Matías, tiene una hija de dos años. Le duele aún ver a su ex novia, feliz con su esposo. Pero a pesar de aún seguir enamorado de ella, decide olvidarla. El tiempo lo hace conocer a una hermosa chica, pero... ¡Ni siquiera lo mira!
Con el paso de los meses, mi pequeña hija, había cumplido 2 años. Para mí había sido una etapa muy importante a lo largo de mi vida. No solo por el hecho de que había perdido la persona que más he amado en toda mi vida. Ya que ella está muy bien con Eliseo, sino que había sido padre, que me perdí muchas cosas por haber perdido a la madre, sé que hubo tiempo se lo que no estado: me perdimos muchos desayunos , almuerzos muchas noches. Sin dormir cuidando a mi hija; nada de eso fue posible . y está bien , lo vio afectado.
Es mi primer momento junto a la universidad, de eso sí que no he desistido. Es algo importante para mí, quería hacerle lo mejor a mi hija. Voy caminando los pasillos de la universidad, la gente pasa por delante de mí , si no importara mucho tropezarse conmigo. Tenía amigos, pero de lejos.
No confiaba verdaderamente en nadie, a pesar de mostrarme siempre risueño y alegre. A diferencia de muchas personas, me gustaba estar solo. Aunque a aparentar lo contrario. Particular lo estaba, estaban realizando un parcial , el cual yo me había salteado: debido a que había dado un buen oral y no necesitaba otra nota. Estaba en un banco; en las afueras de la universidad.
Podía ver muchos estudiantes de un lado al otro, y aprovecho ese momento para estar tranquilamente solo. En parte me agradaba puesto qué parte también me gustaba estar solo, ser un poco extraño y, en ermitaño me dirían. Suspiré, mi ex me acaba de mandar la foto de nuestra hija tomando helado.
No pude evitar sonreír y guardar el teléfono de nuevo. Es medio difícil, Claro que lo había sido. Con Emma, había conocido el amor por primera vez cuando era un adolescente; y ahora que ya no la tenía conmigo era muy y difícil para mí ver lo feliz que ella era.
Con el...
Además de que cada día se iba convirtiendo en una hermosa mujer . y los estaba teniendo planes con su marido de poder tener otro hijo.
Suspiré, me sentía en ese instante y augusto. De pronto, me doy cuenta de que no tengo ánimos de estar aquí.
Tomo mis cosas y me marcho a toda velocidad de lejos de la universidad. Voy pisando el pasto, debajo de mis pies puedo sentir un leve rebote el cual me quiere llevar hacia las nubes , pero yo me quiero mantener firme en el suelo.
Después de unos minutos de caminar por el largo campus.com a través de un pequeño camino de piedras improvisados, llego a la parada del colectivo.
No vengo en mi auto, intento ahorrar lo máximo posible. En colectivo llega, me subo y una chica un poco molesta, está delante de mi . pongo los ojos en blanco, porque estoy esperando que ella pague para yo poder hacerlo y poder sentarme antes de que alguien más me gane el lugar. No la chica al parecer tiene un problema con monedas, e ingresa ingresa monedas y siempre se las devuelve.
Pongo los ojos en blanco y le pago a ella y le pago a m.
-¡Oye! Yo no te pedí que me pagarás -protestó.
-Mínimo un Gracias, te estoy esperando aquí hace 15 minutos y tú todavía todavía no podés pagar -protesté.
Puse los ojos en blanco enojado, porque encima que la quise ayudar se molesta. Me senté, puede sentir el torso de ella delante.
O más bien al costado.
En cuánto lo hice al levantar la vista, me di cuenta de que la chica está a mi lado. Yo levantó la vista , con curiosidad y ella me miró enojada.
-Ni siquiera los buenos modales,nomás decía del asiento, y además te quería pagar las monedas.
- No quiero tus monedas que no sirven para pagar un boleto de colectivo y además estamos en igualdad -comenté finalmente y la ignoré.
-¡Pero estoy embarazada! -protestó y yo la miré con curiosidad.
Tenía puesta una camisa holgada y ella se la levanto un poco mostrándome un pequeño bulto. Resignado, me puse de pie y ella con una sonrisa de triunfo se sentó en lo que era mía siento.
La niña, tenía una trenza desordenada que le caía por su hombro derecho. Sus ojos celestes, que era más bien turquesas. Me habían encandilado brevemente en cuanto la vi.
Después de conocer el carácter horrible que tiene y además de su personalidad molesta: había desistido de cualquier sentimiento que se me había despertado.
O sea estaba loco, no podía mirar una persona si te molesta pues buffe frustrado, la niña, le decía de ese modo porque no aparentaba tener más de 20 años.
Empezó a tararear una canción, devolví la vista hacia ella un poco frustrado Y enojado.
-¿Puedes dejar de hacer eso? -me quejé.
