Los Ferrer, han Sido siempre conocidos como una familia prestigiosa y de buenas raíces, es la familia en la que muchos padres desean ver a sus hijas, y así había sido siempre, hasta que el patriarca cometió un error. Maximiliano Ferrer, conocido por sus amigos y familiares cercanos, solo como Max, ha estado perdidamente enamorado de los mismos ojos desde que tiene memoria, su corazón, su alma y su piel, tienen dueña. Desde niño la amo, adoró su alegría, su sonrisa, la textura de su piel, la delicada frescura de su cuerpo, el olor de su cabello, amaba todo de ella, así que no dudo en realizar su propuesta; "Quiero ser tu esposo Renata, no hay nada que desee más", Renata lo aceptó y su corazón se llenó de dicha, pero la felicidad le había durado muy poco, la separación llegó de forma repentina y sin poder ser evitada, dejando dos corazones desechos por el duro peso de la distancia. Pero ambos habían hecho la promesa de que su amor, sería más fuerte. Renata Evans, solo ha amado a un hombre en toda su vida, el chico que llena sus días de alegría y sus noches de hermosos sueños. Cuando la tan anhelada propuesta llegó, sus ojos se habían llenado de lágrimas de felicidad y aceptando se arrojó a sus brazos para besarle. Un viaje repentino la expulsa de su lado, con la firme promesa de mantener su juramento de amor, tiene una enorme necesidad en su corazón; que el amor que comparten sea tan fuerte como para poder soportar los años de separación que se avecinan. ¿Podrá sostener sus promesas de amor perpetuo y fidelidad, o, será el olvido más fuerte que el amor?
Maximiliano Ferrer, era el chico más adorable que muchos hubiesen visto, todo el que lo conocía quedaba prendado de su hermosura y la ternura que irradiaba, eran el primogénito de los Ferrer, el orgullo de su padre, la adoración de los ojos de su madre, protegido amado, había sido el niño anhelado, el hijo que siempre habían querido. Un niño hermoso de ojos oscuros y sonrisa encantadora, con solo ocho años demostraba lo hermoso que sería cuando se convirtiera en un hombre.
Su padre lo había adorado desde el mismo instante en que lo vio por primera vez, su madre lo había amado desde que supo que estaba en su vientre, para ellos no había nada más gratificante que verlo correr por la casa.
Edwar Evans, era un padre soltero, estaba atravesando la peor etapa de su vida que consistía en superar la terrible y prematura perdida de su adorada esposa, por desgracia solo habían tenido una niña, la pequeña Renata, era una niña preciosa, hermosa cabellera negra como el ébano, cejas tan oscuras como una noche sin luna, y unos ojos muy peculiares, los cuales había heredado de su madre, eran azules, un azul muy intenso que en la oscuridad y con el reflejo de alguna luz parecían violetas. Esos ojos eran el asombro de muchos y la admiración de otros.
Los Evans y los Ferrer, eran vecinos cercanos, y Dada la dura situación de Edwar, criando solo a su pequeña niña, los Ferrer solían invitarle a pasar muchas horas con ellos, lo cual había despertado y alimentado una fuerte unión entre la única hija de Edwar Evans y el primogénito de los Ferrer, eran muy unidos y disfrutaban de las tardes corriendo en el hermoso y bien cuidado jardín, como en aquel preciso instante, en el que juntos jugaban y se divertían. Él parecía adorarla, hablaba de ella todo el tiempo, sus ojos brillaban al contar las aventuras que llevaban a cabo en el jardín, lo hermoso de su rostro o esos impresionantes ojos violeta, el trío de padres estaban felices al ver lo bien que la pasaban juntos. A la dulce Renata no le era indiferente las atenciones del niño y parecía disfrutar de cada detalle, ella sonreía cada vez que él la recibía y juntos corrían agarrados de manos al jardín.
-¡Max, Max!- Renata, reía alegre mientras él la correteaba por el jardín.
