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Reglas de Nessa Roy para Ancok Craig y así conciliar un matrimonio bajo contrato Regla número 1: Nessa se casará con Ancok Craig a cambio de que este le brinde seguridad a su familia y se encargue de acabar con la amenaza durante un año, el año que durará el matrimonio. Regla número 2: Ancok Craig no podrá tocar a Nessa Roy durante todo el año, claro, a menos que ella lo pida, esto último según la petición de Ancok, pero está más que claro que no lo haremos, por lo que deberá estar en abstinencia por un año. Regla número 3: Ancok no puede estar con otra mujer, a pesar de ser un mujeriego, el día que engañe a Nessa Roy ella lo dejará y él deberá cumplir lo estipulado en la regla número 1. Esas son mis reglas Ancok, tú decides ¿Quieres aún casarte conmigo, mujeriego infeliz?
¿Cómo puedo describir mi vida durante mi infancia y adolescencia? ¿Cómo puedo predominar mi vida en una frase? ¿En un nombre? ¿Un prospecto? No, no solo tengo uno, bueno en realidad tengo dos o mejor dicho los tenía, esos son el patinaje y Ancok, si así como lo están leyendo, Ancok, el gran Ancok Craig, aquel hombre que con solo quince años me rompió el corazón, aquel hombre que el día que me preparaba para confesarle lo que sentía me rompió el corazón, aquel hombre de ojos hermosos que en mi infancia consideraba mágicos al ser de dos colores diferentes, aquel que me sonreía y me llamaba su án
gel de hielo en su idioma natal, un escocés que hacía que cuando hablaba en nuestro idioma se escuchara exótico, justamente como lo hace ahora, mientras me da una mirada que cala a mis huesos y me penetra por completo, una mirada que no puedo borrar de mi mente por más que se lo suplique a mi cerebro, como aquel día que volvió mi corazón en trizas hasta hacerme escapar de mi propia vida con tal de no volver a verlo.
--¿Me estás escuchado? Hablo en serio cuando pido tu total atención... --si aquel día que él se acostó con mi prima ante mis ojos, aquel día de mi cumpleaños número quince, aquel día en el que yo estaba dispuesta a confesarme y él estuvo en la cama de mi hermano con la que yo consideraba mi mejor amiga y hermana, aquella que sabía perfectamente mis sentimientos hacia él y simplemente se acostaron mientras no disimularon ni un poco al yo estar en aquella habitación, mientras sentía mi corazón partirse en trizas.
--Ya te escuché, la verdad no entiendo a qué va todo esto, ya te lo dije no, es un no... --su mirada mágica me aturde no lo negaré, pero yo con mi simple mirada castaña casi dorada lo reto para que note mi desafío y renuencia irrevocable a su propuesta.
--No me des esa mirada... Si no aceptas, solo daré por sentado que tu familia no te importa.
--Vete al carajo, no soy una muñeca Ancok, no me casaré contigo, por mí te puedes ir al infierno y si mi familia está en problemas no es algo de lo cual la responsabilidad de su seguridad deba recaer en mí... --un gran resoplido surco de su nariz y observo como se levantó y me observo con sus vivaces ojos de colores y su expresión llena de tensión.
Ese hombre era hermoso, cuerpo grande y totalmente tatuado, incluso su cuello en el que sobresalía algunas líneas en tinta, me pregunto ¿Qué serán? La gran mayoría por no decir que todos habían sido hechos en mi ausencia, sus facciones tan masculinas, su cabello rebelde y negro que llegaba a rozar en sus oídos, en lo que sus aretes tipo expansores que podría jurar que eran diamantes verdaderos iluminaban con la luz que entraba por la ventana, la cual hacía relucir aún más su ropa Gucci extremadamente costosa, incluso podría apostar que era importada o solamente había pocas en el mundo, él es alguien que no suele usar nada barato, él es alguien que solo busca lo mejor, él es alguien que nunca se fijaría en mí, en la hermana menor de su mejor amigo, pero ahora, ahora me pide matrimonio como si solo fuese un juego de ajedrez y yo no fuese la reina, sino que me trata como si solo fuese un peón más.
--No eres más que una niña grosera y mimada, tal vez te hicieron falta unas buenas nalgadas cuando eras pequeña...
--¿Y qué? ¿Me las vas a dar tú? ¿Me bajo el pantalón y me siento en tu regazo mientras te las pido? --qué mala elección de palabras, lo note de inmediato, pero ya no había marcha atrás, más cuando él se había acercado a mí y su respiración se había entrelazado con la mía tan deliciosamente que sentía como mi corazón latía a mil por horas y mi deseo resurgía como un volcán a punto de explotar.