Ella ya enseguida levantó la vista con una ceja levantada.
-¿Por qué no puedo cantar? ¿Acaso no dijiste igualdad y no sé qué..?
-Porque me molesta -dije así sin más.
-Pues a mí no me molesta -comenta y siguió cantando.
-Si sigues cantando te gritar en el oído -la amenace . ella levantó la barbilla orgullosa, y dijo: entonces seguiré cantando.
Sigió tarareando una canción Y ese soportarlo más me incline a su oído , y empecé a gritarle levemente pero para molestarla solo a ella.
-¡Eres muy molesto!
Dijo y me dio un leve empujón.
-Pues tú lo eres más -comenté y ahí estábamos los dos, dos desconocidos peleando por cualquier tontería.
Pero por primera vez después de un año y medio, me reí. Me estaba riendo y en cuanto lo hice no podía creerlo, porque mi rostro bastante confundido notó ese leve curvatura que había renacido en mi mejilla derecha. Ellas, se rió también, pero en cuanto nos vimos alegres y sonrientes en el reflejo del vidrio sucio del colectivo, nuestra sonrisa se apagó.
Nos volvimos a mirar , si fuéramos enemigos desde hace una eternidad, firmes e irrevocables, cada uno se quedó en su posición.
Observé de reojo al joven que estaba a unos metros delante de mí, Eric. Era el hijo de mi mejor amiga, Laura. Suspiré bajando la vista, pero no pude evitar verle. Ultimamente, para ser sincera podía llegar a jurar que el chico, se veía mas atractivo que antes. A sus veinte años, parecía un hombre sacado de una revista para mujeres maduras. Mis mejillas se tornaron rojas, y tuve que sostener con fuerza mi vestido. Mis ojos se volvieron frágiles ante la imagen que tenía frente a mí. Cuando flexionó sus brazos para sonreírle a mi hija, sentí un nudo extraño en mi garganta. Olivia, tenía la misma edad que Eric. Laura, me pasó un mate y desperté de la ensoñación, de observar la sonrisa de su hijo. -¿Estás bien? –cuestionó bajo una mirada intimidante, asentí enfocando mi vista a los dos. Eric, rodeaba en un abrazo a Olivia, tragué saliva en seco –son adorables. -Lo son –comenté sin titubear, si tan solo un solo sonido de mi voz sonaba insegura, Laura se tiraría sobre mí como una gacela. La conocía demasiado bien para saber que era curiosa, en demasía. -Entonces... ¿saldrás con el ingeniero? –su pregunta, provocó que mi concentración volviera a ella. Suspiré asintiendo, ¿qué le podría decir? De todos modos, ya era demasiado extraño que quisiera quedarme con su hijo en la ciudad. Yo tenía una casa en la capital, y me había ofrecido para que él fuera a vivir allí una temporada, incluso Laura fuera para hacerme compañía. No pretendía comenzar a mirar a Eric con otros ojos.
Una enfermera encuentra a una niña congelada en el exterior de su hospital y la rescata. Después de atenderla, descubre que la pequeña tiene un don mágico que le permite curar heridas y predecir el futuro. La niña la lleva a su manada, y se desarrolla una tensa relación con su cruel padre, el Rey de la Manada.
Unidos por un matrimonio arreglado, Lina y Mateo se encontraron por primera vez en la noche de su boda. Sin embargo, Mateo sólo tenía ojos para su herencia y no para Lina, y la abandonó en cuanto obtuvo lo que buscaba: cuatrillizas. Cinco años después, un anciano de la familia empieza a sospechar que los dos no están enamorados, ejecuta un plan para arruinar la herencia de Mateo si no puede demostrar su amor a Lina. Con la presión de los dos lados de la familia, Mateo hace una propuesta arriesgada a Lina: fingirán ser amantes y recuperarán la herencia. Pero el destino tiene otros planos, y mientras más tiempo pasan juntos, más difícil es ocultar sus secretos y, aún más importante, el creciente amor que los une.
Kiara despierta en una carcel, había sigo secuestrada por unos desconocidos. Esperando no encontrar el peor amo, alguien la salva, un hombre lobo cuyo nombre es Alexander. Emilia, hermana de Alexander descubre que Kiara es su pareja, al parecer reencarnada en una humana. Pero él se niega a creer eso. Ella la cura y le borra la memoria. Vuelve a su vida normal ya la universidad, encontrándose aun profesor muy sensual, Alexander.
Liam, un joven ambicioso y decidido, está a punto de perder su empresa. Cuando se entera de que podría salvarla casándose con la hija de su padre empresario, decide aceptar la oferta. Pero, a medida que conoce a Elena, una joven inteligente y atractiva, empieza a sentir una atracción inesperada por ella. Al mismo tiempo, Elena siente que la relación se está poniendo más profunda, y se pregunta si Liam siente lo mismo que ella. ¿Qué ocurrirá si Elena descubre la verdad sobre el contrato? ¿Y sí Liam, se entera el secreto de Elena? ¿Se perdonarán?
