Sus amigas la ayudaron a superar todo, la traición más baja que pudo recibir de parte del ser que más había amado; su esposo. Gil, sugirió hablar y perdonar, Connie sacó su arma y apuntandolo le amenazó. Ahora, un año después era una mujer divorciada, a la que le encantaba divertirse y compartir con sus amigas. Pero un nuevo integrante de la empresa donde trabaja, está por cambiarle la vida. Es irresistiblemente sexy. Debería ser ilegal ser tan guapo. Ella está decidida a conservar su libertad e independencia. Él está dispuesto a provocarla hasta lograr que se olvide de su propio nombre. PROVÓCAME, es una historia que te llevara a conocer grandes sentimientos. Pasión, amor, dolor, y amistad. No dejes de disfrutarla.
Rita, terminó de preparar el desayuno y consultó nuevamente el reloj, eran las seis cuarenta y cinco. ¡Oh no! Si no se apresuraba, llegaría sumamente tarde al trabajo, no sabía si Adam estaría de humor hoy para tolerar retardos. Cambiaba de humor constantemente, así que era bastante difícil de predecir, estiró su falda tubo, planchando unas inexistentes arrugas, luego se dirigió a la habitación, Michaell no trabajaría hoy, era su día libre, sin embargo debía despedirse de él, y recordarle que el desayuno estaba listo.
Lo encontró durmiendo plácidamente, su bello rostro descansando sobre la suave almohada, se veía tan dulce, era imposible no adorarlo. Después de siete años de matrimonio lo seguía amando como el primer día, se había sentido afortunada de tenerle, compartir su vida junto a él era una hermosa bendición. Quizás había llegado el momento de darle hijos y tener a una hermosa pandilla de niños corriendo por la casa.
Se subió a la cama y dejó un beso sobre la mejilla, luego otro en la frente, en cada parpado, en la punta de la nariz, él comenzó a moverse y a sonreír de lado.
-Adoro que me despiertes- susurró con tono adormilado.
-Yo adoro verte dormir, mi amor- le besó la mejilla con cariño y él la abrazó atrayéndola hacia él.
-Arrugarás mi ropa, cariño- dijo entre risas- y debo marcharme porque llegaré tarde. Pero esta tarde cuando llegue te compensaré con intereses – su ronca voz seductora lo hizo estremecerse.
-Te esperaré con ansias.
-Ahora debo marcharme mi amor, tu desayuno está listo, te preparé café y en la nevera hay zumo de naranja.
-Eres la mejor- le besó la mejilla con cariño.
-Ahora me voy- se giró para marcharse y cuando se levantaba Michaell azotó con cariño sus glúteos, Rita rió- no hagas eso, cariño- se puso en pie- nos veremos esta tarde- le arrojó un beso y se marchó apresuradamente.
A pesar de apresurarse todo lo que pudo, llegó diez minutos tardes. Afortunadamente Adam estaba reunido, así que no notó su ausencia, se fue inmediatamente a su oficina y comenzó a trabajar en los pendientes, un terrible dolor de cabeza comenzaba a formarse, aquello no le agradaba, ya que sufría de constantes migrañas, así que se tomó dos aspirinas y se dedicó a trabajar.
A media mañana el dolor no había disminuido. Todo lo contrario, estaba sumamente fuerte, Rita supo que en parte se debía a que no había desayunado, pero le había sido imposible, en casa solo tomó jugo de manzana, pero al llegar a la empresa y el malestar comenzó a incomodarla fue imposible comer, además la cantidad de números y cuentas, no ayudaban para nada.
Su reloj marcaba las once quince, cuando ya no lo soportó más, debía ir a casa tomar más analgésicos y acostarse con un antifaz sobre sus ojos, eso calmaría su migraña. Pobre Michaell, le había prometido una tarde de pasión y ahora esos planes se habían venido abajo.
Llamó a la puerta de Adam, y su sexy voz le indicó que podía pasar.
-Hola Rita, ¿cómo estás?, ¿En qué te puedo ayudar?
-La verdad es que no me siento nada bien Adam, sé que estamos a mitad de semana, pero necesito una licencia, me ataca nuevamente la migraña y si no descanso empeorará mucho.
