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La revancha, el inicio de un amor, es una novela basada en rencores y odios por los malos tratos recibidos en la infancia. Biel es un niño que queda huérfano de madre a los 10 años de edad, toda su vida fue rechazado por su familia, en especial su tía Dairas, debido a que no tenía padres. Cuando su madre muere, es adoptado por una pareja quien lo cría con mucho amor. Sin embargo, el rencor que él guarda en su corazón no le permite ser feliz, así que busca la revancha. Para eso, va a usar a Aura, la hija adaptativa de Dairas, cuando crece la busca con el único objetivo de burlarse de ella, por eso la enamora y luego la abandona. Él considera que de esa forma Dairas aprenderá la lección. Desafortunadamente, la única que sufre las consecuencias de esa venganza, es Aura, pues su madre adoptiva la corre de la casa aun estando embarazada. Ella comienza a deambular y pasa por situaciones desagradables. Después de un tiempo, se vuelve a encontrar con Aura, Biel se da cuenta de que realmente se enamora de Aura. Sin embargo, todo cambió, Aura ya no es la niña inocente que el engaño y allí es que comienza su tormento. En ese momento, es Aura quien tiene el poder y quiere la revancha, ella no se da cuenta de que está cruzando una línea muy delgada del odio al amor, y que por su actitud lo puede perder todo. ¿Que pasara?, ¿quién ganará?, ¿el odio que los separara?, o ¿el amor que los une? Hasta los momentos nadie lo sabe. Síguenos en esta historia.
Hoy es un gran día para la familia Pons, pues se va a realizar la presentación formal de Aura, la hija adoptiva de Dairas. Todos se encuentran emocionados por la noticia, debido a que la familia está creciendo.
Dairas es una mujer mayor, pero nunca se casó, de allí que no tuviera hijos. Después de mucho pensarlo, a sus 48 años, toma tan importante decisión de adoptar una niña.
Ella se caracteriza por ser una mujer muy conservadora, por eso no le gusta estar en clubes o salones de fiesta, por lo que realizó la reunión en su casa.
Aimar es la hermana menor de Dairas, ella vive en Amba, un pueblo lejos de Traise, por lo que por la distancia que debe manejar, tiene que salir bien temprano y por ello tiene que madrugar. Lo más difícil es despertar a su hijo.
- Biel, es hora de que te levantes - dijo Aimar moviendo a su hijo para despertarlo- hoy es la presentación de Aura y no podemos faltar, por favor hijo, párate ya, vamos a llegar tarde mi amor.
- Mami, no quiero ir, mi tía es muy mala conmigo y me regaña por todo -expresa Biel y se arropa la cabeza- no quiero ir.
-No seas así, Biel, ya es hora de levantarse, mira que el camino es largo -expresó Aimar mientras lo desarropa para que se pare- yo sé que tu tía tiene mal carácter, pero ella te quiere mucho. Además, hoy le van a entregar a tu prima y por eso ella quiere celebrarlo con toda la familia.
- No quiero ir mami - expresa Biel con tristeza- mi tía no me quiere, me trata muy mal. Además, a ella no le importa si vamos, a decir verdad mami, yo creo que es mejor para ella si nosotros no vamos -dijo muy seguro.
- No digas eso Biel, a tu tía si le importamos y se va a poner muy triste -dijo para convencerlo- claro que nos quiere hijo, yo soy su única hermana y tu su sobrino -expresa para justificarse - es solo que tiene mal carácter y es muy gruñona -dijo haciendo cosquilla para despertarlo.
- Está bien mami, ya me paro - expresa Biel sentándose en la cama y con un gran bostezo continuo - y me visto, pero lo hago solo por ti mami, porque te quiero mucho.
- Así me gusta hijo, siempre comprensivo conmigo - dijo Aimar dándole un beso en la frente - ya levántate para llegar temprano.
Biel, es un niño de 10 años de edad, vive solo con su madre, puesto que su padre los abandonó, a penas se enteró de que Aimar estaba embarazada. Toda su familia los rechaza por esa razón.
