/0/16592/coverbig.jpg?v=2eeda3026bcbf8b45dbcd1ae36fddf59)
Aaron Morgan, en su viaje a Rusia realiza una jugada maestra aprovechando las deudas de un Poderoso hombre Ruso. Desde aquella noche, la vida de Katherine había cambiado para siempre, al ser obligada a contraer matrimonio con Aaron Morgan. Pero los enemigos del pasado regresan después de la muerte de su padre dispuestos a recuperar una promesa realizada tiempo atrás, en donde Katherine debería de er entregada, pero ella ya estaba unida en matrimonio al Poderoso Heredero Morgan.
ANTES DE INICIAR CABE ACLARAR QUE ESTA HISTORIA PERTENECE A LOS HIJOS DE LA HISTORIA CONTRATO DE AMOR, ESCRITA POR MI Y QUE SE ENCUENTRA EN EL PERFIL. NO OBSTANTE, NO ES NECESARIO LEER ESA HISTORIA YA QUE NO ESTAN CONECTADOS.
El casino Volkov brillaba bajo las luces doradas de las arañas de cristal. La música de jazz suave flotaba en el aire, mezclándose con el sonido de las fichas deslizándose sobre las mesas y el tintineo de las copas de whisky caro. Era un lugar exclusivo, solo para la élite de Rusia, un refugio para los hombres más peligrosos del país.
Katerina Volkov caminaba entre las mesas de póker y ruleta con la gracia de una reina en su palacio. Su vestido negro de seda resaltaba su figura esbelta, y sus ojos de un azul profundo analizaban cada movimiento con cautela. No pertenecía a este mundo de apuestas y traiciones, pero su padre, Sergei Volkov, la había traído esta noche por un motivo que aún no comprendía.
Desde el otro lado del casino, un hombre la observaba. Aaron Morgan.
Alto, de traje impecable y presencia dominante, el CEO de Morgan Company se movía con una confianza absoluta, como si el casino entero le perteneciera. Su apellido era sinónimo de poder en Inglaterra y Rusia, y esta noche, estaba allí para cerrar un trato. Uno que Volkov no podría rechazar.
Cuando Aaron se acercó a la mesa donde Sergei jugaba con otros líderes criminales, el ambiente se tensó. Katerina vio cómo su padre sonreía con frialdad y se ponía de pie para estrechar la mano del inglés.
-Morgan, no pensé que te interesara este tipo de ambiente -dijo Sergei, su voz profunda y cargada de cautela.
Aaron sonrió de lado. Aquella sonrisa perversa y peligrosa que lo vuelve más atractivo.
-Los negocios me llevan a lugares inesperados. Y sé que usted necesita uno ahora mismo.
La mirada de Sergei se endureció. Katerina sintió un escalofrío recorrer su espalda. Sabía que su padre enfrentaba problemas financieros. A pesar del imperio criminal que dirigía, los últimos meses habían sido duros.
Aaron se sentó con calma en la mesa y dejó un portafolio negro frente a Sergei.
-Cien millones de dólares -dijo con frialdad, deslizando el portafolio hacia él-. Un préstamo para salvar su imperio. Sin intereses.
Katerina entrecerró los ojos. No había nada gratis en el mundo de los negocios, y menos viniendo de Aaron Morgan.
Sergei dejó escapar una risa áspera.
-Generoso, pero nada en esta vida es gratis. ¿Cuál es el precio?
Aaron giró la mirada hacia Katerina.
-Su hija.
El silencio cayó sobre la mesa como un golpe. Katerina sintió que su corazón se detenía por un segundo antes de comenzar a latir con fuerza.
-¿Qué? -su voz fue un susurro tenso.
Aaron no la miró, mantuvo sus ojos grises fijos en Sergei.
-Quiero casarme con ella.
Katerina sintió la ira subirle a la garganta.
-No soy una mercancía para negociar.
Aaron finalmente posó su mirada en ella, intensa y calculadora.
-No. Eres la única garantía que tengo de que tu padre pagará su deuda.
Sergei observó a su hija con seriedad. Katerina entendió en ese momento que su padre consideraría la oferta. Y eso la aterrorizó más que cualquier otra cosa.
Su destino acababa de ser apostado en la mesa de un casino.
El ambiente del casino estaba cargado de tensión cuando Sergei Volkov se puso de pie, su mirada oscura recorriendo el rostro impasible de Aaron Morgan. El inglés no había vacilado al exigir a Katerina como garantía de su préstamo. Su frialdad lo hacía peligroso, un hombre que no hacía ofertas a menos que ya hubiera calculado cada resultado posible.