-¿Vino tu asistente?
-Sí.
-Entonces no hay problema, vete a casa, cariño y descansa. Avísame como sigues, no hay nada importante hasta la reunión del lunes, si crees necesario tener que extender la licencia, por mí no hay problema.
-Muchas gracias Adam, valoro mucho ese gesto. Espero para mañana sentirme mucho mejor.
-Bien. Que te mejores Rita.
-Gracias- y sin nada más que agregar, se marchó a su casa.
Todo el trayecto fue una tortura, su cabeza no paraba de zumbar y ella anhelaba desesperadamente la medicina y el descanso que tanto necesitaba para encontrar el alivio que le hacía falta. Estacionó el coche y sin pensarlo entró a su casa. Al llegar a la cocina pudo fijarse en que Michaell había dejado los platos sucio
Seguramente estaría durmiendo nuevamente. Durante los días libres solía quedarse en casa descansando. Se encaminó a la habitación y encontró la puerta entreabierta, unos profundos gemidos de placer llenaban la habitación.
El corazón de Rita se aceleró y su cabeza zumbó con más fuerza.
Sí. Eran gemidos, no había lugar a dudas.
Entró a la habitación y se quedó pasmada ante la escena. Su marido estaba en la cama con otra mujer.
La rubia cabellera se extendía por la cama, su boca se abría para dejar escapar los agudos gemidos de placer. Sus piernas completamente abiertas para recibir las fuertes embestidas que Michaell le dedicaba. Esa rubia era la maldita secretaria de Michaell.
Aquella misma zorra que se revolcaba de placer sobre sus sábanas, en su propia cama, en la misma que dormía con su marido. En la misma cama que ellos habían hecho el amor la noche anterior, la misma cama que habían compartido por tanto tiempo.
-Supongo que no me esperabas temprano, Michaell.
El aludido salto de la cama intentando cubrir su desnudez. Aquella rubia oxigenada la miraba entre asombrada y complacida.
-Rita. . .- su voz temblorosa llegó a sus oídos generando que su migraña se incrementara más, si era posible- Rita, puedo explicarlo.
-No hay nada que explicar Michaell, te revuelcas con la zorra de tu secretaria. ¿eso tiene explicación?- aquella mujer se había cubierto con las sabanas. Rita quería llorar, gritar y desmoronarse allí mismo. Pero no, no les daría el gusto.
-Rita. . .
-Espero que para hoy en la tarde, todas tus cosas estén fuera de mi casa.
-No, cariño. . . – intentó acercarse a ella. Pero Rita giró sobre sus talones, extendiendo toda su estatura, sus finos tacones repiqueteaban sobre el suelo de madera, y así sin siquiera derramar una lágrima o dejar escapar un sollozo, salió de la casa y subió al coche.
Le dio vida al motor y se alejó, con su cabeza amenazando con explotar.
¿A dónde debía ir?
Se sentía perdida y completamente desorientada. Su matrimonio era una absurda mentira, necesitaba conversar con alguien. Cuando estuvo lejos de la casa, se estacionó y sacó su móvil, al tercer repique fue atendido.
-¡Rita Cariño!
-Connie- hizo su mayor esfuerzo por no comenzar a sollozar- necesito verte.
-Bien nena, puedo pasar a recogerte a tu trabajo a la hora de salida.
-Connie, necesito verte, ahora- casi gimió.
-Bien, bien nena. Me preocupas, te escuchas como si te estuvieses controlando. ¿Todo está bien?
-¡Con un demonio Connie, necesito verte!- gritó.
-Estoy en casa, cariño. Dime dónde estás y paso por ti.
-No hace falta, ya mismo voy para allá.
********
Rita, terminó de preparar el desayuno y consultó nuevamente el reloj, eran las seis cuarenta y cinco. ¡Oh no! Si no se apresuraba, llegaría sumamente tarde al trabajo, no sabía si Adam estaría de humor hoy para tolerar retardos. Cambiaba de humor constantemente, así que era bastante difícil de predecir, estiró su falda tubo, planchando unas inexistentes arrugas, luego se dirigió a la habitación, Michaell no trabajaría hoy, era su día libre, sin embargo debía despedirse de él, y recordarle que el desayuno estaba listo.