-¡Te atraparé, Renata!- el niño apresuró el paso y la tomó de la cintura, ambos cayeron al suelo rodando y riendo de plena dicha. Él quedó sobre ella, y comenzó a hacerle cosquillas.
-¡No, Max!- reía- ¡No hagas eso!- sus risas inundaban el jardín, y la luz de sus ojos opacaba la luz del sol. Maximiliano, detuvo sus manos y se quedó mirándola fijamente a los ojos, con una linda sonrisa en su infantil cara.
-Eres tan bonita, Renata- ella lo miró con sus grandes ojos, sonrojándose hasta la raíz del cabello.
-Tú también eres muy lindo, Max. Me gusta mucho tu sonrisa- le sonrió.
-A mi me gustan tus ojos, eres la niña mas bonita que he visto, ni siquiera las del colegio son más bonitas que tú - Renata sonrió ante el cumplido - Cuando sea grande, me casaré contigo- la niña rio alegre.
-Yo también me casaré contigo- contestó ella riendo.
Max, acercó sus tiernos labios a los de la niña y los rozó con delicadeza. Sellando así su promesa.
Ella lo miró tímidamente, sintiendo como sus mejillas y sus orejas se ponían muy calientes, nunca la habían besado en la boca.
-Papá, siempre besa a mamá cuando le dice algo bonito. Yo creo que casarnos será algo bonito.
- Yo también lo creo- le sonrió.
*********************
Once Años más tarde. . .
-¿Lista para irnos, mi amor?- le preguntó Max a Renata.
-Lista, mi amor- le besó en los labios con ternura, rodeando su cuello y pegándose a él.
-Será la mejor sorpresa de tu vida, o al menos eso espero- le dijo con una tierna sonrisa.
-Vamos Max- dijo en tono de berrinche - ¿Qué es?- le hizo un puchero- No sé si pueda soportar las ganas de saberlo.
-Las sorpresas no se dicen, amor mío - le tocó la punta de la nariz, en gesto cariñoso.
-Oh rayos, vámonos de una vez Max, la intriga me está matando, muero de ansias- él no pudo menos que reír ante su comentario y su ceño fruncido.
Renata Evans se había convertido en una hermosa jovencita, así como en el pasado fuera una niña encantadora, ahora de jóven adulta era realmente exquisita. Su cuerpo era delicado, hermoso y lleno en los lugares adecuados, lo cual generaba en ella unas delicadas curvas. Sus hermosos ojos seguían tan expresivos como siempre. Claros, transparentes y realmente bellos, traslucían luz, bondad y esperanza. Esos hermosos ojos en los que el encontraba paz y tranquilidad. Su larga y oscura cabellera, esa que a él le encantaba enredar en sus dedos y mantenerlo con fuerza mientras reclamaba sus labios.
La amaba, siempre la había amado, ella era su único y gran amor, Renata era para él, lo que muchos llamarían el amor de su vida, la única mujer que había amado y que amaría hasta el fin de sus días.
Renata, se percató de como su amado estaba ensimismado en sus pensamientos, su mirada parecía lejana, él estaba a muchos kilómetros de distancia.
Maximiliano Ferrer, su adorado Max, él era bueno, dulce, cariñoso, lo había amado desde que tenía uso de razón, primero con un amor infantil cargado de adoración y pleitesía, ahora con un amor juvenil, ardiente y desesperado. Anhelaba con desesperación las horas a su lado, eran la mejor parte del día. Amaba todo de él, no podía decir una sola cosa que no le gustara y tener su compañía era una hermosa bendición.
Sus suaves labios la besaban con ternura, sus brazos la protegían, a él acudía siempre que necesitaba sentirse mejor.
Él era hermoso, realmente hermoso. Dulce y cariñoso, sus bellos ojos la miraban con profundidad, su espalda ancha le hacía ver unos hombros cuadrados, un cuerpo bien formado, gracias a muchas horas de ejercicio, sus manos que le dedicaban tiernas caricias, él la hacía sentir como si no existiese en el mundo mujer más hermosa que ella.
