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Electrizantes Suspense: Explora Emocionantes Novelas Femeninas

Sumérgete en un mundo de suspense electrizante a través de nuestra lista de novelas femeninas. Descubre historias cautivadoras llenas de intriga, giros inesperados y personajes fascinantes. Nuestras talentosas autoras te transportarán a tramas envolventes donde el peligro acecha en cada página. Desde misterios sin resolver hasta conspiraciones mortales, estas narrativas te mantendrán en vilo mientras las protagonistas luchan contra las adversidades. Únete a nosotros en este emocionante viaje literario y sumérgete en el apasionante mundo del suspense con nuestras increíbles novelas femeninas.

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La Vida Mentirosa: No perdonaré Nunca

La Vida Mentirosa: No perdonaré Nunca

Gavin
5.0

Introducción Durante siete años, viví una farsa, creyendo ser la amada prometida de Máximo Castillo y la madre feliz de Leo. Mi rostro no era mío, mis recuerdos eran falsos; era la copia de una mujer muerta. Pero la mentira estalló en pedazos cuando la verdadera Sofía Salazar regresó en medio de una fiesta. Mi hijo, Leo, con la inocencia de sus siete años, la señaló y dijo: "Mamá, esa mujer no eres tú". El pánico se desató, Sofía cayó a la piscina, y Máximo, con una furia incomprensible, arrastró a nuestro hijo al borde. Él, que tenía un miedo terrible al agua, fue arrojado sin piedad al fondo. Lo saqué inerte, mientras Máximo consolaba a Sofía, y la televisión anunciaba que él celebraba su "séptimo aniversario" con ella. En ese instante, algo se rompió en mi cabeza y la verdad me golpeó como un aluvión: mi nombre era Lina Garcia, y Leo era el hijo de una violación atroz, no de un amor idílico. Máximo no solo me había engañado, sino que al enterarse de la muerte de Leo, se burló, arrojó sus cenizas al suelo y me mostró un informe falso de ADN, golpeándome brutalmente. ¿Cómo pude amar, o creer que amaba, a un monstruo capaz de tanto horror? Pero el destino tenía otros planes; los secretos finalmente salieron a la luz. Su tía Isabel reveló la verdad en su funeral: Leo era su hijo biológico, el ADN había sido falsificado por Sofía, y la misma Sofía había manipulado la medicación de su madre. Además, la herencia de Máximo, su imperio vinícola, ahora me pertenecía a mí. Con el dolor aún fresco, tomé mi lugar para desmantelar su imperio de mentiras y asegurar que cada uno pagara por sus crímenes. La sumisa "Sofía" había muerto con su hijo, y Lina Garcia, la verdadera Lina Garcia, se levantaría de las cenizas para reclamar justicia y su propia vida.

La Historia de los Asesinos

La Historia de los Asesinos

Gavin
5.0

Era viernes por la tarde, un día que prometía la alegría habitual con mi hija. Mis suegros se llevaron a Luna, y una premonición me oprimió el pecho. Ricardo, mi esposo, desestimaba mis temores con condescendencia. «¡Estás exagerando!», me dijo. Pero su paciencia se quebró cuando le pedí que la trajera antes. Entonces, soltó esa frase mortal, casi como un pensamiento secundario. «Además, Isabel también irá. Ayudará a cuidarla». Isabel, esa mujer que mi esposo admiraba de forma inapropiada. La traición me golpeó como un rayo, la cena se volvió cenizas en mi boca. Las excusas de mis suegros al día siguiente, evitándome hablar con mi niña, solo alimentaron mi pánico. «Está durmiendo», decían, y el clic del teléfono al colgar resonaba como un disparo. La presa se rompió; grité a Ricardo: «¡Me están mintiendo!». Pero él defendió a su familia, a Isabel. «¡Cálmate de una vez! ¡Estás haciendo un escándalo por absolutamente nada!». Me sentí sola, atrapada en una pesadilla. Tomé el teléfono y, al llamar a Ricardo, escuché su risa cómplice con Isabel. «Tu esposa es tan intensa», dijo ella. Y él respondió: «Déjala. Ya se le pasará el berrinche. Está loca». El mundo se detuvo, el dolor era insoportable, pero Luna era lo único que importaba. «¿Dónde está mi hija?». «Está… con mis padres. Ya te lo dije. Deja de molestar», me interrumpió y colgó. Corrí a la policía, pero mis ruegos fueron en vano; dijeron que era una "disputa familiar" . Luego, una llamada del hospital: «Accidente… Luna Patterson». Corrí sin aliento, solo para encontrar un pequeño cuerpo bajo una sábana blanca, con su pulsera de listones. Ricardo, pálido, me gritó: «¡Tú tienes la culpa!». Ese fue el final. Mi dolor se transformó en rabia; la bofetada resonó en la morgue. La cámara de seguridad falló en el momento crucial, y mi suegra había autorizado la cremación. «¿Cómo pueden cremar a un niño sin la firma de ambos padres?». Entonces, recordé el bolso de Luna en el coche de Ricardo; Isabel tenía los documentos de mi hija. Esto no fue un accidente. Yo me encargaría de que él y los suyos pagaran.