Sergei inhaló hondo y luego asintió con la cabeza hacia sus guardaespaldas.
-Vigilen a Katerina -ordenó con voz grave.
Uno de los hombres, un gigante de dos metros con un traje negro ajustado, se acercó un paso a la joven. Katerina fulminó a su padre con la mirada, pero Sergei ignoró su indignación.
-Vamos, Morgan. Hablemos en privado.
Aaron no dijo nada, solo se levantó con la misma elegancia con la que había llegado. Su expresión seguía serena, como si ya supiera el desenlace de esa conversación.
Sergei lo llevó a través de un pasillo privado del casino, lejos del bullicio de las apuestas y las copas chocando. Atravesaron una puerta de madera tallada que daba a una oficina exclusiva para reuniones confidenciales.
El lugar estaba decorado con madera oscura y cuero, un escritorio enorme presidía el centro de la habitación, con un bar privado en una esquina y un ventanal que daba a las luces de Moscú. Una lámpara colgante dorada proyectaba sombras tenues en la pared.
Sergei caminó hasta el mueble de licor, sirvió dos vasos de vodka y le tendió uno a Aaron, quien lo aceptó con un ligero asentimiento.
-Bien -Sergei se apoyó en el escritorio-. ¿Por qué mi hija?
Aaron giró el vaso en su mano antes de responder.
-Porque es la única forma de asegurarte de que cumplirás tu palabra.
Sergei dejó escapar una risa grave.
-No soy un hombre que rompe sus tratos.
-No. Pero soy un hombre que no deja cabos sueltos -Aaron tomó un sorbo del vodka sin apartar sus ojos verdes de Sergei-. Y en este momento, no eres un hombre en posición de negociar.
El rostro de Sergei se endureció.
-No tienes idea de lo que estás pidiendo.
Aaron apoyó el vaso en el escritorio con calma.
-Tienes más enemigos de los que puedes manejar. Perdiste una operación de tráfico en la frontera con Ucrania hace tres meses, lo que te dejó sin una fuente de ingresos clave. Después, uno de tus hombres de confianza te traicionó y se llevó millones en efectivo. Y ahora, los otros jefes de la Bratva empiezan a dudar de tu liderazgo. No eres invencible, Volkov.
Sergei apretó la mandíbula.
Aaron no estaba adivinando. Sabía.
El inglés apoyó los codos en el escritorio, inclinándose ligeramente hacia él.
-Si los otros jefes ven tu debilidad, te aplastarán. Si la policía encuentra la forma de atraparte, te entregarán como un sacrificio para mantener su propio poder. Y si sigues sin dinero, perderás todo lo que has construido.
Sergei se pasó una mano por el rostro. Era cierto. Estaba al borde del colapso.
Aaron continuó con su voz fría y calculadora.
-Cien millones no te salvarán para siempre, pero te darán tiempo. Lo suficiente para reestructurar tus negocios, eliminar a los traidores y recuperar el control. Pero si quieres el dinero... hay un precio.
Sergei bebió un trago largo de vodka y se quedó en silencio, mirando la ciudad a través del ventanal. Su mente trabajaba rápidamente.
Katerina era su hija. Su sangre. Pero en su mundo, la familia no era solo amor, era una carta en el juego del poder. Y en este momento, ella era la única carta que podía jugar.
Finalmente, exhaló pesadamente y giró la mirada hacia Aaron.
-Si acepto... ¿qué pasará con ella?
Aaron sonrió con frialdad.
-Será mi esposa. Llevará mi apellido. Vivirá bajo mis reglas.
-¿Y si se niega?
-Se asegurará de no hacerlo.
Sergei dejó el vaso sobre la mesa y cerró los ojos un instante.
La decisión estaba tomada.
Katerina sería el precio de su imperio.
-Está bien, Morgan. Tienes a mi hija.
Aaron se levantó con la misma tranquilidad con la que había llegado.
-Un placer hacer negocios contigo, Volkov.
Sin otra palabra, salió de la oficina.
Sergei se quedó allí, con la mirada perdida en el licor que giraba en su vaso.
Sabía que Katerina nunca lo perdonaría.
El eco de los pasos de Sergei Volkov resonaba en el pasillo mientras salía de la oficina con el peso de su decisión clavado en los hombros. A su lado, Aaron Morgan caminaba con la misma frialdad con la que había sellado el trato. No había satisfacción en su expresión, ni emoción en sus ojos verdes, solo la certeza de un hombre que siempre obtenía lo que quería.
A pocos metros, Katerina Volkov se mantenía inmóvil entre dos guardaespaldas, su postura tensa mientras su mirada se paseaba entre su padre y el hombre que parecía ser su peor condena.
