Gaspar Davis es un exitoso CEO, multimillonario a sus 28 años gracias a su eficiente desempeño al dirigir una gran corporación con alcances internacionales, es padre soltero de tres niños de 10, 7 y 4 años, quienes son su vida, su alegría y su paz, tal como él los describe. Su hija de 7 años está creciendo y tiene preguntas femeninas por lo que, quiere una mujer para su hija, ha decidido emplear a alguien que no tenga ataduras para que se dedique a su Aitana y responda las preguntas que ella suele hacer. Él está negado totalmente a buscar pareja, desde hace 4 años está soltero y no tiene ninguna intención de cambiar esa condición, no está pendiente de nadie, asiste a un costoso club donde tiene todo el sexo que desee sin siquiera tener que conocer el nombre de su acompañante, esa es su situación ideal y está muy satisfecho. Por un hecho personal y particular con su hija en un restaurante que visitaron, obtuvo la ayuda de Hoa Thi Smith una mujer de belleza muy exótica y con una voz que lo hechizó. Desde ese día quedó impactado, aunque intentó luchar contra esa impresión, continuaba viéndola en diferentes ocasiones y por diversos motivos, cada uno más fortuito que el otro. Posteriormente, la chica que Gaspar contrató para acompañar a su hija resultó ser Dafne, la mejor amiga de Hoa, la mujer que trata de evitar, porque presiente que ella podría enamorarlo y no quiere volver a confiar en una mujer. En el cumpleaños número 4 del hijo menor de Gaspar, Dafne pidió permiso para llevar a Hoa, Gaspar se rinde y comienza a frecuentarla, pero en el mejor momento de su naciente relación, el pasado regresa a reclamar su lugar en el presente de la familia Davis. Su ex Fionna, vuelve con la clara intención de recuperar a Gaspar y a sus hijos, Hoa decide darle espacio retirándose sin luchar, lo que desespera a Gaspar, pero al estar separados entienden que se aman con sinceridad y verdadera intensidad, lucharan contra todo lo que se opone a su unión y buscarán ser felices con el amor que sienten uno por el otro.
Soy un hombre sumamente ocupado tanto en mi vida personal porque soy padre soltero de tres niños de 10, 7 y 4 años de edad, que parecen adolescentes por su desempeño, cada uno es versión mejorada del anterior en cuanto a ingenio y travesuras se refiere; como en mi vida laboral ya que soy el presidente de una corporación que fabrica motores para vehículos aéreos, marítimos y terrestres, la cual es muy exitosa por mis estándares de calidad y me ha convertido en uno de los hombres más ricos, influyentes e importantes del país.
Soy perfeccionista, controlador y muy ordenado, debo serlo para mantener mi hogar y mi corporación marchando sin inconvenientes, en casa tengo suficiente personal para atender a cada uno de mis hijos incluyendo su seguridad, en mis empresas he contratado personal especializado que se ha adaptado perfectamente a mis exigencias, todo eso ha sido clave en mi ascenso profesional.
Si se preguntan por qué soy padre soltero, debo retroceder algunos años y aclarar que a los 17 años embaracé a mi vecina y compañera de preparatoria Fionna Jones quien tenía 16 años en ese entonces, perdimos la virginidad juntos y pagamos el precio de nuestros impulsos, nuestros padres que eran amigos de muchos años, armaron un gran escándalo y amparados en que Fionna y yo tonteábamos desde pequeños, nos casaron a los pocos meses, sin embargo, cada uno permaneció en el hogar familiar hasta que nació mi hijo mayor Bastián, al verlo me sentí tan comprometido con él, que visité a mi abuelo quien tenía su pequeña fábrica de motores, la cual mi padre no atendía porque su vocación era ser médico, así que una vez que mi abuelo decidiera retirarse la fábrica pasaría a terceros. Le pedí trabajo a mi abuelo y él en su entusiasmo prometió enseñarme todo lo que sabía, al mismo tiempo continué mis estudios universitarios en la rama de administración y negocios, mi esposa se tomaría un año antes de seguir una carrera universitaria, mis padres nos dieron un apartamento y los de ella lo amoblaron a nuestro gusto, formamos una pequeña y joven familia, nos gustábamos mucho y yo le agradecía cada día por mi hijo, fui generando e implementando mejoras en la fábrica promoviendo su expansión y crecimiento, lo que tenía a mi abuelo muy contento.