Clariké

Clariké

Cassandra
5.0

Estefanía es una chica como todas con una vida ocupada en su trabajo, pero con poca vida social. Vive sola en el departamento rentado en el cuarto piso de un gran edificio desde hace cuatro años. Todo comienza con las pesadillas de su vecina Lucrecia Santos a la que oye cada noche cómo es perseguida hasta que se entera de la muerte de ella. Luego una serie de muertes consecutivas acompañadas de pesadillas y alucinaciones hacen de su vida un verdadero infierno hasta que, con ayuda de su vecina muerta cree lograr vencer todo este caos. Su vida da un giro completo y conoce al amor de su vida con quién se casa, pero un inesperado suceso en su luna de miel en Italia pone fin a su felicidad.

Venganza Perfecta: Amor Falso

Venganza Perfecta: Amor Falso

Gavin
5.0

Mi teléfono sonó con urgencia, la voz agitada de mi asistente confirmaba que algo terrible había pasado. "Señor Alejandro, tiene que venir al club... Es... es Camila..." Un grito desgarrador, seguido de golpes sordos, me heló la sangre. Corrí al Club, las sirenas ya se escuchaban a lo lejos. Adentro, el caos; mesas volcadas, botellas rotas. Y en la sala VIP, un hombre yacía golpeado y ensangrentado. En el centro de todo, Camila, con su vestido empapado en sangre, una botella rota en la mano y una mirada salvaje. Justo cuando entré, blandió la botella de nuevo, lista para un golpe más. "¡Camila!" , le grité. Ella se detuvo, como despertando de un trance. "Alejandro…", susurró con una sonrisa extraña. "Quería tocarme… Dijo que tú ya no me querías". De repente, se lanzó hacia el hombre, pateándolo brutalmente. Todos contuvieron el aliento, mientras ella me miraba con una devoción enfermiza. "Nadie puede hablar mal de ti, mi amor" . Siempre había sido mi "Camila la Loca" , mi sombra, la que se arrastraba por mí. Pero la verdad era más oscura. No era yo a quien ella amaba, sino a Eva, mi hermana desaparecida. Camila se había convertido en mi perfecta obsesión, la imagen viva de Eva, y yo, ciego, la había usado. Ella me había permitido creer que era mi juguete, mi perra faldera, la mujer que mataría por mí. Incluso cuando Sofía llegó y la humillé públicamente, la vi arrodillarse, y fingir devastación. Todo era una actuación. Una trampa, una venganza fría y calculada. Pero ¿por qué? ¿Qué había detrás de esa mirada, ese odio oculto? Ahora lo sé. Y mi imperio de mentiras ha caído. Ella lo planeó todo, cada paso, cada lágrima. Y yo, el depredador, fui su presa. Porque la "loca" de Camila nunca me amó. Y yo nunca supe con quién estaba tratando realmente.