El corazón le latía con fuerza en el pecho. Algo dentro de ella le decía que el futuro que había imaginado, aquel donde aún tenía libertad, acababa de desmoronarse.
El silencio era espeso cuando Sergei se detuvo frente a ella.
-Padre... -su voz fue un susurro tembloroso, casi una súplica.
Él no la miró de inmediato. Sus ojos oscurecidos por el cansancio y el peso del poder evitaron los de su hija. Finalmente, exhaló y dijo con voz firme:
-A partir de ahora, estás comprometida con Aaron Morgan.
El golpe fue brutal.
Katerina sintió cómo su alma se marchitaba con esas palabras. Su respiración se cortó en su garganta y por un instante, el mundo pareció detenerse.
-No... -susurró, sacudiendo la cabeza con incredulidad-. No puedes hacerme esto.
Sergei no respondió.
-¡No soy una moneda de cambio! -su voz se quebró, la ira y el dolor mezclándose mientras sus ojos azules se llenaban de lágrimas.
Aaron, de pie junto a su padre, la observaba con una expresión indescifrable. No había compasión en su mirada, solo determinación.
Katerina sintió que el suelo desaparecía bajo sus pies.
Había confiado en su padre. A pesar de la sangre en sus manos, a pesar de los pecados que pesaban sobre su nombre, siempre había creído que nunca la vendería como si fuera una simple transacción.
Pero estaba equivocada.
-Lo hice por el bien de la familia -dijo Sergei finalmente, con una frialdad que la destrozó aún más-. Es la única opción que tenemos.
Las lágrimas se deslizaron silenciosas por sus mejillas.
¿El bien de la familia? ¿Y qué había de ella?
Katerina dejó escapar una risa amarga, una risa de desesperanza.
-No me estás salvando, padre. Me estás condenando.
Su voz era apenas un hilo de resentimiento, pero en cada palabra latía una herida profunda que tardaría años en sanar... si es que alguna vez lo hacía.
Aaron dio un paso adelante, su presencia intimidante envolviéndola.
-No llores por lo inevitable, Katerina. A partir de ahora, eres mía.
El aire abandonó sus pulmones con esas palabras.
El futuro nunca le había parecido tan oscuro, estaría condenada a una cadena de oro, a una prisión de oro, pero también muy en el fondo conoce la palabra Mafia y todo el peligro que implicaba aquello, nada más no esperaba que sería una víctima más de aquella organización, Katerina bajo la mirada, el dolor penetrando todo su cuerpo y arrancando su corazón.
An nunca imaginó que su vida tranquila cambiaría por completo al convertirse en la esposa sustituta de Zeyan Qin, el implacable y poderoso CEO de una de las corporaciones más influyentes del país. Lo que comenzó como un matrimonio arreglado pronto se convirtió en una red de intrigas, manipulaciones y secretos que amenazaron con destruirla por completo. Durante meses, An vivió en las sombras de un hombre que parecía inalcanzable, rodeado de poder y dominado por su propio orgullo. Mientras tanto, Mei, una mujer obsesionada con Zeyan y dispuesta a todo por tenerlo, se convierte en la amenaza constante que busca arrebatarle todo lo que An aprecia, incluido su hijo por nacer. Ahora, atrapada entre un amor que no puede negar y un hombre que lucha contra sus propios demonios, An deberá decidir si puede confiar en Zeyan una vez más o si las sombras que los rodean son demasiado oscuras para superarlas. Por su parte, Zeyan tendrá que enfrentar su pasado, las traiciones de quienes consideraba aliados y su propio corazón, mientras intenta demostrarle a An que merece una segunda oportunidad. En un mundo donde el poder puede ser tanto un arma como una prisión, ¿será posible que el amor florezca, o las sombras terminarán consumiéndolos a ambos?
