Alex es un chico que vive en un mundo con súper poderes, pero el no tiene ninguno...
En este planeta viven personas con poderes asombrosos y complejos, existe todo tipo de poderes: súper fuerza, volar, teletransportarse, ect. Y no cabía la posibilidad de que menos de diez personas en el mundo tuvieran la misma habilidad.
Pero había uno, uno de los más peligrosas y poderosas, que en todo el mundo una sola persona podía tenerla (cuando el que la tenía moría pasaba a ser de otra persona).
A esta habilidad la llamaron Robo y, como indica su nombre, su usuario podía robar otras habilidades para usarlas él.
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Un día el usuario de ésta comenzó a enfermar y por haber excedido el límite y robar tantas habilidades, que con el tiempo murió, de manera que todas las habilidades regresaron a sus anteriores poseedores.
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Y la habilidad del Robo pasó a ser de un niño de diez años llamado Álex, él pensaba que era una enfermedad ya que no se había percatado de que tenía una habilidad.
Toda su vida soñó con tener una porque siempre lo criticaban por no tenerla, sufrió por eso toda su niñez, ya que en aquel mundo la persona que no tenía una habilidad a los once años era desterrado, y a Alex le faltaban tres meses para cumplirlos.
Cuando comenzó a tener la habilidad tuvo que adaptarse, ya que como no estaba acostumbrado, le dolía mucho.
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Como vivían en un lugar alejado de las montañas solamente lo conocían sus amigos y familiares.
Al principio cuando sus padres vieron que se sentía tan mal, lo llevaron a un lugar para que lo revisaran, y el resultado fué que tenía una habilidad.
Esto emocionó mucho a sus padres, pero les sorprendió tanto, hasta les asustó cuando les dijeron cuál era, nada más y nada menos que una de las más temidas de todas, el "Robo".
Traicionada por su pareja y su hermanastra en la víspera de su boda, Makenna fue entregada a los despiadados príncipes licántropos como amante, pero su propio padre ignoró su difícil situación. Decidida, ella intentó escapar y buscar venganza, pero, sin darse cuenta, captó el interés de los tres príncipes licántropos, que la deseaban en exclusiva entre muchas admiradoras. Esto complicó sus planes, atrapándola y convirtiéndola en rival de la futura reina licántropa. Enredada en deseo y celos, ¿podría Makenna lograr su venganza en el intrincado baile con los tres príncipes?
Durante sus tres años de matrimonio con Colton, Allison ocultó su verdadera identidad y se esforzó de todo corazón para apoyarlo. Sin embargo, fue traicionada y abandonada por su esposo infiel. Desanimada, ella se propuso redescubrir su verdadero yo: una perfumista de talento, el cerebro de una famosa agencia de inteligencia y la heredera de una red secreta de hackers. Al darse cuenta de sus errores, Colton expresó su arrepentimiento: "Sé que metí la pata. Por favor, dame otra oportunidad". Sin embargo, Kellan, un magnate que se suponía que era discapacitado, se levantó de su silla de ruedas, tomó la mano de Allison y se burló desdeñosamente: "¿Quieres que te acepte de nuevo? Sigue soñando".
Joelle pensó que podría cambiar el corazón de Adrian después de tres años de matrimonio, pero cuando se dio cuenta de que ya pertenecía a otra mujer, ya era demasiado tarde. "Dame un bebé y te liberaré". Sin embargo, el día en que Joelle se puso de parto, Adrian viajaba con su amante en su jet privado. "No me importa a quién ames. Ahora ya he pagado lo que te debo. A partir de ahora, no tenemos nada que ver el uno con el otro". No mucho después de que Joelle se fuera, Adrian se encontró suplicando de rodillas: "Por favor, vuelve conmigo".
Todos se sorprendieron cuando estalló la noticia del compromiso de Rupert Benton. Fue sorprendente porque se decía que la novia afortunada era una chica normal, que creció en el campo y no tenía nada a su nombre. Una noche, ella apareció en un banquete, lo cual causó una sensación a todos los presentes. "¡Cielos, ella es tan hermosa!". Todos los hombres babeaban y las mujeres se pusieron celosas. Lo que no sabían era que esta supuesta pueblerina era en realidad una heredera de una fortuna de mil millones de dólares. No pasó mucho tiempo antes de que sus secretos salieran a la luz uno tras otro. Las élites no podían dejar de hablar de ella. "¡Dios mío! Entonces, ¿su padre es el hombre más rico del mundo?". "¡También es esa excelente pero misteriosa diseñadora que mucha gente adora! ¿Quién lo hubiera adivinado?". Sin embargo, un montón de gente no creía que Rupert pudiera enamorarse de ella. Pero les cayó otra bomba. Rupert silenció a todos los detractores emitiendo un comunicado. "Estoy muy enamorado de mi hermosa prometida. Nos casaremos pronto". Dos preguntas estaban en la mente de todos: "¿Por qué la chica ha ocultado su identidad? Y ¿por qué Rupert estaba enamorado de ella de repente?".
A veces el amor aparece de la manera más inesperada y en la forma de la persona menos pensada. Para Daniel, la vida a sus 40 años es una rutina entre sus tres hijos y su cargo de CEO de la empresa familiar. El fallecimiento de su esposa lo deja inmerso en la tristeza; creando, con el correr de los años, una coraza fría a su alrededor. Deanna tiene una vida normal, trabaja medio tiempo y estudia en la Universidad de Artes porque quiere lograr su sueño: cantar en la ópera. Solo le falta un año para terminar su carrera cuando su amigo Harry le pide ayuda desesperado. Una antigua regla familiar le impide casarse con su novia, la cual está embarazada. Para hacerlo, Daniel, su hermano, debe casarse primero. Para ayudarlo con su problema Daniel y Deanna acceden a fingir una relación y un matrimonio. Son tan opuestos que la atracción es inevitable. Él encuentra en ella la calidez que faltaba en su vida y Deanna el amor luego de una ruptura desastrosa. Finalmente, Daniel puede volver a tener una familia. Pero hay muchos intereses ocultos que buscan separarlos y alejarlos. El viaje es difícil, deben enfrentarse no solo a terceros que les complicaran las cosas, sino también a sus propios miedos e inseguridades. No es sencillo equilibrar 15 años de diferencia. Pero el corazón tiene razones que la misma razón nunca entenderá.
En su borrachera, Miranda se acercó audazmente a Leland, sólo para encontrarse con su mirada fría. La inmovilizó contra la pared y le advirtió: "No me provoques. Dudo que puedas soportarlo". Poco después, su compromiso se canceló, dejándola en la indigencia. Sin otras opciones, Miranda buscó refugio con Leland. Con el tiempo, asumió el papel de madrastra, cuidando a su hijo. Llegó a comprender que la decisión de Leland de casarse con ella no se debía solo a que ella era obediente y fácilmente controlada, sino también porque se parecía a alguien que él apreciaba. Ante la solicitud de divorcio de Miranda, Leland respondió con un abrazo desesperado y una súplica para que reconsiderara su decisión. Miranda, impasible, respondió con una sonrisa de complicidad, insinuando un cambio en su dinámica. El señor Adams, que siempre fue el controlador, ahora parecía ser el atrapado.