El primer año de matrimonio fue una constante de discusiones y reconciliaciones, no nos conocíamos como creíamos y nuestros gustos eran muy diferentes, pero por el bien de mi hijo yo cedía para conservar la paz, para el segundo año estábamos más acoplados uno al otro, yo continuaba con mis estudios y trabajando arduamente en la fábrica mientras Fionna se mantenía en la casa, porque aún no había decidido cuál carrera estudiar, nuestra situación económica fue mejorando, pero todavía ocupábamos el pequeño apartamento que nos habían regalado nuestros padres.
Para nuestro tercer aniversario de bodas anunciamos que estábamos embarazados de nuevo, yo iba muy bien en mis estudios, la fábrica se estaba haciendo notar y aunque mi esposa había decidido dedicarse al hogar yo estaba bien, me sentía lo suficientemente capaz para mantener a mi familia, cuando nació mi hija Aitana, no cabía en mi pecho tanta felicidad, me enamoré de esa pequeña de inmediato y cuando fijó sus ojitos en los míos le entregué mi corazón.
Nada se interponía en mi camino al éxito, terminé mi carrera universitaria, inicié una especialización, mis hijos crecían alegres y pude mudarnos a una casa más grande donde los pequeños tenían espacio para sus juegos. Mi esposa tenía ayuda, por lo que podía dedicarse a mantenerse bella y seducirme cada noche, quería vivir para complacerla y seguía agradeciéndole cada día por mis hijos, era lo primero que le decía por las mañanas al darle el beso de buenos días y tener mi mañanero; me considero sexual, me encanta estar entre las piernas de Fionna, pero a veces me cuesta convencerla un poco, aunque la entiendo, tiene la responsabilidad del hogar y de dos pequeños que han demostrado que son incansables, los fines de semana son una batalla campal, por lo que estoy buscando una casa de playa donde puedan gastar parte de esa súper energía que tienen, yo los disciplino y siempre acuerdo con sus cuidadoras cómo manejarlos, los quiero niños, pero educados.
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Un día Fionna se presentó en mi oficina, muy enfadada porque descubrió que estaba embarazada de nuevo, estaba furiosa y me amenazaba con no tenerlo porque para ella tres niños serían un infierno. Estaba confundido con su reacción, ella no se ocupaba de mis otros dos hijos ya que están a cargo de sus cuidadoras hasta que yo llego y me encargo de revisar sus deberes, voy a su colegio, estoy al tanto de todo, le he dicho que vaya conmigo al colegio porque la subdirectora se me insinúa, ella solo dice que confía en mí. Yo, pronto cumpliría 24 años y con mucho ejercicio, el cual hago en mis pocos ratos libres, he trabajado mi cuerpo porque me gusta sentirme y verme sano, me convertí en un hombre de 188 centímetros de estatura, me esmero al vestirme porque admiro la elegancia, mantenía mi cabello sobre la nuca y gracias a mi hija tenía la barba y bigotes muy cortos porque si crecían se prendía de ellos hasta causarme dolor lo que le resultaba muy gracioso a mi princesa. En fin, esa mañana tenía a mi mujer histérica en la oficina, llamando la atención, lo cual me iba enojando cada segundo que pasaba, porque con mis empleados mantengo una línea muy estricta y el hecho de que Fionna se presente aquí vociferando me coloca en evidencia, me puse de pie y tratando de no dejarme llevar por mis impulsos, me acerqué a ella, la tomé de un brazo y le dije conteniéndome para no gritarle, pero con mucha molestia en mi tono:
–Tienes 10 segundos para bajar la voz o callarte, no voy a tolerar escenas ridículas delante de mis empleados.
–No quiero otro hijo.
–Lo hubieras dicho antes, ya no hay forma de evitarlo.
–Si la hay.
–Ni se te ocurra atentar contra nuestro hijo.
–Yo no quiero más hijos contigo.
–¿Conmigo no? Y, ¿con quién sí quieres tenerlos? –pregunté capcioso y sintiendo que mi pecho se apretaba.
–No es eso –aclaró nerviosa–, en general no quiero más hijos.
–Hablaremos en la casa y te agradezco que sea la última vez que te presentas aquí con asuntos estrictamente privados y familiares.
–Te espero temprano, esto hay que hablarlo urgentemente y resolverlo hoy mismo.