Dairas, su hermana, es la que más la ha maltratado por salir embarazada a una edad temprana. Le rechaza a Biel y los trata de malas ganas, los invita a las reuniones solo para humillarlos.
A pesar de eso, Aimar los lleva a todas las reuniones familiares y a compartir con ellos, puesto son la única familia que tiene. Es por eso que ella trata de acercarlo y busca la manera que lo acepten.
Sus padres fueron muy estrictos en su educación, Dairas siempre fue un ejemplo a seguir, de allí que no acepte que Aimar haya tenido un hijo sin casarse, por eso siempre lo trata mal.
- Biel, ya estás listo? - pregunta Aimar - apúrate hijo, mira que son muchas horas que debo manejar.
- Si mami, ya voy - dijo acercándose al carro para montarse- ya llegue podemos irnos.
Una vez que los dos se encuentran dentro del carro, lo prende y comienza el recorrido. Para llegar a la casa de Dairas son aproximadamente tres horas, eso es en caso de que no se presente alguna tranca.
Para Aimar, ese viaje resulta muy agotador pues, aparte de tener que manejar ida y vuelta, también debe de soportar las distintas humillaciones y desplantes que le hace su hermana.
En el camino, Aimar aprovecha de hablar con su hijo, pues debe ser bien portado y muy educado.
- Biel, sabes que debes portarte bien papi, pues va a estar toda la familia - explica Aimar- así tu tía no te regaña tanto.
- Mami, yo siempre me porto bien, es mi tía la que me culpa de todo - dijo en tono molesto- ella ve que los otros niños lanzan piedra y me regaña, es a mí, así esté inmóvil.
- No seas exagerado Biel -dijo con una sonrisa- tu tía es estricta, pero no injusta -dijo, aunque en el fondo sabe que es así.
- Es en serio, mami, yo puedo estar sentado y los demás niños corriendo y me regaña, es a mí y sin yo hacer nada.
- Pero igual te porta bien amor, ¿sí?
Biel no contesta nada, solo mueve la cabeza con gesto de afirmación.
Aimar mantiene la esperanza que su hermana cambie, pues va a tener una hija, y eso debe hacer que afloren sus sentimientos maternales y deje de reprocharle por qué ella es madre soltera.
Aunque Aimar no se lo diga, ella la comprende, pues, esa fue la educación que le dieron sus padres. Dairas siempre le hizo caso y el hecho que Aimar saliera embarazada, fue un grave error que no le perdona.
Por otro lado, sus padres, tenían una conducta ejemplar y no aceptaban actitudes inadecuadas en su casa. Todo debía manejarse a la perfección con principios de moral y buenas costumbres.
Sin embargo, Aimar fue testaruda y rompía las normas molestándolos con esa actitud, hasta el día que salió embarazada, esa fue la gota que derramó el vaso con agua.
Cuando la familia se enteró del embarazo de Aimar, comenzaron los conflictos en la casa. Pues ellos no podían permitir esa situación en su hogar, ya que atenta contra los principios de la familia.
En ese entonces ella tenía 15 años, y cuando le fueron a reclamar al padre del niño que esperaba, simplemente se negó a reconocerlo y no pudieron hacer nada.
A su padre le dio un infarto y murió, sin llegar a conocer al niño, y su madre murió cuando el niño tenía un año de edad. Dairas siempre dijo que sus padres murieron por culpa de su hermana.
Apenas nació el niño, Aimar comenzó a trabajar y se independizó. Nunca les pidió nada para ella o el bebé.
Ya llegaron a la casa de tu tía Dairas; sin embargo, todavía es temprano. Por lo que dejan el carro estacionado y se van a caminar por el centro. La razón es que no quiere toparse con su hermana, pues siempre le recrimina cosas.
- ¿Qué le podemos comprar a tu prima? -expresó Aimar.
- Un peluche, a las niñas les gustan mucho los peluches.
