-¡Es mi hijo, maldita sea! -Se acercó a mà y como un tonto reflejo me acerqué aún más, demostrándole que no le tengo miedo, pero en realidad era otro tipo de reflejo. Uno que no habÃa sentido en mucho tiempo. QuerÃa estar cerca de él. -Estuviste cuatro años fuera de su vida. -¿Qué parte no entiendes? ¡No sabÃa que existÃa! -¡No usaste protección! Pudiste llamar y preguntar si tenÃa sÃntomas de algo, pudiste verme al salir del departamento que compartÃamos o en la universidad con una barriga enorme. Esperé allà durante cuatro meses. Trabajé para alimentarme. Te busqué por todas partes para decirte que Ãbamos a tener un bebé, que no me dejaras sola en esto. Pero no te importé una mierda y ahora no me importa si te atropella un camión, nadie llorará tu pérdida. -Eso no es verdad... Y no, no lo era, no lo querÃa muerto, lo querÃa conmigo pero jamás se lo dirÃa. Estoy comprometida con otro hombre y eso no cambiarÃa.
Anna.
-Eres la novia más hermosa del mundo.
Me miro al espejo y suelto un suspiro de alivio, por fin termino esto.
Mi mamá sonrÃe mirándome, tiene los ojos llorosos y una mano en mi espalda.
Vuelvo a mirar a la chica con vestido de novia. Supuestamente soy yo, pero estoy irreconocible. No querÃa tanto maquillaje porque parezco un payaso, pero lo que sea para complacer a mi madre y que no le agarre un ataque de nervios.
El vestido es de una sola pieza en color blanco y marfil. Escote corazón y cierre de corsé. Consta de un encaje con apliques y da un suave aspecto de brillo satinado. Adornado con bordado y pedrerÃa en su frente corpiño, plegado debajo de la cintura con un lazo hecho a mano y abundantes niveles de tul que caen como cascadas por lo largo de la falda. Es una falda voluminosa, más para mÃ. QuerÃa un vestido más simple. Pero es el vestido más complejo que vi en mi vida. Mi madre abusó con los gastos de la boda porque, sabÃa que todo iba a recaer en la familia de Dave.
-¿Estás nerviosa? -Pregunta ella acomodando mi pelo rubio.
Si, ahora es rubio.
A decir verdad, no estoy nerviosa. Es mi boda, se supone que deberÃa estarlo, pero no lo estoy. Dave fue mi novio en la adolescencia y me siento cómoda con él. Aunque pospuse mucho tiempo lo de la boda, quiero decir, hace cinco años volvimos juntos y desde hace tres quiere que nos casemos. QuerÃa aceptar, pero una parte de mà gritaba que no lo hiciera, que esperara más tiempo, que no estaba preparada. Hace seis meses volvió a preguntarme. Dije que sÃ, y llore.
Él pensó que eran lágrimas de emoción y por un momento yo también lo creÃ, pero no fue asÃ. SentÃa angustia y un nudo inmenso en mi estómago, que fue pasando a medida que pasaron los dÃas, pero aún existe dentro de mÃ.
El llanto se produjo al darme cuenta de que deberÃa resignarme a esta vida, pensé que podrÃa llegar a ser más, pero no tengo posibilidad de cambiar nada de lo que soy ahora. Ya no soy joven y tengo otras responsabilidades.
Dave, es una persona maravillosa, y tengo mucha suerte en estar con una persona como él. Me quiso de nuevo aun sabiendo lo que me estaba pasando. Aun sabiendo que Jeremy estaba dentro de mÃ.
-¡Mami! -Gritó una vocecita aguda detrás de mÃ. Sentà como bracitos intentaban abrazar mis piernas, pero la falda no se lo permitÃa.
Me di la vuelta y lo vi. Está tan lindo con su traje. Me costó convencerlo de ponérselo, pero un dÃa de juegos en el parque lo hizo aceptar y a mà bajar la mitad de mi peso.
Sus bellos ojos miel miraban mi vestido, por su expresión estaba claramente asqueado, como yo.
Lo tomé y lo levanté en mis brazos. Apoyó su cabeza en el hueco de mi cuello y un escalofrÃo recorrió mi espina dorsal. Ese gesto se me hacÃa tan familiar...
Mi madre soltó un grito ahogado y tomó fuertemente la muñeca de mi hijo.
-Anna, ya tiene cinco años. No necesita que lo cargues, arruinara tu vestido -Dice entrecerrando los ojos en dirección a mi niño.