Aún podía recordar la vez en la que le pidió ser su novia, estaba tan feliz, el mundo entero podría negarse si quería pero ellos serían felices. Afortunadamente no habían tenido ningún drama familiar tanto su padre como los padres de Max, sabían desde Siempre cuánto se querían. Maximiliano tenía unos once años cuando le había asegurado a Edwar Evans, que el sería el esposo perfecto para su adorada hija, le había prometido que se convertiría en un hombre de bien y muy trabajador para poder casarse con Renata. Edwin había querido sonreír pero no quería hacer sentir al niño que sus sentimientos eran menospreciados, así que había extendido su mano hacia él, muy serio y Max la había tomado estrechándola.
-Estoy seguro de que serás un buen esposo para Renata.
Y así, a ojos de Max, Renata ya era su prometida y futura esposa. Ante los ojos de Renata, Max sería un buen esposo, su padre lo había asegurado y ella lo creía.
-Perdóname Princesa, marchémonos, quiero que disfrutes de lo que tengo preparado para ti.
Max la llevó a su casa. Allí estaban los Ferrer reunidos, su padre, su prima Sophie y la tía Carlota, todos reunidos, se habían preparado para recibirlos y estaba hermoso, flores por todos lados, bebían champagne y ella como siempre se sentía en familia.
Renata se sintió en casa, Los Ferrer, también eran su gente, como su segunda familia, con los que creció y siempre fue feliz, la reunión había marchado alegremente y aunque Renata no tenía idea de qué estaban celebrando, estaba muy feliz.
De pronto Max se puso en pie, y elevó la voz llamando la atención de todos los presentes.
-Familia, quiero agradecerles por ayudarme a preparar esta fiesta para Renata. Cariño, mi Renata, amor mío, ésta no es una fiesta común, quiero hacer de éste día el más especial de todos. Hace años hice una promesa, y hoy pienso dar el primer paso para cumplirla.
-¿De qué hablas, mi amor?- le sonrió con ternura.
-De que quiero ser el hombre más feliz, pero quiero hacerlo a tu lado, y poder hacerte muy feliz a ti también- se hincó, poniendo una rodilla sobre el suelo, mirándola sonriente, tomó una rosa que la extendió en dirección a ella.
Renata sintió como su corazón golpeaba con más fuerza, latía desbocado, llevó ambas manos a su boca para apaciguar el sollozo que escapó de ella. Observó el hermoso anillo de compromiso que enviaba destellos a todo lo que contenía luz y pudiese reflejar su belleza en la habitación.
Las lágrimas bajaron por sus mejillas.
-Renata, que no tenga límites esto que sentimos, amor mío, dejamos lo que crezca ¿Quieres casarte conmigo?
-¡Oh, Max, mi amor!- gimió feliz- si quiero mi amor, por supuesto que quiero- respondió ella para luego ver como él se ponía en pie, ella se arrojó a sus brazos, él la recibía y la besaba con lágrimas de felicidad.
Ella se abrazó a él uniendo sus labios en un dulce beso. La familia comenzó a aplaudir y felicitar a los nuevos prometidos. Max, extrajo el anillo de la rosa y lo deslizó con suavidad en el femenino dedo.
En aquel momento Renata era la mujer más feliz del mundo. Y, Maximiliano no podría ser más feliz, aquel era el principio de una hermosa vida juntos.
********************
CINCO MESES DESPUÉS. . .
Renata y Maximiliano, estaban sobre las arrugadas sábanas, sus cuerpos entrelazados y sudorosos, después de una hermosa entrega. El húmedo cabello de ella se adhería a la espalda, la frente y las mejillas, su corazón intentando recuperar la rítmica normalidad de su corazón, sus ojos brillaban con intensidad, y ahora mismo el azul se había esfumado, Maximiliano solo veía dos hermosos pozos violeta. Él, la abrazaba manteniéndola con firmeza contra su cuerpo.
