, descubrió que estaba embarazada. Aun así, decidió abandonar la ciudad en silencio, lo que llevó a Connor a movilizar todos sus recursos y ampliar su negocio a escala mundial, todo en un intento por encontrarla. Pero no había rastro de su mujer. Connor se sumió poco a poco en la locura, poniendo la ciudad patas arriba y dejando el caos a su paso. Natalie apareció años más tarde, adinerada y poderosa, solo para encontrarse de nuevo enredada con ese hombre.
Como simple asistenta, enviar un mensaje al CEO en plena noche para solicitar películas pornográficas fue un movimiento audaz. Como era de esperar, Bethany no recibió ninguna película. Sin embargo, el CEO le respondió que, aunque no tenía películas para compartir, podía ofrecerle una demostración en directo. Tras una noche llena de pasión, Bethany estaba segura de que perdería su trabajo. Pero en lugar de eso, su jefe le propuso: "Cásate conmigo. Por favor, considéralo". "Sr. Bates, está bromeando, ¿verdad?".
Durante tres años, Shane e Yvonne estuvieron casados, compartiendo noches acaloradas, mientras él aún estaba enamorado de su primer amor. Yvonne se esforzaba por ser una esposa obediente, pero su matrimonio se sentía vacío, construido sobre el deseo más que sobre el verdadero afecto. Todo cambió cuando se quedó embarazada, sólo para que Shane la empujara a la mesa de operaciones, advirtiéndole: "¡O sobrevives tú o el bebé!". Destrozada por su crueldad, Yvonne desapareció apesadumbrada y más tarde regresó, radiante de plenitud, dejando a todos boquiabiertos. Atormentado por los remordimientos, Shane le suplicó otra oportunidad, pero Yvonne sólo sonrió y respondió: "Lo siento, los hombres ya no me interesan".