--No sería mala idea... Aunque te advierto que no será nada fácil librarse de mis manos...
--No causas nada en mi Ancok, ahora ya te lo dije, no me casaré contigo, vete al carajo tú y tus palabras de mierda, no seré un peón en ese juego que ustedes desean y por mí se pueden ir al infierno...
Una pequeña sonrisa surcó de sus labios y sin previo aviso se acercó aún más a mí posicionando su boca cerca de mi oído, mientras sentía como se me erizaba la piel y sentía unas terribles ganas de gemir su nombre y suplicar que se acercara un poco más, no me pueden culpar ese hombre es jodidamente hermoso y sexi, él es el sueño de toda mujer, ese que por el hecho de ser un chico malo temes admitir que te mojas las bragas y solo quieres compórtate como una niña mala, Ancok Craig es aquel que deseas con toda profundidad y por muy peligroso y malvado que pueda ser siempre desearas, porque ¿Quién quiere un príncipe azul? Cuando puedes tener a un maravilloso lobo feroz que te devore con placer y deleite.
--Eres tan mala mentirosa mi hermosa sìthiche deigh (hada de hielo), pero cuando por fin aceptes te daré esas nalgadas que me acabas de pedir... --me dio un mordisco en la oreja con delicadeza, mientras que yo respire profundo, anticipando el gemido que casi surcaba de mi garganta y había evitado que surcara de mis labios --Pero mientras tanto voy a dejar que tú te tortures por el hecho de no ser una buena niña...
--No lo haré, ya te lo dije, no te quiero en mi vida, así que no lo haré... --se alejó de mí de inmediato y con una mirada divertida se acercó a la puerta para marcharse, algo que agradecí al instante, pero antes de marcharse dijo aquellas palabras que resonaran para siempre en mi cabeza, o por lo menos que resonaron en aquel instante.
--Entonces carga con la muerte de tu familia Ness... carga con el hecho de que pudiste salvarlos, pero eres tan jodidamente testaruda y cruel que los dejaras morir...
Sin más salió de la habitación, y mientras que yo recuperaba el aliento y me pregunte lo mismo que he hecho desde que llegue, ¿De verdad seguiré negándome a casarme con Ancok Craig?
Lucia Meller es mi vida, me enseño amar, me enseñó a adorarla, me mostró el mundo de forma diferente, le di todo lo que la vida me ofrecía, y se ha ido; se llevó mi vida, mi amor, dejándome el corazón y el alma hecha pedazos. Ahora me duele respirar, me duele amar, me duele la vida. La quiero, jamás podré volver amar a alguien como la ame a ella; la quiero de vuelta, la quiero conmigo, a mi lado donde pertenece; pero por más que la busco no la encuentro, es como si la vida me la hubiera arrebatado y eso me duele, ella me enseñó que se puede matar a un hombre, aunque se conserve la vida, sin embargo, me canse, no puedo llorar por alguien que no me quiere amar y aunque duele, hoy después de casi dos años le digo adiós a mi sirena; después de todo soy Gabriel Ziegermman. Un año desde que me aparte de Gabriel y mi vida dio un giro de ciento ochenta grados, amar a ese hombre es lo mejor que me ha pasado en la vida, a él le debo el hecho que hoy esté viva y tener a mi lado a mi mayor tesoro, él me enseñó que lo que se desea con el alma se obtiene, pero también me enseñó que amar duele, que su amor duele, a él le debo el dolor más grande, porque dejo de amarme, no fui suficiente para él, me enseñó que su madre, su exnovia y su destino no están conmigo, y aun así lo quiero de vuelta, sé que sus prioridades cambiaron; yo solo pedía una verdad sin embargo él prefirió engañarme y dejarme.Lo quiero olvidar y lo quiero conmigo, aunque no se lo merezca, pero como hago si amar ese hombre es mi arte. Ahora estoy de vuelta y lo único que quiero es tenerlo a kilómetros de distancia, porque me enseñó que yo también tengo derecho a cambiar mis prioridades. Novela registrada N ISBN 978-958-49-7259-0 Está prohibida su adaptación o distribución sin autorización de su autor. Todos los derechos reservados all rights reserved
La vida era un lecho de rosas para Debra, la hija del Alfa, hasta que tuvo una aventura de una noche con Caleb. Estaba segura de que él era su pareja designada por la Diosa de la Luna. Pero este hombre odioso se negó a aceptarla. Pasaron semanas antes de que Debra descubriera que estaba embarazada. Su embarazo fue una vergüenza para ella y para todos los que amaba. No sólo ella fue expulsada, sino que su padre también fue perseguido por los usurpadores. Afortunadamente, sobrevivió con la ayuda de la misteriosa Manada Espina. Pasaron cinco años y Debra no supo nada de Caleb. Un día sus caminos se volvieron a cruzar. Ambos estaban en la misma misión: llevar a cabo investigaciones secretas en el peligroso pueblo de Roz por la seguridad y la posteridad de sus respectivas manadas. Caleb todavía se mostraba frío con ella. Pero con el paso del tiempo, se enamoró perdidamente de ella. Intentó compensar el abandono de Debra, pero la chica ya no lo quería. Estaba empeñada en ocultarle que tenían una hija y también en hacer una ruptura limpia. ¿Qué les deparaba el futuro a los dos mientras viajaban por el pueblo de Roz? ¿Qué tipo de secretos encontrarían? ¿Caleb se ganaría el corazón de Debra y conocería a su adorable hija? ¡Descúbralo!