-Te amo mi amor, eres la persona que más amo en mi vida.
-Yo te adoro, Max. Soy tan inmensamente feliz a tu lado- sonrió mirándolo con ternura - nunca he Sido tan dichosa en toda mi vida, nunca he Sido tan feliz.
-Y yo junto a ti, amor mío, eres mi vida.
-Y tú la mía. Fue hermoso- dijo acariciando el contorno de su boca, con dedos temblorosos, debido a su creciente pasión.
-Si cariño, lo fue- él buscó sus labios uniéndolos con ternura- siempre es maravilloso a tu lado.
Ellos habían descubierto el significado de la palabra hacer el amor. Sus entregas eran tiernas y pasionales, cargadas de la mayor ternura del mundo, la fusión de dos cuerpos que se adoraban, la unión de dos corazones que compartían un mismo latido.
-Max. . . - ella interrumpió el beso, sus ojos adquirieron un extraño brillo.
-¿Si, Princesa?
-Hay algo importante que debes saber- dijo con tono cargado de angustia.
-Me preocupas. . .¿ Estás embarazada?- la miró fijamente, lleno de expectativas, a la espera de una respuesta, imaginando de inmediato un hermoso niño con los especiales ojos de Renata.
-No, mi amor- rió- pero estarlo me haría feliz, un hijo sería la más tierna materialización de nuestro amor.
-Yo sería inmensamente feliz, Renata, pero si no es eso. Entonces. ¿Qué ocurre?
-Bebo marcharme, Max- él se tensó y la miró frunciendo el ceño.
-¿Marcharte?. . . ¿A dónde, de que hablas Renata?, no lo comprendo ¿de qué hablas?- dijo angustiado.
-He sido seleccionada para estudiar en Italia en un programa de intercambio, me han otorgado una beca. Sé que no te agrada la idea de separarnos, pero quiero tomar esta oportunidad, Max.
-Italia está lejos, Renata- gimió él, con ojos llenos de tormento.
-Lo sé, cariño. Pero. . . quiero hacerlo- lo miró con ojos suplicantes- quiero hacerlo realmente, amor mío, eso me haría feliz. Es una gran oportunidad.
-¿Cuánto tiempo, Renata?- ella lo miró en silencio largo rato- ¿Cuánto tiempo?
-Max. . . de cinco a seis años- susurró.
-¡¿QUÉ?!. . .¡Diablos, Renata!- gimió removiéndose incómodo- es muchísimo tiempo. Tendremos que aplazar la boda.
-Lo sé- bajó la mirada.
-Quiero que seas mi esposa- gimió con dolor.
-Y lo seré, amor. Sólo dame tiempo- le acarició una mejilla- Sé que es mucho lo que te pido, pero vendré cada vacaciones, tú también debes venir a verme, pasaremos tiempo juntos, hasta que llegue el momento de casarnos.
-¡No puedo vivir sin ti, Renata!- gimió como niño pequeño.
-Será difícil también para mi, cariño, pero te llamaré todos los días, te escribiré todas las semanas, puedes ir a verme y yo vendré cada vez que pueda- lo besó en los labios- te lo juro mi amor. Podremos con ésto. Es una oportunidad de oro y antes de que lo digas, sé que no necesito una beca, que puedo estudiar aquí en las mejores universidades pero, quiero hacerlo. Por favor, por favor Max, no me pidas que renuncie a esta oportunidad.
-Sería incapaz de limitar tus sueños, mi amor- la besó- no podría vivir si te hago infeliz con mis decisiones o peticiones. Podremos con esto, mi amor- la abrazó para darse ánimos - serás mi esposa cariño, y prometo que éste tiempo pasará muy rápido y volveremos a estar juntos.