- Me imagino que está pequeña, así que un peluche no estaría bien -le explica y se dirige a una tienda de ropa para bebés- un conjuntito, esto le será útil.
Después de comprar la ropita para la beba se dirigen a la casa, ha pasado más de una hora, por lo que ya hay invitados, así que deciden pasar.
Todos murmuran por la decisión de Dairas de adoptar un bebé. Eso le molesta mucho a Aimar, pues es su hermana y también tiene derecho a tener una familia, así no sea su madre biológica.
Ella considera que todo fue culpa de su educación, pero nunca es tarde para arreglar esa situación. Y por su edad, ya no podrá tener hijos, así que la adopción es una buena idea, pues le da un hogar a un niño desamparado.
Llegó el momento más esperado por todos, pues viene Dairas con su hija. Todos se quedaron admirados, pues es una niña de unos ocho años, de piel morena y ojos oscuros, nada que ver con los rasgos de la familia.
Muchos de la familia se fueron, pues rechazan la idea de que esa niña pertenezca a la familia. Una cosa es que sea adoptada y otra muy distinta que sea de color oscuro.
Aimar se quedó con su hermana en todo momento, pues sabe lo que es el rechazo y no quiere que ella o su hija lo sufra. Aunque la edad de la niña la sorprendió bastante, puesto que esperaba que adoptara aún bebé.
Los pocos familiares que se quedaron, solo hablaban cosas feas de Dairas y su hija Aura. Los demás primos no se le acercaban a la niña y hacían comentarios hirientes «si me tocas, me manchas» «no me junto con negro» entre otros.
Biel, la vio sola y estaba llorando, pues los demás niños y se decían cosas hirientes, él se le acercó y comenzó a hablar con ella. Se hicieron amiguitos casi de inmediato.
Cuando Dairas se percató de la cercanía entre los niños, se puso histérica a grita «mi hija no va a estar cerca de un bastardo»
Eso ofendió mucho a Aimar, ella adora a su hijo y por qué no tengo padre no lo hace menos, pues tiene una madre que daría su vida por él. Por lo que le reclamó esas palabras.
- ¿Qué te pasa Dairas? Biel es mi hijo y no tienes ningún derecho a ofender lo de esa forma.
-Es un bastardo que no tiene padre, no lo quiero cerca de mi hija.
- Tu hija tampoco tiene padre Dairas, y no por eso la rechazó.
- Son por razones diferentes -dijo Dairas muy molesta- si ese bastardo se acerca a mi hija corre el riesgo que sea una regalada como tú.
- Es la última humillación que te soporto -dijo Aimar y le da una cachetada- ya está bueno que maltrates a mi hijo y a mí. Ya tienes una hija y aunque no la pariste le debe tener cariño, ya sabrás lo que duele un hijo.
Aimar tomó de la mano a su hijo, se fueron, agarraron carretera sin importarle nada. Ella se encontraba muy alterada y un poco fuera de sí. Estaba hablando sola, pues Biel no entendía a lo que se refiere.
- ¿Cómo es posible que te trate así?, tú eres su sangre -dijo con los ojos llenos de lágrimas- no puede ser que toda la vida me saque en cara el error que cometí, en ese entonces era una niña.
- Mami cálmate, vas muy rápido - decía Biel viendo el estado de su mamá- mami, detente, por favor, cálmate.
- Tranquilo Biel, yo sé lo que hago -dijo mientras se seca las lágrimas.
Sin importarle nada, Aimar continúa manejando, pues quiere llegar a su casa y olvidar lo que pasó. Se decía así misma que nunca más volvería a tratar a su hermana, que para ella se había muerto.
Miraba a Biel, y le decía «tranquilo hijo, nunca más vas a tener que aguantarte a tu tía, ya comprendí que es mala y no nos quiere y nunca lo hará. De ahora en adelante seremos tú y yo hijo, de ahora en adelante yo seré la única familia que tengas, te amo Biel» era lo que más repetía Aimar.
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