Lo encontró durmiendo plácidamente, su bello rostro descansando sobre la suave almohada, se veía tan dulce, era imposible no adorarlo. Después de siete años de matrimonio lo seguía amando como el primer día, se había sentido afortunada de tenerle, compartir su vida junto a él era una hermosa bendición. Quizás había llegado el momento de darle hijos y tener a una hermosa pandilla de niños corriendo por la casa.
Se subió a la cama y dejó un beso sobre la mejilla, luego otro en la frente, en cada parpado, en la punta de la nariz, él comenzó a moverse y a sonreír de lado.
-Adoro que me despiertes- susurró con tono adormilado.
-Yo adoro verte dormir, mi amor- le besó la mejilla con cariño y él la abrazó atrayéndola hacia él.
-Arrugarás mi ropa, cariño- dijo entre risas- y debo marcharme porque llegaré tarde. Pero esta tarde cuando llegue te compensaré con intereses – su ronca voz seductora lo hizo estremecerse.
-Te esperaré con ansias.
-Ahora debo marcharme mi amor, tu desayuno está listo, te preparé café y en la nevera hay zumo de naranja.
-Eres la mejor- le besó la mejilla con cariño.
-Ahora me voy- se giró para marcharse y cuando se levantaba Michaell azotó con cariño sus glúteos, Rita rió- no hagas eso, cariño- se puso en pie- nos veremos esta tarde- le arrojó un beso y se marchó apresuradamente.
A pesar de apresurarse todo lo que pudo, llegó diez minutos tardes. Afortunadamente Adam estaba reunido, así que no notó su ausencia, se fue inmediatamente a su oficina y comenzó a trabajar en los pendientes, un terrible dolor de cabeza comenzaba a formarse, aquello no le agradaba, ya que sufría de constantes migrañas, así que se tomó dos aspirinas y se dedicó a trabajar.
A media mañana el dolor no había disminuido. Todo lo contrario, estaba sumamente fuerte, Rita supo que en parte se debía a que no había desayunado, pero le había sido imposible, en casa solo tomó jugo de manzana, pero al llegar a la empresa y el malestar comenzó a incomodarla fue imposible comer, además la cantidad de números y cuentas, no ayudaban para nada.
Su reloj marcaba las once quince, cuando ya no lo soportó más, debía ir a casa tomar más analgésicos y acostarse con un antifaz sobre sus ojos, eso calmaría su migraña. Pobre Michaell, le había prometido una tarde de pasión y ahora esos planes se habían venido abajo.
Llamó a la puerta de Adam, y su sexy voz le indicó que podía pasar.
-Hola Rita, ¿cómo estás?, ¿En qué te puedo ayudar?
-La verdad es que no me siento nada bien Adam, sé que estamos a mitad de semana, pero necesito una licencia, me ataca nuevamente la migraña y si no descanso empeorará mucho.
-¿Vino tu asistente?
-Sí.
-Entonces no hay problema, vete a casa, cariño y descansa. Avísame como sigues, no hay nada importante hasta la reunión del lunes, si crees necesario tener que extender la licencia, por mí no hay problema.
-Muchas gracias Adam, valoro mucho ese gesto. Espero para mañana sentirme mucho mejor.
-Bien. Que te mejores Rita.
-Gracias- y sin nada más que agregar, se marchó a su casa.
Todo el trayecto fue una tortura, su cabeza no paraba de zumbar y ella anhelaba desesperadamente la medicina y el descanso que tanto necesitaba para encontrar el alivio que le hacía falta. Estacionó el coche y sin pensarlo entró a su casa. Al llegar a la cocina pudo fijarse en que Michaell había dejado los platos sucio
Seguramente estaría durmiendo nuevamente. Durante los días libres solía quedarse en casa descansando. Se encaminó a la habitación y encontró la puerta entreabierta, unos profundos gemidos de placer llenaban la habitación.
El corazón de Rita se aceleró y su cabeza zumbó con más fuerza.
Sí. Eran gemidos, no había lugar a dudas.
Entró a la habitación y se quedó pasmada ante la escena. Su marido estaba en la cama con otra mujer.
