/0/4725/coverbig.jpg?v=3c7dd014dbc4f0e803064793f0d7056c)
La inocente, inmadura y arrebatada joven Inspiración Moró, descubrirá el verdadero amor en los brazos de un valeroso e íntegro peón; cuya compañía será indispensable para poder enfrentar los violentos tiempos que atraviesa su país. En medio del movimiento de la revolución mexicana, la joven mujer habrá de luchar por sus sentimientos, por el honor y la fortuna de su familia, y por un futuro que tal vez no sea tan prometedor como ella lo imaginó. La soñadora, romántica e ingenua muchacha tratará de ignorar a su corazón en todo momento, aunque sus sentimientos temperamentales le mostrarán poco a poco su dificilísima encrucijada. Ella aprenderá de una manera amarga que a veces el amor no basta para hacer feliz a alguien. A veces la respuesta se encuentra en renunciar; aunque esto implique tener que respirar por una profunda herida que tal vez no cierre nunca. ¿Será posible que en una relación quien ame más sea quien termine sufriendo más?
INSPIRACIÓN
Vuelve conmigo
ALBERTO WALDEMAR
DISEÑO DE PORTADA: Matisse Studio https://pixabay.com/es/
D.R. INSPIRACIÓN
Todos los derechos reservados. © 2019 Alberto Waldemar
Contacto:
@all_waldemar/twitter albertowaldemar/facebook.com albertowaldemar.blogspot.com
El copyright es propiedad exclusiva del autor y por lo tanto no se permite su reproducción, copiado ni distribución ya sea con fines comerciales o sin ánimos de lucro.
CAPÍTULO 1
Era pleno octubre y ya hacía un frío que no daba tregua a nadie; y a la par de esto la presencia de militares por todo México, se había hecho muy recurrente desde aquel inicio de 1910. Rumores -que habían iniciado desde enero- de posibles movimientos alzados que pretendían desestabilizar al gobierno, habían puesto muy nervioso al presidente Díaz y a su gabinete. Incluso en el más recóndito poblado como Cuatro caminos en San Luis Potosí, el ambiente era muy tenso; y cualquier persona que levantara la mínima sospecha de ayuda, apoyo o que fuera detractor al gobierno, podía ser encarcelado sin ningún tipo de investigación.
En la capital del país el ambiente era el mismo. Y al interior de un colegio para señoritas llamado Instituto Franco alemán Mädchen, las mismas jovencitas internas también habían comenzado a escuchar sobre el posible estallido de alguna revuelta. En uno de los patios, dos señoritas algo nerviosas platicaban en voz baja sobre la situación.
-Todo está muy tenso allá afuera Macarena - dijo una robusta joven llamada Dorotea-... Dicen que don Luis Íñiguez va a sacar a Martina del instituto y la va a enviar a provincia. Y yo creo que la pobre no sabe nada.
-Ya lo creo -dijo Macarena-. Pues te vas a ir de espaldas con lo que Armida me acaba de decir. A Jesusa Reyes su padre la quiere enviar a España con unos tíos... Tiene miedo que le pase algo si se viene la guerra.
En eso llegó una bella señorita de una muy corta melena rubia, llamada Inspiración Moró. La joven que siempre era muy sonriente, impulsiva y temperamental siendo la alegría del instituto, esta vez no traía un buen semblante.
- ¿Pero qué te sucede Inspiración? - preguntó Macarena algo angustiada.
-¡Ay muchachas! Hoy me citaron en la dirección... Mi tío Jacobo lleva cuatro meses que no paga la mensualidad... Y no ha contestado a ninguna de mis cartas.
- ¡Bendito! ¿Crees que le haya pasado algo a tu tío? -preguntó Dorotea persignándose.
- ¡No sé qué pensar...!
-Justo estábamos hablando de eso -dijo Macarena-. La cosa se está poniendo muy peligrosa allá afuera.
