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Es imposible no acordarme a diario de ella. Desde que estamos de nuevo en el mismo cÃrculo de amistades ha vuelto a ser mi anhelo, a ser esa Brisa fresca que alegra mi mañana, la misma que se agradece en una tarde calurosa. Eso es, sin duda alguna, Blanca Varela en mi alma. No es fácil verla feliz en su matrimonio. Y para mi desgracia, a su lado se encuentra un hombre que la ama de la misma manera en que yo lo hago. Ya no viene al caso aclarar esos hechos del pasado. Pero duele verla y no tenerla, siento celos cuando no debo, me aferro a toda mi cordura para no arrancarle las manos al hombre que tiene todos los derechos sobre su cuerpo Yo solo me puedo conformar con tenerla en sueños. No solo por mi pasado iré al infierno, sino también por desear tanto la mujer del prójimo.
Estábamos alborotadas y ajetreadas, además no contamos con la destreza de Patricia por el resto de la tarde. Pobrecita, tan feo que eran los sÃntomas del embarazo.
-Sin duda el bebé de Patri sabÃa que ahora sà puede joder al padre. -dije.
Virginia y Maju afirmaron. Regina, SofÃa y Socorro se encontraban encargándose del tema de la comida, nosotras de la decoración, ellas les tenÃan sus detalles individuales, pero nosotras cuatro querÃamos regalarle algo significativo y muy emocionalmente. Eso era lo que me tenÃa con los recuerdos a flor de piel porque miraba las fotos que habÃamos mandado a imprimir.
-¡Esto ya quedó!
Comentó Maju sentándose en la mesa donde tenÃa un reguero de fotos. Virginia nos entregó una cerveza a cada una. Haber retomado nuestra amistad de la universidad, habÃa sido un acierto.
-¿Te acuerdas de esto? -miramos la foto en la mano de Virginia.
-Si mal no recuerdo fue el primer dÃa que tu marido y el mÃo tocaron. -Habló Maju.
Ese fue el mismo dÃa en que lo conocà a él, a David... «Refunde ese pensamiento». Todas intentábamos darme ánimos a nuestra amiga por lo ocurrido.
» Mira qué cantidad de fotos. De verdad Fernanda es una fanática de la fotógrafa, tenÃa de todos nuestros momentos, capturaba bonitos momentos.
-Le gusta inmortalizar los momentos. -dije-. ¡Entonces! ¿Aprueban las fotos seleccionadas? Una vez las peque en el álbum no hay marcha atrás.
-Todas están bonitas. -Por estar mirando el pasado tenÃa un sinsabor en el pecho-. César ya viene por mÃ.
-Vete tranquila, yo me quedo ayudando a Blanca con el álbum. La decoración ya la tenemos lista.
Una vez solas, me concentré en mi tarea infantil, Virginia recogió todo el desorden y solo nos quedamos con el desastre de la mesa, me trajo otra cerveza.
-Voy a terminar tres quince, menos mal mis hijos los tienen mis papás.
-Veo que todas despachamos los hijos al cuidado de los abuelos. Mi suegra me dijo que se fueron con los Abdala para la finca de los L'Charme.
-Por lo pronto, si me sigues dando Cervezas, voy a llegar candente a devorar a mi adonis griego maduro. -Virginia soltó la carcajada.
-Alejandro estarÃa encantado si llego toda desinhibida.
Continuamos con la labor de pegar las fotos, me las pasaba y yo las pegaba en un álbum con los tips de diseño de patricia. Era un viaje en el tiempo, donde hizo a sus amigos y su carrera, todo era tema de la universidad. Una bella época para cada uno de nosotros.
-¿Cuántas faltan? -miré el celular. Iba a ser la siete de la noche. Llamé a mi esposo.
-Hola, Torbellino.
-Hola, mi Madurito. ¿Qué haces?
-Literalmente estoy en la oficina de Alejo con David mirando los proyectos. Esperamos a que ustedes se desocupen. Te fuiste sin carro, quedé de pasar por ti.
-En media hora ven a buscarme.
-¿Estás tomando?
-Mmmm tengo cinco cervezas en la cabeza, esta noche ya sabes lo que te espera. -La carcajada de Deacon me encantó-. Te amo.