La rubia cabellera se extendía por la cama, su boca se abría para dejar escapar los agudos gemidos de placer. Sus piernas completamente abiertas para recibir las fuertes embestidas que Michaell le dedicaba. Esa rubia era la maldita secretaria de Michaell.
Aquella misma zorra que se revolcaba de placer sobre sus sábanas, en su propia cama, en la misma que dormía con su marido. En la misma cama que ellos habían hecho el amor la noche anterior, la misma cama que habían compartido por tanto tiempo.
-Supongo que no me esperabas temprano, Michaell.
El aludido salto de la cama intentando cubrir su desnudez. Aquella rubia oxigenada la miraba entre asombrada y complacida.
-Rita. . .- su voz temblorosa llegó a sus oídos generando que su migraña se incrementara más, si era posible- Rita, puedo explicarlo.
-No hay nada que explicar Michaell, te revuelcas con la zorra de tu secretaria. ¿eso tiene explicación?- aquella mujer se había cubierto con las sabanas. Rita quería llorar, gritar y desmoronarse allí mismo. Pero no, no les daría el gusto.
-Rita. . .
-Espero que para hoy en la tarde, todas tus cosas estén fuera de mi casa.
-No, cariño. . . – intentó acercarse a ella. Pero Rita giró sobre sus talones, extendiendo toda su estatura, sus finos tacones repiqueteaban sobre el suelo de madera, y así sin siquiera derramar una lágrima o dejar escapar un sollozo, salió de la casa y subió al coche.
Le dio vida al motor y se alejó, con su cabeza amenazando con explotar.
¿A dónde debía ir?
Se sentía perdida y completamente desorientada. Su matrimonio era una absurda mentira, necesitaba conversar con alguien. Cuando estuvo lejos de la casa, se estacionó y sacó su móvil, al tercer repique fue atendido.
-¡Rita, Cariño!
-Connie- hizo su mayor esfuerzo por no comenzar a sollozar- necesito verte.
-Bien nena, puedo pasar a recogerte a tu trabajo a la hora de salida.
-Connie, necesito verte, ahora- casi gimió.
-Bien, bien nena. Me preocupas, te escuchas como si te estuvieses controlando. ¿Todo está bien?
-¡Con un demonio Connie, necesito verte!- gritó.
-Estoy en casa, cariño. Dime dónde estás y paso por ti.
-No hace falta, ya mismo voy para allá.
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Ámbar Hobbs, está experimentando un momento caótico en su vida, ha perdido a su novio, su mejor amiga se ha mudado a otro país, acaba de perder su empleo... ¡Todo parece ir de mal en peor! Desesperada busca aliviar sus penas entrando a aquella iglesia... sentada en un banco, allí en aquel ambiente religioso, se entrega a las lágrimas, suplicando que todo comience a mejorar... Pero al observar a aquel endiabladamente sexy sacerdote, un deseo nada religioso nace en su interior, su mente y su cuerpo se han puesto de acuerdo rogándole que se entregue a la lujuria, y que corrompa a aquel hombre de Dios... —¡Padre, he pecado, no dejo de soñar y pensar en sus manos sobre mi cuerpo! Samuel Thompson, nunca ha dudado de su fé... hasta ahora. —¡Perdoname Dios mío, he pecado!