Mi madre no quiere a Jeremy, apenas lo soporta y yo soy la que la calma cuando quiere tratarlo o decir algo que lo hiera, lo ha hecho varias veces y las peleas que tuvimos fueron bastante fuertes.
Por no decir agresivas.
Nadie iba a tocar nunca a mi bebe.
Nunca.
Tomó la mano de mi madre y la quito de la muñeca de él.
-No me importa mamá -Lo mire y le bese la frente- ¿Siempre querrás que mama te cargue o no?
-¡Si! -Contestó dando un grito. Enredo sus bracitos por mi cuello y me apretó fuerte.
El niño tiene fuerza, demasiada para su edad. El otro dÃa golpeó a un niño un año mayor que él porque lo estaba molestando. Como no era la primera vez que ocurrÃa, me dieron una última advertencia, si llegaba a ocurrir otra vez lo iban a echar del jardÃn de niños.
Le grite un poco... Y después lo felicité por darle un golpe en el estómago como le enseñé, pero que no volviera a hacerlo.
No es que esté de acuerdo con los golpes, nunca fueron una opción, pero he hablado con los padres del niño para que calmaran la conducta de este, no me han hecho puto caso y, de hecho, se han reÃdo en mi cara. He hablado con cada miserable profesor y tampoco recibà respuesta. No iba a dejar que Jeremy fuera herido, ni de broma.
Alison entró en el cuarto junto a Demetria. Mis dos damas de honor.
Alison estaba completamente pálida, mientras Demetria estaba sonriendo en mi dirección. QuerÃa preguntarle a Alison que le pasaba, pero no querÃa hacerlo enfrente de Jeremy.
-Cariño, hazle un favor a mama. ¿Puedes traer mi bolso? Lo tiene la señorita de recepción -Le dije y él asintió muchas veces con la cabeza. Salto de mis brazos y fue corriendo en señal de la puerta.
-¿Pueden dejarme unos segundos a solas con Alison ? -Mire a mi madre que hizo mala cara y Demetria igual.
Demetria odia a Alison . Y Alison a Demetria. ¿Por qué? No lo sé, solo sé que Alison dice que es una mala persona, pero no me dice la razón, entonces lo dejo pasar.
Ambas se fueron y me quedé a solas con ella.
-¿Qué sucede? -Pregunte mientras me quitaba el velo.
-Nada... Solo estoy ansiosa por la boda, de hecho, ¿no pueden adelantarla? -Pregunto tocando sus manos.
-Pero faltan diez minutos para que empiece. No creo poder adelantarla más que eso. Además, tú no querÃas que me case con Dave, ¿qué estás diciendo?
Ella acomodó la falda de su vestido violeta. Era horrible, pero no peor que este.
-¿Te puedo preguntar algo? -SentÃa que le costaba pronunciar palabra. Estaba como si hubiera visto un fantasma.
-Por supuesto
-¿Lo amas?
La pregunta me cayó bastante pesado. No sé por qué pienso la pregunta, cuando ya la sé.
-Alison , me voy a casar con él, es obvio que lo hago. Me acepto cuando nadie más lo habrÃa hecho.
-¿Pero lo amas o amas que te haya ayudado?
Uh, eso fue bajo. Es la pregunta que siempre quise evitar y justo me la pregunta en mi boda. Ya estaba irritada. Justo antes de que pudiera contestar, se abrió la puerta.
Entro Jeremy con mi bolso en una mano y en otra tenÃa una parte del saco de una persona.
Despacio y en cámara lenta, levante la cabeza. Pase mis ojos por su abdomen que aun con camisa, se hacÃa presente. Por su gran pecho y sus anchos hombros. Luego por su cuello... Cuando llegue a sus ojos puedo garantizar que sentà que todos estos años de superación se desmoronaban poco a poco. El maldito pecho empezó a doler de nuevo. Mis piernas flaquean y todo mi cuerpo igual.
No puedo apartar mis ojos de él y ganas de gritar se instalaron en mÃ.
Mi hijo junto a él. Es un sueño, debe ser un sueño.
-¡Mama! -Grito Jeremy y corrió hacia mÃ
Vi cómo se abrieron los ojos de Henry al escuchar a Jeremy decir "Mama" y verlo abrazarme el cuello.