-Yo tengo que ir a ver a mi tío... Llevo diez años aquí desde la muerte de mis padres, y él nunca se había atrasado en los pagos. Siempre habíamos mantenido contacto por correspondencia hasta ahora...
- ¿Y qué piensas hacer mujer? - preguntó Macarena.
- Le he estado dando vueltas al asunto y... me voy a ir a la hacienda.
- Pero ¿cómo? ¿te vas a fugar? - preguntó Dorotea.
- No hay otro remedio. Si no me voy me van a echar - dijo la joven algo contrariada -. Total sólo faltan menos de cinco meses para la graduación. Así que sólo me voy a adelantar.
- ¿Y con qué dinero te vas a ir? - preguntó Macarena-. Porque yo tengo unos ahorros y...
- No Macarena. No puedo aceptar... Tengo un anillo regalo de mi abuela. Voy a venderlo y... aunque con eso bien podría pagar lo que le debo al instituto hasta lo que resta del ciclo escolar, pero no...
- Oye. Yo puedo hablar con mis padres. Tal vez puedan hacer algo... - sugirió Dorotea.
-No muchachas. No puedo aceptar. No voy a quedarme así de brazos cruzados. Debo averiguar que sucede en la hacienda...
-¡Pero puede ser peligroso! - dijo Dorotea preocupada.
- ¡No me importa! ¡Voy a ir y voy a averiguar qué es lo que sucede!
- ¡Ay mujer! ¡A ti de que se te mete una idea en la cabeza no hay poder humano que te haga desistir! - dijo Macarena.
- Y también voy a hablar con... pues con Javier.
- ¿El maestro de español? - preguntó Dorotea.
-Ya que él si puede salir a la calle, le voy a pedir que me haga el favor de vender o empeñar el anillo.
-Oye y ¿qué has pensado de él? - preguntó Macarena pícara -. ¿No le piensas hacer caso al pobre? Porque se ve que lo traes de una ala eh.
-¡Cállate bruta! - dijo Dorotea-. Si el profesor Javier le lleva más de veinte años a Inspiración. ¡Cómo le va a hacer caso!
-Pues si yo fuera tú no la pensaría y si me fugaba con él... - dijo Macarena suspirando-. Está muy guapo el condenadote. Y le sientan tan bien esas canas en las sienes.
Llegado el momento, a solas y a escondidas en un salón de clases, Inspiración le confió el pesado anillo al profesor Javier y le pidió venderlo.
-Por ti yo hago lo que me pidas Inspiración - dijo el hombre guardando el anillo en su bolsillo-... ¿Y qué has pensado de...? Lo tuyo y lo mío, de lo nuestro...
- ¡No Javier no insistas...! - dijo la joven rehuyéndole juguetona.
- Ya te he dicho lo importante que eres para mí... Eres como la sílaba tónica de mi palabra amor - dijo hablándole lento al oído.
- ¿Tu silaba tónica dices? - dijo Inspiración cerrando los ojos melosa y con la respiración jadeante.
- ¡Eres la palabra perfecta, mi esdrújula!
- ¿Tu esdrújula dices?
-Eres la inspiración de este loco corazón que te ama.
- ¡No Javier...! ¡No...!
- Podemos huir lejos y... prometo hacerte feliz - dijo abrazándola por la espalda.
Luego la joven se apartó del profesor.
-¿Y tu esposa? ¿Y tus hijos? ¿Es que no has pensado en ellos? - le preguntó la joven dudosa recobrando la cordura.
- Lucila es mucho mayor que yo y, Esteban su hijo no es mío. Lo nuestro fue un matrimonio arreglado para ocultar apariencias... Anda ya dame un beso... O me vas a decir que ¿no te gusto?
- No si no es eso. Entonces Javier la abrazó de nuevo.
- Pero ¿qué haces? - dijo ella liberándose de él - ¡Alguien nos puede ver...!
- Ya deja de comportarte como una chiquilla. Eres toda una mujer y...