Adeline, ha sufrido el desamor y el abandono, conoce las lágrimas y la angustia que producen el rechazo del ser que amas, aún así, no puede librarse de aquel mal vivido amor. Vive atada a los recuerdos de su tormentoso pasado, sin poder superar esos ojos azules que constantemente la acosan en sueños, vive atada a la nostalgia de una boca que jamás volverá a ser suya, a la tristeza de un egoísta ser que se marchó llevándose también su alegría. A pesar de los fantasmas que nunca la dejan, ha logrado construir una vida aparentemente feliz, junto a un hombre que no ama y su adorada hija. Perseguida por su pasado, está por arriesgarlo todo; su presente y su futuro, su vida se tambalea, su "felicidad" está por desmoronarse y todo se vendrá abajo como un castillo de naipes, incapaz de sostenerse ante el desequilibrio de sus cimientos. Lucas, ha regresado pero. . . ¿ Le devolverá su corazón o la arrastrará de nuevo a la pasión del pasado?
Connie McGowan, es la rubia loca del trío, sincera, espontánea y jocosa, no tiene filtros para decir lo que siente o piensa, ella puede sacarte de un apuro ó meterte en él, es también aquella amiga que desearías tener para defenderte... ¿Dispararle a tu ex?... ¡Puede hacerlo! ¿Acudir al rescate cuando estás secuestrada por tu loco ex?... ¡Puede hacerlo! ¿Defenderte de una amante celosa?... ¡Puede hacerlo! ¿Enfrentar a un poderoso y oscuro millonario por ti?... ¡Puede hacerlo! Connie, hará cualquier cosa por sus amigas. Su obsesión siempre ha sido Adam White, fuerte, endiabladamente sexy y atractivo, después de probar su cama, la obsesión, se convierte en una completa Adicción... se ha vuelto Adicta a sus besos, a su cuerpo y a su amor... Pero Adam no quiere amarla, el sexy y maravilloso Adam esconde un oscuro pasado, un acontecimiento turbio que le lacera el alma continuamente, porque Adam White no cree merecer el amor de nadie, y menos de la loca rubia que le ha robado el corazón. ¿Qué sucederá cuándo otro hombre reclame el amor de Connie, y esté dispuesto a amarla sin complejos? ¿Podrá Adam vencer sus demonios y recuperar a la rubia?, ¿ O nuevamente habrá perdido la felicidad? ********************** TERCER LIBRO DE LA TRILOGÍA. ESPERO LO DISFRUTEN. LES RECUERDO EL ORDEN; -PROVÓCAME. (RITA) -SEDUCIDA. (GILLIAM) -ADICTA. (CONNIE)
Maximiliano Neumann, es un hombre poderoso, un CEO implacable en los negocios y astuto en la vida diaria, ambos aspectos le dan siempre la carta ganadora, se ha esforzado cada día, cada hora, por mantener el éxito de sus empresas, pero todo eso está por cambiar porque ahora no quiere dinero, no quiere poder, él quiere venganza. Dispuesto a dejarlo todo, abandona la ciudad para embarcarse en un viaje que tiene como única finalidad, saldar una cuenta pendiente... Una deuda de sangre. Savannah Brown, es una hermosa joven que sueña con sacar adelante su rancho, es lo único que su padre le dejó, y es precisamente ese lugar el que está lleno de hermosos recuerdos, una infancia feliz, una vida maravillosa, hasta que perdió a tres de los seres más importantes en su vida. Lucha a diario por no derrumbarse y ser de apoyo para su tía, como única hija de los Brown, siente el firme compromiso de no rendirse. Conocer a aquel foráneo, que se presentó en su propiedad en busca de empleo, está por cambiarle la vida. Sin siquiera imaginarlo, le abrió las puertas a la Venganza, un hombre dispuesto a todo por verla sufrir y arrastrarse frente a él, pidiendo perdón.
