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Astrid esperó a Joshua toda la noche como hacía habitualmente... Y lo primero que recibió, en lugar de un saludo frío, fueron los papeles de divorcio. –¿por qué?– fueron sus únicas palabras al ver el acuerdo. Joshua, la miro con indiferencia –Fue suficiente, es una perdida de tiempo seguir este matrimonio, en primer lugar si no fuera por mi abuelo, no me hubiera casado contigo... ¡Fírmalo!– grito. Astrid, bajo sus ojos llenos de lágrimas, apresuradamente tomo el acuerdo de divorcio y lo metió en su boca. –¡No me quiero divorciar!– gritó Astrid. Joshua no respondió, solo la miro y se marchó. Después de todo era difícil entrar en el corazón de alguien como Joshua. Ella se mantuvo firme en su decisión, se había casado para cuidar la salud de su madre... Hasta que la perdió también, ya no quedando nada a qué aferrarse. –No siente nada por mí –limpio, sus ojos llorosos – en el futuro no volveré a aparecer frente a él. Tomo su equipaje y junto a una fuerte nevada desapareció junto a sus huellas en la nieve. Dejando atrás solo su firma en el acuerdo de divorcio.
En medio de la noche, la zona de la villa de la ciudad de los Ángeles California estaba muy iluminada. Los árboles de Navidad frente de cada casa hacían que la zona de la villa se viera mucho más acogedora. Un poco de nieve blanca bajaba lentamente desde el aire. Toda la zona era tan hermosa como una pintura, a excepción de la villa de la familia Steel que era incompatible con esta escena.
Era un poco difícil ver el rostro de Astrid con claridad, ella solo veía el trozo de papel que tenía delante, las palabras que decían ACUERDO DE DIVORCIO, picaron en su hermosos ojos verdes.
Frente a ella estaba el cuerpo firme y rostro hermoso, ese hombre que aún le hacía doler el corazón, el hombre que se apoderó de cada célula de su cuerpo en el momento que se conocieron.
Contándole tiempo reunir el valor para hablar.
–¿Por qué?– Forzó una voz temblorosa para preguntar a Joshua, no siquiera tenía el valor de mirarlo, así que solo mantuvo la cabeza inclinada en silencio.
Él la atravesó con una mirada fría– Fue mi abuelo quien me obligo a casarme contigo en primer lugar, y ahora que mi abuelo ha muero no hay necesidad de que te mantengan conmigo.
La respiración de Astrid pareció perder el aliento en ese instante y miro a Joshua suplicante – No me dejes.
Cuando vio la cara fría de Joshua, le dolió la nariz. Aunque Joshua era indiferente nunca le había mirado con tanta frialdad, como si estuviera mirando un juguete del que ya estaba cansado, incluso podría decir que vio algo se asco en sus bonitos ojos.
Astrid trato de contenerse para no llorar.
Joshua le había dicho que la odiaba cuando lloraba, no importa cuánto se resistía sus ojos continuaban rojos, abrazo con fuerza la delgada cintura de Joshua, temiendo que si lo soltaba lo perdería para siempre.
–Por favor, no me dejes– como un gato abandonado Astrid miro suplicante a Joshua. Cómo deseaba a que esto fuera una pesadilla que Joshua frotara sus mejillas y dijera que era una broma y le había mentido.
Durante tres años, Joshua Steel nunca le había pedido su opinión. Había escuchado obedientemente cualquier orden de Joshua, incluso si hacía algo que no le gustaba a ella, mientras a Joshua le gustará, lo haría por él.
Y esta vez, tampoco quería escuchar órdenes de Joshua. Está era la primera vez que intenta resistirse a Joshua aún cuando él hizo una expresión de disgusto Rompió con fuerza los brazos que le rodeaban la cintura está fuerza repentina fue como intentar romper los brazos de Astrid, entonces Joshua con un tono extremadamente frío hablo – ¡No tienes derecho a negarte! –Haciendo caso omiso a la súplica de Astrid forzó el bolígrafo en su mano.
Una lágrima cayó sobre el acuerdo de divorcio, las lágrimas de Astrid finalmente fluyeron hacia abajo, mirando el nítido nombre de Joshua en el acuerdo de divorcio, nombre que hizo que su corazón doliera tanto que apenas podía respirar. La pluma era suave y casi firmó su nombre sin dudarlo. Joshua, el hombre que había amado durante tres años, dijo que no la quería.
No, no debe dejar que esto ocurra. Joshua era su vida. No podía imaginar un día sin Joshua, incluso si a él no le gustaba.
