POV'S MÍA
-¿Ella te gusta verdad? -pregunté luego de verle sonreír a su teléfono cuando cortó la llamada con ella.
-¿De qué estás hablando? -preguntó Álvaro, mi gran amigo de toda la vida y el hombre del que estaba locamente enamorada desde mucho tiempo atrás.
-Te gusta como mujer -expliqué-... está bien, solo dilo.
-Sí -dijo luego de sonreír apenado-, ella me gusta.
-Yo lo sabía -señalé fingiendo sonreír y, tras verlo reaccionar cuando alguien pronunció su nombre, me alejé de él.
» Nos vemos luego... idiota -dije tras unos cuantos pasos, sin dejarle ver mis lágrimas, y me eché a correr.
De verdad que ya lo sabía, yo conocía a Álvaro desde bastante tiempo atrás, el tiempo suficiente como para descifrar sus sentimientos gracias a su cara y a su voz, con sus miradas y gestos, así que no era difícil adivinar lo que sentía por ella.
Y aun así me negué a creerlo, y es que, ¿a quién, amando a alguien, le gustaría saber que él ama a alguien más?
» Hace tanto tiempo que me conoces y no sabes descifrar los míos, Varo idiota -refunfuñé entre lágrimas cuando al fin me calmé un poco.
-Muy idiota si es quien te hizo llorar -dijo mi mejor amigo en todo el mundo, y el hermano menor de mi amor imposible.
-¡Tavo! -exclamé sorprendida y se lo comuniqué intentando que jugara conmigo en lugar de preocuparse por mí-... me sorprendiste, zonzo.
-¿Estás bien, Mía? -cuestionó él ignorando la forma burlona en que terminé mi última frase.
-¿Me veo bien? -cuestioné rindiéndome a él, quien difícilmente dejaba pasar las cosas conmigo.
-Te sorprenderías -soltó jugando luego de acercarse a mí para abrazarme-, pero hasta llorando te vez realmente bien. A ti lo hermosa no se te quita
-Zalamero.
-¿Qué te hizo mi hermano ahora?
-Ahora nada, esto es desde hace tanto tiempo, es solo que hoy no amanecí para aguantar sus despistes, solo eso.
-¿Por qué amas tanto a Álvaro?
-No lo sé... solo sé que lo amo y ahora sé que él no me ama a mí, la ama a ella.
-Pero ella se va a ir, tienes un chance. Ámalo hasta que te ame y, así, cuando ella vuelva, el será completamente tuyo.
-Eso suena a que es un buen plan -dije-, pero no creo que funcione, así que mejor no.
Octavio no me sonrió, a pesar de que terminé sonriéndole, y mi falsa sonrisa desapareció cuando si mirada llena de pena me acarició el rostro.
» ¿Sabes Tavo? -hablé de nuevo tras suspirar- lo que sigue va a ser malo para los dos.
-¿Por qué lo dices?
-Porque soy la mejor amiga, la incondicional que va a escucharle llorar y va a consolarlo sin importar que me esté haciendo pedazos el alma sus lloriqueos. ¿Por qué lo aguanto?
-Bueno, siempre has sido un poco masoquista -dijo mi mejor amigo, provocándome sonreír, no feliz, pero de verdad.
-Claro que no -refuté negando con mi cabeza y el hizo un sonido afirmando lo que había dicho-. Cómo sea -continué-, al menos te tengo a ti. Tú serás mi mejor amigo siempre, ¿verdad?
-Justo cómo tú serás siempre la mejor amiga de Álvaro -indicó burlonamente, haciéndome un poco de ese daño que regularmente me administraba quién sabe por qué.
-¿Sabes? Eres un mejor amigo bastante cruel, Octavio -señalé y él me hizo un gesto raro con la nariz que me encantaba tanto que solo perdoné su crueldad-. Me voy, la fiesta de despedida dará inicio y yo debo practicar mi sonrisa.