Ceguera Parental: Mi Último Aliento

Ceguera Parental: Mi Último Aliento

Gavin
5.0

Soy un fantasma, suspendido sobre mi propio cadáver. Mi padre, el mejor detective de la ciudad, y mi madre, la forense más respetada, no saben que este cuerpo desfigurado tendido en un callejón es Ricardo, su único hijo. El hombre que me asesinó se reía, su aliento apestaba a alcohol y a una venganza añeja, exigiendo un dolor inolvidable a mi padre. En ese instante de terror, cuando la sangre me ahogaba y mis ojos y lengua habían sido arrancados, mi celular sonó. Era mi padre, impaciente y molesto, "Ricardo, ¿dónde demonios estás? El partido de tenis de Miguel está por empezar." Solo pude emitir un gorgoteo ahogado, "¡Papá, ayú…!" , antes de que colgara, regañándome por ser egoísta y no pensar en Miguel, su hijo adoptivo perfecto. Mi asesino se rio con una carcajada infernal mientras la última gota de esperanza se me escapaba. Ahora, mis padres examinan mi cuerpo en la escena, dictando órdenes con distancia clínica, mi madre incluso toca el anillo que les di de aniversario, pero no me reconoce. Para ellos, soy un "John Doe" , un caso más, un "lío" , mientras colman de orgullo y amor a Miguel, felicitándolo por su campeonato. Escucho su hartazgo por mi "irresponsabilidad" y me pregunto si existí en sus corazones, o solo fui un recordatorio de un trauma que preferían olvidar. Mi propio padre maldijo mi existencia, deseando que me pasara algo, justo cuando yo moría. En la morgue, mi madre pasa junto a mi cuerpo casi con ternura, tocando mi cicatriz de la infancia, pero solo dictando: "Cicatriz antigua, probablemente de la infancia" . La esperanza se desvanece; soy una pista anónima. El papel que se encuentra en mi estómago, una lista de compras que hice para ellos, y el farmacéutico que me reconoció, revelan la verdad. Mis padres se paralizan; las palabras del forense resuenan: "La víctima es Ricardo." Mi padre suelta el auricular, su negación se desmorona; mi madre se aferra al anillo, el grabado de "Mamá y Papá" revela la devastadora verdad. En la morgue, sus lágrimas caen sobre mi cuerpo, sus súplicas de perdón llenan el vacío. Observo a Miguel, mi hermano adoptivo, actuando su dolor, mientras mis padres defienden su "perfección". Pero mi tía Elena ve la verdad, y mi padre descubre mi diario, las pistas de Miguel. Finalmente, en la premiación de Miguel, la verdad explota. Mi padre lo detiene, el criminal confiesa la traición de Miguel, revelando su odio y celos. Miguel, con su máscara caída, grita su confesión, destruyendo a mis padres. Mi padre renuncia, mi madre se quiebra, susurrando mi nombre en el hospital. Mi rabia se disipa; solo queda tristeza. El eco de mis palabras vacías resuena: "Si tan solo me hubieran visto antes."

La Venganza de la Heredera Renacida

La Venganza de la Heredera Renacida

Gavin
5.0

El sabor amargo de la sidra barata se mezclaba con el veneno en mi garganta. Caí al suelo de la sidrería, mis pulmones luchaban por aire. Lo último que vi fue el rostro de Valentina, mi compañera de piso, mi amiga. En sus ojos no había pánico, solo una fría satisfacción. Me había asesinado. Todo por envidia. Por mi apellido, por mi vida, por todo lo que yo, Sofía Soler, inconscientemente le había arrebatado. Y antes de que mi mundo se oscureciera, vi a Javier, el chico que me gustaba, de la mano de ella. ¿Cómo pudo hacerme esto? ¡Yo solo quería vivir mi vida! ¿Por qué fui tan ciega? Pero entonces, abrí los ojos. Estaba en mi cama. El calendario marcaba el día de mi muerte. Y allí estaba ella, ¡Valentina, como si nada! Esta vez, el veneno no sería para mí.

El Chat Encriptado y Secreto

El Chat Encriptado y Secreto

Gavin
5.0

Mi amigo me metió en un chat encriptado, "Pasión Brava". Al principio creí que era de toros, de los de verdad, pero lo que vi me revolvió el estómago: peleas clandestinas, sangrientas, por dinero. Mucho dinero. Quise salir de inmediato, pero entonces un anuncio me heló la sangre: "Próximamente, el duelo a muerte definitivo". En el video, una marca de plata en el lomo de un toro me destrozó el alma. Era la P y la L entrelazadas que diseñé para Lina, el regalo de nuestro aniversario. Mi esposa, mi dulce Lina, ¿involucrada en esto? Las sospechas se volvieron una pesadilla. Contraté a un detective y las fotos que recibí me hirieron hasta lo más profundo: Lina riendo con otro hombre, entrando a un hotel boutique. No solo la traición era doble, sino que al intentar confrontarla, un mensaje en el chat confirmaba mis peores miedos: "Nuestra proveedora informa que su marido empieza a sospechar. Si se convierte en un problema, habrá que solucionarlo." Sabía lo que significaba ese "solucionarlo" . El miedo me paralizó, pero no podía permitirlo. Rastree a Lina, la encontré en un matadero abandonado, el mismo donde entregarían al toro. Fui directo a enfrentarla, a pedir explicaciones. Pero justo cuando iba a entrar, un golpe seco y eléctrico me dejó inconsciente. Desperté solo, en medio de la nada, sin nada. Cuando llegué a casa, Lina me recibió con la misma sonrisa de siempre, fingiendo preocupación. ¡Se acabó el teatro! Le grité, saqué las fotos, la confronté con la marca y el matadero. Su rostro palideció, pero entonces, susurró una verdad que me dejó helado: el hombre era su hermano, y el diseño de la marca fue la carnada perfecta en una venganza que llevaban años planeando. ¿Una venganza? ¿Yo solo un peón en su juego? Mi vida se había convertido en un infierno por estos monstruos. Pero al ver el fuego en sus ojos, la determinación en su voz, supe que era hora de que pagaran. "De acuerdo," le dije. "Lo haré."