—No... —susurra Sol con dolor, su mano se posa sobre su pecho como si buscara calmar el latido desbocado de su corazón, pero la comprensión parece escaparse de ella. —Lo lamento, Sol —la voz del hombre resuena grave. —¿Por qué no me lo dijiste? —pregunta Sol con una angustia que le oprime el pecho, y se deja caer de rodillas ante él.—¡Era tu esposa! Tenemos una hija... ¡No! —Yo... no sabía cómo hacerlo. Temía que... que no me recordaras, Sol. Y el doctor no lo recomendaba… y… —murmura con la voz quebrada, y Sol sacude la cabeza con incredulidad antes de levantarse. —No quiero... —susurra, tragando el aire con dificultad antes de reunir el valor para decirlo en voz alta. —No quiero volver a verte... nunca más. —¡Sol! ¡Por favor, Sol! —grita el hombre.
Todos se sorprendieron cuando estalló la noticia del compromiso de Rupert Benton. Fue sorprendente porque se decía que la novia afortunada era una chica normal, que creció en el campo y no tenía nada a su nombre. Una noche, ella apareció en un banquete, lo cual causó una sensación a todos los presentes. "¡Cielos, ella es tan hermosa!". Todos los hombres babeaban y las mujeres se pusieron celosas. Lo que no sabían era que esta supuesta pueblerina era en realidad una heredera de una fortuna de mil millones de dólares. No pasó mucho tiempo antes de que sus secretos salieran a la luz uno tras otro. Las élites no podían dejar de hablar de ella. "¡Dios mío! Entonces, ¿su padre es el hombre más rico del mundo?". "¡También es esa excelente pero misteriosa diseñadora que mucha gente adora! ¿Quién lo hubiera adivinado?". Sin embargo, un montón de gente no creía que Rupert pudiera enamorarse de ella. Pero les cayó otra bomba. Rupert silenció a todos los detractores emitiendo un comunicado. "Estoy muy enamorado de mi hermosa prometida. Nos casaremos pronto". Dos preguntas estaban en la mente de todos: "¿Por qué la chica ha ocultado su identidad? Y ¿por qué Rupert estaba enamorado de ella de repente?".
Era una doctora talentosa de fama mundial, CEO de una empresa que cotiza en bolsa, la mercenaria más formidable y un genio de la tecnología de primer nivel. Marissa, una magnate con una plétora de identidades secretas, había ocultado su verdadera identidad para casarse con un joven aparentemente empobrecido. Sin embargo, en vísperas de su boda, su prometido, que en realidad era el heredero perdido de una familia adinerada, canceló el compromiso, incluso la humilló y se burló de ella. Cuando las identidades ocultas de la chica salieron a la luz, su exprometido se quedó atónito y le suplicó desesperadamente que lo perdonara. De pie, protector ante Marissa, un magnate increíblemente influyente y temible declaró: "Esta es mi esposa. ¿Quién se atrevería a quitármela?".
Para cumplir el último deseo de su abuelo, Stella se casó con un hombre al que nunca había visto. Sin embargo, los dos continuaron llevando sus vidas sin ser molestados. Un año después, Stella regresó a Seamarsh con la esperanza de conocer a su misterioso marido. Pero para su sorpresa, él le envió un mensaje pidiéndole el divorcio. Apretando los dientes, ella respondió: "¡Entonces divorciémonos!". Poco después, Stella se convirtió en empleada de Grupo Prosperity y trabajó directamente para el director ejecutivo del grupo, Matthew. Se decía que el apuesto CEO estaba casado y amaba mucho a su esposa. ¡Pero Stella no sabía que él era en realidad su misterioso marido! Decidida a centrarse en su carrera, Stella deliberadamente se mantuvo alejada del jefe, aunque no pudo evitar notar sus intentos de acercarse a ella. Un día, su marido cambió repentinamente de opinión y se negó a seguir adelante con el divorcio... ¿Cuándo descubriría Stella que Matthew era su marido? En medio de una mezcla de dulzura y mentiras, ¿adónde los llevaría el destino?
Charles tenía novias diferentes cada día del año, nunca salía con la misma chica. Su nombre había sido vinculado a innumerables mujeres. Autumn, por su parte, se vio obligada a casarse con Charles sustituyendo a su hermana, quien se había escapado. Su único deseo era divorciarse después de un año. Ninguno de los dos había esperado que se enamoraran el uno del otro. Tampoco esperaban que el mundo entero los desafiara. Una ex novia quien causa problemas cada dos por tres. Una hermana fugitiva quien regresa con la intención de recuperar a Charles. Una suegra que siempre se entromete en sus momentos íntimos. ¿Te gustaría leer más? ¡No dudes! ¡Vamos allá!
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