Ella, es dulce y amable. Él, es frío y arrogante. Estar con ella es experimentar el cielo, pero él solo conoce el infierno. Ella lucha por ser luz, él quiere que su oscuridad la seduzca. Ella lucha por sobrevivir a la vida, él quiere llevarla a su mundo. Gillian Warren, es una joven dulce, tierna, tímida y razonable, está llena de sueños y grandes anhelos; sueña con el romance, el amor verdadero, la vida tranquila y los finales felices, encuentra todo eso en John, está segura de que su vida con él será hermosa y perfecta, aunque sus amigas digan lo contrario, ella quiere creer en el instinto de su familia que adora a John desmedidamente. John Dillard, es un dulce bibliotecario que adora a Gillian y está perdidamente enamorado de ella, él está seguro de que ambos serán dichosos y está completamente comprometido en hacerla feliz cada día que estén juntos. Su relación avanza bastante bien y cree que pronto podrá hacer la gran propuesta. Pero la vida de ambos está por cambiar, cuándo un hombre misterioso y de apariencia peligrosa se cruce en sus vidas. Sebástian Bentzell, es un hombre arrogante, frío y muy poderoso. Muchas, han sido las mujeres que conocen su cama, pero ninguna ha llegado a su alma, y si alguna lograra hacerlo, seguramente se asustaría al descubrir que su alma es tan negra como puede ser su humor. Su vida ha sido marcada por el constante dolor y no sabe cómo reponerse a ello, sus demonios le atormentan. No conoce de amor, ni de ternura, ni de tiernas caricias. Desde que conoció a aquella pelirroja, sus hermosos y grandes ojos verdes atormentan sus noches, no puede tolerarlo un día más y está dispuesto a seducirla. Su timidez lo hechiza, su dulzura lo tienta, su candidez lo enloquece. Su oscuridad debería sentirse amenazada ante tanta luz, pero la verdad es que se siente atraído con desesperación hacía ella, algo que nunca había sentido anteriormente y a lo que no está dispuesto a renunciar. Ella deseaba un príncipe, pero, él era un demonio.
Alondra Meyer, quiere venganza. Ella solía ser una joven empresaria que estaba perdidamente enamorada de su prometido pero, Paul está por destrozarle el corazón, la traición llamará a su puerta y la llevará a convertirse en una persona completamente diferente, herida en su ego, se convertirá en un ser despiadado, con la creciente necesidad de venganza Paul Smith, está por perderlo todo, su verdugo se vestirá de sensualidad y pasión, mostrándole que para saldar la deuda de dolor que adquirió, debe sufrir y tocar fondo, sin derecho a redención, ni perdón, Alondra desea verlo humillado y destruido. Elías Becker, un hombre poderoso, influyente, apasionado, que en un viaje de negocios conocerá a la mujer que revolucionará sus hormonas. Elías llegará a cambiar la vida de Alondra Meyer para mostrarle que la venganza y el odio, nunca es más fuerte que el amor.
Bienvenidos al 5to libro de la serie AMORES ORIENTALES. (Esta es la historia de Zashirah). Zashirah, es la mayor de las gemelas Mubarack Cooper, siempre ha sido la princesa de las que todos se enorgullecen, buena, noble y preocupada por su reino, también ha sido bendecida por Alá, no solo con el don de la belleza, sino con muchos talentos. Pero no todo es color de rosa, Zashirah sufre en silencio por la ausencia de su amor, ahora él ha regresado a Norusakistan, y la princesa quiere al fin poder disfrutar del amor de su infancia, y al fin poder cumplir esa promesa que Shemir le hizo siendo solo un niño, Sin embargo Zashirah se topa con la novedad que Shemir ha olvidado su promesa y dice que todo lo que vivieron fueron solo cosas de niño. ¿Cómo puede superar Zashirah su rechazo?
No se puede huir de pasado. . . No se puede huir del Amor. . . No se puede huir del Destino. . . No se puede huir de un marido griego. . . Kate Walker, no pudo resistirse a sus encantos, en cuanto aquel hombre la mirò supo que estaría perdida, poco le importaban las diferencias existentes, y que el mundo entero se opusiera, ella estaba dispuesta a amarlo y demostrarle a todos que su prematuro matrimonio podía dar buenos frutos. Lo dejó todo por él; su casa, su familia, sus amigos, su recién adquirida carrera universitaria, su idioma… todo sacrificio era aceptable para estar con él, tras cinco largos años de matrimonio, Alexei la ha engañado o al menos eso es lo que ella cree, decide huir de Grecia, nuevamente abandonando todo tras ella, pero Alexei Di`Arcangelo, no esta dispuesto ha perder a la mujer que ama y ha regresado para recuperarla.