¿Cómo llego a abrazarme el cuello? Ahà es cuando me di cuenta de que estoy arrodillada en el piso con mi vestido de novia alrededor de mÃ. Mirando al chico que desapareció de mi vida hace más de cinco años. Sus ojos siguen siendo la cosa más hermosa que vi jamás, eran color miel, como los de Jeremy. TenÃa el pelo negro y desaliñado, aunque ahora lo tiene mucho más largo, le llega a los hombros. Después bajé mi mirada a sus labios. Eran labios carnosos, y sabÃa muy bien que tan dulces y suaves eran.
De la nada todo se volvió negro.
«Tú eres todo lo que está mal». Celina Brown está en su último año de preparatoria, es solo una adolescente que quiere dejar atrás su pasado y por esa causa, huye muy lejos de su constante pesadilla. Donovan o como todos lo llaman Den, está en su último año. Él no es deportista. No está en ningún club. No es buen alumno. No tiene amigos. Los rumores sobre sus misteriosas actividades lo condenan. No es nada más que problemas según todos sus compañeros de escuela, excepto para Celina, para ella podrÃa llegar a ser mucho más que eso. Ellos desde la primera mirada sintieron que algo los unÃa. Diferentes motivos pero mismas finalidades, un pequeño rayo de sol al final. Celina quiere escapar de los fantasmas de su pasado, mientras que Donovan nada más quiere terminar lo que empezó, su único cometido. Ella está rota y solo quiere volver a estar completa. Él quiere llegar hasta el final sin importar cuanto pueda lastimar a la única persona que alguna vez lo hizo sentir vivo. Es para lo que nació, o al menos, eso cree. Nadie es lo que parece. No confÃes en ellos.
Mauricio Rinaldi no busca una relación estable a pesar de su edad, de hecho le gusta mucho la soledad de su hogar, por esa razón nunca en su vida habÃa llevado a alguna de sus amantes a su casa, ya que este era un santuario. Todo cambia en su vida cuando es contratada una empleada nueva debido a que sus otras dos no cumplÃan correctamente sus funciones en la casa. Esta chica lo cautivo desde el primer momento que la vio salir por la puerta, todo su cuerpo se excito tan solo ver esa cara de inocencia y aquel cuerpo tan natural. Cansado de follar con modelos, plásticas y falsas. Pero al ver a Amber todo cambia en su interior, desde ese primer instante deseo a morir a esa mujer. Su ambición era tan grande que se ideo un plan para poder tenerla a ella sola en su casa y llevarla a la cama. Follaba con Amber en cualquier momento, mancillando ese cuerpo virginal que lo ponÃa cada vez más adicto, pero de lo que no se estaba dando cuenta este pervertido millonario era que su obsesión por ella estaba tomando otro rumbo diferente. El camino del amor se hacÃa paso y él se adentraba sin darse cuenta de que lo estaba haciendo.
Durante sus tres años de matrimonio con Colton, Allison ocultó su verdadera identidad y se esforzó de todo corazón para apoyarlo. Sin embargo, fue traicionada y abandonada por su esposo infiel. Desanimada, ella se propuso redescubrir su verdadero yo: una perfumista de talento, el cerebro de una famosa agencia de inteligencia y la heredera de una red secreta de hackers. Al darse cuenta de sus errores, Colton expresó su arrepentimiento: "Sé que metà la pata. Por favor, dame otra oportunidad". Sin embargo, Kellan, un magnate que se suponÃa que era discapacitado, se levantó de su silla de ruedas, tomó la mano de Allison y se burló desdeñosamente: "¿Quieres que te acepte de nuevo? Sigue soñando".
Se suponÃa que mi matrimonio con Mathias me harÃa la mujer más feliz del mundo. Aunque sabÃa que él no me amaba, pensé que se enamorarÃa de mà una vez que lo colmara de amor. Ya pasaron cinco años y Mathias me trataba como a una cualquiera. Para colmo, conoció a su verdadero amor y cortó todos los lazos conmigo por culpa de ella. Él la presentó a todo el mundo; algo que nunca hizo por mÃ. Su infidelidad me llevó a la depresión. Me sentÃa totalmente destrozada. Tristemente, incluso en mi lecho de muerte, mi supuesto marido nunca apareció. Cuando volvà a abrir los ojos, sabÃa que el destino me habÃa dado una segunda oportunidad. Yo todavÃa era la esposa de Mathias y pasamos dos meses antes de que conociera a su verdadero amor. En esta vida, me negué a que él volviera a lastimarme. Consciente del gran error de mi antigua yo, le pedà el divorcio. Mathias rompió los papeles del divorcio una y otra vez y al mismo tiempo me encerró. "¡Rylie, deja de hacer estupideces! ¡Hacerte la difÃcil no me funciona!". Para demostrarle que hablaba muy en serio, seguà adelante y solicité a la justicia. Finalmente entró en pánico. Abandonó a la "mujer de sus sueños" y se arrastró a mi lado. "Por favor, dame una segunda oportunidad, Rylie. Te prometo amarte con todo mi corazón. Serás la única mujer en mi corazón de ahora en adelante. No me dejes, ¿de acuerdo?". Una guerra estalló en mi mente. Por un lado, no querÃa que me hicieran daño otra vez. Pero, por otro lado, no querÃa dejar ir al hombre que amaba tanto. ¡¿Qué debo hacer?!