-¡Javier ya no insistas con eso...! ¡Qué me pones en una dificilísima situación!
- ¿Acaso tienes dudas de lo que siento por ti?
- No seas tonto... Es que nunca he tenido novio y... Tú sabes bien que sólo tengo diecisiete años. No tengo experiencia en estas cosas. No estoy lista para casarme y menos con un profesor.
- ¡Oh ya veo...! Te parezco poca cosa ¿eh?
- ¡Ustedes los hombres sí que son complicados! ¡No Javier! ¡No es eso...! Es sólo que no estoy segura de lo que siento. Entiéndeme por favor.
Entonces el hombre intentó besarla a la fuerza, pero Inspiración lo abofeteó.
- ¡No seas bruto Javier!
- ¡Me gustas como no tienes una idea!
- Mira. Primero vende el anillo y después hablamos ¿Quieres? - dijo nerviosa.
Luego de un arrebato el hombre se marchó del salón, fue en eso que la joven abanicándose aire con sus manos, por un instante pensó en aceptar la propuesta del profesor. Ella también se sentía atraída por el maduro hombre, pero algo la hacía dudar. Ya por la noche Inspiración no podía dormir. Daba vueltas en su cama angustiada, y en un instante planeó huir con Javier. Se irían a la hacienda que su tío tenía en el poblado de Cuatro caminos en San Luis Potosí. Se consolaba pensando que no iba a ser la primera ni la última jovencita de diecisiete años, que huyera con un hombre más grande. Así que preparó su equipaje. No contaba con que el profesor enamorado, ya no regresaría más al instituto. Por la mañana, las tres jóvenes reunidas en el patio de la escuela, no creían las últimas noticias.
- ¡Pues salió una fichita el profesor Javier, eh!- dijo Dorotea comiendo una paleta -. Mira que robarte el anillo de tu abuela.
- Dorotea ¿estás segura que oíste bien eso de que Javier había renunciado? - preguntó Inspiración contrariada.
- Lo oí muy bien y muy clarito de la boca de la directora. Dijo que tenían que buscar un nuevo profesor de español, porque el Javier Ballesteros había renunciado.
Entonces Macarena al ver a Inspiración decepcionada, la abrazó y le hizo un par de señas a Dorotea; quien muy apurada fue a su recámara y volvió con un pequeño paliacate.
- No te desavalorines Inspiración -dijo Macarena a la vez que Dorotea le entregó el ahorro de ambas.
-Mira Inspiración, no es mucho pero con esto bien llegas a Cuatro caminos.
-¡No muchachas! ¡No puedo aceptar! Son sus ahorros y...
- Claro que puedes. Mira. Son casi 200 pesos - dijo Macarena -. No es una fortuna pero te va a alcanzar para el boleto de tren.
-¡Pero...!
-Pero nada mujer - dijo Dorotea metiendo el dinero en el bolsillo del abrigo de la joven.
-¡Si puedes nos escribes! -gritó Macarena abrazada de Dorotea al ver saltar la barda a Inspiración con su maleta hacia la calle.
Así que justo a la hora en que servían el desayuno en el instituto, Inspiración estaba en la estación de trenes. Estaba por abordar cuando reconoció al profesor entre la multitud. Javier estaba acompañado por una bella y exuberante mujer de la vida galante, a quien al parecer le hablaba también de amor.
-Vamos Cecilia acéptame. Prometo hacerte feliz -dijo el hombre a la joven ofreciéndole el dichoso anillo en matrimonio -... Mira. Es una baratija comparada contigo.
- Está mono. No será de vidrio ¿verdad?
- Pero como dices eso. Todo lo mejor es para ti. Mira. Joyas como estas te esperan a mi lado... Tú eres como la sílaba tónica de mi palabra amor. Mi esdrújula...
Y entonces Inspiración acercándose a ellos, sacó todo su temperamento.