Nació del vientre de una mujer, que prefirió abandonarla, antes de educarla. Creció en un pedazo del infierno aquí en la tierra, siendo odiada, despreciada, maltratada, ha tenido deseos de acabar con todo, Katia siente que no puede soportar un día más de su miserable vida. Pero todo está por cambiar cuando toma la decisión más arriesgada y desesperada de su corta vida. Katia ha muerto, y ha nacido Irina Roberts, quién aprende a vivir en un mundo que siempre le ha dado la espalda. Su ángel Alemán, le enseñará los niveles del placer, será su educador sensual, su maestro del éxtasis, ella acata y aprende bien cada lección, se esfuerza por avanzar y subir de nivel hasta obtener la oportunidad de convertirse en eso que él quiere y que ella tanto anhela. Dominik Von Fischer, ha llegado para mejorar su vida en todos los aspectos posibles, está por darle unas lecciones placenteras, porque Irina desea aprender y Dominik va a enseñarla a seducir. ************** QUERIDO LECTOR, TE INVITO A QUE ME ACOMPAÑES EN ESTA NUEVA AVENTURA, DE LA MANO DE DOMINIK E IRINA, DESCUBRE LOS NIVELES DE LA SEDUCCIÓN. CONTENIDO EXPLÍCITO. +18
Olivia Martin, ha tomado decisiones equivocadas, que le han traído horribles consecuencias. Olivia, duerme con el enemigo, se ha metido con el hombre equivocado, y ahora lo está pagando bastante caro. Desde que vive con Esteban Bellancinni, su vida se ha convertido en un infierno, aunque para todos ella es una mujer afortunada que lo tiene todo en la vida, no es más que una mujer asustada y maltratada que necesita salir de la vida en la que voluntariamente se ha metido,pero que no encuentra la salida que busca con tanta desesperación. La salvación ha llegado a su vida, envuelta en la piel de un nuevo amor, y aunque él se niegue a ceder, ella está dispuesta a luchar por obtener la felicidad que desea junto a él. Esteban Bellancinni, es un poderoso hombre de negocios turbios, dispuesto a conseguir lo que se propone, acostumbrado a tener cuánto desea, su pulso no tiembla a la hora de deshacerse de quien le estorba para cumplir sus planes, apodado como " EL DIABLO" por su falta de corazón, sentimientos y la facilidad con la que dispone de la vida de otros, considera a Olivia, su mejor adquisición, le encanta presumirla y ostentarla como el trofeo que la cree y no está dispuesto a tolerar desobediencias de su parte. Jarvis Fenton, es un fantasma, nadie conoce nada de su vida, de su familia, de su pasado. es un guardaespaldas fiel, cumplidor y eficiente en su trabajo, presta sus servicios a "EL DIABLO" y lucha contra el deseo que le produce la hermosa Olivia, sabe que tocar a la mujer de ese hombre es sellar su sentencia de muerte y aunque no le tema a pasar al otro lado, no tiene intenciones de adelantar su hora de partida, así que hará todo cuánto esté en sus manos para mantenerse alejado de Olivia Martin, pero ella arruinó sus planes cuándo lo miró con sus bellos ojos e hizo aquella petición; JARVIS, SÁLVAME...
Ámbar Hobbs, está experimentando un momento caótico en su vida, ha perdido a su novio, su mejor amiga se ha mudado a otro país, acaba de perder su empleo... ¡Todo parece ir de mal en peor! Desesperada busca aliviar sus penas entrando a aquella iglesia... sentada en un banco, allí en aquel ambiente religioso, se entrega a las lágrimas, suplicando que todo comience a mejorar... Pero al observar a aquel endiabladamente sexy sacerdote, un deseo nada religioso nace en su interior, su mente y su cuerpo se han puesto de acuerdo rogándole que se entregue a la lujuria, y que corrompa a aquel hombre de Dios... -¡Padre, he pecado, no dejo de soñar y pensar en sus manos sobre mi cuerpo! Samuel Thompson, nunca ha dudado de su fé... hasta ahora. -¡Perdoname Dios mío, he pecado!