-Yo más. -Virginia me miró.
-¿Qué?
-¿Si lo has notado? -No tenÃa idea de que hablaba-. Veo que ni cuenta te has dado. Mira las fotos.
-Ya las he visto. -Me miró.
-En todas esas fotos tú y David quedaban juntos, mira siempre juntos, -ella que dice eso y mi corazón bombeó más fuerte de lo que podrÃa imaginar-. Mira. Él en muchas te mira.
-Lo hacÃa porque no le gustaba mi forma de ser.
Estaba siendo analizada por Virginia, terminé de pegar la última foto, era la de nuestro dÃa de graduación, al mirar la foto si era cierto, David me miraba, en esa época éramos novios a escondidas, nuestra relación fue tan rara. A Virginia le habÃa dicho que fueron unos meses.
Pero la realidad era otra, fuimos pareja por casi dos años en una extraña relación de ser y no ser. Nunca tuvimos sexo, éramos vaciles de besos, y yo como una tonta creÃa estarme ganando ese solitario corazón mientras que pasaban los dÃas y él demostraba más interés en mÃ. Pero la verdad fue otra. Después de la graduación pasé la peor vergüenza de mi vida, y tal vez sea por las cervezas ingeridas o por las fotos del pasado, mi mente me trajo ese momento.
Estaba muerta de miedo, habÃa decidido entregarme a David y asà él ponga resistencia, insistiré, toqué la puerta de su apartamento. El corazón se me querÃa salir, querÃa aclarar nuestra relación. Él abrió en pijama, solo con el pantalón, me sonrió con picardÃa, para el mundo entero él puede ser una persona seria, pero era todo lo contrario, era muy divertido y tierno.
-Brisa, ¿qué haces aqu�
Me encantaba que me llamara de esa manera. El dÃa que nos conocimos me apodó enseguida y lo más lindo fue que después de tantos años aún era un secreto ese apodo. Cada vez que Alejo le gritaba a Virginia Belleza o César llamando a Maju Bonita, él buscaba el modo de decirme al oÃdo Brisa.
Mi reacción esa noche fue lanzarme a besarlo, beso el cual correspondió con mucha pasión. Nos estábamos calentando demasiado, detuvo lo que estaba pasando, pero antes hizo fricción en algunos lugares.
» Necesito agua.
Me eché a reÃr. Lo vi desaparecer y estaba igual que yo, lleno de deseos por lo que pude ver. TenÃa veintiún años y yo seguÃa virgen; vine en busca de mi primera vez y lo iba a obtener con mi novio. Por eso me quité el vestido, cuando David salió de la cocina se quedó mirándome, mi corazón latÃa a millón, no dijo nada, se acercó, se agachó, tomó el vestido al acercarse.
Me alzó los brazos, no sabÃa que iba a hacer, pero le obedecÃ. Sin embargo, jamás me imaginé que ese dÃa me fueran a humillar tanto, con intención o sin ella. David volvió a ponerme el traje y con ello, destrozó mi autoestima.
-David...
-Blanca no es necesario.
Luego se alejó, su teléfono estaba sonando, me quedé en la sala de su apartamento con mi rostro encendido, hasta los brazos los tenÃa rojos, no podÃa ni con la vergüenza conmigo misma.
-Eso significa que no fui suficiente...
Los ojos se me humedecieron y al ver que pasaban los minutos no salÃa fue más evidente la vergüenza. Vine a entregarle mi virginidad, me ofrecà en bandeja de plata y... Con el mayor silencio posible salà de ese apartamento, antes de llegar a la recepción las lágrimas no pude controlarlas. ¡Qué vergüenza!
-¡Blanca! -Virginia me trajo al presente. No habÃa vuelto a pensar en eso, no desde que era una mujer casada-. ¿Estás bien? -afirmé-. Maju me acaba de escribir que Julieta Lara confirmó la asistencia. Al menos David ya no estará solo. -sonreÃ.
-Ella tuvo algo con él, ¿cierto?
-Eso dicen, jamás escuché a David hablar al respecto. Desde que nos graduamos no supe de ella. ¿Estás bien?
