Múltiples personas desaparecidas, cuatro adolescentes harán todo lo posible para encontrarlas y descubrir el secreto que se oculta en las sombras. ••• Luceat, un país lleno de riquezas y de pureza; guarda un terrible secreto en una de sus prestigiosas instituciones... Annie Everglow, Malu Wasser, Marssie Urdaneta y Chimmy Mc' Leaf; cuatro adolescentes las cuales sacaron nota máxima en un examen que pocos pudieron responder, fueron elegidas para resolver el caso que se oculta en la oscuridad... ••• Uno, dos, tres...Te observan desde las sombras; cuatro, cinco, seis...Se escuchan risas misteriosas; siete, ocho, nueve...¡Corre!; Diez...la sangre se congela, el miedo es inevitable y sientes que vas a morir. Tic, tac; suenan los relojes...tu cuerpo está inerte; ya no habrá nada que puedas hacer...lo siento, pero no fuiste lo suficientemente rápido...
-¡A que no me atrapas!- Vociferó muy alegre una pequeña de cabello rosa corriendo a gran velocidad.
-¡Voy por ti, hermanita! Pero más te vale no ir tan lejos, puede que nos pase algo- Respondió otra niña, algo preocupada.
Sara y Alma Herz, hermanas gemelas, adoraban estar juntas y les encantaba jugar por las noches iluminadas en el jardín de la institución de Luceat.
Las gemelas se divertían demasiado, pero de lo que no se dieron cuenta es que...fueron muy lejos.
Un lugar prohibido de la institución; los búhos y cuervos merodeaban por el oscuro cielo nublado; abedules secos decoraban el lugar, la neblina era muy visible y la temperatura estaba muy baja.
-¿Sara? Será mejor que ya nos vayamos de aquí; puede que la maestra Kanarya nos esté esperando para nuestras clases de recuperación- Habló Alma con mucho miedo, además su piel estaba totalmente pálida.
-¿Por qué quieres que nos vayamos? ¿Acaso tienes miedo?- Pronunció la pelirrosa con atrevimiento.
-¡Sí! ¡Tengo miedo! ¿Podemos regresar?- Sus ojos azules comenzaron a derramar unas cuantas lágrimas.
-¡Por supuesto! Pero, no sin antes de visitar ese lugar- Señaló a un salón muy deteriorado, cubierto de unas cuantas telarañas, y en su puerta tenía el escudo de la institución, pero también tenía una pequeña frase en Lucetiano que decía: «Nist gūxs lœp reversåshfts/No hay vuelta atrás»
-Pero...¡¿Estás loca Sara?! ¡Nos podría pasar algo!- Gritó Alma desesperada -Ahí dice que ¡No hay vuelta atrás! ¿Quieres morir?-
-¡Ay por favor! es sólo un cuarto, no nos pasará nada, ven conmigo- Habló su gemela tomándola de la mano, la cual estaba muy temblorosa y helada.
La pelimorada se quedó callada y sólo siguió a su hermana dando pasos temblorosos y con su piel de gallina.
Una vez llegaron a la vieja guarida; Sara, abrió la puerta...
-¡Basta Sara! ¡Quiero irme de aquí!- Su hermana ya estaba llorando.
-Oye ¡Cálmate! todo estará bien, estaremos a salvo, eso lo sé- Qué equivocada estaba.
Ambas gemelas entraron al lugar prohibido, este estaba cubierto de polvo, lleno de telarañas con algunos arácnidos encima, habían algunos vitrales, en su mayoría estaban destrozados, muebles rotos y una que otra rata pasando.
-¡Qué aterrador! ¡Me encanta!- Vociferó la pelirrosa de la emoción.
-No quiero estar aquí- Alma pensaba todo lo contrario y se cubría sus ojos.
Las gemelas continuaron su camino explorando el aterrador lugar; hasta que de repente cierta pelimorada sintió algo extraño.
-¿Sara? siento que nos observan, ¡Debemos irnos de aquí!- Estaba temblando y su piel estaba más pálida que nunca.
Su contraria no daba ninguna respuesta, sólo se dedicaba a mirar los alrededores; hasta que finalmente reaccionó...se escucharon risas misteriosas.