Venganza de La Esposa Despreciada

Venganza de La Esposa Despreciada

Gavin
5.0

Llevaba cinco años casada con Mateo, un arquitecto exitoso que me eligió a mí, una simple panadera. Mi vientre, ahora de ocho meses, era el testimonio de un milagro, la culminación de años de tratamientos y de nuestro amor. Hoy era su cumpleaños y horneaba su pastel favorito, el de tres leches, lista para darle una sorpresa. Encendí el monitor de bebés para saber el momento exacto en que él terminaría su llamada de trabajo. Pero la voz que escuché no era de negocios, era la de su socio: "¿Cuándo le vas a decir a la panadera que el bollo que tiene en el horno no es suyo?". La risa de Mateo llenó el altavoz: "Es épico. La tienes creyendo que es infértil durante cinco años, metiéndole pastillas en su té, y ahora la usas de incubadora para tu verdadera reina, Camila". Mi mano soltó el cuchillo, que cayó con un estruendo metálico sobre el mármol, rompiendo mi corazón. ¿Cinco años creyendo que era yo la defectuosa? ¿Mi vientre, mi bebé, era solo un engaño, un medio para un fin depravado? El té amargo que me daba cada noche. Las fotos que tomaban de mi cuerpo mientras dormía. La humillación pública en la fiesta de cumpleaños de su amante, donde un "cóctel sin alcohol" provocó una hemorragia y la pérdida de mi hijo. Ellos creyeron que me habían destruido, pero solo lograron despertar a un monstruo. Mi venganza comenzó en ese instante, fría, calculadora y letal. Iban a pagar por cada lágrima, cada humillación, por la vida de mi bebé.

Destino Roto: Una Segunda Oportunidad

Destino Roto: Una Segunda Oportunidad

Gavin
5.0

El frío se metía hasta los huesos, el viento aullaba. Moría traicionada en la montaña, por Ricardo, mi jefe, y Carolina, mi propia hermana. Me arrancó el tanque de oxígeno con una sonrisa, el golpe de su bastón en mi cabeza todavía resonaba. Y mi hermana, Carolina, desapareciendo en la ventisca con un ' '¡Pues me voy!' ' , confirmando la trampa final. Me dejaron morir. Abrí los ojos de golpe, estaba en mi cama en la Ciudad de México. "Viernes, 10 de noviembre." Marcaba mi celular. La excursión al Popocatépetl era mañana, y yo morí el domingo. Había regresado, un día antes de que todo empezara. Un escalofrío me recorrió: no duraría de frío, sino de puro terror y una extraña euforia. Era real. Tuve una segunda oportunidad. La puerta de mi habitación se abrió de golpe. "¡Sofía, hermanita! ¡Despierta, dormilona!" Carolina entró, agitando un folleto de Ricardo. "¡Una excursión de montañismo al Popo! ¡Este fin de semana! ¿No es increíble?" Sentí que el aire se me escapaba de los pulmones. La misma sonrisa, la misma hermana que me llevó a la muerte. La miré fijamente: ¿cómo podía ser tan caprichosa? "No" , dije, mi voz más áspera de lo que pretendía. No podíamos ir, era peligroso. "¡Ay, no seas aguafiestas!" , se quejó. "Ricardo dijo que no hay problema. ¡Todos en la oficina van a ir!" Vi el collar de zorro con ojos de rubí alrededor de su cuello. El amuleto de la suerte que Ricardo le regaló en la otra vida. La confirmación de su plan, de su traición. "No. Vas. A. Ir. Y yo tampoco. Este tema está cerrado." Ahora, con esta segunda oportunidad, no habría piedad.