Fionna dio media vuelta y salió tan intempestivamente como había entrado, sobre mi escritorio quedó el comprobante del ecosonograma, ya con dos hijos, podía distinguir claramente la figurita amorfa que representaba a mi tercer bebé, me emocioné enseguida y no pude reprimir la sonrisa que me provocó esa imagen, no entendía la reacción de mi esposa, dar vida era un milagro y ella lo producía, en mi mente no me cabía ninguna razón válida para no saltar de alegría por ese hecho, nuestra posición había mejorado considerablemente, podíamos permitirnos el lujo de tener un tercer hijo, yo estaba ganando muy bien y podía ofrecerle a Fionna toda la ayuda que necesitara para atender a nuestros pequeños, tenía la esperanza de que a medida de que sintiera crecer al bebé dentro de ella, su percepción de este embarazo, cambiaría para mejorar y disfrutarlo.
Elizabeth debe casarse para salvar a sus padres de la ruina, lo considera una obligación debido a la educación que le proporcionaron en el mejor internado para niñas de Inglaterra y luego en la reconocida universidad de Oxford. Su matrimonio es concertado por su padre y solo se le informa que su futuro esposo es un magnate empresarial muy importante, no le dicen que es un mujeriego empedernido que no tiene en sus planes futuros convertirse en un marido respetuoso y fiel. Pronto Elizabeth destacará por su belleza, inteligencia y atrayente personalidad, logrando llamar la atención de su esposo.
Ella desea ser madre, pero decepcionada del resultado fallido en su anterior y larga relación amorosa, decide someterse a un procedimiento de Inseminación Artificial. En la clínica cometen un error y le implantan un esperma diferente al que escogió. El dueño del esperma que utilizaron, es el poderoso CEO de la cadena de hoteles más lujosa del país y quizás del mundo. Ella quiere ser madre soltera, él quiere un heredero... ¿Quién logrará su anhelado deseo?
Aiden Paxton es el CEO más importante de la industria armamentista mundial y necesitaba urgentemente una novia para presentársela a su ambicioso e inescrupuloso tío Oswald, quien aspira desplazarlo poniéndolo en aprietos al pedirle que le presente a su prometida en una importante reunión que se efectuará en 3 semanas. El mejor amigo y protector de Aiden, Marck, tuvo la idea de convertirlo en un falso Sugar Daddy para que consiguiera novia rápidamente. Lo interesante es que la chica que aceptó ese trato resultó ser única, auténtica, real y seguramente la mujer que podría cambiar todos los parámetros de vida del poderosísimo magnate.
"¡Firma los papeles del divorcio y lárgate!". Leanna se casó para pagar una deuda, pero fue traicionada por su marido y rechazada por su familia política. Viendo que sus esfuerzos eran en vano, aceptó divorciarse y reclamó su mitad de las propiedades. Con la cartera repleta gracias al divorcio, Leanna disfrutó de su nueva libertad. Sin embargo, la amante de su ex la acosaba, pero Leanna logró lidiar con ella. Además, ella retomó sus identidades de hacker de primera, campeona de carreras, profesora de medicina y diseñadora de joyas de renombre. Entonces alguien descubrió su secreto. Matthew sonrió y le preguntó: "¿Me quieres como tu próximo marido?".
Anoche pasé una noche erótica con un desconocido en un bar. No soy una mujer al azar. Hice esto porque estaba muy triste ayer. El novio que había estado enamorado de mí durante tres años me dejó y se casó rápidamente con una chica rica. Aunque actúo como si nada hubiera pasado delante de mis amigos, estoy muy triste. Para aliviar mi estado de ánimo, fui solo al bar y me emborraché. Accidentalmente, me encontré con él. Él es más que atractivo e increíblemente sexy. Como el deseo controlaba mi mente, tuve una aventura de una noche con él. Cuando decidí olvidarme de todo y seguir adelante, descubrí que mi aventura de una noche se convirtió en mi nuevo jefe. Un tipo posesivo.
Kaitlin se enamoró de Alan a primera vista, pero no consiguió conquistar su corazón ni siquiera después de tres años de matrimonio. Cuando su vida estaba en juego, él lloraba ante la tumba de su amada. Eso fue la gota que colmó el vaso. "Divorciémonos, Alan", dijo Kaitlin. Después del divorcio, Kaitlin prosperó en su nueva vida, ganando fama internacional como diseñadora. Recuperó la memoria y reivindicó su legítima identidad como heredera de un imperio joyero, al tiempo que asumía su nuevo papel como madre de dos preciosos gemelos. El pánico se apoderó de Alan cuando vio a los pretendientes alrededor de su exesposa. "Me equivoqué, cariño. Por favor, déjame ver a nuestros hijos", le suplicó Alan.