- ¡No que yo era tu esdrújula! No si prometer no empobrece ¿verdad? - le gritó Inspiración-. A esta pobre ingenua que le vas a quitar ¡ladrón! Aunque la ropa no ha de ser, si anda por estas cruces. Mira nomás. ¿No tiene frío oiga?
- ¿Y a usted no le enseñaron a respetar oiga? - dijo Cecilia ofendida.
- ¿Y a usted no le enseñaron a taparse? ¡Impúdica!
Justo cuando el hombre aún sorprendido trataba en vano de separarlas y tranquilizarlas, Inspiración lo abofeteó y le arrebató el anillo de su abuela.
-¡Maldito! ¡Haciendo caravana con sombrero ajeno...! ¡Pero que poco hombre eres Javier! ¡Y yo como una imbécil estuve toda la noche a suspire y suspire fantaseando con huir contigo!
- ¡Pero mi vida si la señorita es mi... prima! - dijo Javier mientras Cecilia se marchaba.
- Mira Javier, háblame cuando necesites a una mujer de verdad, no mocosas - dijo Cecilia contoneándose mientras se alejaba.
Entonces Javier detuvo a Inspiración que furiosa quiso golpear a la mujer.
- ¡Ay pero suéltame! ¡Suéltame Javier! ¡Voy a quitarle lo arrabalera y lo fácil a esa!... Aunque sabes ¿qué? ¡Mejor córrele! ¡Ve a cuidar a tu primita, no se vaya a perder o le dé una angina de pecho! - dijo Inspiración molesta haciendo un berrinche y echando a andar hacia el vagón del tren.
- ¡Pero Inspiración mi amor, lo que te he dicho es verdad...! ¡Ella es tan sólo mi prima!
- Y yo me chupo el dedo ¿no? - dijo de nuevo haciendo una rabieta.
- ¡Tienes razón...! Soy un caballero después de todo y... lo que pasa es que... ya no sabía cómo quitármela de encima... se me estaba resbalando, pero tú...
- ¡Yo nada chiquito! ¡Yo no me subo a tu resbaladero! Pero ¿cuánto no te habrás reído de mí? ¡Pero que tonta fui!
- ¡Mi vida! ¡Mi cielo! ¡Pero escúchame...!
- ¡A otra p... tonta con ese cuento!
- ¡Ya no seas chiquilla!
- Es cierto Javier - dijo Inspiración serenándose tratando de sonar seria, y dándole una palmadita en la mejilla -. Ya no soy una chiquilla así que... Aquí murió.
- Pero ¿cómo?
- Así como lo oyes. Lo nuestro se murió, pasó a mejor vida, estiró la pata, se enfrió, cruzó el puente, se acabó... ponle como quieras.
-Ya no seas irónica y perdóname.
- Irónica ¿yo? ¡Si lo único irónico aquí fue haberte conocido a ti Javier!
El profesor avergonzado trataba de convencerla, rogándole yendo tras ella por el andén. Pero en eso el tren anunció su partida; entonces Inspiración se apresuró a abordar dejando con la palabra en la boca al profesor.
Nadie puede advertir o preparar a su corazón sobre la llegada del amor, ni sobre los placeres ni los riesgos que esto puede implicar. Esto lo aprenderá la joven Amanecer Villarreal de una complicada y enredada manera, en medio de la inminente llegada de la revolución mexicana. Tratando de ocultarse, y utilizando varias identidades, la joven conocerá a un intrépido bandido que a pesar de su mala reputación, posee buenos sentimientos; y que al igual que ella ha sido víctima de su destino. Entonces la mujer conocerá lo dulce del amor así como lo amargo de la desilusión y la traición. Ella deberá confiar a ojos cerrados en el bandolero, ignorando que no solo su integridad pueda estar en riesgo, sino sus más profundos sentimientos. Ambos se verán enfrentados en una extraña encrucijada: a veces al pelear por un corazón, se puede terminar matando al amor. Así que sólo quien pueda ser honesto con el otro podrá entender que no es lo mismo amar que se amado.