Amo Al Hombre Sin Sangre

Amo Al Hombre Sin Sangre

Gavin
5.0

El mundo se sentía brillante y lleno de promesas, un lienzo dorado donde mi arte y el amor de Ricardo se fusionarían con la llegada de nuestro bebé. Pero la luz se desvaneció, revelando una oscuridad impensable: Ricardo, mi gran amor, y Elena, mi propia hermanastra, tramaban robar a mi hijo y encerrarme en un manicomio. La traición me golpeó como un rayo, mientras escuchaba sus voces heladas planear mi perdición, y peor aún, la de mi pequeño, al que ellos llamaban "un producto". Encerrada en un hospital fantasmal, drogada, débil, y despojada de todo, la verdad sobre mi pasado se desenterraba: Elena confesó que el aborto espontáneo de mi primer embarazo, años atrás, también fue obra suya. La desesperación se transformó en una rabia líquida, pura, que ardía en mis venas, y con la inesperada ayuda de una enfermera y un guardia compasivo, tomé en mis manos una llave y una dirección remota: la promesa de mi escape, y el inicio de mi resurrección para recuperar a mi hijo y destruir a quienes me habían convertido en esto.

La Venganza de las Gemelas

La Venganza de las Gemelas

Gavin
5.0

El hospital olía a desinfectante y agonía, un aroma que se me pegaba a la piel y al alma. Mi gemela, Sofía, yacía en esa cama, conectada a máquinas que pitaban monótonamente, después de intentar quitarse la vida en el baño de la escuela. Mis padres lloraban en silencio, un silencio que yo conocía bien, uno más peligroso que cualquier grito. Entonces, sus voces crueles rompieron el silencio: "Vaya, vaya, ¿qué tenemos aquí? La hermana de la loca." Eran Perla y Luna, las acosadoras de mi hermana, regodeándose en nuestra desgracia, mientras el mundo las ignoraba. "En el fondo, se lo merecía. Es tan débil," susurró Perla, y sentí algo frío y pesado nacer dentro de mí. Mis padres intentaron echarlas, pero la policía no hacía nada, la escuela se lavaba las manos: "Sofía era demasiado sensible." ¿Sensible? No, hermana. Demasiado buena para este jodido mundo. Esa noche, en casa, me miré al espejo. El mismo rostro que Sofía, pero por dentro… yo era diferente. Corté mi cabello como el suyo, me puse su uniforme, su ropa. Ahora, no era Elena. Era Sofía. Y con la sonrisa dulce de mi hermana, juré una venganza que ellas jamás olvidarían. Perla y Luna no sabían con quién se estaban metiendo. Habían despertado a un monstruo, y la única que podía contenerme estaba en una cama de hospital. Ya no había nadie que me detuviera.

Fuga a Buenos Aires: Salvar a Mi Bebé

Fuga a Buenos Aires: Salvar a Mi Bebé

Gavin
5.0

Javier me abrazaba por la espalda, sus manos sobre mi vientre de ocho meses. Durante años, este momento fue todo lo que deseé: ser madre, construir una familia con el hombre que amaba. De pronto, un escalofrío me recorrió mientras el ecógrafo revelaba la verdad: no eran gemelos, sino un solo bebé. Mi médico de confianza, insistido por Javier, había mentido; la alegría de mi esposo por "nuestros hijos" era una farsa. El aire se me escapó cuando escuché su plan: Javier y su amante, Isabella, sincronizando el parto para robarme a uno de los bebés y asegurar el "legado" de los Álvarez. Mi vida, mi matrimonio, todo lo que creí, se desmoronó con una claridad brutal. ¿Cómo pudo hacerme esto el hombre por el que lo sacrifiqué todo? El horror no me paralizó; en ese instante, el miedo se transformó en una fría determinación. No iba a ser su víctima. Fingí resignación, mientras secretamente trazaba mi escape y mi venganza.

