/0/2017/coverbig.jpg?v=71300b3ca4c66a979bf7a517e121d1da)
¿Qué tan alto caerías por unos ojos azules? Rose no sabría responder con exactitud.
-Todo estará bien, Izan -dije enojado mientras vertía un líquido que parecía ser tequila al piso-. Estaré todo el tiempo contigo, lo juro.
Con un resoplido le di una última mirada a las oscura escalera que daba a las habitaciones de la enorme casa. Cole, mi mejor amigo, me había invitado a una fiesta que por algún milagro había aceptado por primera vez una de sus invitaciones. Lo que parecía ser una noche divertida rodeado de amigos, no lo fue.
Estaba bien las primeras dos horas acompañados con alcohol y la música fuerte pero después vino su novia, quien me odiaba por alguna razón desconocida, pero estaba bien no hubo ninguna escena de celos por parte de ella por lo que el ambiente alegre estaba intacto. Aún así lograron escabullirse de mi por lo que imaginaba se habían ido una de las habitaciones de la casa de John.
Respirando hondo no deje que mi respiración se entrecortara, lo había hecho millones de veces antes. Vamos, no podía tener un ataque de pánico aquí. Estaba seguro que nadie me ayudaría y probablemente moriría y nadie se daría de cuenta. Con ese pensamiento en mente mis ojos sentí mis ojos llenarse de lágrimas.
Aún regulando mi respiración me aleje de la oscura esquina de la casa. Con los ojos nublados y un posible ataque de pánico rodee a las personas a mi paso. Personas borrachas bailaban a mi alrededor y solo rezaba que pueda llegar rápido a la salida, estaba seguro que había visto a una chica meter su mano en el pantalón de lo que parecía ser su novio. Con mi mente nublada de insultos hacía Cole de lo mal amigo que era sacudí mi cabeza con pereza, lo que fue mala idea de mi parte ya que todo comenzó a dar vueltas.
Con un quejido saliendo de mis labios salgo del lugar. El frío de la noche me golpea y respirando el aire intoxicado de alcohol y marihuana deje que las primeras lágrimas salieran. Odiaba esto, odiaba a Cole por convencerme de venir, odiaba haber bebido, odiaba el olor a vomito de mi camiseta. Mierda, odiaba a cada persona de esta fiesta.
Dios, también odiaba ser tan sensible.
-¿Estas bien? -escuche la voz de un hombre a mi lado. Un poco sorprendido por lo silencioso que era lo mire a los ojos sin importar las gruesas lágrimas que todavía caían por mis ojos.
Era aterrador. Él lo era, es alto y delgado, sus facciones eran duras y sus ojos oscuros parecían burlarse de mi.
Bufé bajito. -Mala noche.
-Te entiendo -negó con la cabeza mientras sacaba un cigarrillo de su bolsillo delantero.
-¿Que haces en una fiesta para adolescentes? -pregunté, ignorando por completo el contante instinto de salir corriendo.
Él pareció pensar su respuesta. -Trabajo.
-Son la once de la noche -respondí confundido viendo el reloj de mi muñeca. ¿Que clase de trabajo tendría a esta hora? ¿Y por qué aquí?
Río mientras prendió su cigarrillo. -¿Quieres? -me enseñó lo que fuma.
-No gracias -negué secándome las lágrimas, solo me imaginándome lo patético que me habría visto-, no fumo.
-Vigilo al amigo de una amiga -respondió segundos después.
-Confuso -arrugue la nariz-. ¿Eres guardaespaldas o algo así?
El hombre no parecía molesto por mis constantes preguntas pero si divertido.
-Sí -confirmó.
-Soy Izan -me presenté sin mirarlo, viendo con curiosidad a la calle donde una camioneta blanca se estacionaba.
Él hombre siguió mi mirada y se tenso, con otra pregunta atorándose en mi garganta él apretó mi hombro y me forzó a caminar.
-Michael -murmuró entre dientes.
-Ok, Michael. Es hora de que sueltes mi hombro -reí nervioso mientras era arrastrado lejos de la fiesta.
Michael me ignoró y comenzó a murmurar insultos hacia él mismo sobre lo idiota que fue al dejar el auto tan lejos. Con las advertencias rondando en mi cabeza traté soltarme de su agarre. De repente se escucha unos disparos atrás de nosotros, desde la casa de John. Intento apartarme de Michael pero él ejerció más fuerza a mi hombro y sin ver ningún momento hacia atrás siguió arrastrándome a lo que parecía ser su auto.
-¡Basta, Michael! -grite atreves del ruido de disparos y gritos. Aún si poder soltarme de él deje escapar lágrimas de miedo y frustración.
Michael me miró unos segundos para después mirar detrás de nosotros y segundos después volverse pálido.
-Rápido, rápido, rápido -me obligo a correr. Saco unas llaves de su bolsillo y con un pitido por parte de un auto gris que estaba estacionado, Michael sin pensarlo mucho abrió la puerta trasera y empujó un par de cosas de los asientos, todo y sin soltarme ni un solo momento.
Con la respiración rápida y sintiendo mi cuerpo tembloroso me empujaron hacia la parte trasera del auto cerrando la puerta a la vez sin dejarme reaccionar. Con los ojos nublados de lágrimas cerré mis ojos, ignorando que había visto que alguien había empujado el cuerpo de Michael haciendo que choque con la puerta.
Solo quería desparecer.