Sí, acepto su propuesta señor Harrison. Aquellas palabras terminarían por cambiar su vida. Él, le ofrece un contrato matrimonial por dos años, pero ella... ella quiere un amor para siempre. Gianna Santos, siempre ha sido buena, dulce y cariñosa, tiene grandes sueños en la vida, pero sin dudar, la mayor de sus aspiraciones es casarse con su novio y tener una vida tranquila, viajando al rededor del mundo, conociendo los lugares más exóticos junto al ser que ama. Gianna, tiene la sospecha de que pronto recibirá una propuesta de matrimonio, pero nada más alejado de la realidad, porque todo está por venirse abajo. Alexander Harrison, es un reconocido empresario, famoso por ser tajante en los negocios, implacable director de Harrison Corporation, y el dueño del corazón de la hermosísima Adara Black, una despampanante modelo que ha logrado enamorarlo con su dulzura, encanto y sus maravillosas curvas. El destino está por hacer de sus jugarretas, y juntar de manera inesperada, la vida de una huérfana que sufre y un CEO en apuros, con sed de venganza, ella necesita huir, él necesita una esposa, un contrato les dará la salida a sus problemas, dos años de matrimonio y luego el divorcio, pero, ¿Qué ocurrirá cuándo el amor traspase la frontera de los límites legales?, se supone que es un matrimonio con fecha de caducidad pero, Gianna quiere un amor para siempre, quiere decir; Sí, acepto, pero esta vez, para toda la vida.
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Capítulo 1 ENGAÑO
01/11/2022
Capítulo 2 UNA RUBIA LOCA, PERO FIEL
01/11/2022
Capítulo 3 ¿VAS A PERDONARLO
01/11/2022
Capítulo 4 HEY RUBIA, GUARDA LA PISTOLA
01/11/2022
Capítulo 5 HUGH SCOTT
01/11/2022
Capítulo 6 ¡CÓDIGO AMARILLO!
01/11/2022
Capítulo 7 CÓDIGOS
01/11/2022
Capítulo 8 ¡ESTÁ QUE ARDE!
01/11/2022
Capítulo 9 ¿SE PUEDE SABER A QUÉ JUEGAS
01/11/2022
Capítulo 10 INTENTO PROVOCARTE
01/11/2022
Capítulo 11 EL PASADO VUELVE
01/11/2022
Capítulo 12 PROVÓCAME
01/11/2022
Capítulo 13 REUNIÓN FEMENINA
01/11/2022
Capítulo 14 LO MATARÉ
01/11/2022
Capítulo 15 NO ME TOQUES, NUNCA MÁS
01/11/2022
Capítulo 16 ¡ES MI MUJER!
01/11/2022
Capítulo 17 NO ESTOY ENAMORADO
01/11/2022
Capítulo 18 SI CONNIE NO LO MATA PRIMERO
01/11/2022
Capítulo 19 CENA CON UN HOMBRE GUAPO
01/11/2022
Capítulo 20 PLACER FRUSTRADO
01/11/2022
Capítulo 21 HACE MUCHO DEJÉ DE NEGARME
01/11/2022
Capítulo 22 ¿VIAJE JUNTOS
01/11/2022
Capítulo 23 NO HAY NADA DE MALO EN ESO
01/11/2022
Capítulo 24 TÚ ME AMAS
01/11/2022
Capítulo 25 SOY DÉBIL
01/11/2022
Capítulo 26 RUBIOS PROBLEMAS
01/11/2022
Capítulo 27 ¿TÚ LE AMAS
01/11/2022
Capítulo 28 SUYO
01/11/2022
Capítulo 29 FALSA PROMETIDA
01/11/2022
Capítulo 30 DOS ALMAS DESTINADAS
01/11/2022
Capítulo 31 SIEMPRE LO ARRUINO TODO
01/11/2022
Capítulo 32 CONVENCIDO DE SUS SENTIMIENTOS
01/11/2022
Capítulo 33 YO. . . LO AMO
01/11/2022
Capítulo 34 NECESITAS CONFIAR EN ÉL
01/11/2022
Capítulo 35 ¿QUÉ DIABLOS ES ESO
01/11/2022
Capítulo 36 ELLA NO VENDRÁ
01/11/2022
Capítulo 37 SI LA TOCAS, TE MATO.
01/11/2022
Capítulo 38 NO LLORES
01/11/2022
Capítulo 39 ¿POR QUÉ ME TRAICIONAS, GIL
01/11/2022
Capítulo 40 TENGO MEJOR HUMOR QUE NUNCA
01/11/2022