El Secreto de la Bodega Maldita

El Secreto de la Bodega Maldita

Gavin
5.0

Mi nombre es Javier, hijo mayor del alcalde en un tranquilo pueblo vinícola riojano. Uno esperaría respeto; yo, solo he conocido una maldición. Cada prometida que amo me abandona tras un rito en la misteriosa "Bodega del Santo Patrón". Entran esperanzadas, salen rotas, llenas de pánico y repulsión, susurrando que soy un demonio. Mi padre y hermanos me castigan y humillan sin cesar, convirtiéndome en el monstruo del pueblo. Busco ayuda en mi tía Inés, luego en la policía, y hasta en mi abuelo, un célebre periodista. Pero tras visitar la bodega, cada uno de ellos me rechaza con la misma mirada de asco, convencidos de mi depravación, hasta el punto de forzarme a un "suicidio purificador". ¿Qué verdad horrible esconde esa bodega que convierte el amor en odio, y a mis seres queridos en verdugos? ¿Soy realmente un depravado, un monstruo ignoto para mí mismo? La confusión y el dolor me consumen. Tras sobrevivir a la caída y fingir locura para escapar a un psiquiátrico, no hay vuelta atrás. Ahora ya no huyo; voy a desenterrar lo que sea que se oculte en ese lugar maldito. Y sospecho que mi primera prometida, Sofía, desaparecida hace años, guarda la clave de este infierno.

No Ganará Amor desde Un Egoísta

No Ganará Amor desde Un Egoísta

Gavin
5.0

Mi celular sonó mientras revisaba los papeles de alta de mi mamá, era Mateo, impaciente como siempre. Me pidió que hablara con mi madre, que necesitaba un riñón, que era "la única opción" y que mi mamá "era compatible". El bolígrafo se me cayó de las manos, helada, escuché cómo comparaba la vida de mi madre, "vieja e improductiva" , con la de la suya, llena de "mucho por vivir" . "Es un intercambio justo, ¿no crees?" , su pregunta me revolvió el estómago. Colgué el teléfono, las manos me temblaban de rabia y nauseas, "¿cómo pude estar tan ciega?" Esa noche, buscando papeles, hallé un encendedor de unicornio rosa en su coche; ni él ni yo fumábamos. Luego, las llamadas misteriosas y el perfume femenino, todo encajaba: un rompecabezas de infidelidad. La rabia se transformó en dolor, mi sacrificio por su carrera, mis sueños pausados, todo por él, ¿y este era el pago? Llené un acuerdo de divorcio, cada letra, un paso hacia mi libertad. Su voz autoritaria exigía que mi madre donara un riñón, "su deber como suegra", dijo. Ya no había dolor, solo asco, el hombre que amé era un monstruo egoísta. Él se río: "Sofía, no olvides quién manda en esta relación" . Esa noche, mientras roncaba a mi lado, entendí: no solo una relación rota, sino mi espíritu. Pero, por primera vez, sentí que podía reconstruirme. La decisión estaba tomada, sin vuelta atrás: ¡ya era suficiente! Al día siguiente, él, soberbio, me llamó "dramática" : "la familia es lo primero, mi madre es mi prioridad" . Lo miré fijamente: "Mi mamá es mi prioridad. Y lo que pediste es una monstruosidad" . Se rio: "tu función es cuidar la familia, ¿no?" Sus palabras me golpearon: mi amor, solo una "función". Esa tarde, buscando documentos, encontré una escritura: nuestro departamento estaba a nombre de su madre. Mi hogar, mi seguridad, robados; la traición me dejó sin aire. Algo dentro de mí se rompió y se rearmó: sin lágrimas, sin duda, solo determinación de acero. Llamé a mi antiguo profesor, quise retomar mi carrera; él me conseguiría un lugar en Madrid. Compré un boleto de ida a Madrid para dentro de dos semanas y renuncié a mi trabajo. Esa tarde, cerca de su oficina, lo vi: riendo con otra, poniendo salsa picante en su taco, un gesto íntimo que nunca tuvo conmigo. Me di la vuelta, el corazón hecho piedra. Él llamó: "Sofía, ¿dónde andas? Mi mamá se siente mal, ven a cuidarla" . "No" , dije, "Se acabó, Mateo" . Colgué antes de que respondiera.