Tantas emociones negativas en una noche que pronto me sentí tan cansado y con mi último quejido por parte de los golpes que escuchaba de afuera deje que el cansancio me hiciera dormir... O desmayarme.
Solo esperaba que Cole se encontrara bien.
Verónica no a tenido buenas relaciones amorosas en su pasado por lo que decide darse unas vacaciones y que mejor buscarse un trabajo de secretaria. En esos cinco meses todo iba bien hasta que su jefe le propone un contrato de casamiento. Fue fácil firmar un papel afirmando que están casados, pero nadie sabía que era para toda su vida. ¿Qué tiene de malo comenzar de nuevo?
El marido de Vivianna se casó con ella por su herencia, y después de quitarle todo lo que tenía, la mandó a la cama de un acompañante y le tomó fotos. La amenazó con divorciarse con esas fotos y la obligó a salir de su casa sin un centavo. Dejó su país de origen en desgracia. Cuatro años más tarde, regresó a casa como Jefa de Diseño de Joyas y tuvo un hijo de tres años. Su niño genio le dijo después de bajarse del avión: "¡Conseguiré que el hombre más rico del mundo sea mi papá y te respalde!" Ella lo tomó como una broma, pero dos días después, su asistente le dijo que el hombre más poderoso del mundo se había robado a su hijo y la invitó a cenar. Al encontrarse, ese hombre sostuvo a su hijito y le dijo dominantemente: "Es mi hijo!".
El día de su aniversario de boda, la amante de Joshua drogó a Alicia, que acabó en la cama de un desconocido. En una noche, Alicia perdió su inocencia, mientras la amante de Joshua llevaba a su hijo en el vientre. Desconsolada y humillada, Alicia pidió el divorcio, pero Joshua lo consideró una rabieta más. Cuando finalmente se separaron, ella se convirtió en una artista de renombre, admirada por todos. Consumido por el remordimiento, Joshua se acercó a su puerta con la esperanza de reconciliarse, solo para encontrarla en brazos de un poderoso magnate. "Saluda a tu cuñada", dijo este.
Acusada de asesinato, la madre de Sylvia Todd fue considerada una traidora por toda la manada, condenando a Sylvia a vivir el resto de su vida sola y humillada como una humilde esclava. Lo único que quería la chica era demostrar la inocencia de su madre de alguna manera, pero el destino nunca parecía estar de su lado. A pesar de todo, Sylvia nunca perdió la esperanza. Como el futuro rey licántropo de todos los hombres lobo, Rufus Duncan poseía un gran poder y estatus, pero tenía una inexplicable reputación de ser cruel, sanguinario y despiadado. Sin que todo el mundo lo supiera, había sido maldecido hacía mucho tiempo y se veía obligado a transformarse en un monstruo asesino cada luna llena. Aunque el destino no siempre favorecía a los dos, unió a Sylvia y Rufus como pareja predestinada. ¿Se hará justicia para la madre de Sylvia? ¿Podrán ella y Rufus desafiar todas las normas sociales y permanecer juntos? ¿Tendrán estas dos almas desafortunadas un final feliz?
La historia sigue a Maya Stone, una chica de 19 años, cuya vida tranquila en el hotel de sus padres da un giro inesperado cuando su amiga la involucra en un plan para confesarle sus sentimientos a Ares Bailey, un CEO importante, el cual se hospeda en ese hotel. Aunque Maya inicialmente se muestra escéptica, ya que Ares es un hombre mucho mayor a ellas, siendo una chica que jamás a experimentado los deseos carnales y mucho menos el amor, de pronto todo eso surge cuando ambos se conocen. Ares cae ante la belleza de Maya y aunque sabe que su diferencia de edades podría ser un gran problema, está dispuesto a esperar el tiempo que sea necesario para estar con ella y sumergirla al mundo de la Dominación. A medida que su relación se intensifica, ambos se dan cuenta de que están destinados a pesar de los obstáculos que enfrentan.
"Toda la familia de Thalía Cloude tenía preferencia por su hermana menor, Agnes, incluyendo a su esposo Adam Matthews. ¡Adam incluso deseaba divorciarse de Thalía para casarse con su hermana! Thalía sabía que se encontraba enferma de gravedad, por lo que estuvo de acuerdo con aceptar el divorcio. Sin embargo, drogó a Adam para que tuvieran intimidad una vez más, anhelaba que él pudiera recordarla cuando se hubiera ido. Su única condición para el divorcio era que Adam le diseñara un vestido de novia. Era una promesa que él le hizo cuando eran niños. No obstante Adam confundió a Agnes con la niña que conoció en aquel tiempo. Además, toda la familia Cloude apoyó a Agnes para que la verdad no saliera a la luz. A Thalía la invadía una profunda tristeza. Quería desaparecer y estar sola cuando llegara el momento de morir. Para su sorpresa descubrió que estaba embarazada, esperaba al bebé de Adam......"
Un repentino giro del destino conectó a Helena con una persona prominente e influyente. A los ojos de los demás, parecía una tonta ingenua. En realidad, era una especialista de alto nivel, envuelta en capas de identidades ocultas. Charlie declaró: "Es bastante delicada y se hiere con facilidad. Si la traicionas, me traicionas a mí". Las familias de élite, vencidas por la destreza de Helena, le ocultaron estas verdades. Helena finalmente se liberó del control de Charlie, quien empezó a perseguirla en todo el mundo. Para él, ella era un pájaro de alas deslumbrantes, y su objetivo era ayudarla a alcanzar nuevas alturas.