Eda Calloway y Christopher Davenport, se han unido en matrimonio por acuerdos familiares, claro que ninguno de los involucrados alberga sentimientos hacía el otro, es más Christopher siempre estuvo enamorado de su primer amor, Patricia Grenville, pero el amor no era más fuerte que los Imperios y los intereses familiares, aquello obliga a Christopher a tomar distancia de su gran amor. Patricia viaja a los Estados Unidos mientras que los Davenport cortan todo lazo y toda conexión de los enamorados, es así que Christopher empieza a sumergirse cada vez más en el mundo Empresarial hasta coronarse como uno de Empresarios más influyentes de Inglaterra, Escocia entre otros Países, hasta que sus familiares encuentran la candidata perfecta para su esposa.Eda Calloway, es el epítome de la dulzura y la fragilidad, una joven que irradia pureza y encanto con cada paso que da. Su inocencia, reflejada en su mirada clara y su disposición amable, es lo que la hace destacar en un mundo lleno de ambición y máscaras. Como heredera de la prestigiosa familia Calloway, Eda combina elegancia natural con una humildad que desarma incluso al más frío de los corazones.Los Davenport la han elegido como esposa del Gran CEO, Christopher Davenport, no solo por sus impecables conexiones familiares, sino porque Eda posee un aura especial, capaz de atravesar las murallas que Christopher ha construido a lo largo de los años. Su dulzura contrasta con el carácter frío y calculador del CEO, convirtiéndola en la pieza que equilibra y complementa su personalidad.Para la poderosa familia Davenport, Eda representa no solo una alianza estratégica entre dos linajes prominentes, sino también una esperanza de que su calor y bondad puedan suavizar el alma endurecida de Christopher, despertando en él emociones que ha mantenido enterradas durante años. Su capacidad de ver lo mejor en los demás y su inquebrantable optimismo la convierten en una figura única, destinada a marcar una diferencia en la vida del gran Davenport.
En un mundo donde los lazos de sangre son la clave para mantener el poder, Sofia, se ve obligada a aceptar un matrimonio por contrato con Jeremy, el frío y calculador heredero de una dinastía poderosa. La razón de su unión es tan peculiar como dolorosa: Sofía es la única mujer que puede dar vida al hijo de Jeremy, debido al gran problema de salud de Alma. Sin embargo, el corazón de Jeremy no le pertenece a Sofía. Está atrapado por los encantos de Alma, una mujer cuya apariencia dulce y bondadosa esconde una ambición desmedida y una oscuridad peligrosa. Mientras Sofía intenta adaptarse a su nueva vida y sobrellevar un matrimonio sin amor, descubre la verdadera naturaleza de Alma, quien manipula desde las sombras para destruirla y quedarse con todo. Con su dignidad y su vida en juego, Sofia deberá decidir si enfrentarse a los secretos de Alma o sucumbir a un destino que nunca eligió. En este juego de mentiras y poder, el nacimiento de un hijo podría cambiarlo todo... pero, ¿a qué precio?
Helen en su cumpleaños número 21 que decide ir a pasar y festejar en Roma cae en la Mira de Jonás Lombardi un peligroso mercenario, en toda Roma y en su inocencia solamente hay una persona que puede proteger a la heredera del rey de la mafia James Campbell y el Peligroso Líder de la Mafia Italiana, Maximus Albani, en su desespero de tener a su familia alejada del peligro Helen acepta convertirse en la amante del mafioso.
Susan descubre la infidelidad de su esposo Andrés, después de firmar el divorcio y el desprecio de su madre a causa del fallido matrimonio, ella para salvar a su hermana se convierte en la amante del CEO, el poderoso y peligroso James Campbell, el camino no tiene final, ella no tiene el corazón para dejar morir a su pequeña hermana entregándose al pecado y al amor.
Lilith se cruza en el camino del Capitán del equipo de Voleibol, sin imaginarse que Kamill Becker era el Heredero de la Mafia, despues de la noche de Graduación los Enemigos de la Familia Becker resurgen desde las cenizas, aquellos que debían protegerlos, termina lastimando, dando paso a un Amor Forjado en Fuego, protegido por las alas de la Mafia, no obstante hay amores unidos por los lazos de dolor.
Casarse con su mejor amigo fue un sueño hecho realidad para Kelly, pero todo tiene realmente una limitación. Pierce es el primer amor de Kelly, pero como su mejor amiga, sabía bien que siempre había otra mujer en lo profundo de su corazón. Lexi Gilbert. La mujer que Pierce nunca podría olvidar incluso si ya hubiera acordado casarse con Kelly. *** Kelly finalmente se dio cuenta de que su feliz matrimonio de los últimos tres años era solo un hermoso sueño cuando Pierce pidió el divorcio solo porque Lexi regresó. Ella sólo podría ser su mejor amiga incluso si estuviera encinta de su bebé. *** Dado que su amistad se había convertido en una jaula, Kelly decidió dejarlo en libertad, así como a la miserable misma. Pero ¿por qué entonces fue Pierce quien se negó a seguir adelante? Para empeorar las cosas, su diabólico hermanastro también intervino de manera dominante al mismo tiempo, pidiéndole que fuera suya. *** ¿Su príncipe azul contra su hermanastro diabólico? ¿Cómo podría Kelly salvar su corazón en esta batalla de amor y odio?