Esta Vez, Me Caso Con tío del Prometido

Esta Vez, Me Caso Con tío del Prometido

Gavin
5.0

Me desperté en una bodega fría y abandonada, con las manos y los pies atados. Ximena, la chica que creía mi amiga y la hija de nuestra sirvienta, me miraba con una sonrisa que nunca le había visto. "Ana, ¿por qué pones esa cara?", dijo con una dulzura cruel. Luego soltó la bomba que me heló la sangre: "Tú no eres la verdadera hija de la familia Fernández, yo lo soy. Nuestras madres nos intercambiaron al nacer". No podía procesar esas palabras. Yo, Ana Fernández, la hija consentida, ¿era la hija de una sirvienta? ¿Y mi "hermana", la heredera? Me quedé en shock, tratando de entender la locura que salía de su boca. Ricardo, mi prometido, apareció no para salvarme, sino para traicionarme. "Ximena me lo contó todo. Ella es la verdadera hija de los Fernández". Mi mundo se desmoronó. Él, el hombre que amaba, me abandonaba por dinero. Luego, mi querido tío Mateo, un hombre frágil pero valiente, intentó ayudarme. Lo golpearon. Mi cabeza golpeó una viga. Todo se volvió negro. Creí que moría. Pero abrí los ojos. Estaba en mi cama, en mi mansión. Iliesa. Había regresado, un día antes de la pesadilla. La rabia me invadió. No más inocencia. No más errores. Esta vez, la historia sería diferente. Marqué el número de mi hermano Javier. "Javier, soy yo, Ana. Necesito que vengas a casa ahora mismo. Es urgente". Ahora, la "falsa señorita Fernández" reclamaría justicia.

Venganza, Amor y Traición

Venganza, Amor y Traición

Gavin
5.0

El dolor era una niebla espesa y punzante que me envolvía, cada hueso de mi cuerpo se quejaba, mi vientre era un eco vacío. Entre la neblina, filtré voces familiares, la tensa de Alejandro, mi esposo, y la cortante de mi suegra. "¿Estás seguro de que nadie sospecha nada, Alejandro? Un accidente en las escaleras, justo ahora... es demasiado conveniente.", dijo ella. "Tranquila, mamá. El médico es de confianza. Dijo que fue un resbalón desafortunado, común en su estado.", respondió él, y la verdad me golpeó. No tropecé, alguien me empujó. "¿Y el... problema? ¿El bastardo?", escuché a mi suegra sin pizca de emoción. Un silencio pesado. "El problema está resuelto, mamá. Ya no existe.", sentenció Alejandro con un susurro mortal. Mi bebé. Mi hijo. Mi mano voló a mi vientre, pero el bulto de ocho meses había desaparecido, dejando solo un vacío doloroso bajo la delgada sábana de hospital. Un sollozo roto escapó de mí. Mi amor y confianza en Alejandro se hicieron añicos. Todo era una farsa. "Bien hecho, hijo mío. Ese niño nunca debió nacer. Mancharía el apellido Vargas. Ahora solo queda el hijo de Camila, un heredero de pura sangre.", añadió Doña Elvira. ¿Camila? Su asistente. Ella tenía un hijo de él. "Para que no haya más... accidentes... ni sorpresas, el doctor le administrará un medicamento. Algo fuerte. La dejará limpia. Estéril.", escuché a Alejandro. Mi hijo me había sido arrebatado, y también la posibilidad de volver a ser madre. Luego, la segunda voz. "Nadie sabrá jamás que tú la empujaste por las escaleras." No fue él. Hizo que alguien lo hiciera. Pagó para matarnos. El dolor físico se volvió insignificante. Me mordí el labio, el sabor a sangre llenó mi boca. Tenía que fingir. Pero esa Sofía, la ingenua y confiada, acababa de morir junto con mi hijo. En esa cama de hospital, rodeada de traición, nació una nueva mujer. Debía escapar. Sobrevivir. Y un día, por la Virgen de Guadalupe, Alejandro Vargas y sus cómplices pagarían. Cerré los ojos, una lágrima silenciosa, esperando mi momento.

El Regreso de la Abogada

El Regreso de la Abogada

Gavin
5.0

Estaba en el balcón de mi departamento en la Ciudad de México, viendo el atardecer que teñía el cielo de promesas. Subí la foto a mis redes con una sola palabra: "Paz". Mi esposo, Miguel, llamó al instante. Su voz, áspera y urgente, me exigió saber dónde estaba. "¿Qué pasa?", pregunté, confundida. Su respuesta fue un grito lleno de reproche: "¡Pasa que Sofía me necesita! Su coche se descompuso en Periférico y tú subiendo fotos de atardeceres." Sentí una punzada fría. Sofía, mi "mejor amiga", la eterna sombra de mi matrimonio. Miguel, una vez más, priorizaba su "rescate" sobre mi cansancio. "Ella es adulta, Miguel. Yo acabo de llegar de trabajar", le recordé. Su volumen subió, cegado por su "caballeresca" devoción: "¡Ese es tu problema! ¡Nunca entiendes! Ella no es como tú, no tiene a nadie. ¡Yo soy lo único que tiene!" Cortó la llamada, dejándome con el eco de sus palabras injustas. El teléfono, frío y pesado, reflejaba la imagen de una mujer agotada de excusas y falsas comprensiones. Algo dentro de mí se rompió. No había más que comprender, ni más que perdonar. Mi dolor se transformó en una calma helada. Con dedos firmes, abrí mis contactos. Era hora de que Elena Rojas, la abogada, defendiera a su cliente más importante: a sí misma.