Clara Goodman, es la primogénita de la familia Goodman, una familia de empresarios de Nueva Zelanda, su madre murió cuando ella tenía seis años, y su padre volvió a casarse poco después con una mujer que la odiaba, más aún cuando nació su hija, y hermana de Clara, Karen, a la que su madrastra consideraba la verdadera heredera de la fortuna Goodman. Justo por eso hace que la vida de Clara durante su infancia un auténtico infierno. Los años más felices de la heredera, fueron cuando fue enviada por su padre, que desconocía lo que verdaderamente pasaba en su casa, a los Estados Unidos, exactamente a Washington, para estudiar en la Universidad, cumpliendo así la promesa que le hizo a la madre de Clara. Una noche que una compañera de la universidad le hicieron una jugada, tras emborracharla, Clara acabó pasando la noche con un desconocido, que resulto ser el multimillonario turco más poderoso de Asía, Azize Osman, Dueño del grupo Osman. A la mañana siguiente, Clara huyó, avergonzada sin dejar rastro de quién era ella, por el contario Azize pensó, en un principio, que ella era mujer de la noche, hasta que descubrió unas manchas rojas entre las sábanas, y supo que él había sido su primer hombre, y eso él nunca lo olvidaría. Pero lo peor estaba por llegar, cuando dos meses después Clara descubrió que estaba embarazada. Ella quiso pedir ayuda a su padre, pero eso nunca llegó, gracias a la manipulación de su madrastra, que le ofreció una cantidad de dinero enorme para que pudiera vivir, a cambio de que ella rechazara su herencia, todo lo que Clara conocía acabó, fue así como Clara se encontró embarazada, y expulsada de su familia. Pero todo cambio siete años después, cuando el inteligente hijo de Clara, Mack Goodman, quiso saber quién era su padre biológico, y gracias a su excepcional inteligencia, y a sus habilidades informáticas de genio, sin que su trabajadora y famosa arquitecta madre lo supiera, no sólo descubrió quien era, sino que, además, ideo un plan para que ambos estuvieran juntos para siempre. ¿Saldrá el plan como quiere este pequeño genio? ¿Es ya demasiado tarde? ¿Podrá Clara vengarse de quiénes le hicieron tanto daño? Muchas preguntas por responder, en mi próxima novela.
Jennifer Bennett, la legítima heredera de los Bennett, luchó denodadamente por el reconocimiento de su familia, solo para verse eclipsada por una impostora. Enfrentada a falsas acusaciones, acoso y humillación pública, Jennifer acabó renunciando a ganarse su aprobación. Con la promesa de superar la injusticia, ella se convirtió en la pesadilla de quienes la agraviaban. Los esfuerzos de la familia Bennett por doblegarla no hicieron sino alimentar su éxito, llevándola a la altura con la que sus rivales solo podían soñar. Alguien le preguntó: "¿Te sientes defraudada por tus padres?". Con una sonrisa tranquila, Jennifer respondió: "No importa. Al final, el poder prevalece".
Un matrimonio ligado por un contrato, y ella estaba obligada a aceptarlo. Él era su jefe y ella su secretaria. Ella le dio todo lo que él quería, pero su amor fue desatendido, pero cuando ella decidió irse, él le ofreció un contrato de matrimonio para que se quedara. Pero alguien ocupaba su corazón y no podía ofrecerle nada excepto su talento en la cama. Después de su matrimonio, soportó el dolor, pero esquema tras esquema destruyó su tolerancia. Finalmente, estaba lista para dejarlo, pero de repente él se negó a dejarla ir. Charles pareció sentir su dolor, la abrazó de repente y susurró: "Sarah, puedes confiar en mí. Nunca estaré con ella. Eres diferente de todas esas otras mujeres. Realmente quiero estar contigo. Si no lo hubiera hecho, entonces no habría cortado las relaciones con todas las demás mujeres. ¿No me crees ahora? Sarah sollozó suavemente: "Si has aceptado que se acabó con ella, ¿por qué todavía tienes su foto en tu billetera? ¿Por qué todavía la extrañas? ¿No ves cómo me duele? Charles la miró, "¡Ella es solo otra mujer de mi pasado!" La atmósfera entre ellos se volvió sofocante y Charles dijo en voz baja: "Sarah, ¿te dije que podías irte? Recuerda, soy tu jefe. ¡Eres mi secretaria y mi esposa! Enfadado, Charles volvió a gritar: "¡Sarah, soy tu hombre!". "¿Oh? ¿Mi hombre?" Sarah se rió y lo miró fijamente. Las lágrimas comenzaron a deslizarse por sus mejillas, "¿Eres tú, mi hombre? ¡Señor presidente, solo soy una mera posesión suya y nunca me convertiré en su esposa! ¡Libérame, te lo ruego!