-SÃ, solo nostálgica, ver cómo pasa el tiempo, aunque amo lo que tengo ahora, mi familia, mis hijos, mi marido.
-Te entiendo. En esa época era extremadamente feliz. Blanca, he aprendido a que las cosas pasan por algo. MÃranos; nosotros debÃamos de tener una ruptura para que Dios nos pusiera a un ángel en el medio y poder salvar a nuestro hijo. Asà es la vida.
-Tienes toda la razón. Arreglemos el desorden, mañana a esta hora estaremos en plena rumba. Una vez nos timbraron a los celulares sabÃamos que habÃan llegado por nosotras. Al salir mi esposo estaba en la puerta del auto, Alejo en su carro y David dentro del suyo, tanto Virginia y yo lo saludamos con la mano, él respondió con el sonido de la bocina de su auto. Llegué hasta donde Deacon; sus manos se enredaron en mi cintura para darme un delicioso beso.
-Los niños no están en la casa, ¿vas a cumplir lo que me dijiste por teléfono Torbellino?
-¿Cuándo te he incumplido?
-Jamás.
Le di un pico e ingresé a la camioneta. Puse con cuidado el álbum en la parte trasera.
-¿Y eso?
-Es nuestro regalo amor, ahora que lleguemos a la casa te lo muestro. Son infinitas fotógrafas de todos nosotros en la universidad.
-Nuestro regalo sin duda será mejor.
-No lo creo.
-Apostemos, siento que esta vez te ganaré. -hablábamos en griego.
-Un dÃa entero siendo esclavos del otro como proveedor de intimidad oral.
-¡Me encanta! -Mi esposo soltó una carcajada, luego tocó la bocina para despedirnos de nuestros amigos.
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Nota: Hola a todas mis lectoras (es) ya iniciamos esta aventura de la cuarta entrega de la serie Perdóname, Vuelves a ser tú. Les recuerdo que se pueden leer las novelas por separados, pero tienen un orden cronológico (No voy a perderte, Caminos separado, Es mejor alejarnos), y se habla de todos los personajes en los anteriores libros. Un abrazo y disfruten de este triangulo de dos caballeros y una dama.
Uno mismo se arruina la existencia cuando permite que el orgullo sea quien gobierne nuestra vida. Cuando permites que se avive el sentirse traicionado. Yo permità que él creyera algo equivocado, y me dolÃa que pensara que era capaz de atentar contra la vida de mi propio hijo aún a sabiendas de que era producto del inmenso amor que le tenÃa. Ahora él iba a casarse... Ya no me sentÃa conforme con lo que vivÃa, ya me cansé de ser siempre la última en las prioridades de su vida, asà me diga lo contrario y pronuncie la palabra te amo. Sus actitudes no me lo demuestran, aunque suele decirme mira mis actos. No podÃa seguir esperando a que me regalara minutos de su tiempo. A lo mejor él no nació para tener una vida de pareja, y yo no tenÃa por qué sacrificarme. El problema era que estaba embarazada y él no querÃa...
Dos historias de amor entrelazados por la amistad. Corazones para restaurar, intensiones de enseñar a confiar, de aprender a amar, porque la vida se trata de crecer, de restaurar, de pedir perdón, de entregar perdón y de perdonarnos a nosotros mismos, porque no somos perfectos. Santos DomÃnguez un hombre marcado por el pasado, y eso hizo que no confiara en nadie más que en las personas que estuvieron a su lado en su secuestro. No cree en el amor, solo disfruta del placer de las mujeres, y tampoco engaña, ellas saben que lo único que puede ofrecer... Es un par de horas en una cama. MarÃa Constanza Abdala desde que lo vio de nuevo decretó que serÃa suyo, aunque todos le digan; «es mayor y no mires a Santos DomÃnguez». Pero en silencio le fue imposible ocultar la atracción y cayó ante ese enigmático seductor sin importar la diferencia de años entre ellos. Guillermo Guzmán a su edad adulta no lograba encausar de nuevo sus sentimientos. El tiempo le recordaba siempre la misma mujer del pasado. A pesar de haber terminado porque el amor se acabó... Sin embargo, todo en él cambió cuando le llegó una invitación para una boda y ahà comprendió que él era historia en su vida. Natalia Salamanca, le costó superar esa tarde cuando le dijo que ya no sentÃa lo mismo y habÃa dejado de amarla, cayó en una gran soledad y tardó en superar ese fracaso. Ahora se encuentra con la ilusión de formar un hogar... Ya no podÃa quedarse en el pasado, él continuó su vida, ella debÃa realizar la suya.
