En los tiempos sumidos en odiseas e idilios entre dioses, una foránea decide sumergirse en el Bosque Eterno, la mayor creación de las divinidades. Encontrándose con diferentes caminos y situaciones, tendrá que afrontar riesgosas aventuras con tal de hallar a su padre, el hombre que la instruyó en las artes del combate y del manejo de la espada. Sin embargo, se verá acompañada obligatoriamente por un joven flacucho y desgarbado, el cual le enseñará que su humanidad siempre ha estado en su interior apagada y en ascuas. Con su compañía, no solo aprenderá el valor de la fraternidad, también a comprender más allá de la empatía.
Solía sentarme en el regazo de mi madre cada vez que se acomodaba al frente de la fogata que armaba padre antes de irse a cazar. Se entretenía con mi cabello y me contaba historias sobre seres que habitaban más allá del bosque, de los dioses y sus hijos. Al ver que el fuego se extinguía, cesaba la charla, levantaba mi rostro y me sonreía con tristeza.
-Tu padre era un asesino de dioses. Pronto serás como él -susurraba con el dolor en su mirada.
No le entendía, mi mente solo captaba muy poco y lo que podía recaudar de mis memorias.
-Pero soy una niña, soy débil.
Sus ojos centelleaban como los rayos que aparecían en el cielo de esa noche.
-¿Te hace débil ser mujer? -Asentí-. No, pequeña. Lo que te hace fuerte es la valentía, no la fuerza bruta. Recuérdalo, mi niña, que pronto tendrás que oír esas mismas palabras en algún futuro.
Me quedé en silencio. En cierta manera tenía la razón, pero... ambas se llevaban de la fuerza y se complementaban. Deseé en ese mismo instante captar bien lo que acontecería después de ese invierno; en esa oscuridad en donde solo se escuchaban los aullidos de los lobos a lo lejos me arrebataron a mi madre y la inocencia que irradiaba. Papá llegó tarde, me encontró al lado de su mujer. Igual de desnuda que su cadáver, quiso hacerme reaccionar, pero mi vista estaba puesta en las cenizas.
A partir de esa situación, mi padre me enseñó lo suficiente de este mundo hasta que se marchó.
Las cadenas en mis antebrazos demuestran de quién soy hija, el engendro del ser más repudiado... el progenitor que tuve. Al irse, solo me dejó lo que el solía ponerse, aquel acero en cuerdas gruesas y ligeras que antes llevaba también él. Me entrenó, aprendí a cazar, a valerme por mí misma, a no confiar. Sé que no está muerto. Sé que se fue para buscar al hombre que me violó. Fue a enfrentar al rostro difuso que miré cuando degolló a mi madre.
Gracias a su falta, empecé a saber lo que es vivir en un mundo tan hostil como este.
Ahora seré yo quien lo salvará, que lo sacará de esa bruma que lo envuelve.
«Papá, Einar, espérame».
✺✺✺
AVISO:
Este manuscrito lo escribí en 2018, de modo que habrá errores, los cuales corregiré cuando tenga tiempo.
Me disculpo por presentarles esta obra sin corregir.
Asimismo, aclaro que me basé muchísimo en el juego God of War, así que podrán hallar muchísimas similitudes. Sin embargo, el manuscrito es totalmente original.
Anoche pasé una noche erótica con un desconocido en un bar. No soy una mujer al azar. Hice esto porque estaba muy triste ayer. El novio que había estado enamorado de mí durante tres años me dejó y se casó rápidamente con una chica rica. Aunque actúo como si nada hubiera pasado delante de mis amigos, estoy muy triste. Para aliviar mi estado de ánimo, fui solo al bar y me emborraché. Accidentalmente, me encontré con él. Él es más que atractivo e increíblemente sexy. Como el deseo controlaba mi mente, tuve una aventura de una noche con él. Cuando decidí olvidarme de todo y seguir adelante, descubrí que mi aventura de una noche se convirtió en mi nuevo jefe. Un tipo posesivo.