Eveline se casó con Shane, un obstetra, a la edad de 24 años. Dos años más tarde, cuando estaba embarazada de cinco meses, Shane abortó al bebé él mismo y procedió a divorciarse de ella. Fue durante estos tiempos oscuros que Eveline conoció a Derek. Él la trató con ternura y le dio el calor que nunca antes había sentido ella. También le causó el mayor dolor que jamás había tenido que soportar. Eveline solo se hizo más fuerte después de todo lo que experimentó, pero ¿podría soportar la verdad cuando finalmente se revelara? ¿Quién era Derek detrás de su carismática fachada? ¿Y qué haría Eveline una vez que descubriera la respuesta?
Lascivia. Lujuria y Deseo Las vacaciones acabaron y Rachel debe volver a su puesto como teniente en el ejército de la FEMF, encontrándose con que la central de Londres no es lo mismo. Llegó un nuevo coronel, soberbio y con una belleza que no parece humana. Hombre que no tiene ojos sino dagas de acero que la ponen entre la espada y la pared al sentirse tentada por su superior. Ella sabe que no es sano, bueno, ni correcto sencillamente porque quien incita deseos impuros es el mejor amigo de su novio; Bratt Lewis. Christopher Morgan no es solo el coronel, verdugo y dictador del ejército más importante del mundo, tambien es el terror de la mafia italiana y a futuro el arma que dañara al que predica ser su hermano. Él tenía claro a lo que iba, pero Rachel despertó tentaciones sexuales regidas por aquel pecado desconocido llamado lascivia, demostrando que en cuestiones de pasión no hay amigos, alianzas ni compromisos. Él esta casado y ella sueña con lo mismo, pero la tentación desencadenará entre ellos un torbellino de pasiones, lujurias y deseos que solo viven aquellos que se hacen llamar amantes. "Sus actitudes son las de un desalmado sin sentimientos, pero su físico... Joder, su físico me humedece las bragas." Mafias, ejércitos secretos, infieles, adicciones y engaños. ¿Complicado? No, complicado es convivir con la tentación hecha hombre.
La vida de Candice dio un extraño giro la noche de su boda. Su marido, Greyson, no apareció para consumar su matrimonio. En su lugar, un desconocido irrumpió en su habitación y la violó. El matrimonio se convirtió en un infierno para ella. Mientras intentaba dejar atrás la pesadilla, su suegra aprovechaba cualquier oportunidad para desacreditarla. A Greyson, que debía apoyarla, le importaba un bledo. Al contrario, llevó a su amante a su casa. No pasó mucho tiempo antes de que Candice fuera expulsada de la casa. Todos pensaban que era una debilucha indefensa, sin saber que era una abogada extraordinaria. Llevó al hombre que la violó a los tribunales. Quería pagarle con la misma moneda. En el transcurso del proceso, descubrió estupefacta que el violador es el hombre más rico de la ciudad. Las cosas se le fueron rápidamente de las manos. El hombre intentó por todos los medios pedirle que se casara con él. Ella se dio cuenta de que se estaba buscando más problemas. ¿Cómo ella logría deshacerse de él pero acusarlo al mismo tiempo?
Elena, antes una heredera mimada, lo perdió todo de repente cuando la verdadera hija le tendió una trampa; su prometido la ridiculizó y sus padres adoptivos la echaron. Todos querían verla caer, pero ella desveló su verdadera identidad: heredera de una inmensa fortuna, famosa hacker, top diseñadora de joyas, autora secreta y doctora talentosa. Horrorizados por su glorioso regreso, sus padres adoptivos le exigieron la mitad de su nueva fortuna. Elena denunció su crueldad y se negó. Su ex le suplicó una segunda oportunidad, pero ella se burló: "¿Crees que te lo mereces?". Entonces, un poderoso magnate le propuso amablemente: "¿Puedes casarte conmigo?".