Cargar con un oscuro pasado trae consecuencias, en algunos casos vergüenza. Quise ocultar el sol con un dedo e ignoré todos los consejos que me dieron las personas que me aprecian y perdà lo que más he amado en mi vida, perdà a mi salvación. No hay nada oculto entre el cielo y la tierra... no solo son palabras sabias, es una realidad. La vida me ha dejado en claro que no puedes levantar vigas solidas si lo haces en cimientos quebrados. Por eso debes aprender a caminar aceptando tus errores, ocultarnos solo te hace bajar la cabeza. Siento tanta vergüenza por mi pasado, que preferà ocultarlo y cuando ya no pude más, estaba envuelta en una red de mentiras que me ahogó por completo. Opté por el camino fácil y terminé dañando al hombre que adoro con el alma, avergoncé a mis padres y no tuve valor para mirar la decepción que debà causarle a mi hermana MarÃa Joaquina, lo que tanto temÃa salió a luz, ahora soy la decepción de la familia L'Charme Novoa y el error de José Eduardo Villalobos Daza. Ahora no sé si es mejor alejarnos... ¿Podrá el amor superar un terrible pasado?
Se dice que debemos sufrir en nuestro linaje cuando volvamos a coincidir en el mismo tiempo. Pero conmigo no será asÃ, seré el primer portador de la sangre del universo que romperá ese lineamiento. Tenemos el conocimiento y la tecnologÃa a favor, puedo cambiar nuestro destino. Por alguna razón era la encarnación más fuerte; mi padre y mi tÃo me entrenaron para ello. El camino fue trazado por la dinastÃa D'Montecarlos, no habrá errores. ¿Qué puede cambiar? Nada... solo esperar a que mi futura esposa vuelva a reencarnar. En esta historia no se puede dar nada por sentado, siempre habrá cambios y no sabes a quien encontrarás en el camino para hacerte cambiar tus propósitos. La vida, como en la naturaleza nada era seguro, el cambio era eminente y más cuando por décadas ella nos lo viene avisando. No se puede olvidar, que no solo nosotros realizamos cambios. El mal también lo hizo... y siempre se debe tener en cuenta que el universo se conspira a sà mismo para cumplir su promesa de proteger a la madre tierra. Segunda entrega de la saga Necesitamos el quinto elemento, la madre tierra reencarna para preparar el camino para el cambio del planeta y él encarna para protegerla... Siempre para cuidarla. Porque algo si no habÃa cambiado, su amor, ese que por siglos han venido disfrutando.
Hay momentos en la vida en donde pierdes criterio de tus ideales y valores, por muy maquiavélico que parezca olvidas el futuro que habÃas imaginado con esa persona importante en tu vida. Creo que todo ser humano tiene un pasado que lamentar, momentos para levantar y otros para olvidar. En mi caso por caer en la monotonÃa creà que no te amaba y por esa mentira creada en mi subconsciente te perdÃ. No tengo a quien culpar más que a mi mismo y por más que en silencio mi alma le grita a la tuya lo mucho que me arrepiento, es evidente que tu lejanÃa solo me confirma que no te importo o, por el contrario, no me has olvidado y prefieres poner kilómetros entre nosotros y vivir caminos separados. Espero y anhelo poder tener la oportunidad de pedirte perdón algún dÃa, deseo que hayas alcanzado la felicidad, esa que yo perdà y solo con los meses me di cuenta. Es muy duro ser el culpable de tu desdicha, solo espero que donde quieras que te encuentres Belleza... Me perdones.