Tras una noche apasionada, Verena dejó algo de dinero y quiso marcharse, pero fue retenida por su acompañante: "¿No te toca a ti hacerme feliz?". Verena, siempre disfrazada de fea, se acostó con el tío de su prometido, Darren, para escapar de su compromiso con su infiel prometido. Darren gozaba de respeto y admiración, todos creía que era frío y temible. Corría el rumor de que lo habían visto besando a una dama contra la pared, pero muchos no lo creyeron. Después de todo, ¿quién podría conquistar el corazón de Darren? Entonces, sorprendentemente, Darren fue sorprendido agachándose para ayudar a Verena con sus zapatos, ¡todo para conseguir un beso de ella!
Kaitlin se enamoró de Alan a primera vista, pero no consiguió conquistar su corazón ni siquiera después de tres años de matrimonio. Cuando su vida estaba en juego, él lloraba ante la tumba de su amada. Eso fue la gota que colmó el vaso. "Divorciémonos, Alan", dijo Kaitlin. Después del divorcio, Kaitlin prosperó en su nueva vida, ganando fama internacional como diseñadora. Recuperó la memoria y reivindicó su legítima identidad como heredera de un imperio joyero, al tiempo que asumía su nuevo papel como madre de dos preciosos gemelos. El pánico se apoderó de Alan cuando vio a los pretendientes alrededor de su exesposa. "Me equivoqué, cariño. Por favor, déjame ver a nuestros hijos", le suplicó Alan.
Nunca había esperado casarse con un hombre al que solo vio unas pocas veces. Dijo que podía darle todo menos amor, y ella estuvo de acuerdo. Sin embargo, su gentileza y consideración consiguieron que diera lo mejor de ella. Pensó que podría disfrutar de esa vida para siempre, pero la aparición de su primer amor la sacó de su fantasía. Era hora de poner fin a ese sueño, por lo que se fue con su hijo por nacer. Cuando se volvieron a encontrar, finalmente se dio cuenta de cuánto la había extrañado.
Él, con una actitud arrogante que cree que ha nacido para que complazcan todas sus exigencias. Que no le importa pisotear la dignidad de ninguna otra persona con tal de obtener lo que desea y pretende que lo traten como un Dios, se encuentra con la horma de su zapato. Ella, estudiante de abogacía y que odia a los hombres con una personalidad como la de él, tiene la mala suerte de caer en su estudio para realizar sus pasantías y desde el primer minuto se odiaron. Pero dicen que del odio al amor hay un solo paso y estos dos, dieron mucho más que uno. Ana, sin saberlo, se convertirá en su objeto de deseo y se verá envuelta en su apariencia depredadora que logrará obnubilarla y poner a disposición su voluntad logrando arrodillarse a sus pies. “Deseo, pido y obtengo” una frase que define a este hombre.
Una joven novicia, obligada por su madrastra, se prepara para ser monja, mientras su hermanastra, busca casarse con un hombre rico, incentivada por su madre, para recuperar la vida de lujos que antes llevaban. Un hombre, rico y poderoso, enamorado de una mujer casada, obligado por su familia, busca una esposa, que sirva para recibir su herencia, mientras sigue con la mujer que ama.
Sinopsis: Dorian Langdon es un influyente político de 43 años, conocido por su carisma y su habilidad para navegar en el complejo mundo de la política. Su mejor amigo, Gideon Marlowe, es un empresario exitoso que ha construido un imperio desde cero. Ambos han sido inseparables desde sus días en la universidad y han compartido muchos logros y fracasos juntos. Elektra, la hija de Gideon, acaba de cumplir 20 años, vivía sola con su madre, desde el divorcio de sus padres. En un accidente fallece la madre y vuelve a vivir con su padre. Pero ya no es una niña y Gideon no lo entiende. Así que, finalmente, se fuga para buscar independencia y nuevas experiencias, comienza a trabajar en un exclusivo club nocturno, donde se convierte en una de las bailarinas más populares. Este club es frecuentado por diversas figuras del poder, incluido Dorian. Quien, al no reconocerla, se interesa en ella y al descubrir que es la hija perdida de su amigo, se debatirá entre hacer lo correcto o lo que su corazón desea.