Cuando volvieron a encontrarse, Jason dejó a un lado su paranoia y su orgullo y abrazó cálidamente a Chelsey. "Por favor, ¿vuelves conmigo?". Durante tres años, ella había sido su secretaria de día y su amante de noche. Chelsey siempre había cumplido sus deseos, como una obediente mascota. Sin embargo, cuando Jason declaró sus planes de casarse con otra, ella optó por dejar de amarlo y dejarlo ir. Pero la vida dio giros inesperados. El inflexible cortejo del hombre, el bebé que ella estaba esperando y la avaricia de su madre la llevaron poco a poco al borde del abismo. Al final, sufrió mucho. Cinco años después, cuando regresó ella, ya no era la mujer que había sido. Sin embargo, el hombre había hundido en una espiral de caos de cinco años.
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Dos años después de su boda, Ximena perdió el conocimiento en un charco de sangre durante un parto difícil, olvidando que su exmarido se iba a casar con otra persona ese día. "Nos vamos a divorciar, pero el bebé se queda conmigo". Estas palabras resonaron en su mente. Sabía que él no estaba allí para ayudarla, sino para quitarle a su hijo. Ximena preferiría morir antes que ver a su hijo llamar madre a otra mujer. Posteriormente perdió la vida en la mesa de operaciones con dos bebés en su vientre. Pero ese no fue el final para ella... Años más tarde volvió a encontrarse con Ramon, que ha cambiado mucho. Quería quedársela para él a pesar de que ya era madre de dos hijos. Y cuando supo que ella se iba a casar de nuevo, irrumpió como un loco. "Ramon, ya morí una vez antes, así que no me importa volver a morir. Pero esta vez, quiero que muramos juntos", gritó ella, mirándolo con angustia en sus ojos. Ximena pensó que él no la amaba y estaba feliz de estar fuera de su vida. Pero lo que ella no sabía era que la noticia de su inesperada muerte le había roto el corazón. Durante mucho tiempo lloró de dolor y agonía. Siempre deseó poder retroceder en el tiempo o ver su hermoso rostro una vez más. Todo esto fue demasiado para Ximena, cuya vida estuvo llena de idas y venidas. No sabía si debía volver al lado de su exmarido o seguir adelante con su vida. ¿Cuál elegiría ella?
Brad Smith, billonario, CEO de una empresa de Transporte Internacional, pero mafioso, resultó gravemente herido, al pasear solo, de noche por la playa, en pleno inicio de año nuevo. Una mujer joven inmigrante, que huía de la policía fronteriza, tropezó con su cuerpo herido, lo utilizó, lo llevó a su refugio y le salvó la vida. Jennifer Robert, enfermera, de veinte años, se convirtió para él, en su hada madrina. Ella, le hizo recordar a su mamá fallecida. Cuando Brad se recuperó totalmente de la herida, comprendió que se había enamorado de su hada y salvadora, a primera vista y no quería separarse de esta. Para mantener a Jenny a su lado, le propuso celebrar un contrato matrimonial por dos años. Durante este tiempo, ella obtendrá la nacionalidad de su país y él a cambio, recibirá su compañía a todos los eventos sociales, mientras, la conquista. Posteriormente, él descubrió que era la hija de su mayor enemigo, por lo que quiso vengarse de este y cambió radicalmente con ella. Un tiempo después, se enteró que Jennifer no era la hija biológica de aquel y quiso recuperar lo perdido. No obstante, este descubrimiento llegó demasiado tarde, porque ella había huido de su lado, al conocer el lado cruel de él, así como sus vínculos con las mafias. Aparte que llevaba en su vientre a los gemelos de Brad...
Para el público, ella era la secretaria del CEO. A puerta cerrada, era la esposa que él nunca reconocía oficialmente. Jenessa estaba eufórica cuando se enteró de que estaba embarazada. Pero su alegría se vio reemplazada por el temor cuando su marido, Ryan, se reunió con su primer amor. Con el corazón encogido, decidió dejarlo libre y marcharse. Cuando volvieron a encontrarse, Ryan se fijó en el vientre prominente de Jenessa. "¿Quién es el padre del niño?", le preguntó. Pero ella se limitó a burlarse. "¡No es asunto tuyo, mi querido exmarido!".