Sólo que esta vez, no pudo escuchar a Joshua.
–¡Lo siento!– Como si fuera su última lucha, Astrid estiró su mano y agarró el acuerdo de divorcio, lo arrugo rápidamente hasta convertirlo en una bola y se lo llevó a la boca. Realmente no se le ocurría otra forma en ese caso Joshua no se iría, ¿Verdad?
Joshua era un hombre de palabra, y por lo que sabía, definitivamente le obligaría a firmar el acuerdo de divorcio esta noche. Incluso si tuviera que atarlo, le haría firmarlo.
La parte afilada de la bola de papel cortó la garganta de Astrid, se la tragó con dolor, pero no hay comparación con el dolor que siente en su corazón.
La luz tenue hizo que Joshua no reaccionara a la acción de Astrid. Cuando escuchó el sonido de arrugar la bola de papel, ya era demasiado tarde. Astrid se tragó la bola de papel un paso más rápido que él. Si esto fuera una acción normal, habría reaccionado en un instante para arrebatar el acuerdo por adelantado.
Sin embargo, el comportamiento de Astrid no sorprendió a Joshua. Después de todo, durante tres años, dijera lo que dijera, aunque fuera cualquier petición poco razonable, Astrid siempre obedecería incondicionalmente sus órdenes. –¡Maldita sea! ¡Escúpelo! ¡Escúpelo, hazlo por mí! –Miró el rostro claro de Astrid, un rostro que se parecía a una persona que no veía en largo tiempo, pero nunca olvidaría.
–¡No lo voy a escupir! No quiero divorciarme de ti– Astrid se armó de valor para mirar a Joshua, su corazón latía con fuerza, esta era su última oportunidad, aunque sólo pudiera mirar a Joshua en el futuro. Aunque Joshua le aborreciera en el futuro, no quería divorciarse de él. De todos modos, a Joshua no le gustaba en primer lugar, no era tan malo.
Mirando los ojos llorosos y obstinados de Astrid, Joshua bajó lentamente su mano levantada y suspiró.
Miró profundamente a Astrid y subió las escaleras sin mirar atrás.
Al ver la figura desapareciendo, Astrid exhaló un suspiro de alivio.
La luz tenue le recordó de repente el día en que Joshua le propuso matrimonio, el día en que le dijo que se quedaría con él el resto de su vida.
No, nunca aceptaría divorciarse de él, no podía vivir sin Joshua.
Astrid se levantó y subió suavemente las escaleras, parándose en la puerta de Joshua. No se atrevió a llamar a la puerta, tenía pánico, tenía miedo de volver a ver los ojos llenos de repudió de Joshua.
Después de mucho tiempo, finalmente se armó de valor y se dispuso a sujetar el pomo de la puerta, justo entonces, la puerta se abrió de repente.
En un segundo, su propio cuerpo perdió su peso, y al siguiente fue inmovilizado por Joshua. –¿Sigues con tantas ganas de lanzarte a mis brazos aunque te estés divorciando?– Entonces Joshua resopló fríamente –¡Ya que lo deseas tanto, entonces te satisfaré!– Joshua no le dio tiempo a reaccionar. En un instante el dolor y placer le recorrió todo el cuerpo, las partes en carne viva le dolían tanto que no podía moverse, sólo podía agarrar la sábana con fuerza y asimilarlo todo, le gustaba aunque le lastimara.
–No esperaba que fuera tan malo para ti – El tono frívolo de Joshua sonó por detrás de Astrid. Astrid quiso decir que no era así, pero la siguiente embestida de Joshua sólo le hizo apretar los dientes, no quería gemir y que Joshua se sintiera asqueado. Tenía miedo, temía que si hacía un ruido en ese momento, Joshua le dejara atrás sin más.
–lin...– Joshua de repente dijo suavemente un nombre que no le era familiar a Astrid. Astrid sólo escuchó en silencio, no se atrevió a preguntar de quién se trataba. Tenía miedo de volver a llorar. Si lo hacía en este momento, Joshua definitivamente no volvería a hacer algo así con ella en el futuro.
Después de que Joshua se calmara, trató de abrazarlo por la espalda, pero se levantó y, con un tono todavía frío, habló –Vuelve a tu habitación para dormir – Con eso, entró al baño.
No fue hasta que escuchó el sonido del agua que Astrid supo que era el momento de volver, no importaba que lo dejara así, mientras no se divorciara de él, podía soportar cualquier cosa.
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