-Quizá sea el viento, ¿No lo crees Alma?- Nombró Sara con una risa nerviosa.
...Alma...ya no estaba....
-¿Alma?...¿Hermana?- Volteó y sintió cómo su sangre se congelaba poco a poco.
Tres personas encapuchadas con una máscara blanca, estaban sosteniendo a su hermana, Alma no gritó, sólo lloraba en silencio. Una de ellas, la más alta, se le acercó y le habló en Lucetiano:
-Dixi vobis: Nist gūxs lœp reversåshfts, nunc calıştırmak (Te dije que no hay vuelta atrás, ahora corre)-
-¡Devuélveme a mi hermana!- Gritó con lágrimas corriendo por sus mejillas.
-Oh...er ¡Nist! (Oh...ella ¡No!)- Se retiró mientras las dos chicas, fueron a perseguir a la pelirrosa.
-¡SARA! ¡Ayúdame!- Gritó Alma con todas sus fuerzas, hasta que se escondió entre las sombras.
Sara corrió, pues las dos encapuchadas la perseguían, su corazón latía mil por segundo, sus pequeñas piernas comenzaron a doler y su respiración estaba muy agotada. Por suerte ella fue veloz y logró escapar del lugar.
Cuando llegó al jardín, no podía ni caminar, pues hizo un esfuerzo sobrehumano para huir de ahí, sin embargo, sentía que algo le faltaba...Alma...lloraba y gritaba, pues se arrepentía de haber ido ahí, se sentía miserable, quería recuperarla y ser como las hermanas de antes.
Estaba en una posición fetal, derramando todos sus pesares y culpas; hasta que una joven de aproximadamente veinticinco años; de cabello rubio cenizo y ojos verde aceituna, la recogió, ella era la maestra Kanarya.
-¡Sara! ¿Qué ocurrió? ¡¿Dónde está Alma?!- Cuestionó muy preocupada.
-Soy una pésima hermana, soy una pésima hermana- Fue lo único que respondía, mientras abrazaba sus rodillas y se mecía lentamente.
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Hace dos años, Ricky se vio obligado a casarse con Emma para proteger a la mujer que amaba. Desde el punto de vista de Ricky, Emma era despreciable y recurría a artimañas turbias para asegurar su matrimonio. Por eso mantenía una actitud distante y fría hacia ella, reservando su calidez para otra. Sin embargo, Emma amaba a Ricky de todo corazón durante más de diez años. Cuando ella se cansó y consideró la posibilidad de renunciar a sus esfuerzos, Ricky empezó a tener miedo de perderla. Solo cuando Emma estaba muriendo, embarazada, él se dio cuenta de que el amor de su vida siempre había sido Emma.
La vida era un lecho de rosas para Debra, la hija del Alfa, hasta que tuvo una aventura de una noche con Caleb. Estaba segura de que él era su pareja designada por la Diosa de la Luna. Pero este hombre odioso se negó a aceptarla. Pasaron semanas antes de que Debra descubriera que estaba embarazada. Su embarazo fue una vergüenza para ella y para todos los que amaba. No sólo ella fue expulsada, sino que su padre también fue perseguido por los usurpadores. Afortunadamente, sobrevivió con la ayuda de la misteriosa Manada Espina. Pasaron cinco años y Debra no supo nada de Caleb. Un día sus caminos se volvieron a cruzar. Ambos estaban en la misma misión: llevar a cabo investigaciones secretas en el peligroso pueblo de Roz por la seguridad y la posteridad de sus respectivas manadas. Caleb todavía se mostraba frío con ella. Pero con el paso del tiempo, se enamoró perdidamente de ella. Intentó compensar el abandono de Debra, pero la chica ya no lo quería. Estaba empeñada en ocultarle que tenían una hija y también en hacer una ruptura limpia. ¿Qué les deparaba el futuro a los dos mientras viajaban por el pueblo de Roz? ¿Qué tipo de secretos encontrarían? ¿Caleb se ganaría el corazón de Debra y conocería a su adorable hija? ¡Descúbralo!
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