¿Un matrimonio por obligación? No estamos en la época victoriana donde el hombre debe cumplir por robarle la virtud a una mujer. No, ya no estamos en ese tiempo, entonces ¿por qué nos casamos?, lo cierto es que tenemos un matrimonio envuelto en intrigas, celos y venganza. Todo eso son motivos para que no haya cabida al amor... o tal vez, es un medio extraño para que crezca... MarÃa Joaquina no lo quiere volverlo a ver, no soporta un desprecio más a su integridad... por todo lo vivido no querÃa salvar su matrimonio. César Luis no quiere perder lo único importante que siempre ha tenido; su familia, aunque no supo demostrarlo al inicio y permitió que los celos destruyeran su matrimonio. Ahora que ella ha regresado serán la familia que siempre debieron ser, la que soñaron desde que eran jóvenes. Dos almas gemelas que, por intrigas, malos entendidos, suposiciones y orgullo arruinaron nueve años de sus vidas hasta el punto de llegar a ignorarse. Los celos ciegan, las intrigas destruyen y el amor, ... Sana. ¿Será suficiente el compromiso y amor para restaurar una relación?
Janet fue adoptada cuando era niña, un sueño hecho realidad para los huérfanos. Sin embargo, su vida fue cualquier cosa menos feliz. Su madre adoptiva se burló de ella y la acosó toda su vida. La mucama que la crio le dio todo el amor y el afecto de una madre. Desafortunadamente, la anciana se enfermó gravemente y Janet tuvo que casarse con un hombre que tenÃa mala fama en sustitución de la hija biológica de sus padres para cubrir los gastos médicos de la criada. ¿PodrÃa ser este un cuento de Cenicienta? Pero el hombre estaba lejos de ser un prÃncipe, aunque tenÃa un rostro atractivo. Ethan era el hijo ilegÃtimo de una familia rica que vivÃa una vida lujosa y apenas llegaba a fin de mes. Él se casó para cumplir el último deseo de su madre. Sin embargo, en su noche de bodas, tuvo el presentimiento de que su esposa era diferente a lo que habÃa escuchado sobre ella. El destino habÃa unido a las dos personas con profundos secretos. ¿Ethan era realmente el hombre que pensábamos que era? Sorprendentemente, tenÃa un extraño parecido con el impenetrable hombre más rico de la ciudad. ¿DescubrirÃa que Janet se casó con él por su hermana? ¿SerÃa su matrimonio una historia romántica o un completo desastre? Siga leyendo para saber cómo se desarrolla el amor entre Janet y Ethan.
Isabela Arriaga se ve atrapada en un matrimonio de conveniencia con Leonardo Arriaga, un hombre que la ve como una mera obligación, sin amor ni compasión. Casada por contrato, su vida se ve opacada por la presencia de Camila, la mejor amiga de su esposo, quien manipula y se burla de ella a cada paso. Mientras Isabela lucha por encontrar su lugar en una mansión que se siente más una prisión que un hogar, su marido sigue enamorado de la villana que la ha arrebatado no solo su afecto, sino también su dignidad. El tormento emocional de Isabela se ve acentuado cuando se da cuenta de que Leonardo la desprecia y prefiere a Camila. A pesar de su dulzura y sumisión, Isabela no es ajena a la frustración que crece en su corazón, mientras lucha por mantener la calma ante la manipulación constante. En una inesperada muestra de valentÃa, comienza a desafiar las reglas del juego, buscando ser más que la sombra que Leonardo ha creado a su alrededor. A medida que los celos y la posesividad de Leonardo salen a la luz, Isabela se enfrenta a la difÃcil decisión de vivir como una prisionera emocional o tomar las riendas de su vida. Pero, ¿es posible que el hombre que la desprecia también pueda amarla algún dÃa? En un enredo de engaños, traiciones y manipulación, Isabela debe encontrar su propia voz antes de que su alma se pierda para siempre.
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"Tú necesitas una novia y yo un novio. ¿Por qué no nos casamos?". Abandonados ambos en el altar, Elyse decidió casarse con el desconocido discapacitado del local de al lado. Compadecida de su estado, la chica prometió mimarlo una vez casados, pero no sabÃa que en realidad era un poderoso magnate. Jayden pensaba que Elyse se habÃa casado con él solo por su dinero, por eso planeaba divorciarse cuando ya no le fuera útil. Sin embargo, tras convertirse en su marido, él se enfrentó a un nuevo dilema: "Ella sigue pidiéndome el divorcio, ¡pero yo no quiero! ¿Qué debo hacer?".
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