Después de vivir una infancia difícil y un pasado lleno de sinsabores, la joven Claridad Domeq convertida en un dama fina y elegante, deberá regresar a su pueblo natal para intentar salvar a su hermano. Será durante su estancia en México, situada en plena revolución, que el mundo de la joven se cimbrará por completo; pues se verá en la incómoda situación de enamorar a un joven millonario como parte del plan de rescate de su hermano. De esta manera ella aprenderá de la manera más dura que con el amor no se juega, ya que quien se vea involucrado en tal argucia terminará perdiendo más de la cuenta y de qué manera. Así que colocada entre la culposa pasión y la obligación y el deber, la mujer jugará con una filosa espada que la mantendrá contra la pared en todo momento; y serán sólo sus principios y su lealtad a su palabra, las únicas armas para salir triunfante y lograr su cometido.
El movimiento alzado de 1910 en México, no sólo traerá la liberación de un pueblo, sino la transformación de una niña en mujer al conocer por primera vez el amor. En el camino de la vida como en el del amor, ningún corazón por muy inocente e inexperto que sea, podrá salir sin sufrir ninguna herida o tropiezo. Esto lo aprenderá la joven Alameda Gómez que tras un pequeño error con un vestido, terminará dándole un giró radical a su vida; aprendiendo del amor y sus jugarretas. Ella al lado de un altivo, acaudalado y joven abogado, reconocerá que el amor llega sin avisar, sin esperarlo; para aclarar el camino, quitar vendas de los ojos o para estrujar el corazón de las maneras más inimaginables posibles. Para ella el amor tendrá un sólo rostro, un sólo motivo; y será ese mismo sentimiento lo que la hará doblegarse y jurar lealtad a quien en un inició creyó un monstruo, para descubrir después lo que el corazón de ese hombre encierra. Esto hará a la joven cuestionarse si es su amor suficiente para salvar a ese hombre de su trágico destino.
La joven Flores Oviedo aprenderá de la vida en medio de un tiempo difícil, convulso y revolucionario tanto para ella como para su propio país. Su inocencia así como su inexperiencia la llevarán a sufrir en el amor por esta misma razón. Sólo su valor y templanza serán sus compañeras en una época tan cruel e intempestiva. La joven descubrirá sus sentimientos siendo una niña, y deberá aferrarse a ese amor, a su recuerdo y a una endeble promesa de espera, para poder sobrevivir al caos imperante que la revolución mexicana ha provocado. Así mismo la vida la llevará a enfrentarse al amor, que insiste en presentársele con diferentes rostros, haciéndola vacilar sobre continuar manteniendo viva la esperanza de que su primer amor, su amor de infancia regrese por ella. Las pruebas para la joven serán duras, y la tentación tan implacable que terminará cuestionándose, si el amor no será tan sólo la fantasía de una adolescente necesitada de un poco de cariño; y si es el amor verdadero capaz de superar la prueba del tiempo y esperar por siempre.
Lenny era el hombre más rico de la capital. Estaba casado, pero su matrimonio no tenía amor. Accidentalmente tuvo una aventura de una noche con una extraña, por lo que decidió divorciarse de su esposa y buscar a la chica con la que se acostó. Juró casarse con ella. Meses después del divorcio, descubrió que su esposa estaba embarazada de siete meses. ¿La mujer lo engañó? Scarlet estaba buscando a su esposo, pero, por error, los dos pasaron una noche apasionada. Sin saber qué hacer, se escapó presa del pánico, pero luego descubrió que estaba embarazada. Justo cuando estaba lista para explicar lo que le había sucedido a su esposo, este le pidió el divorcio. ¿Descubriría Lenny que la extraña chica con la que se había acostado era en realidad su esposa? Más importante aún, ¿su matrimonio sin amor mejoraría o empeoraría?