"¡Ahh!". Ella solo podía gemir, a pesar de que no amaba a ese hombre; de hecho, lo odiaba. Las manos del hombre recorrían todo su cuerpo. Ella jadeó cuando él comenzó a bajarle el cierre del vestido. Este terminaba en su cadera, así que terminó con la espalda y la cintura descubiertas. "No me toq... ¡mmm!". El hombre movió sus dedos por su espalda descubierta y presionó su cabeza contra una almohada. Los toques le provocaron escalofríos a la chica. "Haré que te olvides de sus toques, besos y todo lo demás. Cada vez que toques a otro hombre, solo podrás pensar en mí". ---- Ava Adler era una omega nerd. Los demás la molestaban porque pensaban que era fea y poco atractiva. Pero Ava amaba en secreto a un chico malo, Ian Dawson. Él era el futuro Alfa de la manada Mystic Shadow. Sin embargo, a él no le importaban las reglas ni las leyes, solo le gustaba coquetear con las chicas. Ava no era consciente de la arrogancia de Ian hasta que su destino se entrelazó con el del joven. Él la descuidó y la hirió profundamente. ¿Qué pasaría cuando Ava se convirtiera en una bella capaz de conquistar a cualquier chico y, al verla, Ian se arrepintiera de sus decisiones? ¿Y si ella tenía una identidad secreta que aún no había descubierto? ¿Y si cambiaban las tornas e Ian le suplicaba que no lo dejara?
Sabrina tardó tres años enteros en darse cuenta de que su marido, Tyrone, era el hombre más despiadado e indiferente que jamás había conocido. Él nunca le sonrió y mucho menos la trató como a su esposa. Para empeorar las cosas, el regreso del primer amor del hombre no le trajo a Sabrina nada más que los papeles del divorcio. Con la esperanza de que todavía hubiera una posibilidad de salvar su matrimonio, le preguntó: "Tyrone, aún te divorciarías de mí si te dijera que estoy embarazada?". "¡Sí!", él respondió. Al comprender que ella no significaba nada para él, Sabrina finalmente se rindió. Firmó el acuerdo de divorcio mientras yacía en su lecho de enferma con el corazón hecho pedazos. Sorprendentemente, ese no fue el final para la pareja. Fue como si Tyrone despejara la mente después de firmar el acuerdo de divorcio. El hombre que alguna vez fue tan desalmado se arrastró junto a su cama y le suplicó: "Sabrina, cometí un gran error. Por favor, no te divorcies de mí. Te prometo que voy a cambiar". Sabrina sonrió débilmente, sin saber qué hacer…
Sawyer, el mayor traficante de armas del mundo, dejó a todos en shock al enamorarse de Maren, la chica insignificante que nadie respetaba. La gente se burlaba: "¿Por qué perseguir a una cara bonita inútil?". Pero cuando las élites más poderosas empezaron a rodearla, sus mandíbulas cayeron al suelo. "¿Ni siquiera están casados y ella ya está aprovechando su poder?", suponían. Los curiosos investigaron el pasado de Maren... solo para descubrir que era una genio científica, una médica de fama mundial y la heredera de un imperio mafioso. Más tarde, Sawyer publicó en redes: "Mi esposa me trata como al enemigo. ¿Algún consejo?".
Anoche pasé una noche erótica con un desconocido en un bar. No soy una mujer al azar. Hice esto porque estaba muy triste ayer. El novio que había estado enamorado de mí durante tres años me dejó y se casó rápidamente con una chica rica. Aunque actúo como si nada hubiera pasado delante de mis amigos, estoy muy triste. Para aliviar mi estado de ánimo, fui solo al bar y me emborraché. Accidentalmente, me encontré con él. Él es más que atractivo e increíblemente sexy. Como el deseo controlaba mi mente, tuve una aventura de una noche con él. Cuando decidí olvidarme de todo y seguir adelante, descubrí que mi aventura de una noche se convirtió en mi nuevo jefe. Un tipo posesivo.
El día de su aniversario de boda, la amante de Joshua drogó a Alicia, que acabó en la cama de un desconocido. En una noche, Alicia perdió su inocencia, mientras la amante de Joshua llevaba a su hijo en el vientre. Desconsolada y humillada, Alicia pidió el divorcio, pero Joshua lo consideró una rabieta más. Cuando finalmente se separaron, ella se convirtió en una artista de renombre, admirada por todos. Consumido por el remordimiento, Joshua se acercó a su puerta con la esperanza de reconciliarse, solo para encontrarla en brazos de un poderoso magnate. "Saluda a tu cuñada", dijo este.