Cásate con tu Prima

Cásate con tu Prima

Gavin
5.0

Mi vida como heredera de los Mendoza prometía un futuro brillante, con un viñedo próspero y un matrimonio con Javier Ríos, el hombre que creía ideal. Pero de repente, todo se desmoronó cuando unos secuestradores me arrastraron a un almacén lúgubre en Poble-sec. Mis gritos se ahogaron en el silencio mientras la sangre manchaba el cemento, y cada llamada que le hice a Javier, mi supuesto salvador, quedó sin respuesta. Él, aduciendo que mi secuestro era una "rabieta de niña rica" orquestada por su "dulce" prima Sofía, me dejó sola para morir. La agonía de mis huesos rotos no se comparaba con la helada puñalada de su traición, la humillación de ser desechada como un capricho. Morí allí, preguntándome cómo pude ser tan ciega, tan ingenua, ante la maldad que me rodeaba. Pero entonces, abrí mis ojos de nuevo, viva y con el recuerdo intacto de cada punzada de dolor y cada mentira. Esta vez, Isabela Mendoza no sería una víctima; se levantaría de las cenizas para reescribir su destino y hacer que cada traidor pague su deuda. Y mi primera decisión fue elegir al único hombre que vino a buscarme, aunque llegó tarde: el leal Mateo García.

Terror en Greentown

Terror en Greentown

S. Mejia
5.0

En la ciudad de Villa Esmeralda hay un nombre que genera miedo, El Asesino Del Cereal. Se dice que venga a un familiar, por eso ha matado a policías corruptos y ha atacado otros negocios que solo causan daño, dejando en cada escena un grano de cereal junto a la víctima. Un detective descubre la verdad que hay detrás de este nombre, sin saber que eso lo conducirá a un camino oscuro y sin retorno.

Amor Después de La Muerte

Amor Después de La Muerte

Gavin
5.0

Ricardo y yo éramos fuego y gasolina, una historia de amor tan intensa como nuestras peleas. Una noche, en medio de una discusión infernal, grité: "¡Ojalá desaparecieras de mi vida para siempre!". Y mi deseo se cumplió de la forma más brutal. Horas después, la policía me informaba que Ricardo había sido asesinado, apuñalado en nuestro estudio. Mi mente se negaba a creerlo, ¿cómo era posible? Lo último que supe fue que estaba vivo, sufriendo, y yo... yo le colgué el teléfono. Pero lo más extraño estaba por venir. Ricardo no desapareció del todo. Regresó, como un fantasma, con una propuesta de otro mundo: para revivir, yo debía decirle "Te amo" en cinco días. ¿"Te amo"? ¡A él, que me había vuelto loca con sus celos! Y, para colmo, Marco, su rival, mi antiguo mentor y ahora mi supuesto salvador, apareció para "apoyarme" . Él me convenció de que todo era un truco de Ricardo, una manipulación más para recuperarme. Me cegó con sus mentiras, me hizo creer que Ricardo era el monstruo, el culpable de todas nuestras desgracias. Lo humillé, lo rechacé, lo desprecié en público, en nuestra propia casa. Incluso llegué a desear su muerte, de verdad. ¿Cómo pude ser tan ciega? ¿Cómo pude caer en la trampa de Marco? Lo que siguió fue un descenso al infierno, un calvario de humillaciones y acusaciones. El "fantasma" de Ricardo me suplicó, intentó advertirme. Pero yo solo vi a un ex celoso, desesperado. Él se fue, su alma se desvaneció. Y entonces, todo explotó. Encontré a Ricardo, no su fantasma, sino su cuerpo… putrefacto en el ático. Y una nota que decía: "Tuviste cinco días para decir 'Te amo'... El que te suplicó en la azotea, era solo su fantasma." El horror me desgarró. ¡Yo lo había matado, dos veces! La culpa me consumió, pero también encendió en mí una furia fría y vengativa. Marco iba a pagar por su engaño, por su maldad, por cada mentira que me hizo creer. Iba a vengar a Ricardo y a mí misma. Esto no había terminado.

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