SOY LA PERVERSIÓN DEL JEFE *PARTE 2* Él creÃa que ella siempre estarÃa a sus pies, que tolerarÃa su crueldad con tal de no perder lo que tenÃan. Después de todo, estaba seguro de que nadie podrÃa darle lo que conseguÃa con él. Sin embargo, ella se cansó y aquella noche desapareció de su vida. Sebastián no imaginó que aquella inexperta en el sexo podrÃa ser capaz de mover el mundo bajo sus pies y, aunque hizo de todo por negar sus sentimientos y destruirla por completo, terminó siendo quien se arrodillara ante ella y suplique el perdón, pero para cuando él la localizó, ya habÃa alguien que tenÃa puesto sus ojos en ella. Ariana estaba dispuesta a ponerle fin al capÃtulo más doloroso de su vida. Y es que su enfermiza obsesión por el Licenciado Vega terminó con sus sueños de ser una gran abogada y con una amistad de años. O era asà como ella consideraba la relación que tenÃa con Ana, porque tan pronto abandonó la ciudad, ninguna de las dos se interesó en saber de la otra. Un año habÃa pasado y en ese tiempo sus vidas habÃan dado un giro de 180°. Por un lado, él no habÃa perdido sus manÃas y ya tenÃa a otra mujer que cumplÃa a la perfección con sus exigencias. Por el otro estaba ella, que llevaba meses en una relación con un hombre casado que, además de ser un excelente amante, era su jefe. Cuando Ariana debe regresar a Buenos Aires, se entera de que Sebastián tiene una favorita y descubre que no es otra que Ana, su ex mejor amiga. El resentimiento resurge y lejos de escapar por segunda vez, decide hacer hasta lo imposible para cobrarse lo que le hicieron, aunque eso signifique introducirse en ese mundo perverso del que se juró, no regresar jamás. ¿Será capaz de destruir la vida de las dos personas que más ama o dejará que una vez más Sebastián la manipule y la arrodille a sus pies? Una traición, muchas mentiras y un deseo de venganza que crece.
El amor es ciego. Lucinda renunció a su acomodada vida por un hombre. Se casó con él y se ocupó de todo durante tres largos años. Un dÃa se le cayeron las escamas de los ojos. Se dio cuenta de que todos sus esfuerzos habÃan sido en vano. Su marido, Nathaniel, siempre la trataba como a una mierda, porque su amor ya pertenecÃa a otra mujer. Se dijo a sà misma: "¡Ya basta! He terminado de malgastar mi tiempo con un hombre desagradecido". El corazón de Lucinda se rompió en pedazos, pero de todos modos, reunió el valor para pedir el divorcio. La noticia causó un gran revuelo en Internet. ¿Una joven rica que acababa de divorciarse de su marido? ¡La mujer soñada! Innumerables directores ejecutivos y jóvenes apuestos acudieron a ella como abejas a la miel. Nathaniel no aguantó más. Dio una rueda de prensa y suplicó con los ojos llorosos: "Te quiero, Lucinda. No puedo vivir sin ti. Por favor, vuelve a mÃ". ¿Le dará Lucinda una segunda oportunidad? Siga leyendo para descubrirlo.
Zen Luo, un joven y prodigioso patrón del clan Luo, perdió todo lo que apreciaba durante una pelea interna de la familia provocada por la codicia. Y después de eso fue esclavizado, pero al mismo tiempo, los impulsos de la venganza se calentaron a fuego lento. Nació una leyenda cuando, gracias al trabajo duro y la determinación, se convirtió en un arma poderosa. ¿Finalmente tendrÃa éxito en vengar a su padre? ¿LlegarÃa al destino de la inmortalidad? ¿Qué pasarÃa con los que tratan de matarlo? ¡Lea esta historia y descúbralo!