Traicionada por su pareja y su hermanastra en la víspera de su boda, Makenna fue entregada a los despiadados príncipes licántropos como amante, pero su propio padre ignoró su difícil situación. Decidida, ella intentó escapar y buscar venganza, pero, sin darse cuenta, captó el interés de los tres príncipes licántropos, que la deseaban en exclusiva entre muchas admiradoras. Esto complicó sus planes, atrapándola y convirtiéndola en rival de la futura reina licántropa. Enredada en deseo y celos, ¿podría Makenna lograr su venganza en el intrincado baile con los tres príncipes?
Se suponía que era un matrimonio de conveniencia, pero Carrie cometió el error de enamorarse de Kristopher. Cuando llegó el momento en que más lo necesitaba, su marido estaba en compañía de otra mujer. Carrie ya estaba harta. Decidió divorciarse de Kristopher y seguir adelante con su vida. Sin embargo, solo cuando ella se marchó, Kristopher se dio cuenta de lo importante que era ella para él. Ante los innumerables admiradores de su exesposa, Kristopher le ofreció 20 millones de dólares y le propuso de nuevo: "Casémonos de nuevo".
Después de que Ellie recuperara su verdadera identidad, se encontró en un inesperado matrimonio con el Sr. Thorpe, un hombre lisiado que era despreciado por todos. Su exnovio infiel aguardaba su arrepentimiento, mientras los demás la miraban con sorna. Sin embargo, para Ellie, su aclamado bar no era más que un proyecto secundario. Su vasta colección de joyas parecía trivial. Los mejores diseñadores estaban a su disposición. Poseía autos de lujo, grandes mansiones e incluso islas privadas. Tenía el poder de ganar prestigiosos premios y vengarse de su infiel ex y de la amante descarada de este. No obstante, para los extraños, su vida parecía aburrida, ensombrecida por la discapacidad de su marido. Un día, el Sr. Thorpe se levantó de su silla de ruedas, incapaz de mantener la fachada por más tiempo. "Ya no puedo seguir fingiendo. Mi mujer es demasiado extraordinaria", declaró. Ellie, con las manos en la cintura y los dientes apretados, se enfrentó a él: "¿Y el divorcio que prometiste?". Tocándole suavemente el vientre ligeramente abultado, el Sr. Thorpe respondió en voz baja: "¡En tus sueños!".
Los rumores decían que Lucas se había casado con una mujer poco atractiva y sin antecedentes. En los tres años que estuvieron juntos, se mantuvo frío y distante con Belinda, que aguantó en silencio. Su amor por él la obligó a sacrificar su autoestima y sus sueños. Cuando el primer amor de Lucas reapareció, Belinda se dio cuenta de que su matrimonio era una farsa desde el principio, una estratagema para salvar la vida de otra mujer. Entonces firmó los papeles del divorcio y se marchó. Tres años después, Belinda regresó convertida en un prodigio de la cirugía y una maestra del piano. Perdido en el arrepentimiento, Lucas la persiguió bajo la lluvia y la abrazó con fuerza: "Eres mía, Belinda".
Durante dos años, Bryan solo vio a Eileen como asistente. Ella necesitaba dinero para el tratamiento de su madre, y él pensó que ella nunca se iría por eso. A él le pareció justo ofrecerle ayuda económica a cambio de sexo. Sin embargo, Bryan no esperaba enamorarse de ella. Eileen se enfrentó a él: "¿Amas a otra persona y siempre te acuestas conmigo? Eres despreciable". En cuanto ella firmó los papeles del divorcio, él se dio cuenta de que era la misteriosa esposa con la que se había casado seis años atrás. Decidido a recuperarla, Bryan la colmó de afecto. Cuando otros se burlaban de sus orígenes, él le dio toda su riqueza, feliz de ser el marido que la apoyaba. Eileen, que ahora era una célebre CEO, lo tenía todo, pero Bryan se encontró perdido en otro torbellino...